Por esos periodos de tiempo sufriendo "La maldición de la mente en blanco".
Me crucé de brazos y suspiré nervioso. Ya está, ya no hay vuelta atrás, me dije. Todo lo que había ocurrido en las últimas horas me había hecho tomar la decisión de marcharme, pero todavía no era capaz de asumir las consecuencias de lo que iba a hacer.
¿Hacen falta palabras para describir un sentimiento? (Resubido desde mi antiguo perfil)
- Me encanta cuando sonríes así. Edu me abrazó desde atrás, haciendo que yo dejara de caminar, y respiró contra mi mejilla Nada de pensar en todo eso ahora. Mira, mañana para relajarte nos vamos a la piscina. Con lo que relaja el agua, dormirás como un bebé...
Y sucedió de nuevo, como la primera vez que habíamos bailado, aún sin saber quién era cada uno. La gente a mi alrededor desapareció. En mi mente sólo estábamos Becky, yo y aquél local que ya nos había llevado hacia la lujuria en una ocasión.
Necesito estar contigo de esa manera para que el recuerdo de lo bonito que es no sea borrado por la pesadilla de lo horrible que puede ser.
Fue un beso salado, por las lágrimas, pero dulce en mi cabeza. No pensaba que volviera a sentir de nuevo aquél estremecimiento que me producía hasta el contacto más inocente con mi prima.
Me convenció con un suave masaje en la entrepierna, y con la promesa de que llegado el momento me daría lo mismo que le había dado a aquél hombre. Yo sólo tenía que mantenerme callado. Recuerdo que esa noche no fui capaz de despegar mi mano de entre mis piernas, recordando lo que había visto.
Edu se estaba dejando llevar, quería explotar de una vez. Le había dejado con la miel en los labios y necesitaba descargar. Me gustaba esa forma suya de actuar tanto como la tierna y cuidadosa, tanto como la generosa.
A veces el trabajo de un técnico de mantenimiento puede ser más amplio de lo que debería... (Resubido desde mi antiguo perfil)
Sabía que no hacían falta palabras para saber a lo que queríamos llegar los dos. No iba a estropear el momento con mis bromas, simplemente iba a disfrutar de ella, de Becky de mi prima.
Esto era lo que no tenía que pasar, pensé. Pero no tenía voluntad para detenerlo. Ya no más. Sólo quería dejarme llevar y punto.
Quizá Vane fuera una mejor alternativa que el saco de boxeo para desahogarme... Me apetecía que esta vez fuera ella la que fuera a mi ritmo, que obedeciera mis caprichos. Quería dominarla.
Tal vez una aventura con una mujer como ella me hiciera dejar de pensar en mi prima. Y si no, al menos lograría desahogarme. Me daba la sensación de que desde el jueves no había dejado de pensar en sexo. Me sentía como un adolescente, y como tal, no iba a perder la oportunidad de echar un polvo
FIESTA VERANIEGA DE MÁSCARAS. Ven, con la cara tapada y el cuerpo lo mas destapado posible. Esta noche puedes encontrar a tu apasionada alma gemela.