ADMIRADORES (12)

Llegamos a la docena y los admiradores siguen escribiendo y mandando cosas bien calentitas como ya se habrán dado cuenta por las confesiones anteriores. Como siempre trato de preservar la identidad de todos aquellos que escriben sus propuestas o fantasías que les inspiran mis fotos y relatos. Espero que estas también sean de vuestro agrado.

Hola Piru, voy a contarte la fantasía que me inspiras a ver qué te parece. "El otro día me acerqué a ver a mi médico de cabecera, pero no precisamente para una revisión, sino para robarle unos objetos valiosos que él guardaba. Intentaría hacerlo sin violencia y que no me viera nadie. Cuando llegué me hicieron pasar a la sala de espera y había una hermosa mujer y un hombre esperando. Me senté al lado de ti y comenzamos a hablar. Llevabas una falda que te llegaba justo por encima de las rodillas, con una blusa blanca transparente en la que se podía apreciar tu hermoso escote. Tenías medias negras y unos zapatos de tacón. Estabas muy linda.

De repente le tocó el turno al hombre que estaba con nosotros y yo había estado esperando aquel momento. Sentía un enorme deseo de poseer aquel hermoso cuerpo y penetrarte una y otra vez, por lo que me insinué pero tú me rechazaste. Aquello me descontroló y no pude menos que forzar la situación. Te arranqué la blusa de un tirón sin importarme de estar en donde estaba. Te tumbé en el suelo y tú te resistías pero notaba que te estaba gustando la situación. Estábamos tumbados en el suelo y te bajé las bragas con una mano mientras con la otra te inmovilizaba y te penetré violentamente. Gritaste y comencé a empujar con fuerza. Te pedí que te callaras que no quería hacerte daño justo cuando entraron el médico y el otro hombre al escucharte gritar y me sujetaron. Conseguí zafar y saqué una pistola. Le dije al médico que me diera las joyas que guardaba y una vez conseguido el botín me iba a retirar pero me dio mucho morbo verte follar con aquellos dos hombres por lo que los obligué a que te lo hicieran por los dos sitios.

Al principio estaban muy reacios pero según avanzaba la cosa os fuisteis poniendo muy cachondos. Yo estaba sentado enfrente de vosotros, me estaba masturbando mientras os veía tan excitados. Tú estabas encima del médico, cabalgabas con una descocida, llevabas un sujetador negro muy sexy y me excitó verte follar con las medias negras puestas. Mientras cabalgabas se la chupabas al otro hombre. Se la dejaste muy dura y de repente se corrió en tu boca y tú te lo tragaste todo. Los dejaste a los dos sin fuerzas, por lo que te acercaste a mi que me estaba masturbando, te abriste de piernas delante de mi erguida polla y comenzaste a bajar y subir sin llegar a tocarla. Me estabas provocando, te obligué a que te sentaras sobre ella y te movieras con fuerza. Te la metiste entera y subías y bajabas continuamente mientras te lamía tus hermosos pezones, que estaban duros como una piedra.

Gritábamos, estábamos excitadísimos. Te dije que me iba a correr y me pediste que aguantara, que querías tragártelo todo, por lo que me puse de pie y me lamías la puntita y glup...la tragaste toda, la chupabas como si fuera un helado, me estabas sacando todo el jugo. Notaste como corría la sangre por la vena de mi caliente pena y empecé a correrme como un descocido. Lo eché todo en tu cara, te golpeaba con ella en la boca y la relamías. Te levantaste y nos besamos, comiéndonos mi flujo con nuestras lenguas. Te até con los otros dos y me fui. Nunca había hecho un robo tan placentero"

Bueno, espero que te haya gustado mi fantasía, un beso (Juan)

Hola Piru, me encantaría conocerte y follar contigo, ummmmmmmmm un verdadero placer. Te mando fotos para que veas cómo me pongo cuando te veo. Quisiera que me mandaras tú una foto. Besos (Javier)

Hola linda...soy de México...pero...todo se puede en la vida ¿no?. Tienes un cuerpo excitante...no sabes lo que me encantaría hacerte...

Besos en cada centímetro de tu piel....(Guillermo)

Hola Piru, me han gustado tus fotos. A mí me gustan las mujeres así, con experiencia y más de 40. Estás en auténtica forma. Me gustaría ver alguna foto tuya más íntima, prometo devolverte una mía. Yo soy de Madrid. Besos (Tito)

Hola Piru, estoy solito en mi cuarto y me estoy arrechooooooooo!, me la estoy corriendo sobre tu foto, abre la boca si quieres un poco de leche (Pedro)

Hola linda, la verdad que tienes un cuerpo muy rico...la verdad que tienes unas tetas que se antojan comer...y unos labios (vaginales) que se antoja chupar. En verdad tu marido debe estar muy satisfecho contigo...en verdad te admiro...eres una mujer muy cachonda e interesante...

La verdad no podré dejar de masturbarme imaginándote conmigo... (Guillermo)

Querida Piru, a lo mejor pensabas que ya no me acordaba de ti, pero estoy ocupado y no puedo conectarme mucho. Te sigo reiterando mis ganas de "cogerte", que no son pocas. Conseguí una cámara así que voy a hacerme fotos para mandarte. Me haría mucha ilusión que me enviaras un primer plano de tu conchita, porfa... (Santi)

Hola Piru, acabo de llegar de las vacaciones y al ver nuevamente tus fotos se me ha puesto dura. Tu culo me parece muy muy bueno y me encantaría chupártelo y meterte mi lengüita por tu agujerito ¿te gustaría?. Espero que sí porque a mí me encanta hacerlo. Luego te metería un dedito para que se vaya dilatando hasta que esté preparado para mi polla. Luego follaría ese jugoso coño hasta que estallaras de placer. Sacaría luego mi polla y terminaría corriéndome en tu cara y tus tetas. Evidentemente esto lo intentaríamos repetir todas las veces que podamos.

Me encanta verte preciosa. Estoy preparando unas buenas fotos para ti guapísima.

Cuéntame qué te gusta y cómo te gusta follar.

Un besitooooooo preciosa (Jarto)

Hola de nuevo Piru, te he visto y leído en revista amateur. Estás espléndida como siempre y por cierto Euge va bien armado. No te puedes quejar.

Me alegra que haya matrimonios tan liberales como vosotros, espero que os vaya bien. Besos (Fernando)

A mi querida y deseada Piru:

Te envío un relato inspirado en ti que le puse de nombre "No solo un recuerdo" y espero que sea de tu agrado.

"Es una tarde de primavera, de un septiembre cálido y apetecible. Estoy repasando la ropa, cosiendo botones, eso que hacemos las mamás cuando no tenemos nada que hacer. El tedio me puede y pongo la radio para que me haga compañía. Giro el dial buscando algo que pueda oírse, hoy día la música parece un ruido infernal. Una melodía me suena familiar y se oye una voz, es la voz de Alberto Domber anunciando Canciones y poemas de tierra adentro. De pronto empieza a sonar una milonga pampera, la milonga del peón de campo de Jorge Cafrune: <<...Soy peón de la estancia Vieja, partido de Magdalena y, aunque no valga la pena, anote que no son quejas...>>.

Una descarga eléctrica me recorre el cuerpo y a mi mente vienen Clímaco y Cipriano, dos peones de la estancia del Marqués, en la orilla Montielera, allá por Sauce Norte. Yo iba en tren a Altamirano, era un viaje largo y lento, insoportable para una chica de 23 años. Recuerdo que la calefacción y el traqueteo del tren me producían una extraña sensación de agobio y claustrofobia. Eso hacía que me moviera constantemente en mi asiento. Estaba en un compartimiento para seis personas, pero en aquellas últimas 14 horas de viaje el tren estaba prácticamente vacío, así que estaba sola en la cabina. Salí al baño cuando me los encontré una cuantas cabinas más allá. Estaban comiendo carne seca y tomando vino. Sobre los asientos tenían los ponchos y una guitarra. Me hicieron señas para que entrara y yo les hice entender que iba al baño.

A la vuelta estaba Cipriano esperándome en la puerta, como para asegurarse que aceptaría su invitación. Entré y comí un poco de carne y también bebí (¡Hay de mí!) un par de tragos largos de vino, mientras ellos cantaban tangos y milongas, coplas pampeanas con acento ininteligible y patente desatino, así que me disculpé y volvía mi cabina.

Al instante de acomodarme Cipriano tocó la puerta, la abrió y me dijo "con su permiso vamos adentrar, aunque no semos convidaos". Les hice un gesto de aprobación. Entraron y sin decir esta boca es mía, Clímaco se sacó la minga, se vino hacia mi y, ante mi incredulidad, me la metió en la boca. No se cómo lo hizo, pero de repente me encontré chupándole la minga. Cipriano me separó las piernas y me quitó las bragas y, antes que pudiera darme cuenta, me estaba cogiendo brutalmente. Era increíble, sin mediar palabra alguna tenía una minga en la boca y otra en la concha.

Poco a poco fui reponiéndome de la sorpresa y pensé "Qué carajo", quién puede resistirse a una oportunidad como ésta, pero la cosa estaba para actuar y no pensar. Clímaco me largó en la boca lo que pareció medio litro de semen. Le empujé y me deshice de Cipriano y escupí lo que tenía en la boca. Me ofrecieron vino para aclararme la boca. Una vez limpia les dije que si querían cogerme tendrían que seguir mis condiciones y nos desnudamos los tres. Hice que se sentaran uno enfrente del otro y me volví a meter la minga de Cipriano mientras se la reanimaba a Clímaco. Cipriano me golpeaba el trasero con sus empujes brutales, cuando de pronto sacó su minga y se corrió sobre mi concha, llenándome los pelitos de leche y luego, con la mano, me la esparció por toda la vulva.

Volví a enfadarme con él y lo mandé a buscar agua para lavarme. Al poco apareció con un cuenco de agua y una navaja para rasurar. Me sentó, me abrió bien las piernas, me lavó la concha con gran delicadeza y luego me la afeitó.

Clímaco estaba empalmado a reventar, su minga era un puro palo de fuego, apartó a Cipriano y se tiró a comérmela, con la avidez y el deseo del peón, bruto pero noble, sin delicadez y sin malicia. Jamás nadie volvió a comérmela como él aquella vez. Qué placer da que te coman el coño recién pelao. Cipriano me ofreció su minga y allí estábamos los tres chupa que te chupa. Clímaco me la metió hasta el fondo y sus vaivenes sonaban a pisadas sobre el fango. "Empujá, empujá paisano –decía Cipriano- gozala que está linda así nomás". Cipriano estaba a tope, le cogí los huevos y los acaricié con una mano, pasándomelos por los dedos. Me largó en toda la cara ¿de dónde sacan tanta leche los peones?, no puedo entenderlo.

Y allí estaba yo, con los dos peones, la cara llena de leche y gimiendo de placer mientras Clímaco me poseía brutalmente y Cipriano me manipulaba los pechos como si fuera a ordeñarme, era una locura. Notaba la minga bien adentro mientras movía el culo rítmicamente para acompañarlo, la leche me resbalaba por la cara y se me colaba en la boca. Apenas podía articular palabra, solo un gemido entrecortado por una respiración cada vez más pronunciada. Tenía la sensación de que me iba a dar un ataque al corazón. Al final Clímaco se corrió sobre mi estómago y mis pechos. Estaba empapada en sudor, sucia, remozada en semen y...feliz. Había cogido como nadie hubiera podido imaginar, dos peones brutos como nadie me habían proporcionado un placer inimaginable.

Me regresan a la realidad los gritos de mi hija: "Mami, mami, te estás volteando la concha con el mango del cepillo del pelo, ¡te estabas masturbando, mamá!".

Un beso muy fuerte (Santi)

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