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El encuentro

en Hetero: Infidelidad

Nuestros encuentros por MSN ya llevaban un año, habíamos decidido vernos, era la primera experiencia extramatrimonial de ambos, su esposo estaba realizando un viaje por trabajo, nuestras ciudades estaban a ambos lados de la montaña, había alquilado una cabaña en esas hermosas montañas, un hermoso verde la rodeaba, ella vendría por la tarde. Al mediodía llegue con las provisiones, encendí el hogar de leños. De pronto sucedió algo inesperado, comenzó a nevar, los caminos se ponían difíciles, sonó mi celular Susana llamaba atemorizada el coche se le había detenido dos veces en el medio de la nieve… estaba anocheciendo, trate de tranquilizarla y la guiaba a través del teléfono.

Las luces del coche ya estaban frente a la cabaña, bajo y nos abrazamos, entramos y nos sentamos en la alfombra frente a las ardientes llamas, la nieve nos había ayudado, ese primer encuentro estaba sucediendo sin darnos cuenta, ella era mas bella personalmente que a través de su CAM, su ropa estaba mojada comencé a quitársela, acariciando y besando cada centímetro de piel que iba desnudando, ella jadeaba y su cuerpo se convulsionaba de placer – como dijo algún poeta le bese hasta la sombra. Ella devolvía mis caricias, me fue desvistiendo, nuestros cuerpos quedaron invertidos, yo sentí que mi polla estaba siendo devorada, mi lengua comenzó a saborear esa hermosa raja, que por cierto estaba afeitada, separe sus labios estaban húmedos, sus jugos comenzaban mojar el clítoris, mi lengua cogia esa hermosa vagina, y mis manos no paraban de acariciar, su espalda, sus nalgas, su culo y todo lo que encontraban a su paso, le meto dos dedos en su coño… y comienzo a follarla con ellos… ya no jadea, ahora gime, grita, aúlla y se contorsiona y no cesa de mamar mi polla, mis testículos, mi ano. Nuestros cuerpos estaban recibiendo ese placer que habíamos atesorado en ese año de mensajes, ambos explotamos al unísono… ella saborea mi semen y yo sus ricos jugos.

Estábamos desnudos frente al hogar, cuan hermoso era estar iluminados por esas llamas, nuestros cuerpos abrazados, parecíamos inmersos en una escena de un film apasionado, el hielo estaba roto, se veía la nieve caer a través de las ventanas, el temor había desaparecido, Susana sabia que estaba protegida, su mano se acerco a mi polla, la misma estaba dura nuevamente, me recostó sobre la alfombra, ella se sentó sobre mi polla y esta comenzó a hundirse en esa jugosa vagina, me sentía cabalgado a veces lenta y otras con vigor, el control era de Susana ella elegía la profundidad, yo acariciaba sus pechos, sus nalgas, su clítoris, nuestros sexos parecían conocerse desde hace mucho tiempo, toda su piel estaba erizada no podía evitar tener un orgasmo tras otro. Ella sale de mi, se para frente al sillón, coloca sus manos sobre el, agacha su cuerpo hacia delante, ese hermoso culo queda frente a mi vista, me paro y mi polla penetra su vagina, con mis dedos juego en su ano, ambos nos movemos con frenesí, ella tiene otro orgasmo, ese ardiente canal me produce un gran acabada, el semen parece interminable… caemos exhaustos sobre la alfombra.

Nuestros cuerpos necesitaban un buen baño, en la cabaña había un gran hidromasaje, su agua se calentaba con una serpentina que pasaba por el hogar, decidimos gozar juntos de ese baño de espuma. El agua golpeaba nuestros cuerpos, mis manos jugueteaban con sus senos, pellizcaba sus pezones, Susana respondía acariciándome, besándome; cuando ella me dio su espalda, yo comencé a masajearla, pero siempre que masajeo la espalda de una mujer me pasa lo mismo – me excito y mi polla se endurece – la espuma de baño actuaba de lubricante, permitiendo el paso de la misma entre su nalgas hasta la puerta de es hermoso culo, yo sabia a través del MSN que ella había tenido una mala experiencia con su esposo y nunca concluyo esa primera relación anal era – casi virgen – con una mano acariciaba y su espalda y con la otra comencé a circular su clítoris, la punta de la polla jugaba con su ano sin llegar a penetrarlo, a medida que la excitación subía su cuerpo iba presionando hacia atrás, los pliegues de su ano se contraían y milímetro a milímetro iba recibiendo esa verga erecta, ella sentía un dolor interior pero el placer era tan intenso que me pedía mas, mas……. Yo continuaba acariciando su clítoris, sus nalgas comenzaron a golpear contra mi pelvis, ya no quedaba nada afuera, ese apretado culo parecía succionarme, sus gritos eran de placer, cuando mi semen se derramo en su entrañas, ella tuvo un gran orgasmo y me dijo "como me he perdido de esto hasta ahora, me ha dolido, pero el placer fue indescriptible, de aquí en mas es todo tuyo"….

Ya bajo la ducha yo enjabonaba su cuerpo y ella el mió, después de todo lo vivido, nos sentíamos relajados, nos besamos interminablemente mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos. Nos secamos y enfundamos unas batas, preparamos la cena, el ejercicio había despertado nuestro apetito……. Todo nos parecía exquisito.

Puse unos leños en el hogar, Susana acomodo los almohadones sobre la alfombra, nos tapamos con una manta, nos abrazamos y nos dormimos en un prolongado y apasionado beso, al amanecer el sol entraba por las ventanas, los leños estaban ya consumidos, desayunamos y lamentablemente teníamos que volver a nuestros hogares. La nieve había cesado, como si solo hubiese nevado para nosotros, aun recuerdo ese… nuestro primer encuentro.