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La chica y la Hinchada Reload

en No Consentido

LA CHICA Y LA INCHADA- Secuela

Nuevamente, una chica de campo asiste a un recital repleto de pesados rockeros. Como la banda soporte no era buena, se divertirán ¿violando? A la chica salvajemente.

Gente, "Marty" es "Ariel el argentino", solo que cambio de nombre y de dirección. Quiero decirles un par de cosas, agradezco infinitamente a los lectores que se toman la molestia de leer lo que escribo. Luego, los relatos son solo ficción, y nada mas que eso. Y en cuanto a las faltas de ortografía, si, soy un inculto, pero estos relatos no son para que te lleguen mensajes profundos o algo, son para divertirse o para tocarse un rato frente a la pantalla. Para leer buenas cosas, agarren un libro que esos si que no las tienen. Yo escribo rápido y poco me fijo si no hay comas o tipie mal, porque si lo hago también pierdo yo, no me divertiría escribiéndolos. Pero si alguno quiere corregirlos y ponerlos de nuevo en la pagina para lectores asiduos de relatos pulcros, yo no tengo drama, igualmente, me tome el trabajo y corregí la ortografía para que no chillen tanto. Basta de chachara, acá esta el relato. Ah, una cosa, el anterior relato de "la chica y la hinchada" era Pampita Ardohain, a ver si adivinan quien es ahora ( y no hay que se super avispado para saber quien es la protagonista J )

Esto sucedió cuando Liz tenía quince años recién cumplidos. Viernes por la tarde, hacia frió, todavía no terminaba el invierno. Y ese viernes era la emoción de Liz, había llegado del interior del pais hace unas dos semanas, regalo de sus padres por cumplir 15 años. El viaje a la capital del país, BS As, era uno de sus sueños que se hacían realidad. Había llegado sola a Bs.As, su familia se reuniría con ella dentro de unos días. Y ella quería aprovechar su estancia sin su familia al máximo, a pesar de que estaba en casa de sus tíos.

Liz quería ir a ver a "La Renga", una banda de rock pesado de bastante éxito. Ya tenia las entradas, era su 1° recital y estaba muy emocionada de verlos en vivo. Le había dicho a sus tíos que se encontraba con una amiga que tenia en Bs.As, y que saldría a cenar y al cine. Pero esa amiga era una mentira, Liz sabia que no la dejarían ir al recital sola.

Perdida en la noche de Bs. As, se dirigía al estadio con una guía de la cuidad, preguntando inocentemente a cada cuadra que recorría. Muchos jóvenes y otros no tanto se la quedaban mirando, pero Liz ni se daba cuenta de ello. Tenia una muy bonita carita de piel levemente tostada, ojos celestes y cabello rubio. Cada vez que preguntaba ella sonreía con carita de nena que enternecía o excitaba a quien la mirase. Como hacia algo de frió, tenia puesta una campera de cuero marrón larga hasta las rodillas. Pero bajo eso, la campera ocultaba el cuerpo de toda una mujercita que se desarrollaba de manera abrumadora. Tenia puesto una falda larga hasta casi los tobillos, con tajos a los costados que llegaban hasta las rodillas. La tela se ajustaba a sus largas piernas, y destacaba su cola redondita y firme. Luego, tenia una camisa negra que se ajustaba en sus generosos pechos, herencia de su madre. Luego, unas botitas de cuero negro de media caña, y se haba peinado como siempre, con dos trencitas a cada lado, que le daban un aspecto de indiecita divina.

-adiós bomboncito!...- Le gritaron unos pibes sentados en una masa de un bar. Liz bajo la cabeza tímidamente, se sentía apabullada ante la arrogancia de los porteños, mas que estaba acostumbrada a la tranquilidad de su pueblo.

-Y que hace sola una chica tan bonita como vos?- Le había insinuado un Policía babosamente ya cerca del estadio donde era el recital. Liz estaba nerviosa, se estaba dando cuenta de que estaba completamente sola, pero no hizo caso.

Miraba a su alrededor asombrada, alrededor del estadio estaba lleno de gente, muchos tirados en la vereda bebiendo cerveza, fumando porros, otros peleándose. Ella se alejaba de esto caminando rápidamente hacia la entrada, pensando que esos no iba a entrar al recital. Se puso en la fila, la que casi en su totalidad eran hombres y jóvenes borrachos y drogados, grandotes y melenudos. Se sintió mal, se estaba asustando, y pensaba que no era muy buena idea haber venido sola.

-solita mi amor???...- Le dijo uno desde atrás de ella, tirandole aliento a alcohol en la nuca. Liz lo escucho pero solo miro a su frente, tratando de evitarlo, roja como un tomate.

-mira la nena que hay halla, debe ser una perrita abajo de esa camperota...-

-si, tiene una carita de putita..- Liz escucha esos comentarios y rogaba que llegase ya a estar dentro del estadio. Finalmente, llego, había dos guardias tanteando armas a la gente que entraba. Liz tubo que torcer el cuello para mirarlos a la cara, eran enormes, y ella chiquitina.

-brazos arriba..- Le dijo el guardia. Liz lo hizo y comenzó a tantearla. El recorrió al cuerpo de Liz despacio, disfrutando lo que hacia. Le manoseo la cola con las dos manos, pero Liz no dijo nada, Luego, las subió y descaradamente, apretó sus senos.

-esa prohibido traer globos, jaja...- Dijo irónicamente el guaria al sentir los generosos pechos de ella y miro a su compañero con una sonrisa cómplice, y la dejo pasar. Liz estaba muerta de vergüenza de que le hagan aquello en frente de tanta gente, además de que nadie jamás la había tocado así.

El estadio estaba medio lleno. Quiso avanzar hasta el frente, al escenario, pero no pudo, solo llego a la mitad de la cancha. A medida que pasaba los minutos, se haba llenado mas y mas de gente. Cuando se quiso dar cuenta estaba apretujada entre la multitud. Comenzó a hacer calor, y el olor a porro y alcohol la ahogaban. Además, como era chiquita, apenas podía ver el escenario.

Miro a su alrededor, estaban cerca de ella los que comentaba groserías en la fila. Había unas chicas, pero pocas y estaba en los hombros de sus novios, con una completa visión del escenario. Luego, prácticamente el 90% de los que estaba a su alrededor, eran hombres sudados, algunos con el torso desnudo, alcoholizados, riéndose y gritando.

Sentía mucho calor, ya estaba un poco transpirada, y se decidió a sacarse la campera. Tubo que hacer esfuerzo para ello, no había lugar para mover los brazos.

-mmm... mira la colita que tiene la petiza...-

-hu, que linda rubita...- Escuchaba Liz a su alrededor. Sentía los ojos libidinosos sobre ella, ahora que no llevaba campera, podían apreciar el cuerpo de la niña.

-que tetorras tenes mamita!..- Le grito uno a unos metros de ella. Liz solo bajaba la cabeza vergonzosa, ya deseando no haber venido. Poco a poco, avanzaba hacia el frene, rozando los torsos desnudos y transpirados que la rodeaban.

Comenzó a tocar la banda soporte. Era desconocida, y al 1° tema, el cual Liz escuchaba con atención. La gente comenzó a abuchear, a silbarle y a gritarle cosas.

-"La Renga!! ¡¡La Renga!!!...- Coreaban mientras la banda soporte seguía tocando pese a todo. Liz miraba asustada como muchos a su alrededor se quejaban, y lanzaban cosas al escenario. Trataba de caminar, peor cada vez era mas difícil, además la ropa se le pegaba su cuerpo por la transpiración, resaltando sus curvas.

-hay!..- Dijo Liz cuando sintió que le pellizcaban la cola. Miro a su alrededor, eran todos hombres, no podía saber quien había sido. Estaba mas y mas apretada entre la gente. Estaba rodeada de jóvenes y hombres mucho mas altos que ella, que hacían una especie de muro a su alrededor. Ya ni sabia en que lugar del estadio se encontraba.

-permiso... por favor..- decía Liz tratando de abrirse paso. Sintió otra mano que le tocaba la cola, ella se movía lo mas rápido que podía, pero no llegaba a ningún lado, estaba rodeada. Muchos la miraba sonrientes, babosos de ver a una jovencita tan bonita y sin compania. La ropa de Liz estaba toda pegoteada por la traspiración de ella y la que rozaba al pasar. Luego paso lo peor, no sabe de donde vino, pero cayo una lluvia de agua donde estaba, mojándola completamente de pies a cabeza. Los que estaba a su alrededor gritaban contentos por el refresco, pero a Liz no le gusto mucho..

-Ho...no..- Se dijo a si misma al mirarse. La camisa se había pegado a su cuerpo, resaltando sus pechos, la tela se había transparentado y se le veían claramente los pezones erectos por el agua fría.

-huuu... mira los timbres de la nenita!!..-

-hola perra!!..-

-solita mi amor??...- Le decían los que estaba a su alrededor. Liz mentía, y decía "estoy con mi novio!" a cada rato, para que no le hagan nada. Y seguía tratando de caminar entre la multitud. Pero llego a un punto en que no pudo caminar mas, estaba cansada de hacer fuerza, y ya estaba tan apretujada que ni podía moverse.

-y tu noviecito, donde esta eh??..- Sintió que le decían al oído. Alguien la apoyo desde atrás. Liz sintió como pegaba su cuerpo contra ella descaradamente. Luego, comenzó a sentir las enormes manos del extraño en sus piernas, que iban subiendo.

-pare!.... no!!... que haces??- Decía Liz asustada y sin entender que pasaba. Pero nadie la escuchaba. La música de la banda soporte sonaba muy fuerte, y Liz apenas distinguía su propia vos. Además que estaba lleno de gritos y abucheos.

-mmm.. que cuerpito nena... como te llamas?...- Le decía la vos gruesa la oído. Las manos subieron hasta sus pechos y los apretaron fuertemente, y comenzó a masajearlos. Liz se retorcía tratando se safarse. Liz pensaba que el extraño debía ser enorme por el tamaño de sus manos y el tacto que sentía de su cuerpo pegado a su espalda.

-déjame!!. Esta mi novio!! déjame!!..- Gritaba ella, pero el cuerpo detrás suyo la tenia bien agarrada de las tetas, y el muro de gente le impedían hacer algo.

-que novio? No hay ningún novio...- pero que globos nenita!!... mmmm...- Seguía diciendo la vos a sus espaldas asquerosamente. Le masajeaba los pechos, los movía por encima de la camisa mojada, aplastándolos a su placer.

-esto es una mierda!!! Queremos a La Renga!!!...- Gritaban a su alrededor. De pronto, Liz, que miraba a todos lados en busca de ayuda, vio como los que estaba a su alrededor miraban lo que sucedía, como la estaban manoseando. Sintió alivio, alguno la habría de ayudar. Pero no, solo se dieron vuelta, y ahora tenia a un muro de hombres transpirados mirándola sonrientes. Se asusto, los miro con sus ojos celestes a punto de llorar a ver incontables manos que se dirigían hacia ella.

-la pendeja es mía primero!! Después se las doy y hagan lo que quieran!!- Dijo la vos detrás de ella y nadie la toco. Solo el que tenia las manos firmemente agarrada a sus tetas.

-Soltame!!, por favor!!..- Gritaba Liz desesperada, arrepintiéndose de haber venido sola al recital. No quería imaginarse lo que le harían todos esos hombres.

-como te llamas mi amor??...- Le decía la voz detrás de ella pasándole la lengua por el lóbulo de la oreja, llenándola de saliva. Liz no decía nada, solo de daba mucho asco lo que pasaba, y se movía intentando safarse.

-no queres decirme como te llamas Indiecita??.. no importa, vos y yo la vamos a pasar muy bien...- Le decía la vos mientras bajaba una mano hasta las piernas de Liz y la apretaba por encima del vestido, directo en su vagina.

-nooo.. por favor....- Lloriqueaba Liz. El olor a transpiración la mareaba, estaba aterrada por tantos hombres mirándola lascivamente mientras uno le mandaba mano por todos lados. Creía que era un horrible pesadilla.

-A ver Indiecita, que tenemos acá...- Dijo a voz metiendo si mano bajo la falda de Liz, y con un fuerte tirón, le arranco la bombachita de algodón que traia.

-ahhhyyyy!!!..- Grito la Indiecita al sentir que le arrancaba la bombacha salvajemente, lastimándola. Ella vio como el la tiraba hacia arriba y los demás hombres se peleaban por ella, y se la ponían en la nariz oliéndola asquerosamente. No entendía por que hacina eso, le parecía repugnante. Hizo mas fuerza para soltarse, pero solo conseguía resbalar y apoyar su cola mas en le bulto del hombre de atrás.

-huuu... que colita mas apretadita Indiecita...- e ver que tenemos acá arriba.... Dijo la voz agarrando la camisa de ella y abriéndola de un tirón, haciendo saltar los botones.

-que par de globos tenes Indiecita...- Decía la voz desgarrando el sostén y arrojándolo a la multitud que lo agarraba como su fuera dinero. Liz estaba muerta de vergüenza, sus ojos derramaban lagrimas sin parar. Se sentía muy humillada, tenia sus pechos al aire frente a un montón de desconocidos.

-como te chuparía esos gorriones india!!... – Le gritaba a su alrededor. Liz trataba inútilmente de taparse sus generosos pechos que brillaban de transpiración. La voz de atrás de ella agarro la falda y la desgarro, dejándole con una improvisada minifalda que apenas le cubría sus firmes nalguitas.

-déjame asquerosos!!... auxilio!!!.. Gritaba Liz sin saber ya que hacer. La estaba desnudando y no podía hacer nada. Le vos detrás de ella frotaba sus manos por todo su exuberante cuerpecito, recorría sus piernas resbalando en la transpiración, masajeaba las tetas, su lengua le chupaba el cuello.

-aahhyyy... duele!!.. déjame!!!.._ grito Liz ya desperada, al sentir como la voz le metió uno de sus gruesos dedos en la vagina. Hurgaban dentro de ella. A la Indiecita le causaba un dolor fuerte, y mas dolor le causo cuando sintió otro dedo mas meterse dentro de ella.

-aahh... al Indiecita esta sin estrenar!!!..-Grito la voz detrás de ella triunfante. Liz se retorcía y pataleaba, pero no conseguía nada, solo apoyarse mas y mas al extraño que la sometía.

-haayy... malvado!! déjame!!.. aahhy!!... por favor!!..- Gritaba la Indiecita desesperada llorando a raudales. Luego sintió en los cachetes de su cola algo caliente y duro. Los dedos seguían metiendose en su vagina. El instrumento duro se había metido entre sus piernas, y la Indiecita vio que era un pene enorme, largo porque salía hasta el otro lado de sus piernas. La cabeza era redonda y roja, chorreando un jugo blancuzco, y el tronco lleno de venas palpitando. Se aterrorizo mas pensando que con eso la iba a violar, destrozándola.

-por favor!!. Por favor!!!. No!!...- Gimoteaba tratando de evitar lo inevitable. Sentía que se desmayaba, la poca luz, le olor a transpiración, las hombres que la rodeaban y la miraban con deseo, la música fuerte, los gritos y abucheos... todo eso la mareaba. Nunca había estado con un chico, lo único que había hecho era darse un par de besos con un noviecito del campo, pero nada mas.

-mmm. Ahora vas a ver estrellas indiecita...- Decía la voz detrás de ella apretándole los pechos tan fuerte que la Indiecita apretó los dientes aguantando. Luego, sintió como el se acomodaba detrás de ella, pegándose a su pequeña espalda transpirada. El colocaba su enorme verga en la puerta de su virginidad. La Indiecita Trataba de cerrar sus piernitas lo mas fuerte que podía, juntándolas. Sus manos trataban de sacarse de encima las manos que manoseaban sus pechos. Pero el pené del extraño se deslizaba entre las piernas cerradas de la Indiecita, causa de las transpiración de los dos y el jugo que escupía el pene.

-noo!!:.. por favor.. se lo ruego!!: no... nnnaahhhggg!!..- La indiecita apretó sus dientes y cerro sus ojos al sentir que la vergota se le iba metiendo en su estrecha abertura. Había enterrado solo la cabeza, lo suficiente para que su vagina se abra la máximo.

-aagghh.. sacala!!.. aahhgg!!..- Gritaba la Indiecita llorando de dolor. Pero el extraño siguió empujando sin consideración. La estaba destrozando por dentro, ella sentía que le estaba metiendo algo muy grande y caliente que la habría la máximo.

-duele!!. Sácala!.!.Ahhh!! sácala..aahh!!aahhhhhhh!!!..- Grito la indiecita y cayo como desmayada. El extraño había embestido de golpe enterrándosela hasta los huevos, rompiendo su virginidad salvajemente.

-huu.. que conchita apretadita tenes Indiecita....- Jadeaba el como un toro triunfante de su logro Noto que ella estaba desvanecida, y dejo "traigan agua". Y en un instante, uno de los que miraban le tiro agua en la cara a Liz, despertándola. De golpe sintió un dolor muy intenso, que algo enorme estaba dentro de ella y la quemaba, y que era tan grande que parecía llegar hasta su estomago.

-aahhh!!!... Aahhhh!!...aahhhh!!!...-Comenzó a gritar ella producto de la embestidas del extraño. El seguía aferrándose a sus tetas, y bombeaba fuerte y sin piedad. Los demás miraba excitados como su jefe se cogía a una niñita rubia muy apetecible, y que pronto seria de ellos.

-aahh!!... sa!!.. sácala!!... aahh...- Gritaba ala Indiecita derramando lagrimas de sus ojos celestes, tratando de aguantar las brutales embestidas que recibía.

-como me calentas Indiecita!!. Que cogía toda la vida!!..- Decía le penetrándola mas fuerte y duro. Luego, el con una mano, comenzó a hurgarle la cola, y sin piedad, le metió el pulgar en el ano de Liz.

-Nooo!!. Aahh!!!...- Gritaba ella por le dolor que le causaba, el extraño movía su pulgar en círculos en el ano de ella, abriéndolo mas y mas. Los demás que estaba mirando habían sacado sus vergas y se masturbaban mirando el espectáculo. Ni hacían caso a la banda soporte que ya estaba tocando su ultimo tema. Liz miraba rápidamente hacia todos lados, pero solo veía un muro de hombres meneándose la verga, todas apuntando hacia ella. Cerro los ojos apretando los dientes, deseando que todo acabara ya.

-a ver como esta de rico tu otro agujerito...- Dijo el extraño, y saco se vergota de la vagina de Liz. Ella emitió un suspiro de alivio al sentir que ya no tenia ese garrote dentro de ella. Pero abrió los ojos del susto al sentir que el garrote se colocaba en su ano y comenzaba a empujar.

-noo!!... por hay no!!.. por favor!!.. noo.. aahhhh!!!...- Comenzó a gritar nuevamente, pero mas fuerte que antes. La verga de un empujón se haba metido dentro de ella hasta la mitad, dejándola sin aire. Liz temblaba sintiendo como se habría paso en sus entrañas, quemándola por dentro y causándole un dolor que nunca había sentido.

-huuyy..... mira como entra ajustaditaa...- Decía el extraño asombrado de que su semejante vergota entrara en tan pequeña cola. Luego de hacer mucha fuerza, su vientre choco contra los cachetes de la cola de la Indiecita. Ella no emitía sonido, estaba como paralizada, hasta que comenzó a bombeara nuevamente.

-diooooss!!. Nooo!!! Aahhh!!!..aahhh!!!!...- Gritaba la Indiecita, sentía como si le estuvieran taladrando a cola con una bate de béisbol. El extraño bajo su mano y comenzó a frotarle el clítoris, amenguando el dolor que Liz sentía. Con la otra le pellizcaba un pezón. Ella sentía como refregaba su cuerpo, como resbalaban en transpiración, y también como poco a poco, comenzaba a sentir una extraña sensación.

-aahh!!---mmmaahhh!!...aahhhmm!!..- Jadeaba ella ya no tan fuerte. La vergota la estaba destrozando, peor no quemaba tanto. Y la mano de el en su vagina le hacia cosquillas que no había sentido antes. Uno de los que se estaba masturbando frente a ella comenzó a eyecular lanzando sus chorros de leche entre sus tetas.

-Acaba Indiecita!! Acabooo!!..- Comenzó a decir el jefe bombeándola mas duro, haciendo que el cuerpo de Liz tiemble completamente. Luego sintió como el la tiraba al suelo. Ella cayo de rodillas encima de su campera exhausta. Pero al dieron vuelta. Miro débilmente hacia arriba y pudo ver a quien la había estado manoseando y violando todo este tiempo. Era un tipo enorme, de brazos musculosos. Llevaba el torso desnudo como los demás, pero el se destacaba por tener el pelo largo enredado, y una barba que le llegaba hasta el pecho, parecía un demonio. Luego bajo la vista y vio que le se tenia la verga con la mano, a unto de estallar. Liz abrió asombrada sus ojos, no podía creer que esa cosa tan grande hubiera estado dentro de ella.

-solo me falta un agujero...- Dijo el jefe, y agarro la cabeza de Liz y sin mucho esfuerzo, se la enterró en la boca. La indiecita abrió sus mandíbulas al máximo, y comenzó a tener arcadas porque la vergota había llegado hasta su garganta de golpe.

-mmm!!...mmmm!!!...mmm!!!!!- Comenzó a emitir ella cuando el jefe comenzó a culearle la boca. Agarraba la cabeza de Liz y bombeaba como antes lo había hecho por sus otros dos agujeros. Luego, dejaba el se quedaba quieto y movía la cabeza de la Indiecita rápidamente hacia atrás y hacia delante.

-MMM!!!...mmmmmmm!!!..mmmmmm!!!!..- Liz estaba mareada, ya ni sabia donde estaba ni que hacia. Pero comenzó a ahogarse cuanto sintió descargas viscosas en su garganta. El jefe estaba acabando en su boquita. Se puso toda roja, no podía respirar y la leche que era muy abundante la estaba ahogando y provocando arcadas.

-mmmaahhhggg...aahhgg!!!...- Comenzó a escupir Liz chorros de semen cuando el jefe saco su verga de la boca y lanzo dos últimos chorros de leche directo a la carita de la Indiecita. Liz tenia semen chorreando por la comisura de los labios y uno de sus ojos también. El Jefe solo Jadeaba mirándola sonriente. Pero Liz tenia los ojos cerrados, estaba muy cansada y le dolía todo el cuerpo, no podía ni levantar una mano. Sus mechones de pelos se le pagaba en la cara y se sentía muy sucia. La música se escuchaba extraña, como si ella estuviera adentro de un caño.

-toda suya muchachos...- Dijo el jefe, y la Indiecita sintió muchas manos, incontables, que la alzaron y comenzaron a toquetearla. Ella no reaccionaba, solo jadeaba antes los miles de sobos que recibía. Sus ojos abiertos miraba a su alrededor y solo veían torsos desnudos y vergas que chocaba su cuerpo.

-nooo... déjenme...- Decía ella susurrando. Estaba pegada a los cuerpos de no sabe cuantos, resbalaba de un lado para el otro por la transpiración. Sentía manos en sus pechos, entre sus piernas, bocas que chupaban todo su cuerpo.

-déjame culearla!!!...

-primero yo!!!..- Escuchaba la Indiecita a su alrededor. Sentía como las vergas se fregaba por su cuerpo, intentaba inútilmente escapar, moviendo sus brazos, pero solo conseguía agarrar una de las tantas vergas que había alrededor de ella. Y cada verga que ella agarraba con sus manitas, explotaba con chorros de semen que la embardunaban.

-aagghhh... Decía ella con asco mirándose la mano, pero otro chorro de semen caía entre sus pechos. Sin querer todo otra verga y también eyeculo en su mano. Quería escaparse, pero no tenia fuerzas ya para pelear. Sentía como se peleaban por penetrarla, y como varias vergas se disputaban sus agujeros.

-aaahhhmmm...- Jadeo la Indiecita al sentir que una verga la había penetrado desde atrás por la vagina, pero salió rápidamente seguramente porque todos querían penetrarla. Algunos intentaban besarla, pasaban sus lenguas por la carita de ella. Y Liz cerraba los labios con asco al sentir el aliento a droga y alcohol que tenían. Otros mamaban sus pechos dejándolos rojos y hasta con marcas de dientes.

-Déjenme... déjenme...-Seguía susurrando ella. Unas manos se le metían por sus agujeros salvajemente. Los pies de la Indiecita no tocaba el suelo, porque por tantos sobos, y estaba tan apretujada entre tantos hombres, que la mantenían en el aire.

-que buena esta pendeja!!...-

-déjame culearla!!..

-Primero yo!!- Escuchaba la Indiecita a su alrededor. Sus pechos eran lamidos y mordidos por tantos, que sus pezones le ardían de tanto ser succionados. Todos se empujaban tratando de estar frente o detrás de ella para penetrarla. Hasta que uno por delante lo logro, y le metió su vergota de una rápida estocada.

-aahhhhhhh!!!...- grito la Indiecita al sentir nuevamente una verga en su estrenada vagina. El nuevo invasor, emocionado por haber penetrado a ten bella niña, comenzó a bombearla abrazándola para que nadie le quite su lugar en la orgía. Liz sentía como los grandes brazos sudorosos de el la apretujaban y como la verga entraba y salía a gran velocidad.

-toma Indiaaa!!!:..- grito el al poco tiempo y comenzó a eyecularle dentro de ella, aliviando el ardor de Liz demasiado pornto, había comenzado a sentir esas cosquillas de nuevo.

-por favor.... basta... mmaaahhhhh...- Jadeo la Indiecita cuando otro logro meter su verga en su dilatado ano. Lo hizo sin problemas, porque la vergota del jefe la había dejado muy abierta.

-que culo!!. Que culoooo!!!!..- jadeaba el que la culeaba. Bombeaba rápidamente y sin piedad, abriendo mas y mas el ano de la indiecita. Los demás seguían peleándose por cogerse a esa niña que estaba a la disposición de todos. Entre tanto forcejeo, lograron que ella incline su cintura, quedando doblada. Y sin mas uno aprovecho la boquita abierta que tenia ella, y metió su verga allí.

-mmmm!!...mmmm!!!...- Agarrandole la cabeza firmemente, comenzó a culearle la boca, mientras el otro le desgarraba el ano. Liz estaba como en el limbo, solo sentía como esas cosas entraban y salina de su cuerpo sin parar, como miles de manos le sobaban todo su cuerpo, como miles de bocas la chupaban por todos lados... Y no era desagradable.

-mmmmm!!...mmmm!!...mmmmmmmmmmmmmmmm!!!!...- Sintió que exploto, y por 1° vez en la noche, comenzó a degustar con place rla verga que tenia en la boca, mamandola como si fuera una mamadera a causa de su orgasmo. Y el Pibe al sentir esos masajes lingüísticos, comenzó a eyecularle en la boca. La Indiecita termino escupiendo semen hasta que otro tomo su lugar y nuevamente mamaba otra verga. Ya habían pasado otro por su ano chorreante de semen, y la culeaba sin parar, como un perro en celo.

-mmmm...mmmmm....- Liz que ya estaba tan dilatada, comenzaba a gozar de la tremenda violación que recibía. Y era para tanto que se encontró chupando vergas alternándolas, y que sus manos se aferraban a otras para no caerse. Cuando se sacaba un verga de la boca para respirar, otra era ensartada allí inmediatamente. Otras que tenia explotaban en sus manitas que las apretaban fuertemente en cada orgasmo, y su cuerpo se iba enbardunando mas y mas de semen.

-mmmaahhh... bastaaa...aahhhh...- gemía ella ahora recibiendo una cogida por la vagina, ya ni sabia cuantos habían pasado por su espalda a cogersela. Su cola vibraba con cada estocada y ya estaba roja de tanto vientre que golpeaba en ella. Y mientras se la cogian, los de enfrente le acababan en la cara, salpicándole la carita con chorros de semen. El pelo de Liz, sus trencitas ya eran un asco de tanto semen que chorreaban, su ano abierto tenia tanto semen en su interior que caían cada vez que uno salía de allí. Sus manos resbalaban a causa de la transpiración y la leche que las enbardunaban, haciendo de lubricante para las vergas que los hombres la hacían masturbar.

-aahhhyy!!...aahhyy!!...aahh!!..mmaa!!!..- Comenzó a gritar cuando sintió que una verga muy gruesa entraba en su ano y la culeaba brutalmente. Sentía su cola abierta la máximo. El que la culeaba se aferraba agarrandola de la cintura para que nadie de los miles de desaforados le robara su lugar.

-toma pendeja, que buen otro tenes!!...- Le grito y comenzó a eyecularle dentro. Liz sentía las potentes descargas en sus entrañas.

De pronto uno la incorporo, a queja de otros, y la penetro de una estocada en la vagina. Liz sintió que la verga era enorme, no tanto como la del jefe pero igual era enorme. Y sentirla la saco de su ensueño, fue como despertar. Y se vio rodeada de vergas, que uno la estaba cogiendo como a una muñeca, que u sus manos estaba aferradas a otras tantas vergas, que el recital ya había empezado, y la gente que no participaba de la orgía, cantaba las canciones de La Renga.

-noo... eso nooo...aaahhhggg...- Se quejo Liz al sentir que uno desde atrás la estaba penetrando en el ano, a la vez que ya tenia una vergota en la vagina. Y esta verga que la penetraba en la cola, era tan grande como la otra. Ella cerraba fuertemente los ojos a medida que la verga entraba en su año recontrajustado. A la Indiecita le dolía pero le causaba sensaciones indescriptibles. Su cuerpo recibía descargas que la hacían temblar. Sentía dos vergas a la vez dentro de de si. Finalmente entro, y estaba empalmada por sus dos agujeros y solo separaba a las vergas un poco de piel, la estaba abriendo al máximo. Luego comenzaron a moverse salvajemente, sin importarles que le pasaba a esa niña que estaban violando. Como todos se peleaban por penetrar a la Indiecita, el de atrás la tenia firmemente agarrada de los tetas, estrujándoselas en cada embestida. El de adelante la agarraba de los cachetes de la cola, marcándole las uñas que le clavaba en la piel, e intentaba besarla pasándole la lengua a Liz por toda la cara. Liz trataba de aguantar las vergas que salían y entraban, salina y entraban sin parar.

-aaahhh!!!...nn!!...nooo!!....aaahhhh!!!...-Se quejaba inútilmente Liz ensartada por sus dos agujeros. De nuevo había entrado en un estado sopifero, como dormida, dejándose llevar por las sensaciones que le daba esas dos vergas. Los que la ensartaban gemían y parecía que jugaban un competencia para ver quien la penetraba mas rápido y fuerte.

-te gusta pendeja?? Eh?? Te gusta que hagamos sanguchito??..- Le decía el de atrás lamiéndole la oreja asquerosamente mientras le retorcía un pezón. Liz solo apretaba los dientes tratando de aguantar.

-Toma India!! Toma mi verga hasta los huevos!!!.. –Decía el de adelante aumentando la fuerza de sus embestidas. Liz sentía que la estaban partiendo en dos. El de adelante había agarrado las piernas de Liz y las coloco alrededor de su cintura, facilitando la doble penetración. La Indiecita se aferraba al de adelante abrazándolo por el cuello, rasguñándolo para que se separe de ella, peor el ni se inmutaba, hasta parecía gustarle, porque siempre tenia una sonrisa con saliva cayendo de sus labios. Liz bajo los brazos y empezó a manotear hacia todos lados, y se aferró a dos cosas que ni sabia lo que eran.

Liz revoleaba sus ojos para todos lados, tratando de ver algo que la ayudara a salir de ese infierno. Cuando de pronto miro hacia arriba en dirección al escenario y lo que vio hizo que sus ojos se abran totalmente de asombro. En la pantalla del estadio, estaba la imagen de ella. Una de las cámaras del estadio la estaba filmando y se veía claramente lo que estaba haciendo allí, en medio del recital.

-estamos en la tele!!!... –Gritaban los dos que hacían sanguichito con la Indiecita cuando se dieron cuenta de esto. Ella no podía creer lo que veía, estaba siendo ensartada por dos enormes tipos que prácticamente estaban desnudos. A su alrededor había centenares de hombres esperando su turno con las vergas afuera, meneándoselas y además ella estaba aferrada a dos vergas, una en cada mano. Y le causo mucho asco verse tan sucia, brillante de traspiración, con los pelos revueltos, y llena de semen chorreándole por todo el cuerpo.

Todo el estadio, mientras escuchaban la música de la banda, miraba atónitos como una niña era protagonista de una doble penetración. La cámara que la filmaba hacia zooms hacia ella, mostrándola en 1° plano la cara de dolor y placer que ella no podía controlar. Las demás cámaras del escenario también se dirigieron hacia ella, y ahora era enfocada desde varios ángulos. Una claramente mostraba como las enormes vergas entraban y salina de tan pequeños agujeros. Otra mostraba la infinidad de hombres en medio del recital. Muchos bajaban corriendo de las tribunas para ver si podían formar parte de la orgía.

-es una puta la rubia!!.. Puta!! Puta!!!..- Gritaban laspocas mujeres que había en el recital. Lo decían con algo de celos y resentimiento hacia Liz, porque toda la atención del estadio estaba en ella.

-aaahhh...!!..aahh!!...aahhhhh!!!!...- La indiecita comenzaba a tener otro orgazmo que era observado por miles de personas atónitas de lo que pasaba. Parecía que estaba filmando una película pornográfica en le estadio. Todos los que estaba alrededor de ella querían aparecer en cámara haciendo algo con ella, así que de pronto se formo una avalancha de manos en el cuerpo de la Indiecita. Miles de manos se peleaban por manosearla mientras seguía ensartada por las dos vergas.

_aaahh India... toma toda mi leche!!!..-Dijeron de pronto los que la tenían ensartada, y la dejaron caer de rodillas al suelo. Liz apenas reacciono que tenia la verga de el de adelante en su cara, y comenzaba a salpicársela de semen. Su vez, el de atrás, también comenzaba a eyecularle en los pelos desde atrás. Las cámaras grababan esto y lo mostraban en 1° plano en la pantalla del estadio. Miles de personas aplaudían creyendo que era parte del show. Otros alrededor de la Indiecita s masturban rápidamente y comenzaba a echarle semen en la cara a Liz. Ella trataba de respirar por la boca por le esfuerzo que había echo, pero era ahogada por la leche que caía de todos lados embardunandole la cara.

-aaahhhgggg!!!...- Grito de pronto Liz al cuando uno se hizo lugar y le clavo su verga en el culo de golpe. Pero solo dio dos estocadas que comenzó a eyecularle dentro del ano, aliviándole un poco el ardor que sentía Liz allí dentro. Sin hacerse esperar, uno empujo al que recién había acabado, y a penetro por la vagina desde atrás, mientras adelante seguía la pelea de ver quienes eran los próximos en culearse a la Indiecita. Tampoco duro mucho que comenzó a venirse a chorros de semen dentro de su vagina.

La Indiecita ya no daba mas, solo sentía como entraba y salina vergas por sus agujeros. Algunos apenas lograba metersela pero eran empujados por otros. Otros ni llegaban a penetrarla que comenzaba a eyecular. Varios alcanzaron a llenarle su interior de leche, la cual que comenzó a chorrear por sus piernas. Se habían armado grande peleas cerca de esto, por causa de ver quien era el próximo en cogerse semejante bomboncito. Las cámaras no sabían que enfocar, si las peleas brutales de los hombres en celo, de los que estaba tironeando de Liz para penetrarla, o si enfocar a la banda que tocaba en el escenario para nadie, porque todos miraban la pantalla. Ella no podía mas, estaba desvanecida, no tenia fuerzas para seguir resistiendo. Su cuerpo rebotaba de acá para halla, nadie ya lograba penetrarla, porque todos querían hacerlo la vez. Liz se mareaban y le dolían todas las extremidades de tanto tirar de ellas. Sus piernas flaquearon y callo de rodillas al suelo.

-me toca!! Me toca!!..

-es mía pelotudo!!..

-correte hijo de puta!!

-déjeme culearla!!!. –Gritaban desaforados a su alrededor. Todos querían penetrar por cualquier agujero a la Indiecita. Liz quería salir de allí, pero apenas tenia fuerzas para mantener abiertos los ojos. Nuevamente la había alzado y sentía como las vergas se peleaban entre sus piernas para ver quien era le siguiente en enterrársela por esos agujeros. Comenzaron a tironearla muy fuerte de sus brazos y piernas, como perros peleando por un pedazo de carne. Uno tiraba un brazo de ella para un lado, otros la agarraban de las piernas intentando atraerla hacia donde estaba ellos. La Indiecita sentía como las manos se aferraban por todos su cuerpo, intentando quedarse con lo que podían agarrar, las uñas se le clavaban en la piel causándole dolor, pero la salvaba la transpiración y el semen que hacia que ella resbale hacia todos lados. Tironeaban de sus trencitas, otros resignados pellizcaban sus pezones haciendo que la Indiecita pegara un gritito de dolor porque era apenas lo que podía hacer. Luego sintió gritos, todo era muy confuso para ella, le ardía todo el cuerpo y sentía que su ano estaba tan abierto que nunca se volvería a cerrar. Pero alguien la agarro de la cintura y la levanto. Todo sucedía demasiado rápido. Escuchaba golpes y gritos. Apenas podía ver lo que pasaba. Los de seguridad del estadio habían llegado hasta allí abriéndose paso a los golpes. Uno de ellos la había cargados en sus hombros como si fuera una bolsa de cemento y la sacaba de allí a los empujones, pegando piñas en la cara de quine se interpusiese en su camino. Liz podía ver apenas que a su alrededor había gente con la cara ensangrentada, peleando con otros monos de seguridad, compañeros de quine la llevaba al hombro y habrían camino a los cachiporrazos, rompiendo narices por doquier. Liz sentía como al pasar le manoseaban la cola, le pellizcaban alguna parte de su cuerpo, o recibía fuertes nalgadas de alguno que lograba llegar hasta ella, pero estos recibían al golpe por parte de seguridad que terminaban en el suelo casi inconscientes en un charco de sangre. La hinchada se desesperaba y trataban por ultima vez de mandarle dedos por algún lado a Liz, viendo como se iba la Indiecita que había pasado por las vergas de muchos, pero no por las de todos. Algunos sabían que jamás podrían estar con semejante niña, y no ocultaba su furia al saber que se les escapaba su ultima oportunidad de poseer semejante cuerpecito. Hasta que finalmente, luego de mucha pelea, los de seguridad lograron salir del vallado y de la desaforada hinchada que les gritaba y abucheaba como habían hecho con la banda soporte.

-llévala para arriba!!!...- escuchaba decir a los guardias que corrieran tratando de esquivar y protegerse de las cosas que les lanzaban la hinchada. Rápidamente estos la condujeron por unas escaleras hasta una de las habitaciones del estadio, parecía un rescate de un grupo comando en zona de guerra, todos moviéndose estratégicamente hablando por handies con sus compañeros. Liz no entendía nada, creía que estaba soñando, era todo muy irreal. Escuchaba la música de la banda que había venido a ver, pero no estaba allí, era como si de pronto se hubiera olvidado de que la habían violado incontables personas a la vez. Sintió como la dejaban en un suelo frió, y de pronto, como agua tibia comenzaba a caer en su cuerpo.

-mmm...mmm.- Ronroneaba Liz aliviada. Los guardias la habían dejado en el suelo de los vestuarios y dejaban que el agua de las duchas limpiara todo el semen y transpiración que tenia Liz. Para ella era muy relajante sentir el agua tibia recorriendo su dolorido y magullado cuerpecito. Se dormía bajo la ducha, creía que podía estar allí tirada toda la vida, hasta que los guardias la levantaron, la envolvieron en una toalla, la cargaron nuevamente al hombro, y se la llevaron de allí.

Fueron hasta otra habitación, grande, una especie de gimnasio, con colchonetas en el suelo, y la dejaron allí. Y Liz quedo dormida ni bien su cuerpo se apoyo en la colchoneta, olvidándose que estaba completamente desnuda, solo con sus botitas de cuero puestas.

Ni sabe cuanto estuvo dormida, pero comenzó a despertar escuchando la débil música que entraba en la habitación. LE recital todavía no terminaba. No habría los ojos, pero sentía que todo su cuerpo le dolía, y además sentía que algo entraba y salía de su cuerpo lentamente.

-mmm pendeja, con razón te agarraron halla abajo... mmm...- Le decía un guardia que la estaba penetrando en ano. Liz estaba boca abajo en la colchoneta, con la cola en pompa recibiendo la verga de uno de los guardias.

-aaahhh...aahhh...aahhh...- Comenzó a gemir Liz. Cuando abrió los ojos, vio como otros 5 guardias se estaban desnudando. Todos eran enormes, una masa de músculos. Y le impresiono ver el tamaño de las vergas que tenían. Las que antes habían pasado por sus agujeritos, no eran nada en comparación a estas.

-y que tal esta la pendeja?...- Le preguntaba al que la culeaba.

-esta recontra abierta, mi verga entra como manteca en el culo de la nena...- Liz intento hacer algo para que todo terminase, peor ni siquiera pudo mover un brazo. Al rato, el que la culeaba comenzó a ayecularle en le ano, y salió de ella.

-a ver pendeja que al estas...- Le dijo uno, que se acerco a ella meneándose la verga. Liz se asusto al ver lo gorda y cabezona que la tenia. El guardia se arrodillo detrás de ella y apunto como todos al ano.

-por... por favor... basta.... aahhhhhhhh...- Ni le hizo caso a sus débiles suplicas, que le ensarto su vergota en el ano. Liz creía que la iba a destrozar semejante pene, pero estaba tan abierta, que esta se deslizo en sus entrañas muy fácilmente. Sentía como entraba y salía de ella rápidamente, y como no le dolía para nada, no podía evitar sentir sensaciones que le hacían cosquillas en todo el cuerpo.

-esta muy abierta la piba, la hicieron mierda allá en le estadio...- Comentaba los guardias. Le que la culeaba ahora, la agarro de los brazos y toro hacia atrás de ellos, haciendo que el torso de Liz quedara suspendido en el aire.

-aaahhh... basta... ahhh...- Seguía Liz suplicando. Pero uno se arrodillo frente a ella y le metió su verga en la boca, callándola.

-callate pendeja, si sos flor de puta.- Le dijo agarrandole la cabeza con las dos manos, y comenzando a cogerle la boca. Liz comenzaba a ahogarse porque la verga le llegaba hasta la garganta violentamente, además de que tenia que abrir su boca la máximo para recibirla.

-Mmmm!!!...mmm!!!...mmmm!!!!...- Al rato de estar así, el de atrás salió si acabarle, y otro tomo su lugar y comenzó a cogerse a Liz por la vagina, que estaba tan abierta como su ano. Sacaron la verga de su boca. Le agarraron la cara y la hcieron mirar hacia arriba.

-A ver, abra la boquita...- Le decía riendo mitras le salpicaban la cara de semen. El que la culeaba por la vagina la agarro de las trencitas del pelo y tironeaba de ellas mitras hacia cada vez mas fuertes las estocadas.

-aahh!!..aahhh!!...aahhh!!!..- Comenzaba a gritar la Indiecita, a causa de los tirones de pelo, pero estaba gozando de la penetración, sentía espasmos placenteros, comenzaba a sentirle el gusto a ser penetrada.

-aahh!!..aahhhhhhhhh!!!!!...- Comenzó a tener un orgasmo que la hizo gritar fuertemente, Los guardias aplaudian antes esto, contento de haber logado que disfrutase de la violación.

-che, esta pendeja esta gozando, además esta tan abierta que apenas siento algo cuando se la meto..- Comentaban. Y era verdad, Liz estaba tan dilatada por todos sus agujeros, que la verga mas grande de ellos entraba con facilidad. Liz estaba escuchando lo que decía en el suelo, traba de hacer fuerza para levantarse. Quería agua, tenia sabor a semen que ya no aguantaba tener la boca tan pastosa. Logro arrodillarse, cuando uno de los guardia la agarro, se acostó en la colchoneta, y sentó a Liz encima de el, clavándole su verga en la vagina.

-noo.. noo.. noo....aahhhhhhhhmmm... Jadeo Liz a sentir nuevamente que la estaba ensartando. Se sentía otras vez completamente llena. Y se resigno, penso por sus adentros dejar que hagan lo que quisiesen con ella, algún día terminarían y la dejarían ir. Luego se acerco otro tras ella y se coloco en sus espaldas. Liz anticipo lo que vendría, una doble penetración. Y apretó los dientes esperando recibir la verga en su ano como había pasado en el estadio.

-tiene que entrar...- Dijo el guardia colocando su verga no en el ano, sino también en la vagina de Liz.

-noo.. eso no!!... por favor..!! aahhggggggg!!!...- Gritaba Liz al sentir como el guardia hacia fuerzas y comenzaba a metersela. La vagina de Liz se habría la máximo. El dolor que comenzó a sentir era indescriptible. La Indiecita veía estrellas.

-mmmmmmm!!!!!!!!!!!!...- Apretaba los dientes sintiendo como la verga se habría paso sobre la otra que ya estaba dentro. Hasta que entro después de mucho sudor y fuerza. Liz no podía creer lo que vivía, hace unas horas era un chica virgen que estaba emocionada de ver por primera vez a una banda en vivo.

-aahhh!!!!!!...aaaahhhh!!!!!!!..- Gritaba Liz cuando comenzaron a penetrarla, lento y pausado. Los que no hacían nada, la miraba excitados masturbándose, esperando su turno y comentando lo bonita que era ella, y como era increíble que aguantara semejante penetración. Liz comenzó a sudar nuevamente, quería desmayarse y que ya termine todo, peor no, seguía lucida.

-como te gusta le verga eh??..- Le decía el de atrás bombeandola cada vez mas fuerte. El de abajo le megreaba los pechos de ella, aguantándose el orgasmo que ya veía venir.

-aahhgg!!..aahhhhhhhhhh!!!..aahhhhhhhhhhhh!!!..- Comenzó a gritar Liz. A pesar del agudo dolor, tubo un potente orgasmo que la dejo exhausta. Pero los otros dos seguían penetrándola, hasta que de unas fuertes estocadas, comenzaron a acabarle los dos al mismo tiempo dentro de ella, haciendo que su vagina rebalse de leche por los costados. Cuando salieron de ella, vieron como la habían dejado a Liz, con la vagina tan abierta que podía entrar un puño fácilmente.

-probemos otras cosa...- Dijeron y otro se acostó. Agarro a Liz y la puso encma de el, pero boca arriba, y la penetro en el ano. Liz ya sabia que lo pasaría, y así fue. Vino otro y comenzó a metersela en el ano junto a la otra verga. Sus manos se aferraron a la colchoneta sintiendo a las vergas dentro de ella. Estas entraron con mas facilidad, y en unos instantes, ya estaba completamente ensartada con las dos bien adentro.

-mmm!!!...mmmmmm!!!!..- Comenzaron a moverse rápidamente dentro de la Indiecita. Los demás, que no sabían que hacer, se acercaron a ver donde podían metersela. Dos comenzaron a meterse la en la boca de Liz, que estaba abierta gimiendo. Y los otros hacian que ella les agarrase las vergas con sus manitas moviéndoselas para que los masturbase.

-aahhh!!...diooosssss!!!...- Grito Liz sacándose una verga de la boca y teniendo otro orgasmo. La doble penetración termino llenándole en culo una vez mas de leche. Liz ya estaba casi inconsciente, no reaccionaba ante nada. Uno a uno los guarias agarraban a Liz y hacina lo que querían con ella, que estaba como una muñeca.

-aahh..aahhh..aaahhh..aaahhh..- La habían colocado contra la pared y comenzaba a colearla por sus dos agujeros. Aprovechaban mientras la cogian y culeaban para manosearla por todos lados. No creían tener otra oportunidad de tener tan bella mujercita con ellos, y "tan", dispuesta a hacer cualquier cosa. Todos pasaron por el ano y la vagina de Liz, dejándola chorreante de semen que se escurría por las piernas.

Luego, trajeron una cámara de fotos. La colocaron en perrito a Liz, y le metieron lentamente una cachiporra en el ano.

-aaaahhhhhmmmmm...- Jadeo La Indiecita largamente al sentir como el palo frió y grueso entraba en su ano y llegaba hasta le tope de sus entrañas. Los guarias se sacaban fotos con Liz así, con el garrote ensartado en el ano. Unos le metían la verga en la boca para su foto, otros esperaba a eyecular y la sacaba así, cuando Liz recibía los chorros directo en su carita. Liz ni recuerda esto, ya había perdido el conocimiento. Ni tampoco recuerda que la habían acostado boca arriba en el suelo y todos los guardias comenzaron con una lluvia se semen que la dejo embardunada de pies a cabeza. Hicieron lo que quisieron con ella hasta cansarse. Además, estaba tan abierta que ya sus vergas bailaban en sus agujeros, y no tenia gracia ya penetrarla, porque no les causaba ningún placer.

La Indiecita despertó en una estación de tren. Estaba vestida con una remera larga que le llegaba hasta las rodillas, y una camperota que decía "seguridad en la espalda. Lo único que todavía conservaba de la noche anterior eran las botitas de cuero que a nadie le había interesado en sacárselas.

-arriba, que no es lugar para dormir esto...- Le dijo un policía moviéndola con su garrote. Liz no dijo nada, solo se levanto con mucho esfuerzo y comenzó a caminar hacia fuera. El reloj de la estación marcaban las 6:30 de la mañana. Le dolía todo el cuerpo, desde los pies hasta la mandíbula, le ardían todos sus agujeros y tenia la boca pastosa por todo lo que había tomado. En los bolsillos de la campera, encontró que los guardias le habían dejado algo de dinero, y sin pensarlo dos veces se tomo un taxi hasta la casa de sus tíos. Como todavía no se había levantado, no la vieron llegar. Ates de acostase se tomo un botella de agua mineral entera. Luego, fue hasta el cuarto y se acostó así como estaba, con la cabeza que le daba vueltas y parecía reventarle. Lo único que recuerda que pensó fue que por haber sido su primer recital, no la había pasado tan mal después de todo.

 

Esta historia es ficticia, o sea que casi todo es una fantasía por si no se entiende. Espero que les allá gustado y que deje satisfechos a quienes pedían una segunda parte de "La chica y la hinchada". Criticas al respecto, si no es mucha molestia, mándelas al nuevo mail. Y si les gusto, y quieren otra parte de la saga de "La chica y a hinchada", manden propuestas para ver quien es la próxima protagonista y contra que hinchada.

Consultas, sugerencias, elogios, propuestas, para decirme que lo que escribí es una cagada y que no querían esto, manden un mail a: reaccionamacfly@yahoo.com.ar.

Se despide. Marty MacFly