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Mi aventura con mi amiguita bisexual

en Bisexuales

Mi aventurita con mi amiga bisexual, y mi primera vez con una mujer

Todo empezó un hermoso día de lluvia en pleno invierno. Para aquel entonces yo tenia 18 añitos estaba por cumplir 19 y vivía con mis padres en una casa excesivamente grande, gracias a que mi padre tiene muy buenos ingresos, en las afueras de la ciudad. La zona era muy tranquila y llena de casas lindas y algunas enormes como la que yo vivía.

Mis padres estaban de vacaciones, obviamente no me dejaron sola, noo, ellos nunca lo harían. Estaba pedro, un hombre de unos 40 años bastante fortachón y buen mozo, según lo recuerdo, que era el cocinero y niñero y, chofer de papi, jeje. Ya casi era de la familia, (la casa no es tan grande, un hombre solo podría hacer todo el trabajo, por supuesto habían dos limpiadoras, muy apreciadas por la familia también, pero solo trabajaban cuando mis padres trabajaban y no tenían tiempo de cuidar la casa). La cosa es que Pedro estaba encargado de cuidarme, el tenia una habitación en la casa, donde dormía por las noches, y de día se la pasaba en el jardín de la casa cortando césped y limpiando las fuentes, y todas esas tareas...

Como les iba diciendo, estuvo lloviendo todo el día, y yo algo aburrida en la casa. Me encantaba ver la lluvia, en especial porque me hacia pensar y recordar, y me sentía como enamorada, recordaba a las chicas del secundario y las extrañaba pila. Así que abnegada a pasar una noche en melancolía de recuerdos, llame a Lucia, era una amiga del cole, y era a la que extrañaba mas, sobre todo andar secreteando intimidades en la clase, recuerdo que eso me calentaba...

La llame y accedió a venir sin problemas, le dije que se quedara a dormir, y que trajera una peli, o cualquier cosa para hacer.

Estuve esperando un ratazo, porque ella vivía lejos de casa, hasta que al fin llego eran como las 8 de la noche, toco timbre, y Pedro le abrió. El la saludo tan gentil mente como siempre y le dio una buena ojeadita a las nalgas cuando Lucia se encaminaba a la casa. Yo que espiaba en la ventana, le abrí la puerta enorme de madera (casi 2m). Nos saludamos re contentas y gritamos y hablamos de chicos, como suelen hacer todas las chicas de esa edad, y nos encerramos en mi cuarto. Pusimos música y pasamos como dos horas, mientras ella me contaba del novio, y como se la follaba, hasta que pedro nos llamo a comer.

Mientras comíamos la exquisita comida de Pedro, charlábamos en la mesa, él comía con nosotras, y comentaba de sus hazañas y de cosas raras que le habían pasado en cuanto al sexo, el aprovechaba para hablar de eso mientras mis padres no estaban, yo que hasta entonces era una nenita de mama, virgen hasta las tetas, me fascinaba escucharlo, y debo reconocer que abecés me mojaba, con tan solo imaginármelo.

Le pedimos después de comer el postre que no nos molestara como solía hacer, porque íbamos a escribir música y no queríamos interrupciones, lo que le molesto un poco, pero accedió sin reproche alguno, y dijo que si necesitaban algo el estaría en el piso de arriba del todo (la casa tenia 3 pisos). Subimos al segundo piso, donde estaba mi cuarto.

Mientras subíamos íbamos comentando todo lo que nos contó pedro, las dos muy calientes por los relatos de él, que se podría decir que era un pervertido, pero educado, nunca me puso una mano en sima.
Cuando entramos al cuarto un incomodo silencio se adueño de la habitación, yo no entendía por que. Trate de romperlo, y me reí, pensando en decir algún comentario pero fue verdaderamente estúpido porque no se me ocurrió nada y me sonroje un poco. Note que ella también estaba sonrojada, y me clavaba los ojos en mis tetas, lo que me incomodo un poco, me excitaba que me mirara, pero me daba algo de asco porque ella era mujer. Pero es linda, mira que curvas, decía algo en mi mente, y miraba a medias porque enseguida esquivaba su mirada, no podía creer lo que me pasaba.

Hasta que ella rompió el incomodo silencio, tengo calor..., y me miro con unos ojos pervertidos, ...me voy a sacar la remera. Y empezó a hacerlo, se la tomo de debajo y estiro los brazos revelando una pancita exquisita, y muy perfecta, con apenas un rollito que sobresalía por delante del pantalón. Recuerdo que mis ojos se quedaron clavados en esa piel tan blanca, y tensa, casi tan tirante que parecía que rompería.
Ella se miro y me dijo, odio este rollito, y se lo agarro, me miro a los ojos, vení, mirá decíme si no es feo, y me tendía una mano para que lo tocara, lo cual no rechace, aunque si muy confundida, porque aquello me estaba excitando mucho, y note mis latidos torpemente acelerados.

Cuando mis dedos muy delicados y muy blancos, tocaron su piel sentí un salto en el pecho, mi corazón latía muy acelerado, y aunque aquello me parecía algo grosero y sin forma, no el rollito, sino la situación, me excitaba mucho. Le acaricie la panza muy suavemente, algo temblorosa, con la vista fija en su ombligo, la escuche susurrarme, ¿te gusta?, y quise decir que si, pero no pude, la excitación me había robado la voz, así que asentí con la cabeza.

Ella extendió su mano y la puso sobre la camisa que yo tenia puesta. Cuando sentí sus manos me estremecí y corrí mi pancita, pero me deje tocar, quizás halla sido el instinto, o mi propia abnegación.

Sus manos estaban heladas, y quise mirarla a los ojos pero me quede paralizada en sus senos, se veían punzantes, y se marcaba mucho el pezón en el sostén negro. Y me susurro mas bajo en el oído, son tuyas si quieres, eso me dio un escalofrío que se coló por toda la espalda, y me percate que estaba muy mojada. Alce una mano en dirección a sus pechos, sin sacar la vista de allí, no me atrevía a mirarla a los ojos. Me daba un poco de miedo la situación. Y muy torpemente llegue a su seno izquierdo, y cuando lo toque apenas con las yemas de mis dedos, me sentí morir, tan redonditos, y duritos. Su respiración en mi cuello, y en mi campo de visión apareció su hombro, y sus pechos no tardaron en golpear muy suave y excitantemente a los míos que estaban a punto de reventar, por la presión. Hasta que beso mi cuello. La humedad de su boca, me estremeció, tan delicadamente rozo su lengua que me hizo cerrar los ojos, y mirar el techo. Luego sentí que mi camisa se desprendía, el hecho de notarla desprenderse me excitaba muchísimo, como me acariciaba el cuerpo a medida que lucia me desprendía los últimos botones, y empezaba a morderme el cuello. Deje de acariciar su pecho y la abrace, acaricie su espalda, me llamo la atención no encontrara un solo granito, la piel era muy suave, y fresca.

Me saco la camisa, y empezó a darme besos en la garganta y bajo hasta el pecho. ¿nunca fueron de nadie verdad?, no, dije con un hilo de voz tan suave que casi era inaudible.
¿y me las dejas todas para a mi?, lo dijo con una voz tan melosa que yo me relamía. Sus hombros tocaron mis pezones y cuando termino de bajar mis senos rebotaron, debido a que estaban muy erectos, mas de lo que jamás los había tenido. Sus manos en mi espalda, me desabrochaban el sostén, y me libero a mis tetas, que muy firmes se quedaron sostenidas, con la piel erizada.

Su lengua no tardo en lamer mis senos, mis pezones, bajo a la raíz y saco toda su lengua y subió lentamente hasta al pezón haciendo fuerza, lo que hizo levantar por completo mi seno, me volvió loca, creo no hay palabras para describirlo, me dejo en un completo éxtasis. Luego me hacia círculos en el pezón mientras masajeaba como una experta la otra. Mi mente estaba liberada, superada, no podía pensar en mas que sentir mas placer, y con mis manos sujete la cabeza de lucia, le acaricie la cabellera y la perita como a un bebe. Ella succionaba como queriendo mamar, aquella sensación me desbordo, necesitaba mas placer, mis manos me cosquilleaban, al igual que mis brazos, que como por instinto uno se dirigió a mi entrepierna, y empecé a masturbarme, por encima del vaquero.

Con la mano que le sujetaba la perita, me la lleve a la boca y la bese, nuestras lenguas se daban hermosas caricias y bailaban muy sensualmente en nuestras bocas, mientras los labios se acariciaban como amantes. Ella me tumbo en la cama y me desprendió el pantalón, me miro y se rió al ver mi rostro, entregado al placer. Yo con mis manos haciendo circulitos en la punta de mis pezones, y los ojos entrecerrados, para ver a lucia, debería de ser todo un espectáculo.

Me saco el vaquero. Se acerco a mi entrepierna, puso sus manos en mis muslos, lo que me hizo estirarme hacia arriba, y me olió, la sentí inhalar el aroma que desprendían mis jugos, hueles muy bien, y se relamió, pero siempre mirando mis braguitas púrpuras.

Me las quito delicadamente y arremetió contra mi coñito.

Mientras me lamía el clítoris, con un dedo me acariciaba los labios menores, mientras ella se deleitaba, yo escuchaba… hummmm. Empecé a gemir, aqueo me estaba por matar, cada ves me excitaba mas, asta que temí reventar, estaba sudando, y empecé a contornearme, y relamerme como un gato, hasta que el mundo quedo boca abajo, mi vagina se apretaba y dilataba, y me mojaba toda, lo que me excitaba mas.
Empecé a hacer espasmos, y pequeños temblores que cesaron pronto al igual que las contracciones, y suspire.

Gran parte de la excitación se me había ido, pero aun tenia mas. Lucia termino de lamérmela, y subió hasta mi boca y me planto un beso, pude sentir mis propios jugos acumulados en su boca, mezclados con su saliva, lo que me dio algo de asco, pero me gusto su sabor. ahora te toca a vos, me dijo, lo que no me negué para nada. Y cuando se saco su vaquero y yo me acerque a su coñito, la excitación volvió a crecer en mi. Antes de lamerla, olí su entrepierna al igual que ella lo había hecho, mmmm..., el mas exquisito aroma, olía muy bien, le saque la tanguita, y me perdí entre sus piernas, porque ella me abrazo, Me capturo ahí dentro, en el paraíso.

Lamí sus jugos, aquellos que desprendían el aroma embriagante, y penetrante. Con cada lamida me llevaba a mi boca su lubricación, algo aceitosa, y excitante, y me la tragaba toda, puse mis manos en mi entrepierna y empecé a masturbarme. Hasta que ella tubo su orgasmo, gimió como una perra en celos, mientras temblaba y me sacudía a mi también.
Nos vestimos muy calladitas, sin ninguna vergüenza, y no dijimos una sola palabra de nada, nos enganchamos a hablar y ignoramos lo ocurrido. hasta que antes de dormir, ella me pregunto :te gusto lo que hicimos?, y le dije:"2fue lo mejor que me ha pasado en la vida…"

Publico este relato con el objeto de que se cumpla lo q prometì de buscar y probar distintos géneros, todos los morbos habidos y por haber. me gustarìa que lo critiquen y digan lo que piensen, esta es una de mis mayores fantasías…. Y hasta he pensado varias veces en cambiar de sexo, solo para experimentarlo. Es que creo que por lejos de cualquier comparación con el hombre, la mujer es el sexo perfecto.
Gracias por leerlo.