No quiero parecer arrogante al dar ciertos consejos sobre el sexo en pareja. Los consejos se aceptan o se rechazan, simplemente. Quizá los míos sean opiniones antes que recomendaciones. Y las opiniones se critican, se debaten o no se tienen en cuenta.

El sexo en pareja ha de ser abierto y limpio, y perdonad si utilizo expresiones ambiguas en mis argumentos amig@s lector@s. Sí, abierto y limpio, sin reservas por parte de los miembros de la pareja; porque la pareja es un buen punto de inicio para el desarrollo del sexo. A partir de ese punto, lo que se quiera. Sí, lo que se quiera y también lo que se convenga entre ambos. Lo que se pacte. Llámese amor libre o llámese como se quiera. Hay que tener imaginación, y por supuesto alentar al otro a tenerla. Otorgar confianza plena. El sexo puede ser gozoso si no se le ponen límites; pero se ha de tener en cuenta los límites que otr@s ponen, como puede ser el caso de la propia pareja. Por lo demás se trata de conversar, de opinar, de interrogar al otr@... Supón por un momento que a tu pareja (pongamos por caso hombre) le gusta fantasear que lo hace con otra mujer, quizá se trate incluso de tu mejor amiga. No te has de sentir celosa si te lo hace saber, sino gozosa en la fantasía. Sueña tú si te apetece con otro varón y hazlo sabedor de ello, porque también es probable que tu pareja disfrute imaginando cómo otro hombre te hace el amor.

Aparte, os recomiendo practicar todas las posturas del sexo que seáis capaces de llevar a cabo. Usad todos los sentidos humanos, sobre todo el tacto y el gusto. No os privéis de lamer ninguna zona del cuerpo de vuestra pareja; si es al sur de su cintura mejor. Cualquier hora del día es buena, no tenéis porque esperar siempre a la noche. Cualquier lugar es apropiado. ¿Por qué no lo intentáis en los probadores de unos grandes almacenes? Sed atrevidos en vuestras palabras: ciertas expresiones orales excitan mucho.

Y ya sabéis, a partir de ahí todo. ¿Queréis incorporar juegos? Adelante. Hay un mundo de fantasías para dar alicientes al sexo. ¿Sabéis que en Italia los disfraces de curas y monjas son los que más se venden? ¿Imagináis por qué? Efectivamente: es el juego favorito de muchos amantes: él es el cura, ella la monja y… acaban pecando. ¿No es divertido? Médicos y enfermeras, funcionario de prisiones y enfermera, maestra y alumno, en fin, multitud de juegos.

¿Deseáis pasar de la pareja al trío? Puede ser una buena opción. Pero ya sabéis, ha de ser plenamente consensuado. ¿A quién incorporar? ¿A un hombre o a una mujer? Yo aconsejaría lo siguiente si cualquier pareja está pensando en ello, atended: el mundo de hoy es desgraciadamente machista y eso suele traer problemas. Sin embargo la fantasía del trío es la preferida por los hombres, pero del trío con dos mujeres. A la mayoría de los hombres les molesta pensar que hay otro en la cama que está satisfaciéndose con su mujer. Por eso si un hombre es capaz de superar esa prueba, la de compartir a su mujer con otro, es que está preparado para romper los límites de la fantasía. Recomiendo pues practicar primero un HMH (hombre-mujer-hombre) y posteriormente un MHM; eso si se quiere probar de todo, porque hay esposas que están absolutamente de acuerdo con el trío MHM y no están dispuestas a realizar el otro. Si os ha liado esta parte podéis consultarme a través del correo o los comentarios.

En cuanto a la invitación de una tercera persona o bien es de confianza o bien se le deja muy claro lo que deseáis. Os voy a contar como ejemplo el caso de una amiga mía y su marido que decidieron meter a un chico joven en su cama para un trío. Mi amiga me contó que todo fue bien durante un rato y que estaba disfrutando de ambos hombres a cada lado suyo, pero después de un rato el chico quiso practicar sexo anal con ella, a lo que mi amiga se negó. Fue un malentendido. Si hay cosas por las que uno no quiere pasar, se explica desde el principio y ya está. En otra ocasión seguiré hablando de estas cosas.