Todas necesitamos dos hombres: nuestro esposo y nuestro amante. -Y entró a la oficina del jefe.
-Lo siento mamá. Hago muchas cosas por el sexo, he cogido con muchas personas y no me arrepiento. Lo haré toda mi vida porque es lo que me gusta.
-Y yo te amo a ti, Victor. Le dije. Nos acomodamos en posición cucharita para dormir.
-Eres mi ejemplo a seguir, te admiro por lo que haces y como lo haces. Me dijo. Si aprendo a ser como tú, ¿Puedo sacar tanto dinero como el que tienes?
-Sigue así, dame más. Decía el abogado y a los 3 minutos. Me vengo, trágatelos. Me dice.
Sus caricias me provocaron escalofríos. Sus huevos golpeaban mis nalgas en cada embestida. Mis tetas grandes se golpeaban entre sí y al minuto, tenía mi primer orgasmo. Mi cuerpo se puso flojo.
Se quitaron su ropa hasta quedar solo en ropa interior. Yo me levanté y me quité mí short y mi blusa. Se quedaron bobeando viendo mis tetas, que casi se salían del brassier. Los vi y sonreí.
-Sí señorita, diferencia de edad. Me dijo demasiado agitado. A su edad me llegué aventar hasta 10 palos en un día.
-Tenías razón, wey. Le dijo el flaco alto al gordo. Las serias son bien cogelonas.
Lo hice y quedé completamente desnuda. Me empiné y apreté mis tetas en la mesa de billar. Me recargué y vi de cerca el paño verde que tenía.
Hablé con mi novio, y lo sentía muy distante pero de alguna manera lo entendía. No era fácil escuchar como a diario se cogían a su prometida.
-Que rico. Gimió. Me acerqué a su oído. -¿Has mamado una panocha? Todavía entre gemidos, negó. Pero si has mamado una verga. Asintió. Es lo mismo. Y hoy probarás una. De nuevo asintió.
Enseguida la bonita agarró una tanga, y se metió a ponérsela al baño. Salió sacándose el short de lycra de entre las nalgas. Luego la fea hizo lo mismo.
Voltee a ver a Rafa y nos veía a las 5 mujeres desnudas mientras se masturbaba. Sabía que se las iba a comer a las 5 al mismo tiempo.
Y yo, mientras veía a aquellas dos parejas coger, me estaba masturbando riquísimo.
Me llegaron unos nervios terribles. Bebí de golpe todo el whisky que tenía y me levanté. Caminé hacia el espejo y me vi, analicé a la Julia de la mañana y a la Julia de ese momento. Voltee a ver a Edith. -Vamos a disfrutar de esta nueva vida. Dije.
-Si me cambiarías por Marcela. Tengo mejor cuerpo, cojo mejor y hago de todo. Llevé mi mano hasta su entrepierna.
-Les estoy pagando por la cogida que me dieron. Les dije. Son $5 mil pesos.
Mi imaginación voló, había visto mucho porno para saber lo que vendría. Tendría una doble penetración.
Nuestras tetas chocaban al ritmo de los movimientos, sus gemidos se unían a mis labios, nuestras lenguas jugaban entre ellas. Tocaba mis nalgas, mi espalda. Yo estaba muerta del placer, de la excitación. Me sorprendía tanto la habilidad con la que cogía mi amiga.
-Oiga profe, le voy a dar una cogida a su novia que no olvidará. Dijo el amigo de mi novio.
Fue lo más rico que he sentido. Quiero hacer el amor toda la vida y con todo el mundo. Dije. -¿Me puedes hacer lo mismo? Levanté mis piernas.
-Tú mamá no va a regresar hasta la noche. Me dijo. -¿Estás segura que quieres hacer el amor con Pablo?
Y cedí, solté un llanto y mis lágrimas salían, y ya no me moví.
Ahí decidí que quería que mi hermana se quedará con mi novio, eran parecidos. Yo ya no quería ser así. Cuídate Rafa, que seas feliz con mi hermana.