Angelina

Faço promessas malucas
Tão curtas quanto um sonho bom,
Se eu te escondo a verdade
Baby, é pra te proteger da solidão.
Faz parte do meu show,
Faz parte do meu show, meu amor.

"Faz parte do meu show" ( Cazuza. Cantautor brasileño)

Que este tío tiene un olor insoportable (-Oh, sí, así corazón. Cómo me pones, guapo) pero este dinero me viene de perlas para pasar por el supermercado (-¿Qué nunca te han dicho que eres fantástico? Vaya, si tienes un pollón increíble...) A ver si acabas ya, que no puedo respirar evitando tu boca con esos dientes mal cepillados (-Ay, mi amor, qué manera de follar tan rica, mira cómo me dejas de cachonda...) Hoy me haré unas lentejas con tocineta y lacón que los niños no comen carne desde hace como dos semanas (-Ay, qué profundo la metes, cariño. Que tienes como medio metro todo puesto en mi coñito. Así, así, mira como goza tu perra...) Claro que no puedo gastarme todo porque la factura de la electricidad está por llegar y hay que pagarla, vamos (- Oh, dame más duro, borriquillo. Menéame como si estuvieras montando nata dentro de mi chocho, lléname el tanque, machote...) Por Dios, que este tío no se viene nunca y ya no sé más que hacer para hurtarle mi boca (-Pues sí, que nunca me han follado con tanto arte, nunca la sentido de este modo...) Claro que no, que a fe mía que eres un verdadero inepto a la hora de follar, seguro te has estrenado con una pobre oveja que era incapaz de decirte nada...Pero juntando lo que me diste a lo que guardé dentro de la novela que tengo en mi casillero creo que hasta podría hacer una extra y llevar a los peques una botella del refresco ése que les gusta tanto (- Mmm...cómo me gusta, nunca he conocido un machote con tanto ímpetu, mira...) Si este bruto no termina en cinco minutos voy a perder el autobús y llegaré al barrio con los negocios cerrados. No tendré más remedio que abrir una lata de sardinas y preparar unos emparedados con lo que reste de pan. Ya me los escucho decir "Mami, ¡ otra vez sardinas con pan !" (-Así, así, mira cómo me dejas el chochín con tanto mete y saca de ese mástil de bandera...Que me vengo casi de gusto, guapo...) No me animo a meterle un dedo en el culo para que apure porque este bruto es capaz de darme un sopapo y no quiero llegar a casa golpeada como la otra vez. No puedo decir siempre que me he tropezado y caído, vamos. (- Ah, que me siento explotar, machote! ¿No quieres correrte conmigo? No doy más, te juro. Me has puesto del revés con tanta pija que gastas...) Si no se viene ya voy a tener que dejarme besar a ver si se corre. Tengo apenas diez minutos para correr a la parada y tomarme el autobús de las 19:30. Si todo va bien puedo hacer la compra, ¿quedará alguna cebolla en el canasto? Porque sacando bien las cuentas debiera quedar una reservada para cuando pudiese comprar un poco de carne...(-¿Estás listo ya, tesoro? Yo me estoy haciendo aguas, mira. A poco puedes ver como me corro por los costados de tu vergota, del puro placer que me brindas. Ah, así, así, eso...más duro...) Oh, no, no puede ser que tenga tanta mala suerte...que me vienen ganas de cagar justo ahora y no puedo perder tiempo. Seguro que con tanto serruchar y mis nervios me dará la diarrea...( -Oye, guapo, déjame ir al baño un minuto, que no tardo. Sí, claro que seguiremos, si me encanta cómo me follas, bonito. Lo que sucede es que me ha dado gases...¿Qué los largue? Pero no, mi cielo, que no va a gustarte. Sácamela un poquito que ya regreso descargadita y me sigues dando toda esa maravilla. Nooo, es que no me gusta peerme delante de un tío tan sabroso como tú, sácamela, vamos. Que no aguanto más, te lo juro.) Pero qué se habrá creído este guarro que por esa miseria de pasta y de verga le voy a hacer la fiesta de cagarle las bolas (-No, mi cielo,... en serio, que debo ir al baño ya, sácamela que vuelvo en un instante y seguimos) Que ya está pasando el autobús, la puta que te parió, y que me cago sin remedio y tendré que abrir una lata de sardinas por tu culpa, desgraciado...

El hombre no la soltó. El culo de Angelina no resistió la bronca y la desesperación, abriéndose en una catarata que empastó la cama, los testículos del hombre y las nalgas pálidas de la mujer con un olor pestífero que sólo ofendió las narices ya bastante ofendidas de Angelina. Y como si ese fuese justamente el resorte que pusiese orden en el mundo del terco cliente, una riada inmensa y caliente de esperma desbordó como respuesta mientras la mujer en vez de aprobar la hazaña y murmurar palabras bonitas como era de costumbre en su improvisado oficio, se deshizo en llanto soltando los tacos más soeces que su memoria fuera capaz de hilvanar.