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Un sueño cumplido

en Jovencit@s

Un sueño cumplido

Trabajo en un Colegio de Nivel Secundario desde hace 13 años y he notado que las chicas están cada vez más liberales. Hay un alumna del último año que me ratonea la cabeza desde que entró a la escuela, sólo que en ese momento era una niña de 13 años y su cuerpo aún no desarrollaba, ahora a los 17 es una mujer con un lomo terrible, pechos medianos bien redondos, cola bien formada y unas piernas que hacen imposible poder ignorarla cuando pasa delante de mí, tiene pelo largo, ojos pardos y tez morena, es realmente un bombón de chocolate para comerlo bien despacio.

Por supuesto que mientras fue alumna de la escuela no intenté absolutamente nada, sólo le demostraba que con ella tenía un trato especial, tratando que el resto de los alumnos no se dieran cuenta para evitar reclamos de cualquier tipo. No era muy buena alumna por lo que debió al año siguiente volver a la escuela para dar examen en las asignaturas que tenía pendientes. Allí fue cuando me volví loco porque ya no traía el uniforme, sino que venía con jeans bien apretados y remeras diminutas que dejaban contemplar en todo su explendor las maravillosas tetas que tenía. Esto me tenía muy mal porque además ella era muy dulce conmigo y cada vez que venía a la escuela buscaba alguna excusa para venir a verme unos minutos.

Cuando dio la última asignatura pasó por mi oficina a contarme que se había recibido, le dí un abrazo un beso y la felicité. Luego le dije: - Débora me alegro muchísimo pero hay una parte de mí que está triste porque ahora no te voy a ver más.

Bueno pero la semana que viene tengo que venir a traer unos papeles y paso a saludarte.

OK, no te olvides de pasar.

Nos saludamos y se retiró moviendo su culito como diciendo porque no me lo comés, quiero que sea tuyo.

Como me lo había prometido pasada una semana vino a la escuela y pasó por mi oficina. Yo estaba sólo leyendo unas resoluciones nuevas y golpeó la puerta.

Pasé por favor, está abierto.

Hola Gabriel, aquí estoy como te prometí.

Hola Débora, ¿Cómo estás?

Bien muy contenta porque conseguí trabajo.

Que bueno, no podía ser que una chica como vos no tenga trabajo.

Estaba super arreglada, con minifalda tableada que le quedaba pintada y una camisa blanca semi transparente que mostraba su diminuto corpiño de encaje que dejaba ver buena parte de sus pechos.

Mirá Débora yo tengo muchas cosas que hace mucho quiero decirte y me parece que este no es el lugar adecuado, ¿querés ir a tomar un café? YO en 10 minutos temino.

Bueno, te espero y vamos.

Fuimos a un café bastante reservado, lo eligió ella, como tiene novio supongo que al igual que yo no quería problemas de celos. Pedimos algo para tomar y enseguida me preguntó ansiosa.

Decime ¿Qué cosas tenés para decirme?

Bueno, esteeee, no es fácil, tengo miedo de hacer meter la pata y te me enojes.

Dale tonto, no me voy a enojar, aparte para eso vinimos.

Tenés razón. Desde que te vi por primera vez me llamaste la atención, no se si tu dulzura, tu belleza, simpatía, o todas esas cosas juntas, pero me gustás muchísimo y lo único que tengo en la cabeza desde hace un tiempo es tener la oportunidad de estar con vos, por lo menos una vez.

Para un segundo, yo entiendo mal o vos querés que tengamos una relación íntima.

Sí llamalo como quieras, hacer el amor, coger, relación sexual. Es eso me volvés loco, por supuesto que es sólo atracción física, no hay sentimientos amorosos, no tengas miedo no estoy enamorado de vos y tampoco quiero que te enamores de mí.

Pero vos estás casado Gabriel.

Sí y amo a mi esposa, pero quiero hacerte el amor. Qué pensas.

Que es una locura, yo tengo novio y no quiero hacerle esto. No se que hacer.

Es cuanto dudó no la dejé pensar más, me acerqué y le apoyé mis labios en los suyos muy despacio, ella no se movía, no reaccionaba sólo me dejaba hacer, lentamente fue abriendo su boca para dar paso a mi lengua que inmediatamente encontró la suya, tan suave y tierna que invitaban a un beso eterno. Me separé un poco y nos miramos a los ojos segundos, reaccionó y ahora fue ella quien me besó, está vez hubo más pasión que ternura y duró mucho más que el otro.

Vámonos de acá no quiero que nos vean – me dijo.

Salimos y fui al hotel más cercano, Ni bien entramos repetimos el beso del café, mi mano derecha levantaba su pollera para acariciar sus gluteos por sobre su tanga, con la otra frotaba uno de sus pechos sobre la blusa. Ninguno decía palabra alguna, solo respirábamos agitadamente por la exitación. Sus besos me daban el indicio que es muy fogoza como la mayoría de las morochas. Me sacó la camisa y acariciaba mi espalda con sus tibias manos, estaba realmente estremecido, me quitó el pantalón y tomo mi pija entre sus manos, la acariciaba suavemente, sintiendo como mi erección aumentaba paulatinamente.

Seguíamos parados a un costado de la cama, yo completamente desnudo y ella con la pollera y el corpiño. De repente dejó de besarme y empezó a bajar hasta mi zona pélvica, cuando estuvo a la altura de mi pija me miró y se la puso en la boca de una sola vez, la chupaba como si fuera la última vez que la tendría en su boca, con unas ganas y una dedicación inigualables, con sus manos acariciaba mi cola y me traía hacia ella para tragarse bien hasta el fondo su chupete de carne, era evidente que le encantaba hacerlo y que además con sus 17 años ya tenía basta experiencia en el tema, la recorrió una y otra vez, cuando estaba a punto de acabar la detuve y la recosté en la cama para probar su sexo, estaba completamente depilado por o que sus labios se veían bien carnosos y suculentos.

Toda su vulva estaba bien hinchada, podía ver su clítoris grande y mojado que pedía a gritos se besado, me tomó de la cabeza y me zambulló en su entrepierna, la besaba como si fuera realmente su boca, mi lengua entraba y salía de su vagina una y otra vez, mordía muy despacito sus labios superiores, Tomé con mis labios su botoncito de placer como quien toma una gaseosa con sorbete y empecé a succionar, en la tercer succión me tomó de los pelos y comenzó a temblar diciendo: - Seguí que estoy acabando, seguí, es muy lindo, dale si por favor, seguí que me gusta, aaaayyyyyy, sssssiiiiiiiiiii.

Sus jugos salían como cataratas, mojaron mi cara y sus muslos. Cuando se calmó me dijo:

Acostate que te cojo, te voy a cabalgar y luego quiero que me hagas la cola, te la entrego por la terrible chupada de concha que me diste. A mi novio le da asco y no me la chupa por eso nunca me va a coger por el culo ese forro.

Que puta sos y eso me calienta más, vení trabate mi pija, cogeme.

Ummmm, que bien se siente, está bien dura, te voy a exprimir toda la leche mi amor.

Vos si que sabés de esto no sos ninguna principiante.

Me gusta coger más que el dulce de leche y cada vez que se me presenta una oportunidad no la dejo escapar, eso me dio experiencia.

La pendeja se movía muy bien, en cada movimiento me aceleraba el ritmo cardíaco, mis manos estaban acariciando sus pechos (mi debilidad), y mi boca deseaba besarlos hasta que acabe, la tomé de la espalda y con un suave movimiento la atraje hasta que sus pechos quedaron al alcance de mis labios, los chupé con tanto gusto que me olvidé de todo cuando me quise dar cuenta ella ya estaba a los gritos pidiendo: - Por favor basta, me muero, es muy fuerte, no aguanto, chupame dale, quiero volver a acabar, ahí viene dale seguí.

A esta altura ya no me cabalgaba sino que practicamente saltaba sobre mí, cuando se calmó y disminuyó el ritmo, le dije:

Quiero tu cola.

Si papito, eso estaba esperando.

Date vuelta que te voy a romper el culo, putita.

Lejos de enojarla, lo que le decía la calentaba aún más, ella tenía la pollera puesta, por lo que su culito hermoso estaba enmarcado por ella, primero la penetre vaginalmente para ir lubricando mientras tanto su orificio anal con mi dedo mayor. Noté que su culo era virgen por lo que debía ir despacio para no lastimarla. Cuando su ano accedió facilmente a mi dedo era el momento de que sienta la cabeza de mi pija, se la apoyé despacio y le dije.

Empujá hacia atrás, metela vos misma.

Bueno voy despacio asi no duele tanto.

Si despacito y en cuanto la tenés adentro empezá a moverte que no van a tardar en llegar los orgasmos y el dolor desaparecerá.

Así lo hizo, su culo estrecho puso un poco de resistencia pero al estar bien lubricado entró bien apretadito, la sensación de placer me invadió todo el cuerpo porque se quedó unos segundo quieta con mi palo totalmente adentro, le dolía un poco por la dureza de la pija. Casí acabo sin moverme pero pude resistir y comenzar a entrar y salir, ella permanecía en silencia hasta que soltó su primer grito:

Ay, papá rompeme toda, esto es único, tu pija me encanta, me la voy a comer siempre por todos lados, por la boca, la concha y el culo. Aaaaaaaaa , uummmmmmm.

TE lleno de leche, ahí va, tomá mi lechita puta, mi loca. Uufffffff, sssssiiiiiiiiii.

Este encuentro no me lo olvidaré por el resto de mi vida, por todas las veces que lo soñé, por lo bien que la pasamos y porque es una pendeja muy linda, una de las más bonitas que me cogí en lo que llevo de vida.

Vimos un rato de TV nos enganchamos con una peli erótica, que a diferencia de las porno, tienen argumentos interesante, eso nos volvió a meter en clima y volvimos a coger por un rato largo hasta que caimos rendidos. Me sacó hasta las ganas de hablar.

Nos quedamos dormidos abrazados, desperté a la media hora y bajé hasta su concha para darle otra chupadita, enseguida despertó y me pidió ir al hidromasaje, en el agua comenzamos a besarnos y acariciarnos, nos pusimos a mil nuevamente, me puse sobre ella y la penetré, era distinto a las otras veces por la acción del agua, ella parecía estar en otro mundo, sólo gemía y se estremecía, acabamos juntos en un orgasmo interminable, mientras acababa ella me besaba ahogando nuestros gritos y absorbiendo el placer el uno del otro. El beso duró unos minutos, con el nos agradecimos mutuamente tanto placer.

Jamás creí que la iba a pasar tan bien con vos, no te imaginaba tan bueno en la cama.- me dijo.

Superó todos mis sueños, sabía que sería inolvidable porque vos me volvés loco, sos muy linda mina y tenés un cuerpo terrible.

Bueno, gracias por tus piropos. Podemos seguir viéndonos, no te parece.

Por mí encantado, llamame a la escuela y arreglamos.

Ok, la semana que viene te llamo.

La llevé hasta el centro porque debía hacer unos trámites y me fui a casa a descansar, no quería ni estar parado. En otra oportunidad les cuento la vez que me invitó a almorzar a su casa en ausencia de sus padres.

Si me quieren escribir hacerlo a gabriel_03_01_74@yahoo.com