Esto ocurrio el viernes a la tardecita, después de llegar de
la facultad. Estaba yo en mi cuarto, mirando la tele, tranquilo, descansando.
Al rato llega mi hermana, Carolina, de 16 años, colegiala aun, de su clase de
gimnasia.
Caro tiene muy buen cuerpo, muy desarrollada para su edad. Lo que más me
impresiona son sus pechos, que, a pesar de ser bastante grandes, son muy firmes.
Ese dia, tenía puesto unas calzas negras hiperajustadas. O no se las habia visto
nunca o habia crecido bastante y le quedaban algo "chicas". Se le metian bien
adentro de su cola, marcandosela muy bien. Como suele ir al gimnasio, la cola la
tiene bien durita y paradita. Por adelante, le marcaba bien la conchita. Dudaba
en esos momentos si tenía puesta una bombacha, casi afirmando que no. Arriba se
habia puesto una remera de lycra blanaca, super ajustada, sin corpiños. Como
esta transpirada, la tenía toda mojada, por lo que se le trasparentaba mucho el
cuerpo.
Entró a mi cuarto y se tiró junto a mí en la cama. Me abrazó y me dio un beso
largo en la mejilla, apoyando su pecho sobre el mio.
- Como estas? - me preguntó
- Bien, un poco cansado.
- Yo tambien - tirandose bien sobre mi- estoy muerta.
Rodeé su cintura con mis brazos. Asi nos quedamos unos minutos, cuerpo a cuerpo.
Tenerla a mi hermana encima mio, con la ropita que tenía y lo "cariñosa" que
estaba me estaba subiendo la temperatura.
Bajé mis manos sobre su cola y la manoseaba suavemente. Caro levantó la vista y
me miró con cara de no entender nada.
- Que estas haciendo hermanito?
- Nada, te estabas cayendo y te sostengo.
- Ay, como me cuidas!!!!
Se acomodó, apoyó todo su cuerpo contra el mio y me dio un beso en la boca. No
pude resistirme y le di uno yo. Nos dimos unos cuantos besos, después, subiendo
en intensidad ya incluiamos nuestras lenguas. Mis manos manoseaban su culo y
llegaban a veces, por su entrepierna, a su rayita, muy mojadita. Ella se levantó
un poco, me abrio el pantalón y me masturbó unos minutos. Yo le saqué el top y
jugaba con sus tetas. Giró Caro sobre mi y comenzó a darme una mamada. Me lamia
la verga en toda su extensión, los huevos, me la acariciaba, me la metia entre
sus tetas. De solo acordarme, me caliento todavía. Yo le bajé las calzitas,
confirmando que no tenía bombachita puesta y empece a lamerle sus jugos
vaginales, que ya abundaban. Le lami los labios vaginales, le meti la lengua
dentro de la conchita, la masturbé un rato, al clítoris no le dejé parte sin ser
chupada. El mejor 69 de mi vida, encima con mi querida hermanita.
Le saqué varios orgasmos. Ella se llenó la cara con mi semen. Se lo distribuyó
en las tetas tambien. Los gemidos y gritos que pegamos fueron impresionantes.
Nos dolia todo a los 2, no dabamos más. Ambos nos dormimos un rato.
Al despertarme, mi hermanita Carolina ya no estaba en mi cama. Fui a su
habitación y ella se estaba terminando de cambiar, luego de bañarse. Se habia
puesto una mini chiquitisima y una remerita super ajustada, bien al cuerpo. Al
verla, le dije:
- Que bien te vististe, amor!
- Bien perrita para vos! Aparte, te tengo una sorpresa.
- Cual?
- Esta llegando Josefina, te acordas de ella?
- Seguro, tu amiga, la que me calienta.
- Exactamente, y va a venir a verte.
- Wow.
Pero lo que paso esa noche, con Carolina y Josefina, es otro relato.