— Los amantes —

Entre lunas,

entre lagrimas y sombras,

yo deseo tener tu corazón  entre mis manos

desangrándose por heridas de amor.

Si pudiera mi alma pondría a tus pies,

y mis labios rodarían por tu piel

gritándole al mundo

¡Eres la mujer con quien siempre soñé!

Quisiera verte,

pero tengo los ojos cerrados.

Nunca más podré hablarte

porque me han sellado los labios

Y sin embargo estoy aquí,

cumpliendo con mi promesa,

Esperando por ti

¡Ni la muerte nos podrá separar!

Pero el amor no se hizo para los muertos.

Para los cuerpos fríos, que yacen quietos

en las fosas de los cementerios olvidados.

Aún recuerdo la noche en que,

con la luz de la luna reflejada en tus pupilas

bailamos con las hadas del busque,

volviéndonos los dueños de la noche.

Pero nada en está vida es eterno,

y la noche lentamente terminó,

y en ella se fueron nuestros sueños,

nos quitaron todo, menos el amor

Entre el silencio, la sangre y el llanto

lentamente te quedaste dormida

y yo que no podía dejarte sola,

también lentamente me morí.

Y sin embargo estoy aquí,

cumpliendo con mi promesa,

Esperando por ti

¡Ni la muerte nos podrá separar!

Pero el amor no se hizo para los muertos.

Para los cuerpos fríos, que yacen quietos

en las fosas de los cementerios olvidados.

Ahora descansemos uno al lado del otro,

nadie se amó tanto como nosotros,

y tan grande fue nuestro amor,

que nadie nunca nos podrá separar.

Una urna contiene ambos restos,

bendecidos por un cura,

en un boda donde  todos visten de negro…

Y en nuestra eterna morada,

el heraldo que guarda la entrada dirá

Aquí yacen los amantes, que vencieron a la eternidad.