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Una sumisa mañana

en MicroRelatos

Hare un corto relato de lo que me sucedió hoy por la mañana.

Soy una mujer muy sumisa, disfruto con la sumisión, especialmente cuando siento las ordenes de mi Jabe, aunque a veces el me da pequeños permisos y se pone en sumiso ya que dice que le gusta ver el disfrute en mi rostro cuando lo hago. Cabe aclarar que mi Jabe era la persona que más amo y ame en la vida, y a él le pasaba igual.

Esa mañana estaba pensando mucho en mi Jabe debía despertarlo a mis 12,30 quería que llegase pronto la hora, estaba muy caliente pensando en el encuentro que en pocos días tendremos.

Estaba haciendo control de calidad a las piezas que me habían tocado hoy, el trabajo no era difícil, me gustaba pero a veces era tedioso, por suerte llego la hora, decidí llamarlo, tenía los audífonos puestos ya que en el trabajo no podemos hablar, su celular sonó varias veces, él se despertó y dijo:

-         Hola amor como estas, el trabajo como va

-         Muy bien, deseando pase el día pronto

-         Vaya yo sin ganas de empezar, desearía quedarme en la cama, castigando un poco tu cuerpo

-         Esta duro mi Jabe hoy, ya castigarme desde la mañana

-         Bueno, habría castigo y luego sexo, o juntos los dos, tengo un pequeño látigo nuevo que dicen que se siente mucho en la piel

-         Eso me gusta, mis nalgas siempre están deseando las castigues, sé que me merezco muchas veces una pequeña lección (mientras le decía eso sentía interiormente una humedad que caía por mi coño, me puede mucho cuando él me castiga).

-         Claro que la mereces, si estarías aquí ya te estaría ordenando que te dieses vuelta y metería mi polla en tu culo despiadadamente, mientras el látigo golpearía secamente en tus nalgas.

-         Jabe no me hagas mojar que estoy trabajando

-         Los controles andan cerca o están solitarias trabajando

-         Uno se ha ido y el otro aún no ha bajado

-         Bueno cumplirás mi orden entonces te dirigirás al vestuario y te meterás en uno de los baños

-         Si iré como tú me ordenas (me dirigí hacia el baño sin decirle que yo esperaba esa orden, tenía el coño ardiendo de calentura) -  aquí estoy amo donde tú has pedido.

-         Tócate las tetas , deja salir a esa puta que tienes adentro

-         Lo estoy haciendo, tengo los pezones muy erectos, los oprimo y los retuerzo , como tú me has enseñado, quiero sentir ese dolor

-         Acaríciate también el coño, deseo que te quedes con la tanga llena de  jugos hasta que vuelvas a casa

Así lo hice me acaricie muy fuerte y apretaba mucho los pezones tenía que acabar pronto y volver al puesto de trabajo, ahogaba los gemidos, pero al final no pude y deje escapar de mi garganta uno muy grande por suerte nadie había entrado al vestuario.

Le dije a mi Jabe que después hablaríamos no sin antes darle las gracias por llevarme con sus palabras a la cima de la locura, él me dijo que a la noche tendría más y nos despedimos.

Volví a mi puesto de trabajo con el coño empapado, una sonrisa en mis labios y una gran satisfacción, me quedaba una hora para irme a casa pero ya no me importaba, lo que menos pensaba era en el trabajo, me despido de ustedes, ya les contare otro encuentro con mi Jabe…