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El comienzo

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El Comienzo

Era un día como otro cualquiera en la vida de Lola, lo que ella no sabia aun es lo que le acontecería esa misma tarde...

Lola era una chica de unos 25 años, morena de ojos negros, dotada de sugerentes curvas por todo su cuerpo, ni muy baja ni muy alta, pero en una proporción perfecta para dar, a cualquier hombre, el morbo preciso para no olvidarla en sus momentos íntimos. Su cara era preciosa, siempre mostraba una gran sonrisa cautivadora así como una mirada seductora y picara, nadie podía saber nunca que pensaba realmente.

Lola había tenido alguna experiencia sexual, pero sin demasiado éxito. El sexo le había defraudado por completo, esperaba mucho más de lo que había obtenido, esta era la razón de que no fuera una chica muy abocada a él. No obstante, la vida de Lola tenia un gran contenido sexual, ya que, debajo de esta fachada y estos fracasos, se escondía una adicta a la masturbación. Si, así era, lo que no había encontrado en ningún hombre se lo daban sus manos casi sin cansarse, pero aun así en sus fantasías seguían apareciendo chicos, hombres, o cualquier tipo de macho, su imaginación estaba por encima de lo terrenal, dioses y demonios habían pasado por las sabanas de su mente. Pero Lola había perdido la esperanza.

Aquella tarde salió con su amiga Esther; 25 años, también morena y guapa. Esther no venia sola, le acompañaba su primo Roberto, un chico muy atractivo hispano-italiano, cara fina y bella, larga melena castaña con mechas que descansaba sobre sus hombros, y un cuerpo....... un cuerpo donde cualquier descripción cometería pecado, lo divino es indescriptible.

Esther no podía quedar mucho tiempo debido a que, con la llegada de su familia italiana, había descuidado algunas tareas, se iría de allí junto con su apetitoso primo en no demasiado tiempo. Lola y Esther pasaron el tiempo como siempre hablando y riendo

pero Roberto parecía algo cortado, apenas dijo tres frases en el poco rato que estuvieron los todos juntos, Lola pensaba que sería el idioma, razón de no dar importancia al hecho.

Esther no podía demorar más su marcha, acompañaría a Roberto a casa y empezaría con sus tareas, a la vista del plan Roberto no parecía demasiado entusiasmado, pasar la tarde con la familia... algo aburrido estando en un país extranjero. Lola ni corta ni perezosa propuso a Esther quedarse con Roberto, después lo acompañaría y así conocería algo más de España, aunque fueran bares...

La tarde paso rápido, poco a poco Roberto se soltaba y sus numerosos fallos de idioma provocaban risas en ambos. A la hora de ir a casa. Lola le acompaño como había dicho, pero al llegar parecía no haber nadie. Por suerte Esther siempre dejaba una llave escondida en el marco de la puerta y Lola lo sabía bien ya que muchas veces se salvaron de dormir en la calle gracias a esa llave.

Entraron en la casa, no había nadie. Antes incluso de dar tiempo a Lola para decir adiós, Roberto le pidió que le hiciera compañía hasta que llegara alguien, Lola acepto ya que la tarde había estado bastante bien.

El cambio de situación había hecho brotar el hielo de nuevo entre ambos así que Lola propuso a Roberto que jugaran a unos de los juegos de su prima. Al ir a buscarlos Roberto vio una caja pequeña y roja, Lola nunca había visto ese juego antes, pero al ver la portada y las risas posteriores quedó claro que sería el juego elegido, la silueta de un gran falo junto a una interrogación les llamó la atención a ambos.

El juego consistía en una ronda de preguntas sobre sexo mientras recorrían un tablero lleno de opciones, coger carta, volver a tirar... Una de las motivaciones del juego era desprenderse de ropa con los fallos, pero se acababan de conocer y podía llegar alguien en cualquier momento, por esto, se limitaron a jugar de forma sencilla, cuando alguno fallaba el otro soltaba algo como "Qué te vas a quitar..." y luego ambos reían, pero el juego tiene lo que tiene y la cosa se animaba. Una inesperada llamada al teléfono los interrumpió, era Esther, que llamaba para asegurarse de que habían podido entrar en la casa y avisar que no llegaría nadie hasta bien entrada la noche, eso les dejaba con la casa sola durante unas siete horas.

Al colgar Roberto miró con cara de pillo a Lola y le contó lo que su prima le había dicho, como ella era la última que había fallado le insistió en que se quitara algo entre risas, una cosa llevo a otra y terminaron decidiendo echar una partida desde el principio y acatando todas las normas.

Sacaron todas las fichas de pruebas que antes no habían usado, y se dispusieron a jugar. La tirada de dados fue favorable a Lola, ella salía. El juego empezó calentito pero no pasaba nada porque la ropa iba cayendo.

Roberto tiró el dado, seis.......uno, dos ,tres... seis, vaya tenia que coger tarjetita de prueba, "muestra tus genitales a una persona del sexo opuesto", al leer esto ambos rieron parecía que lo dejarían pasar... En el ultimo momento Lola solto un comentario... "tampoco habra mucho que ver..." seguido de unas risas, inmediatamente Roberto respondió desabrochando los botones de su pantalón. Lola se sonrió pensando que no lo haría a la vez que el deseo de vérsela la invadía, "no lo harás" dijo ella, en ese momento Roberto sacó su enorme y hermoso miembro, Lola anonadada no pudo evitar exclamar "JODER!!!" y una sonrisa surgió en el rostro de Roberto al oírlo.

Ante la situación Lola solo supo coger el dado y tirar, tres!... uno, dos... tres!!! vaya casualidad, encima de la ficha de Roberto, ambos volvieron a reír. Ahora sería Lola quien cogiera tarjeta, "masturba a quien tengas a la derecha", vaya.......... esto si que no lo esperaban, "no sabia que hubiera tarjetas tan fuertes......." dijo Lola riendo, y entre las mismas risas Roberto le recordó que el había cumplido con la anterior, Lola insistiendo en las risas le dijo que no fuera de listo, y ambos rieron de nuevo. Esta vez el comentario en el ultimo momento lo añadió Roberto, "de todos modos... no creo que fuera tan espectacular" y como siempre risas. Lola le miró con cara de odio fingido y le dijo que no sabía lo que era estar en sus manos, Roberto añadió que si ella hubiera cumplido... lo sabría. Lola algo picada le dijo que no tenia ningún problema en cascarle una buena paja y Roberto rió ante la palabra y después dijo con una mirada de malo de película "yo tampoco tengo ningún problema en que me la casques".

Lola se acerco a su enorme polla, la cual aun estaba fuera, había un deseo dentro de ella por cogerla, pero nunca lo admitiría, en ese momento dijo "qué? crees que no me atrevo?" Roberto contestó, "estoy seguro de que no lo harás". Lola lanzó su mano sobre su pene y empezó a frotarlo como nunca se lo habían hecho.

Qué placer........... Roberto se sentía extasiado y Lola también. A él empezaron a fallarles las piernas, así que tubo que sentarse mientras dejaba hacer a Lola, ella por su parte estaba como loca por meter semejante portento en lo más profundo de su ser.

Roberto casi derrotado por la sensación y Lola más cachonda que nunca, no podía aguantar más, cogió a Roberto por la polla y le llevo hasta el cuarto de su prima, allí lo lanzo sobre la cama, y le arrancó la ropa literalmente. Una vez listo su caballo, no tardo en comenzar con la doma.

La sensación de un nabo tan grande dentro de ella era genial pero aun con eso y el morbo de la experiencia Lola pensaba que él tampoco conseguiría darle lo que buscaba...

Fue entonces cuando Roberto se apoderó de la situación; ella siempre había dominado, no sabía lo que era sentirse esclava; él la izo ponerse a cuatro patas mirando hacia un espejo que colgaba de la misma puerta de la habitación, después le quitó una de las medias a Lola y la amordazó con ella a la vez que le servia de correa para controlar sus movimientos.

Lola miraba la escena espectante en el espejo, el morbo crecía parecía que llegaría algo más lejos que otras veces, pero ¿lo conseguiría? Lola en su observación de su propia follada vio que la puerta donde se encontraba el espejo no estaba totalmente cerrada, de repente la vió, allí mismo estaba Esther, tras la puerta, observando. Lola no supo que pensar el morbo de sentirse observada le podía, aun así quiso decirselo a Roberto, pero el movimiento que realizo estaba fuera de lo ordenado por su amo, asi que este tiró fuerte de su mordaza y atizó sus nalgas a la vez para corregirla. Que morbo!!!, solo esa frase tenia Lola en su cabeza en esos momentos.

Esther, a la vista de que Lola la miraba, perdió su pudor y entro en la habitación, tenia la mano metida bajo su falda y se intuía que no llevaba nada más donde tocaba, se sentó sobre una silla y se subió todo dejando su delicioso coñito al aire. Lola se puso aun más caliente por la escena e incluso si Esther se hubiera acercado en ese momento para que la tocara ella lo habría hecho con el mayor gusto del mundo. A Roberto tampoco parecía importarle la presencia de su prima, incluso a veces la miraba como si la follara a ella también, lo cual veía Lola por el espejo y hacía que se pusiera más al sentirse solo como un objeto, al sentirse usada.

Lola nunca había experimentado nada igual, era lo más cercano a sus fantasías, ya podía decir que había alcanzado el placer que buscaba y en ese momento Roberto escupió sobre su culo y lo frotó, antes de darse cuenta le metió todo su miembro en él. El placer casi la hace desmayarse, en menos de un minuto se corrió de la forma mas bestia que jamás lo había hecho, al instante Roberto se corrió sobre su espalda, y Esther también se corrió manchando la silla.

Tras una media hora sin terciar palabra cada uno de ellos se vistió, Roberto se fue a su habitación, Esther se quedó allí claro, y Lola marcho feliz a casa.

Lola no vería más a Roberto, al menos en esta visita. Por el camino no pensaba en el siquiera como pareja ni nada por el estilo, solo pensaba en la sensación de sentirse como una puta, era maravillosa y placentera. Aun le quedaba mucho camino por andar aunque ya estaba en su casa, el placer le podía ofrecer mucho más.

Solo una duda quedaba en su cabeza, que era lo que le había hecho sentir así? el hecho de estar dominada? el sexo anal? qué la miraran?, y si era eso? y si era que la miraran? sería porque era su mejor amiga quien lo hacia? Lo achacó todo a la unión de varias cosas, pero la duda estaba sembrada y Esther aun tenía que explicarle porque la observaba...

 

Continuara....