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Con dos amigas

en Orgías

Sábado a la tarde, en casa de Julia, una amiga del colegio. Julia es rubia, ojos verdes, mide aprox. 1.60. Bien flaquita, pero con algo de pechos. Vestía un jean bastante ajustado y un top blanco, sin corpiño. Estaba también Alejandra, otra amiga. Morochita, también de 1.60, pero con mas carne. Buen culo y buenas tetas. Vestía con una mini muy cortita y camisita algo abierta por delante.

Charlábamos de cualquier cosa, en el living de la casa de Julia. No había nadie mas que nosotros en la casa. Mientras charlábamos, empecé a mirar las piernas de Alejandra. Obviamente se dio cuenta.

– ¿Que miras, tarado? - me dijo.

– A vos, idiota.- le conteste.

– Te calientan sus piernas, no? - comento Julia.

– Si, y que?

Alejandra se paro y se acerco a mí. La agarre de la cintura y la tire encima mío. Abrió sus piernas y se sentó sobre mí, apoyando su cuerpo sobre el mío. La empecé a besar, ella intento un leve rechazo pero después también me beso. Nuestras lenguas se trenzaron un par de veces.

Julia empujó a su amiga, se sacó el top y se tiró encima mío, besándome muy lindo. Puso su pelvis sobre la mía, y hacía pequeños bombeos, tanteando el crecimiento de mi pene, cuyo tamaño se estaba notando por demás.

Alejandra me tiró hacia un costado, quedando acostado sobre el sillón. Entre ambas me tiraron al piso. Julia se sacó el pantalón, quedando con una tanguita negra, que el hilito se le metía bien en el culo. Alejandra se sacó la camisa y el corpiño, pudiéndole ver yo esas hermosas tetas que tiene. Entre las dos me desvistieron, mientras trataba yo de tocarles la mayor cantidad de cuerpo a las dos. Julia acercó sus tetas a mi pene, lo chupó un poco y se lo metió entre las tetas. Me masturbó unos minutos, impresionante que bien pajea este chiquilla. Alejandra puso sus piernas alrededor de mi cara, dejando su conchita sobre mi cara. Se la chupé, metiendo mi lengua bien adentro, acariciándole el clítoris, lamiendo sus juguitos. Sus gemidos parecían gritos.

Cuando la tuve bien dura, a punto de reventar, Julia se levantó, se sentó sobre mí y se la fue metiendo despacito, mientras con su amiga se besaban y manoseaban las tetas. La agarré del culo y la hice comenzar el bombeo, siempre bien profundo, bien adentro. Cada pijazo llegaba a sus entrañas y venía acompañado de un grito, mezcla de dolor y placer. Sentía que se desvanecía sobre mí, acelerando el bombeo. Su grito se fue haciendo continuo y mi pija no dejaba parte de su concha sin rozar. Sus jugos predecían su inmenso orgasmo, culminado en un grito fenomenal de placer.

Yo seguía caliente, sin aun signos de acabar. Le saquee la pija a Alejandra y me tiré encima de Julia, que nos miraba con cara de lujuria. Un par de besos lenguosos alcanzaron para entrar conjunción con ella. Le chupé las tetas, ella me manoseó el pene durísimo y se lo llevó a su concha. Se lo metí rápidamente. Bombeé muy fuerte, gritando mientras ella gemía más fuerte. Bombeé mucho, muy fuerte. Creía que la iba a partir en 4, por lo flaca que es, pero resistió. Me tiró para atrás, con mi pija adentro suyo. Ella se puso encima. Quería seguir cogiendo y sentir mi leche. Seguimos con la cogida, pero a una velocidad espeluznante, jamás había cogido así. QUE PLACER!!!!!!!!

Al fin, estallé dentro de ella, mientras comenzaba su orgasmo. No dábamos más. Nos dimos un beso muy lenguoso y nos quedamos los tres tirados en el piso del living. A los pocos minutos, nos dormimos. Varias horas después, nos despertamos. Nos miramos y prometimos hacerlo seguido.