miprimita.com

Dos hermanas y un pueblo en fiesta final

en Hetero: Infidelidad

En el capitulo anterior me equivoque con los nombres, para que quede claro la protagonista se llama Susana y su hermana Patricia. Intentaré que no vuelva a pasar. Perdón y espero que les guste.

 

 

Al llegar de la finca del alcalde notaba que a mi hermana le costaba caminar, nada más entrar en casa dijo que se iba a la ducha, no me extraño en dos días le habían roto el culo dos veces, nosotros nos quedamos en el comedor hablando sobre el alcalde y su casa, bueno los dos cornudos alucinando, según parece era todo un entendido de la pesca, la verdad es que me estaban aburriendo, decidí subir a ducharme y ponerme otra ropa, me apetecía andar un poco por el pueblo, llevábamos dos días y lo único que conocía del pueblo eran las vergas y los coños de sus habitantes, se lo propuse a los dos cornudos y aceptaron pues también les apetecía estirar las piernas. A la hora ya estábamos a punto para salir, a mi hermana no le hizo mucha gracia pues estaba con molestias en el estomago, eso es lo que nos dijo, cosa que yo sabía que no era cierto, le propuse ir a la farmacia para comprar alguna crema.

Íbamos vestidas con shorts y camiseta pues la verdad es que hacía muchísima calor, al estar en la parte exterior teníamos que atravesar todo el pueblo para llegar a la plaza , como es normal con cada persona que nos cruzábamos nos saludaba preguntándose  de que familia éramos, intentando adivinar, seguro que luego le preguntaría a Pedro,llegamos a la plaza donde estaba toda la vida. Todo estaba ubicado en el centro del pueblo, bueno si a todo decimos una pequeña tienda o digamos almacén pues te podrías encontrar desde unas zapatillas a una barra de pan y por supuesto también aspirina y jarabe para la tos.

Lo primero que hicimos fue buscar la farmacia cosa que no había, entonces preguntamos a unas mujeres mayores que dónde podríamos comprar crema hidratante, estas nos mandaron a la casa de Pepe que resultó ser farmacéutico, pero como que no había el volumen suficiente de gente como para ganarse la vida solo con productos de farmacia, transformó el local para poder tener de todo. Allí nos dirigimos las dos pues tampoco era necesario que los cornudos supieran nada del asunto, y no fuera que el farmacéutico hiciera demasiadas preguntas.

Al entrar descubrimos un laberinto de pasillos en los cuales como he dicho había de todo, eso sí el orden solamente el que trabajará allí podría saberlo pues todo estaba revuelto, tornillos con zapatillas, ruedas de bicicleta con sartenes etc.. Al entrar no vimos a nadie con lo cual como es de costumbre en los pueblos nos pusimos a llamarlo como si lo conociéramos de toda la vida.

-Hay alguien, ¿Pepe? Chillábamos las dos.

-Vaa, Se oyó desde alguna parte.

Al momento salió un chaval de unos veinte años, llevaba un mono azul lleno de grasa sin camiseta, se le notaba unos brazos fuertes sin ser exagerados, mediría un metro ochenta, venía limpiándose las manos con un trapo tan sucio como su mono, al vernos se nos quedó mirando con una pequeña sonrisa en los labios.

-Buenas tardes, ¿Buscan a mi padre?

-Bueno, si. Contesto mi hermana, la mire de reojo y note cierto nerviosismo en su tono.

-Mi padre ha enfermado y está en la cama descansando,  yo soy su hijo Mateo ¿les puedo ayudar yo?

Mi hermana se quedo dudando un poco, pues no sabía qué decirle.

-Veras, necesitamos alguna crema hidratante. Hable antes de que mi hermana se pusiera roja de vergüenza.

-Verán, tenemos alguna crema genérica, pero claro depende para lo que sea no les hará nada, ¿es para las quemaduras o para la piel seca? Cada vez lo ponía más difícil, y la verdad es que yo me estaba calentando solamente en pensar que ese muchacho me untara de crema.

-No se preocupen, estoy estudiando medicina, aunque me vean con un mono lleno de grasa, me habéis pillado arreglando el tractor de mi padre, aquí hay que saber de todo Jajá. Dijo viendo nuestra cara de poker.  

-No sé cómo decírtelo, pero digamos¿ qué es para un desgarro?. Soltó mi hermana metiendose en un jardín.

-¿Desgarro? Si no me dice más no la puedo ayudar.

-Ayer tubo sexo anal con su marido y bueno ya sabes. Dije apuntando mi dedo sobre el culo de mi hermana.

-¡Tata! Chillo mi hermana haciéndose la tímida.

-Haber, si no se lo dices tú, pues se lo tendré que decir yo. ¿No crees? ¿O vamos a jugar a las adivinanzas?

-Bueno, no me entiendan mal, sería bueno echar un vistazo antes de aplicar cualquier crema, si quieren llamo al médico, vive aquí al lado, pero si quieren un consejo olvídenlo, tiene setenta años y no creo que tenga mucha experiencia en esos asuntos. Pero..

-Pero ¿Qué? Preguntó mi hermana.

-Por experiencia se de qué va el tema, ya me entienden tengo novia bueno y eso.

-Mira acabemos con esto cuanto antes, enséñaselo total no creo que sea el primer culo que haya visto el muchacho.

- No te lo tomes a mal, ¿Pero estás seguro de poderme ayudar? Decía mi hermana indecisa.

-Mire que es lo que puede perder, tener que ir al doctor de setenta años y enseñárselo a él. Dijo poniendo cara de pillo, empecé a ver cierta sospecha en ese muchacho, pero no dije nada, total el culo no era mío. Creo que a mi hermana la idea de tener que ir a que un viejo le viera su ano y tal vez  que se lo tocara fue lo que convenció de la opción del muchacho con un mono lleno de grasa. Eso y que la verdad estaba muy bien el muchacho, bueno por lo menos para mí, joder pero que puta me estaba volviendo en tan solo dos días.

- Está bien, con tal que alguien me ayude.

El muchacho cerró las puertas y tras desaparecer unos minutos entre los pasillos apareció con unos guantes de goma que le cubrían hasta los codos, entonces nos llevó a un cuarto donde había más de lo mismo y con el mismo orden que en la tienda, una pequeña mesa con su silla que hacía de despacho. Hizo pasar a mi hermana haciendo que se pusiera apoyada en la mesa y sacara su culo hacia afuera para poder observarlo mejor, él se sentó en la silla quedando su cara justo en frente, me puse al lado de mi hermana de pie agarrándola de la mano.

-Tranquila y relájese, piense que está con su ginecólogo, primero echaré un vistazo y luego ya veremos. Desabroche el pantalón y muéstreme ese culito, vamos no sea tímida. Decía el muchacho, creo que se lo estaba pasando muy bien, se desabrochó el pantalón dejando ver unas braguitas blancas, que el muchacho acompaño a bajarlas quedando su culo  junto con su coño depilado al descubierto, dando una primera vista a Mateo.

-Por favor abra todo lo que pueda las piernas y sepárese las nalgas para poder verla mejor.

Haciendo caso al muchacho, levantó un pie para quitarse del todo los pantalones y sus braguitas, ahora sí que estaba desnuda de cuerpo para abajo y abierta totalmente de piernas,el muchacho hizo una visual tomándose  todo su tiempo y empezó a palpar con cuidado la zona afectada.

-No veo ningún desgarro superficial, pero si me permite me gustaría hacer una inspección interior para ver si se a producido alguna fisura.

-Haz lo que tengas que hacer, con tal de que acabemos pronto, por favor. Decía mi hermana con la cara ya un poco roja.

El muchacho se levanto y salió a por algo, mientras mi hermana se quedo sin moverse con el culo en pompa y desnuda, al cabo de un minuto apareció con un bote.

-Es vaselina, para poder introducir mi dedo y que no le duela, Ok.

-Ok. Contesto mi hermana.

El chico se unto el dedo del guante con abundante vaselina y comenzó poco a poco a introducir un dedo, ella apretaba los ojos y se veía que estaba tensa a lo que el muchacho le dijo que relajara el ano para poder seguir sin hacerle daño, le solté de golpe una nalgada dejándole marcada la mano, se quedaron los dos mirándome.

-Eso siempre va bien ¿No? Dije. La verdad es que viendo el culo de mi hermana en esa posición me daban ganas de sobárselo, vi que se lo tomaron bien y nos pusimos a reír, cosa que hizo que mi hermana se relajara permitiendo que el muchacho hiciera su trabajo, consiguió meter un dedo entero y moviéndolo circularmente comprobó que no había nada raro fuera de una irritación, eso le llevo bastante tiempo pues para estar más seguro no se conformó con un dedo sino que tuvo que meter dos, y bueno mi hermana se estaba poniendo por las nubes después del manoseo del muchacho, por qué si yo estaba ardiendo viéndolo, mi hermana estaría súper cachonda, me pareció raro que el muchacho no aprovechará la ocasión, pues en ese momento  nos tenía a tiro, igual era tímido o con poca experiencia aunque su manera de follar un culo con los dedos no daba entender inexperiencia y no creo que eso se estudiará en la facultad de medicina, al final los sacó con cierto desespero de mi hermana y porque no decir ,también mío y dando una palmada en las nalgas.

-No hay nada raro, le daré  un poco de vaselina y una crema hidratante. No creo que tenga que decir para que cosa cada uno Jajá. Dijo con sarcasmo.

Nos acompañó a la puerta regalándonos los productos, aunque creo que se los cobro en carne, salimos y fuimos a buscar a los cornudos que como no estaban tomándose unas cañas en el bar del pueblo acompañados por Pedro y otro hombre que desconocía su nombre, prácticamente había anochecido pero al ser las fiestas la plaza estaba a rebosar,  habían operarios cerrando la plaza para la suelta de vaquillas, nos sentamos en la mesa con ellos y pedimos dos cañas más.

-¿Habéis encontrado lo que queríais?. Pregunto mi cuñado.

-Sí, si, por suerte lo tenían. Contesto mi hermana moviendo su culo en el asiento intentando encontrar una posición que no le molestara su dolorido culo.

-Si, normalmente Pepe tiene de todo, supongo que os atendió Mateo, por qué aquel de allí es Pepe señalando a un hombre en perfecto estado de salud.

-Por cierto ¿a qué se dedica su hijo? Pregunté, sabiendo que ese Mateo nos había engañado como a dos tontas.

-Bueno la verdad, es un chico muy majo, repara los tractores y va haciendo alguna chapuza, lo suyo no eran los estudios, así que se tiene que ganar la vida pero eso sí, es un gran muchacho. Contesto Pedro. Si un sinvergüenza  pensé riéndome, mire hacia mi hermana que no sabía dónde meterse.

-Mañana esla bajada de las vaquillas al pajar de la higuera, no os lo podéis perder. Dijo Pedro.

-¿De qué se trata? Pregunto mi hermana, con cierta cara dolorida, seguramente su ano todavía no estaba curado.

-A las nueve de la mañana los mozos del pueblo bajan las vaquillas, que están en los altos prados hasta un pajar que hay a las afueras del pueblo ,donde esperarán hasta las cinco que empezara la corrida de las vaquillas por la calle principal hasta la plaza, la gente va hasta el acantilado y almorzando ve el paso de estas, siempre fuera de peligro.

-¿Y no se pueden ver de cerca? Pregunto mi marido.

-Hombre, tú mismo, las puedes ver pasar a tu lado pero te advierto que puede ser peligroso. Decía Pedro intentando quitárselo de la cabeza.

-Cuñado, ¿Hay huevos? Pregunto el macho ibérico, retando a mi cuñado.

-Hay huevos. Respondió, no me esperaba menos, si hubiera dicho lo contrario hubiera quedado como un cobarde, cosas de hombres, antes muertos que cobardes.

-A ver si nos vais a fastidiar las vacaciones. Dije intentando poner cordura en esas cabezas huecas.

-No se preocupen, intentare que no corran peligro alguno. Dijo para intentar tranquilizarnos.

-Pues yo creo que me iré a la piscina, ¿Te apuntas Tata? Me preguntó mi hermana

-Pues la verdad es que necesito un poco de tranquilidad, vale me apunto y total ver unas pobres vaquillas corriendo, delante de unos muchachos pues como que no me interesa mucho. Conteste.

Pedimos algo de comer y sobre las doce dimos por acabado el día retirándonos a casa para dormir, había sido un día largo.

A la mañana siguiente un gran petardo me despertó, luego me enteré que era un aviso, dentro de una hora soltarían las vaquillas, supongo que era una manera de avisar al pueblo para que nadie llegará tarde a ver la bajada de estas, me di cuenta que estaba sola en la cama, mi marido siempre a sido de levantarse pronto todo lo contrario a mí.

Después de tomar una ducha para sofocar el inmenso calor que hacía en esa casa baje al comedor, allí estaban todos menos mi hermana, cuando digo todos incluyó a Pedro pues se pasaba más tiempo en nuestra casa que en la suya.

-Buenos días Pedro.

-Buenos días Susana, ¿cómo ha ido la noche con este calor? Contesto este.

-La verdad que hace un calor impresionante, mañana iré a comprar ventiladores, otra noche así no pasó. La verdad es que había pasado una noche fatal dando vueltas en la cama, hasta bien entradas las cinco no conseguí dormir y eran a penas las Díez, total cinco horas como mucho habría dormido.

-A ver Paco y José (esos son mi marido y cuñado, hasta ahora siempre los había nombrado por cornudos, creo que es necesario que sepáis sus nombres) sobre todo nada de haber quien es más macho, tengamos unas vacaciones tranquilas, por favor. Suplique.

-Tranquila cuñada, no somos fríos de quince años, queremos volver enteros ¿Verdad cuñado?

-Cariño, no te preocupes, simplemente los queremos ver más de cerca, tú tranquila.

-¿Has tomado café Pedro?

-Si, pero si te haces para ti, me tomaría otro si no os importa.

-Por supuesto que no, tú como si estuvieras en tu casa. Conteste. Aunque eso es lo que parecía.

Me tome el café y despedí a los cornudos para correr detrás de las vaquillas, pensé en subir a ver qué hacía mi hermana, vi que la puerta del lavabo estaba abierta, allí estaba ella con un pie en el bidé totalmente desnuda untándose crema en su ano, la verdad es que tenía un culo precioso, note cierto picor en mi coño, no me lo podía creer, joder era mi hermana y hasta hace dos días nunca me habían atraído las mujeres, me acerqué hasta quedarme junto a su espalda.

-Ya que estas, me podrías ayudar, no sé si me lo pongo bien. Dijo mi hermana.

-Claro, pásame la crema.

Me unte la mano de crema y agachándome comencé a pasarle suavemente un dedo sobre el orificio de su ano, su coño quedaba justo a la altura de mi boca, olía bien se notaba que salía de la ducha, dulcemente acariciaba sin llegar a penetrar, veía que mi hermana se ponía tensa por momentos, comencé lentamente a introducir un dedo con mucho cuidado.

-Si te duele avísame. Le dije con una voz dulce.

-Tranquila, no me duele.

Su coño estabá húmedo , seguí introduciendo el dedo hasta que llegó al nudillo, lo movía haciendo círculos, su cabeza se echaba hacia atrás pudiendo ver que cerraba los ojos dejándose llevar por el movimiento de mi dedo, la vista del coño me estaba poniendo loca, sin darme cuenta pase mi lengua por sus labios,  recorrí todos los rincones sin dejar ningún espacio sin saborear, note que mi dedo estaba haciendo efecto al ver que estaba jugando con sus pezones, decidí continuar  jugando sus labios ya algo inflamados por la excitación empezó a gemir cada vez más fuerte, compartí aquel manjar con dos dedos introduciéndolos a la vez que le mordía los labios carnosos, puso su mano en mi cabeza apretándome contra su coño, tenía dos dedos en su coño y el segundo había entrado ya en su ano, una vez llenados sus agujeros comencé a follarlos con fuerza, se retorcía con tanta fuerza que incluso me hacía daño en el pelo apretándome con más fuerza, estuvimos como unos cinco minutos hasta que sentí como me llenaba la cara de fluidos. Me levante y la abrace.

-¿Qué está pasando Susana? Susurro.

-No te gusto. No sé lo que está pasando, pero es como si fuera otra mujer, me levanto con ganas de sexo y si quieres saber la verdad no me importa. Le dije a la vez que la giraba para quedar de frente, me besó en los labios con dulzura y nos fundimos en un abrazo.

-¿Qué pasa con nuestros maridos? Pregunto.

-Pues no sé, la verdad es en lo último que pienso, si en cambio de estar pendientes de la cerveza y la fiesta estuvieran más por nosotras, no estaríamos así, además hay que aprovechar el verano, luego volveremos a la vida rutinaria y ya está. Le contesté con la intención de quitarle los remordimientos aún sabiendo que ni yo misma me lo creía, en ese pueblo había nacido otra mujer, y creo que a mi hermana le pasaba lo mismo.

-¿Hay alguien en casa? Se oyó desde la planta baja.

Nos quedamos en silencio pues yo no reconocía la voz, y la verdad no esperábamos a nadie.

-Voy. Dije saliendo del lavabo a la vez que bajaba las escaleras y aprovechaba para atarme la bata pues se había quedado abierta después del episodio del lavabo, al llegar a la planta baja me encontré con un hombre de unos sesenta años alto acompañado de una mujer de mi edad cuarenta y cinco años sorprendente, color chocolate vestida con una falda corta negra y una camisa dorada que insinuaban unos pechos enormes, me los quedé mirando sin saber qué decir.

-¿Patricia? Dijo el hombre para romper el hielo.

-Susana, ¿y usted? Conteste, a la vez que lo repasaba de arriba a abajo, lucía un bronceado impresionante yo diría que de playa, vestía con unos pantalones cortos azul marino junto un polo de marca acompañado de unos náuticos.

- Soy Antonio y ella es Elsa. Soy el amigo de su marido y el dueño de la casa. Por lo que veo su marido no le dijo que vendría a pasar los cuatro días de fiesta. Siento molestar. Se disculpo sin mucha credibilidad centrando su mirada en mi bata medio abierta por la prisa. Aunque Antonio era un hombre que atraía pues su bronceado y su pose hacía que fuera atractivo, no pude dejar de mirar a Elsa, tenía un pose autoritario, de la clase de personas que dominan la situación, tenía una mirada intensa, la clase de personas que te atrae y sin saber cómo lo hace descubre tus pensamientos, sabe de tus debilidades y aprovechan la ventaja para usarte, y lo peor es que le estás agradecida.

-Si,si me lo comento, pero disculpe pero se me olvidó, pero pasé le dije indicando las escaleras, pero el siendo caballero me indicó que yo primera, supongo que despues de verme por delante quería conocer mi trasero, el cual moví para que pudiera apreciarlo bien, no se supongo que me calentó tanto el cómo esa mujer.

Al llegar al comedor estaba mi hermana se había puesto el bañador, estaba tomando un cafe levantó los ojos para ver quien había venido, noté como su cara cambio al descubrir a Antonio y Elsa.

-Patricia ¿Como estas? Dijo al ver a mi hermana, la cual se quedo de piedra. Yo no conocía a este hombre y mi hermana nunca lo mencionó.

-Antonio, dijo con un susurro de voz.

El al darse cuenta de que quizás había metido la pata intento desviar la conversación.

-¿Y los hombres? Jajá seguro que están en las vaquillas ¿Verdad? Como si los viera.

-Pues no te equivocas, nosotras íbamos a ir a la piscina. No se que quieren hacer ustedes.

-Cariño yo me voy a duchar si a vosotras no os molesta, y prefiero ir a la piscina con ellas, que de vaquillas no quiero saber nada, si subes el equipaje me harás un favor cielo. Hablo por primera vez Elsa, con un tono autoritario. Como un soldado obedeciendo a su superior Antonio salió en busca del equipaje.

Noté las miradas entre Elsa y Susana, siendo esta la que intentaba mantener los ojos bajos, cosa que me indicaba que mi santa hermana ocultaba algo.

-Yo me voy hacer un café. ¿Quieres algo Elsa? Dije intentando romper el silencio creado despues de que Antonio desapareciera.

-Si no te molesta, me gustaría darme un baño y ponerme más cómoda. Contesto sacando la mirada de mi hermana.

-Por supuesto, y así eliges la habitación que quieras. Contesté de forma servicial, apenas llevaba esa mujer en casa y había puesto a todo el mundo firme. A los segundos apareció con dos maletas grandes, para dos días se había traído todo el armario. Subimos a la planta donde se encontraban las habitaciones, en total había tres, estaba segura que me haría salir de la mía pues yo había escogido la más grande, pero me equivoque escogió la única que tenía las camas separada, dijo que no importaba se juntaban y problema resuelto, bueno al final no va a ser tan mala pensé. Deje que se acomodaran y baje junto a mi hermana, tenía cosas que contarme.

La encontré en la cocina fregando los cuatro platos del almuerzo.

-¿Me vas a contar que te traes con esta pareja Susana? Le solté.

Se giró mirándome, se seco las manos y cruzando los brazos.

-Los conozco, no te enfades por favor. Se le veía nerviosa, me recordó cuando éramos pequeñas y había hecho una travesura y yo tenía que dar la cara por ella.

- Un día paseando con Manolo (este es mi cuñado) nos los encontramos en una cafetería, y bueno pues decidieron quedar para cenar, se que tu no los conoces, bueno ya has visto a Elsa, tiene algo que te atrae y bueno sin darme cuenta caí en sus redes, no sé cómo lo hizo pero consiguió mi móvil, y un día me llamó para tomar café en su casa, en un principio pensé en dar una excusa pero algo me lo impedía.

Me presenté un Lunes que Manolo trabajaba, me recibió con un salto de cama, la verdad que me quede parada, ella al ver mi estado en seguida me tranquilizo diciendo que éramos amigas y poniendo su brazo en mis hombros hizo que me relajara, estábamos tomando café en el sofá del salón y una mano siguió a la otra y sin darme cuenta le estaba comiendo el coño, cuando estábamos en plena faena apareció Manuel, mira te voy a ahorrar detalles pero ese día acabe con mi culo reventado y llena de semen por todo mi cuerpo, estuvimos cuatro horas follando sin parar, después de ese día no he vuelto a saber nada hasta hoy.

Al cabo de cinco minutos apareció Elsa en bañador amarillo y con un fular negro a modo de falda, desde luego era asombrosa, tenía la piel brillante, un moreno eterno que al jugar con el amarillo de su bañador aún resaltaba mas, y como podía haber visto hace media hora tenía unos pechos maravillosos, a pesar de su volumen no perdían la forma, seguro que era la perdición de algún hombre y la envidia de muchas mujeres, de fondo oí a Manolo que bajaba de las habitaciones, se había puesto unos pantalones cortos y unas zapatillas de deporte.

-Me voy Elsa, haber si encuentro al alcalde y así aprovechó para que me lleve. Dijo casi sin parar de andar.

 

-Vale, cariño, no te olvides de coger una buena mesa, que ya sabes que luego se llena. Ordenó Elsa.

-Me voy a poner el bañador, en cinco minutos estaré. Dije.

-Pues yo me parece que me quedaré en casa, no me acabo de encontrar muy bien. Soltó mi hermana con un tono de voz no muy convincente.

Me la quede mirando, no sabía si me lo decía en serio o era por el hecho de que estuviera Elsa. No dije nada y dando media vuelta empecé a subir las escaleras, pero algo me detuvo y las volvi a bajar sin hacer ruido, quería escuchar lo que hablarán esas dos, me puse esquinada para que no se me viera mucho.

-Que te pasa Patricia ¿No tenias ganas de verme? Le dijo con voz cariñosa.

-Si, por supuesto no es eso, simplemente no me encuentro muy bien. Decía mi hermana fregando algo que ya estaba limpio, dándole la espalda a Elsa, ésta sse fue acercando a mi hermana hasta pegarse a ella por completo, mi hermana se quedo quieta sintiendo su cuerpo.

-Sabes, he hablado con el alcalde, y me ha comentado, como lo diría...si ya se, lo generosas que habéis sido. Decía mientras le empezaba a lamer su cuello y sus manos le agarraban sus nalgas.

-También me dijo que te portaste muy bien, le diste tu culo sin protestar y acabaste gimiendo como una puta, uf no sabes lo cachonda que me puso cuando me lo contó.

-No sé a qué te refieres. Fue lo único que se atrevió a decir, desde luego que Elsa la tenía dominada, podía ver a mi hermana como una niña de doce años que está recibiendo una bronca de su madre.

-¿No lo sabes? ¿Por qué no me enseñas el culo zorrita?Me muero por verlo otra vez.Me quedé parada, nunca me hubiera imaginado ver así a mi hermana.

-Pero, ahora no ¿Y mi hermana? Su voz salió como un ruego.

 

-¿Qué pasa con ella? También me han comentado que no se queda corta. Vamos a pasar cuatro días muy divertidos, sé que vuestros maridos no saben nada, y yo por supuesto que no se lo voy a decir. Le decía bajándole las bragas del bañador hasta las rodillas y apretando sus nalgas le decía.

-Que culo tienes Patricia, qué ganas que tengo de comértelo y que sepas que Manuel me comentó que también quiere follarte a ti como a tu hermana, no íbamos a venir pero hable con el alcalde y me puso tan cachonda saber que erais tan putas que no he podido resistirme, mueve ese culo para mí.

Se había separado viendo como Patricia hacia un baile con su culo, me quedé mirando el espectáculo y sin darme cuenta Elsa me descubrió, nuestras miradas se encontraron, camino hacia mí y no sé cómo fue pero me empezó a comer la boca buscando mi lengua, la cual encontró complaciente, sus mano desató mi bata quedando está en el suelo y bajando mis bragas hasta las rodillas, se separó de mí y mirándome.

-El alcalde no me mintió, me encanta tu cuerpo Susana. Dijo cogiéndome de la mano y andando con mis bragas bajadas me entro a la cocina, cogió la cabeza de mi hermana y la junto con las nuestras, haciendo un baile de tres lenguas, yo estaba muy cachonda, mis pezones estaban tiesos,  se fue quitando su bañador quedándose desnuda, asomando esas hermosas tetas con dos pezones negros y duros como dos pitones, poniéndome su mano en mi cabeza me la acompaño para que pudiera saborearlos a la vez que metía dos dedos en la boca de Patricia , esta estaba igual de cachonda que yo.

-Mastúrbate para mi Patricia, enséñame lo guarra que eres, quiero ver cómo te metes los dedos en tu coño, quiero ver cómo te corres. Le decía a mi hermana mientras yo saboreaba sus pezones, los chupe saboreando mientras veía a Patricia como se empezaba a frotar su coño con la vista puesta en los ojos de Elsa, sentí una mano indicándome que me agachara, no lo dude, me quería comer ese coño que al revés que nosotras no lo tenía depilado, tenía un triángulo perfectamente dibujado, empecé a lamer entre sus labios buscando su clítoris, oía los gemidos de Patricia entre los golpes de su mano ya follándose con dos dedos al mismo tiempo se apretaba sus pezones.

Notaba la humedad del coño provocándome más placer, aumente la velocidad de mi lengua, su mano hacia fuerza sobre mi cabeza y sus nalgas acompañaban la follada de mi lengua, le metí un dedo en su ano completando una doble follada, al cabo de cinco minutos oí a mi hermana com se corría chillando como una puta, al poco me llene la boca con la corrida de Elsa, me cogió por los hombros para levantarme, nos volvimos a besar, y cogidas de la mano fuimos a mi habitación, allí estuvimos dos horas comiéndonos las unas a las otras, acabe con mi lengua dolorida de tanto lamer, Elsa me folló con su lengua haciendo que me corriera tres veces, hasta que al final quedamos rendidas en la cama.

Serían cerca de las dos cuando oímos un coche que paró en nuestra casa, y al momento unos pasos por las escaleras, era Pedro y Manuel, nos vestimos rápido y bajamos a ver qué quería.

-Hola Susana, no os asustéis, pero. Dijo con cara de preocupado.

-¿Qué ha pasado? Dijimos a la vez mi hermana y yo.

-Bueno...sucedió un accidente...pero están bien, se escapó una vaquilla y se los llevó por delante. Dijo aumentando su nerviosismo

-Acaba de decirlo, por favor. Dijo mi hermana impaciente.

-Paco tiene un esguince y José una fisura en las costillas, se los llevaron al hospital, pero dicen que esta noche estarán de vuelta. Por fin había acabado de contar, estuve a punto de darle un guantazo por haber tenido que meter a nuestros maridos, pero sabía que la culpa no era suya.

Nos pasamos la tarde esperando a que los trajeran, sobre las ocho aparecieron en una ambulancia, mi marido venía con un vendaje que le cubría hasta la rodilla y mi cuñado con una especie de faja para evitar los movimientos, decidí que durmieran en la habitación de Elsa, al tener las camas separadas estarían más tranquilos, no les quisimos echarles la bronca pues ya tenían bastante, pero sin duda en cuanto pasaran un par de días una bronca les caía.

Les recetaron unos calmantes para que pudieran dormir sin molestias, una vez acostados preparamos la cena, decidimos cenar en la bodega pues se estaba más frescoElsa me ayudó en la preparación de la cena mientras Patricia y Manuel arreglaban la mesa de la bodega para poder cenar,a pesar del enojo que llevaba con los cornudos por comportarse como críos, la presencia de Elsa me mantenía en un estado de calentura continúa, ella no desaprovechaba la ocasión de frotarse conmigo a la mínima ocasión, hasta que en un momento note sus manos abrazandome desde la espalda, se me puso la piel de gallina y echando la cabeza hacia atrás me encontré con su boca, nos fundimos en un morreo, me sentía extraña no me reconocía, pero me sentía bien había descubierto el sexo con una mujer, llege a la conclusión que me gustaba tanto o más que el sexo con un hombre, nos separamos riéndonos.

-A este paso, no cenamos Elsa. Le dije riéndome.

-Quien tiene prisa, te apuesto lo que quieras que cuando bajemos esos dos estan follando, conozco a Manuel y sé que tenía ganas de follarse a Patricia.

-Como sois, que morbosos. Le decía mientras apartaba una fina bata  para descubrir esas tetas,me volvían loca, no me llegaba para poder cogérsela con una mano, en dos minutos estábamos completamente desnudas sobándonos en medio de la cocina, en un momento Elsa estaba agachada comiendo mi coño cuando mire hacia la puerta y vi a Vicente apoyado en el marco, ignoro cuánto tiempo llevaba, iba con unos pantalones cortos y una camiseta blanca que resaltaba su moreno, nos quedamos mirando, Elsa seguía a lo suyo, la verdad es que tenía una buena lengua, indique a Vicente que se uniera a la fiesta, este no tardó en estar completamente desnudo y mientras me morreaba Elsa le comía la polla.

-Veo que ya conocéis a la puta de Elsa, esta era como vosotras hasta que un verano vino al pueblo y saco la zorra que llevaba dentro ¿Verdad zorra? Eso es chupa, joder como la chupa es más puta que vosotras, mírala, si la hubieras visto el primer día que llegó, toda muy estirada y luego es más puta que las gallinas. Le decía apretando la cabeza de esta para que se la tragara entera, los ojos de Elsa parecía que se le iban a salir.

-Agáchate y échale una mano, dos putas como vosotras comiéndome la polla no se ve todos los días.

Me arrodillé, Elsa se sacó la polla y me la cedió, me la tragedia entera, notaba sus huevos en mi barbilla, veía a Vicente soplando.

-Joder valla putas, podríamos hacer un campeonato, haber cuál era más zorra, este año hemos tenido una buena campaña. Decía mientras nos miraba como le dejábamos la polla reluciente, agarro de la cabeza con una mano a Elsa y le comenzó a follar su boca mientras que con la otra le daba guantazos en las tetas dejándoselas Rojas, Elsa se masturbaba a la vez que recibía los empujones de la polla, yo estaba arrodillada viendo todo en primera fila, cuando siento unos pasos y veo aparecer a Mateo, venía desnudo por completo, entro y poniéndose de forma que su polla quedaba a la altura de mi boca, tenía un buen instrumento, sin decir nada me lo tragué por completo.

-Veo que conocéis a Mateo. Dijo Vicente.

-Si que la conozco, estas putas vinieron a la tienda a por crema, estuve a punto de follarmela se allí, pero me molo más jugar un poco con ellas, acabo de follarle el culo a su hermana, creo que es la más puta de todos, eso mama mi polla.

-Ohh, Elsa también es más puta, el primer año que vino nos la follamos cuatro en una noche, ohhh si, si te voy a llenar de leche, saca la lengua quiero correrme en tu boca viendo cómo te lo tragas, así mastúrbame tú, eso así. Decía mientras se corría en la boca de esta. A los pocos minutos me toco tragarme la leche de Mateo.

-oye y el cornudo de esta ¿no dice nada? Preguntó Mateo

-Que va, a ese le gusta ver cómo se follan a su mujer, esta noche duerme en el sofá, lo vamos a pasar bien los cinco.

Elsa y yo nos comíamos la boca intercambiando la leche, creo que ha sido la vez que he sentido más puta en toda mi vida.

Nos levantamos y al irnos a vestir.

-No está noche vais a ir desnudas. Dijo Vicente dando una palmada en el culo de Elsa.

-Jajá como quieras , me muero por qué me folles cabrón. Dijo Elsa.

Venga preparar la cena que tengo hambre, Mateo por qué no subes a la otra puta, dile a Manuel que se quede abajo, hasta que nos vayamos a dormir, hoy no tengo ganas de que me vea follandome a su mujer.

Al cabo de dos minutos entro Patricia desnuda cogida de la mano de Mateo, se acercó a Vicente y este agarrándola de las nalgas la morreo, nos sentamos a cenar, fue una cena diferente pues estábamos desnudos en la mesa, de vez en cuando se levantaban para que les chupáramos la polla, la mojaban en vino y manábamos, Patricia se pasó la mayor parte de la cena arrodillada y chupando o pollas o coños, esa fue su cena, oí que llamaban desde arriba, me puse la bata por encima y subí a ver qué pasaba, Mateo hizo que le cogiera la polla para hasta la habitación donde estaban los cornudos, mi marido quería un poco de agua, estaba como drogado, supongo que serían los calmantes, le di un vaso de agua y al salir Mateo me agarro.

-Agáchate quiero que me comas la polla delante del cornudo de tu marido.

-Estás loco, nos va a ver. Decía a la vez que me arrodillaba, la habitación estaba a oscuras pero podía ver la silueta de Mateo de pie con su mano en mi cabeza mamando polla, me follo la boca y hasta que no me trague su leche no me dejo, me puso a cuatro patas y me empezó a chupar mi culo, me gustaba el morbo pero era demasiado arriesgado, así que me levanté y cogiendo de la mano a Mateo volvimos al comedor, Elsa estaba a cuatro y Vicente la follaba dándole fuertes golpes de cadera, al tiempo que la cogía por los pelos haciendo que esta arqueara su cuerpo, Patricia estaba sentada en el suelo con las piernas abiertas masturbándose viendo la follada que recibía Elsa, me agaché y empecé a comerle la boca, mientras Mateo tenía sus dedos en mi culo, yo estaba súper excitada con lo cual paso de un dedo a tener tres en mi culo, nos dio la polla para mamar a la que no dudamos, quería esa polla en mi culo, la necesitaba, así cuando estuvo lista no dudo en clavármela, solo se oía los golpes de cadera en la habitación junto a gemidos, estuvimos hasta cerca de las cinco de la mañana, luego nos pasamos a la cama, yo dormí con Patricia y Vicente en una habitación mientras Elsa estaba con Mateo en la otra. Había cerrado la puerta con pestillo por si se levantaba algún cornudo y le diera por entrar, el médico les dijo que como mínimo dos días de absoluto reposo, sentí unos movimientos en la cama y al abrir los ojos vi a Patricia haciéndole una paja a Mateo.

-Joder Patricia, empiezas pronto. Le dije susurrando.

-¿Cuántas veces te despiertas con una polla como esta? Susana. Me preguntó haciéndome un guiño.

-Vale pero diez minutos, o al final nos pillaran. Le dije con cara de hermana mayor, Mateo abrió los ojos y no tardó en despertarse al ver a Patricia con su polla en la mano de ésta.

Fui a la otra habitación y vi a Elsa durmiendo, al lado estaba Vicente en pelotas, tenía esa polla que me estaba llamando, como había dicho mi hermana ¿Cuando me había levantado y había visto esas pollas a mi alcance? Pero la cordura ganó y decidí dejarla para otro momento.

Eche un ojo a los cornudos, estos seguían durmiendo, fui a ducharme pues hacia una peste a sexo bestial.

Al salir de la ducha los chicos ya se habían ido, Elsa había pensado lo mismo que yo, no valia la pena correr riesgos innecesarios. Patricia entro a la ducha y Elsa después de darme un morreo.

-Como has pasado la noche. Me preguntó.

-Como una puta. Le contesté.

-Entonces me voy a duchar, aprovecharé que esta Patricia, me levantó muy cachonda, jaja. Dijo dirigiéndose al lavabo.

Yo baje a la cocina para preparar café y algo de desayuno para los cornudos, estaba Manuel tomando café de pié en la cocina, lo vi y me dio pena que durmiera en el sofá, y porque no decir que ya estaba caliente al quedarme con las ganas de comerle la polla a Vicente, y estando en la cocina no corría riesgo pues los cornudos no podrían bajar sin ayuda, así que ¿Porqué no aprovecharlo?

-Buenos días Manuel. Le dije dándole un beso en la mejilla.

-Buenos días Susana. Contesto asombrado de mi efusivo saludo.

-Sabes, ¿qué te parece si te hago una mamada de desayuno?, todavía no me he tomado mi leche. Decía mientras me arrodillaba y le bajaba el pantalón, apareció una buena polla que estaba en descanso, pero una vez dentro de mi boca cogió toda su forma llenándome la boca, la deguste pasando mi lengua por su capullo, tomándome todo el tiempo del mundo, el tenia las manos apoyadas en mis hombros y haciendo movimientos de cadera acompañaba mi boca, le chupaba sus huevos como si fuera una golosina mientras le pajeaba, su cuerpo se iba tensando y al verlo aumente mi mamada hasta que note un gran chorro de semen en mi boca, abrí la boca para enseñárselo me lo tragué, me levanté y me tomé un café, desde luego era la primera vez que me tomaba ese tipo de café con leche.

Nos pasamos la mañana con los cornudos, almorzaron y luego los aseamos en la misma cama, pues era muy pronto para que se metieran en la ducha, Elsa y Manuel se fueron a la piscina, así que estábamos las dos sentadas en la bodega tomando una cerveza, cuando mire a mi hermana y víven su cara algo que me preocupó, pues la conozco y ese gesto no indicaba nada bueno.

-¿Que pasa Patricia? Le dije.

-Tengo una duda, pero..No sé si decírtelo. Me contesto dejándome más intrigada.

-¿Pero? Dímelo ya, al final me lo vas a decir igualmente. Le dije apurándola.

-¿Tú crees que nuestros maridos nos son fieles? Me dejó muda, pues nunca se me había pasado por la cabeza, bueno lo que había pasado los últimos tres días, si me lo llegan a decir un mes atrás no me lo creería.

-Pues, que quieres que te diga, visto lo visto, no te puedo decir nada, pues ya no me fío ni de mi misma.

-Pongámoslo a prueba.

-¿Cómo? Pregunté cada vez mas intrigada.

-No te preocupes, Elsa nos echa una mano. Dijo convencida.

Cuando llego Elsa se lo propusimos, y por supuesto que nos echo in mano, a parte decía que tenía ganas de probar esas dos pollas, nos dijo que no subiéramos en veinte minutos, luego subieran sin hacer ruido, nos dejaría la puerta medio abierta para que pudiéramos observar.

Esperamos media hora y subimos despacio para no hacer ruido, efectivamente la puerta estaba medio abierta, asomamos la cabeza con cuidado, y allí estaban, habían juntado la cama y Elsa desnuda completamente entre los dos dándoles una mamada por turnos, mamaba una y pajeaba la otra, Manuel nos empezó a tocar el culo, total acabamos los tres follando en la bodega paraqué no nos escucharán, por fin Manuel pudo reventarme el culo.

Más tarde nos dijo Elsa, que les dijo que estábamos en la piscina los tres, y cuando les propuse follar para alegrarlos un poco, se miraron el uno al otro y bueno pues follaron como pudieron, no creo que en su estado fuera lo mejor, pero ¿Quien se puede resistir a Elsa?

Cuando les bajo un poco la inflamación nos volvimos para casa, pues allí estarían mas cómodos.

Pero al llegar Patricia y yo, nos dimos cuenta que no éramos las mismas que cuando salimos de la ciudad para ir al pueblo, y por suerte para nosotras continuamos siendo unas putas...

Pero bueno eso ya es otra historia...