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Niña Lucía (El cómico)

en Textos de risa

Continuación de: http://www.todorelatos.com/relato/55819/

"¿Pero de verdad follaste con Joan mientras Natalia miraba?"- Ángela, sentada con las piernas cruzadas, movía nerviosamente un cojín sobre su regazo, mientras Niña Lucía, tumbada en el otro sofá, perdía la mirada en el techo y trataba de recordar.

"Mira, nena… si hubiera sabido antes que me ponía tanto que me vieran follar, ya tendría mi propia Polvo TV…"

"Estás loca…"- rió Ángela removiéndose en su sofá.

"¿Loca? Tía… tú no sabes aún lo que es alguien que está como una puta cabra…"

"Ya… Y tú sí…"

"Por supuesto, ma amie…"- Respondió Niña Lucía con retintín…-"Mira… fue ayer, el día siguiente de lo de la cam…"

I. Todo empezó

"Todo empezó allí a las 12 de la mañana del viernes. En el recreo, mientras estaba en el baño, me crucé con Natalia, no sé cómo coño se las apaña esa tía para encontrarme siempre, ni que me oliera. Pensé que me iba a decir algo de la sesión del día anterior, pero no, se puso a mi lado y me dijo:

- Esta tarde-noche hay un encargo… ¿Te ves preparada para cumplirlo?"

"¿Cómo puedes ser tan puta, Luci?"- estalló en una carcajada Ángela.

"Calla, coño… déjame seguir. Le dije que sí, que podía ir yo, ya estaba impaciente por demostrarle el valor del coñito de la Luci."

"¿Y cuál es su valor? Te lo alquilo hoy…"- interrumpió Ángela frotándose las manos.

"Angie… o te callas o te prometo que te violo aquí mismo y enfrente de la ventana para que todo el vecindario sepa que eres lesbiana."

"Ey… que yo tengo novio…"- replicó la joven morena fingiendo un mohín de disgusto.

"Ya… pero te verían follar conmigo, y no con Nacho… así que cállate si no quieres acabar en una carroza del desfile del día del orgullo gay."

"Idiota."

"Tetona."- replicó con una sonrisa Niña Lucía antes de continuar.-"Vale, sigo. Nati me dio las señas, además de la hora de reunión con el cliente, tenía su nombre y una dirección que me sonaban, aunque no sabía de qué."

"¿Qué era, algún tío que te hubieras follado antes?"

"Angie, cállate. Además, sabes que yo sólo he hecho el amor con Joan."

"Sí, y con el tal Francisco, y con el primo de Joan, y con sus compañeros de grupo… y lo de querer ir a ver un partido del Real Madrid no tengo yo muy seguro que sea porque te gusta el fútbol…"

Niña Lucía no pudo evitar una carcajada. De sólo imaginarse en las duchas, dudando entre Baptista, Cannavaro, Guti y Casillas, como un niño en una tienda de golosinas, le entraba la risa.

"Déjame continuar, coño… A lo que iba… cuando llegué a la dirección, cinco minutos antes de la hora, entendí de qué me sonaba. Era el teatro Olympia…"

"Vaya… una romántica velada de teatro con un vejestorio soso que querría vacilar de novia joven… ¡Qué interesante!"

"¡Y una mierda! ¡Más me gustaría que hubiera sido eso! Mira, nada más llegar, me acordé también de quién era el tío que me tocaba acompañar… ¡Un cómico de los de la tele, nena!"

"¡Va! ¿Quién?"

"No te lo puedo decir, firmé un acuerdo de confidencialidad de esos…"

"¡Venga, nena! ¡Que no se lo voy a decir a nadie! Ni siquiera le he contado a Joan que te follaste a su primo y al grupo de rock… a la vez."

"Vete a la mierda, nena… Bueno, vale… ven…"

Niña Lucía se inclinó hacia Ángela y le susurró un nombre al oído a su amiga. La morena abrió los ojos como platos y no pudo evitar estallar en carcajadas.

"¡No me jodas, nena! ¡Te has follado a…!"

"¡Calla, coño, no lo digas, no veas la paranoia que me hizo pillar el tío con que lo seguían, con que lo vigilaban, con que la prensa del corazón estaba detrás de él! Y no te he dicho que me lo hubiera follado."

"Si firmaste el acuerdo es que, o te lo follaste, o por lo menos, él lo intentó…"- contestó Ángela, mientras simulaba un gatillazo con su brazo derecho.

"Mierda. Sí, vale, me lo follé…"

"¿Y cómo folla?"

"¿Quieres dejarme contarte toda la historia, pesada? ¡No sé ni por qué te he dicho nada! ¡Eres imposible! ¡La próxima vez te buscas al cuentacuentos Baltasar!"

"Vale, vale… ya me callo, no te pongas así…"

Niña Lucía puso los ojos en blanco en gesto dramático y siguió narrando.

"A ver, como iba diciendo, me acababa de acordar de que había quedado con un cómico de la tele, que no podía escapar y que no llevaba braguitas… Bien ¿No?"

"¿No llevabas braguitas, pedazo de guarra?"

"A ver… o te callas de una puta vez o te juro por el cipote de Nacho Vidal que te amordazo."

"¿Y con esa amenaza piensas que me voy a callar? ¡Si lo estoy desando! Vale, vale, me callo…"

"Pues eso, vale… llevaba un par de minutos allí, pasando más frío que el copón cuando de repente oigo a mis espaldas:

- Nena, estás que te rompes… ¿No serás militar, verdad? Es que mi soldadito se acaba de poner en posición de firmes…

Y allí estaba él. No era guapo, vale, lo reconozco, pero esa miradita de cabrón que tenía me encantaba y… bueno… no tenía mal cuerpo. Si cerraba los ojos podía imaginarme fácilmente que estaba con Brad Pitt.

- ¿Tú eres Lucía, no?- preguntó el tío.

- Sí, soy yo… y tú eres mi cliente, claro…

- Claro… ¡Estás como un tren! Bueno, te faltan tetas, si no…

Y a ti te faltan dos neuronas, no te jode, llegué a pensar. No se lo dije porque tampoco es cuestión de insultar al primer cliente, que luego Nati se cabrea y me da de azotes con la pala de spanking. Y claro, se calienta y tengo que apagarle yo los fuegos.

Bueno, pues eso, nos conocimos, nos saludamos con un morreo de órdago. Él apuntaba a la mejilla, pero yo le agarré de la nuca y le metí la lengua hasta la garganta. Es una regla del trabajo. Enséñale de lo que eres capaz. Si puedo hacer eso con mi lengua en su boca, que piense lo que puedo hacer sobre otras partes de la anatomía.

Bueno, pasamos dentro y estaban allí haciendo las pruebas él y los otros cómicos. Mira… jamás me he reído tanto como al ver a Miki Nadal con un traje de hada y a Secun de la Rosa haciendo de caballo…

Además, también estaba allí Agustín Jiménez…"

"Joder, tía, no sé cómo te puede gustar ese tío"

"¡No me digas que no! ¡Tiene un morbazo encima!"

"Es feo, tiene barriga y además es un payaso"

"Bah… no sabes nada… tiene pintas de pícaro rebelde… un cabrón en toda regla… en fin, después de las pruebas, los cómicos se metieron a camerinos y yo los seguí, quería ver si podía conseguir un autógrafo del Agustín."

"La madre que te parió… ¿Te firmó el autógrafo el compañero de tu cliente?"

Entonces, Niña Lucía, se levantó y se colocó al lado de Ángela. Se desabrochó los pantalones vaqueros y, dándose la vuelta, se los bajó.

La rubia llevaba tanga ese día, y en su nalga derecha se vislumbraba, sin ningún problema, el trazo angosto de una firma en rotulador negro.

"¿Te firmó en el culo?"

"Sí, bueno, luego el mío cogió celos y también quiso dejarme un autógrafo."- Niña Lucía volvió a girarse y se bajó ligeramente el tanga, hasta mostrar sobre su pubis lampiño otra firma.

"¿Cómo coño puedes ser tan puta?"- rió Ángela.

"Me entreno todos los días… A lo que iba, después de la actuación me llevó a cenar, se ve que le entró la vena romántico-caballeresca que tienen todos los tíos."

"Emmmm…"

"Bueno, vale, casi todos los tíos… hay algunos que lo más romántico que saben decir es "¡Qué apretado lo tienes, zorra!"… pero tía… no son todos.

A lo que iba… el restaurante era cosa fina… y yo me sentía un poco fuera de onda con mi top y mi faldita vaquera sin braguitas… pero él también iba más chulo que un ocho con sus vaqueros y su camiseta de manga larga y nadie le dijo ni mú. Es lo que tiene ser famoso, ¿no?"

"Va, tía, que te enrollas… no me importa una mierda lo bueno que estaba el consomé de almejas… dame carnaza"- replicó Ángela.

"No, si ya sé yo cuál es la única almeja que te gusta..."- rió la pequeña rubia, echándose hacia atrás en el sofá y abriendo sus piernas. Aunque llevaba los vaqueros, Ángela bien sabía lo que escondía tras ellos.

"Guarra."

"Y lo que te gusta a ti ¿Qué? En fin, a lo que vamos… después de unos jueguecitos bajo el mantel, lo puse cachondísimo perdido. Deberías ver la cara que puso el metre cuando trajo la cuenta y al cómico le salió un gallo:

- Graciaa-aaa-a-aaassss…- sonó algo así. Claro, yo me había descalzado y no veas lo que sé hacer con estos piececitos…"

"Puta… sí que lo sé, sí…"

"Hostia, no me acordaba de lo de aquella tarde, en el bar con el Joan… ¡Qué divertido!"

"¿Divertido? ¡Serás puta! ¡Tuve que irme a los baños para poder correrme! ¡Me pusiste a cien!"- se enfurruñó la morena.

II. Al bfécjimo

"Bah… Me dije que bien podía follármelo. Mi trabajo no incluye explícitamente esa parte, pero se puede hacer. Me llevó a su hotel, y en el mismo ascensor empecé a enseñarle la mercancía. Se cerraron las puertas y yo ya estaba de rodillas desabrochándole la bragueta. Deberías ver la cara que pusieron dos de los huéspedes cuando en el quinto piso se abrieron las puertas y yo le estaba dando jarabe de boca a la polla del cómico. La mujer, que apuntaba a los 70 años y tenía unas pintas de señorona relamida no sé cómo no se desmayó en ese momento. Se le fue todo el color de la cara y empezó a balbucir. Pero es que el hijo de puta del marido se rió y ¡Pasó dentro!

- ¿A qué piso van?- preguntó el viejo, mientras arrastraba tras de sí a su esposa.

- Al bfécjimo- Se me olvidaron las normas de la moral que indicaban que una no debe hablar con la boca llena. Así que el cómico me tuvo que hacer de intérprete.

- Al décimo…- dijo, mientras yo seguía dale que te pego. A él no parecía importarle y yo ya había metido la directa, así que no me detuve. Total, a la única que parecía disgustarle era a la mujer.

- Virgen de la Macarena… ¡Cuánto vicio!- se escandalizaba la señora, santiguándose. Y el marido, a carcajada viva. ¡Que se le saltaron hasta las lágrimas de la risa! Si el tío sufría de pérdidas de orina, yo creo que allí mismo llenó los pañales.

- Hace un bonito día ¿noo-ooo-oooh?- yo trataba de aguantar la risa. Mi cliente era muy considerado, hasta en esas circunstancias no se olvidaba de la típica conversación de ascensor. Pero no le contestaron. La vieja le rezaba a no sé qué santo y el viejo se partía el culo.

Yo ya no sabía qué estaba más cerca. Que la vieja se desmayara de indignación, que al viejo le diera un infarto por reírse tanto o que el cómico se corriese. Pero me entró la vena cabrona y me saqué la polla del chavalote para preguntar:

- ¿Les molesta?

- no, mujer, no… tú sigue…- me dijo el viejo.

- Pues sí, me molesta la desvergüenza que…- A la vieja no la dejé continuar. La corté con un:

- Pues te jodes.

Y seguí dándole boquita al pollón de mi cómico. El viejo, que ya se había recuperado de su ataque de risa, recayó en otro todavía más virulento. Lástima que llegáramos entonces al décimo piso. Te juro que, de haber tenido tiempo, me lo follaba delante de los viejos."

"Eres única, Luci…"- se rió Ángela.- "ya te me imagino recibiendo polla del pavo y diciéndole al viejo: ¿Puedes aguantarme la pierna un momento? Es que así entra mejor…"

"Juaaaajua… algo así, Angie…"- rió Niña Lucía.- "En fin, sigo… nos despedimos cordialmente de la pareja, incluso estuve tentada de darle un par de besos a la abuela, pero se podría morir de la impresión y no podría soportar el cargo de conciencia que ello acarrearía.

Entramos a su suite y corrimos hasta la cama. Él ni siquiera se había subido la bragueta y la polla le bamboleaba de un lado a otro… era casi como un metrónomo de esos… Me cogió de los hombros y me lanzó a la cama así en plan pasional. Si no fuera porque se le salía la polla de los pantalones, sería una imagen digna de cualquier culebrón."

"Empieza a ponerse bueno"

"Se colocó sobre mí y empezó a morrearme y magrearme, y yo, que con el trabajito de antes ya estaba un poquito encendida, sentí que la ropa empezaba a quemarme puesta. Y justo en ese momento… salta, me pone en los morros un papel y un boli y me dice:

- Anda, fírmalo, cacho guarruza…- ¡Joder! ¡Yo con un calentón y él me pone en los morros un boli! Estuve tentada de metérmelo no te digo dónde.

- ¿Y esto qué coño es?- le pregunté yo.

- Soy famoso, no quiero que te forres yendo de plató en plató contando que me follaste. Natalia me ha dicho que tenías dieciocho justos aunque aparentes muchos menos, pero no me fío del todo. No quiero que, además, vayan diciendo que me acuesto con niñas.

- Vale, yo lo firmo pero vas a dejar que te folle hasta que quede complacida. ¿Vale?

- Vale…

Lo firmé, lo dejé en la mesita y me lancé encima del tío. La ropa le duró cinco segundos puesta, y, viendo su polla morcillona, me decidí a terminar el trabajo que empecé en el ascensor.

Así que, tras tumbarlo sobre la cama, abrí la boca… y continué con las clases de francés.

- Oh… ohhhhosties… ¿Desde cuándo llevas tú chupando pollas? ¡La rehostia!

- ¿Quieres que hable o quieres que te la chupe?

- ¡Vamos, al pilón!

Sonreí, y reanudé la marcha. A los pocos minutos, el tío pausó los gemidos para preguntarme:

- ¿Te sabes el chiste del chino y la puta?

- ¿Gué?

- Sí, el de "pala, pala, no chupes más, que sábana metelse pol culo"… pues algo así… pala, pala, que si no me colo…

En el último instante me saqué la polla de la boca… Si me hubiera reído con su fiambre entre los dientes, estoy segura de que se la habría mordido. Y no creo que le hubiera hecho mucha gracia quedarse sin polla. Ni a Natalia que dejara sin polla a mi primer cliente. Pero, mientras me reía, seguí masturbándolo hasta que se corrió abundantemente. Entre lo de antes y que el tío estaba "oh, oh… ohohhoohhhhh", pues no podía aguantarme las risas. Así hasta que se terminó de correr y yo me pude limpiar su corrida.

- Creo que podrías devolverme el favor… ¿no?

Y me quité la falda, abrí las piernas y mi chochito rasurado hizo que empezara a salivar.

- Padre nuestro, que en tu infinita sabiduría estás en los burdeles de todo el mundo, bendice estos alimentos que voy a recibir. ¡Amén!

Y se lanzó a por mi coñito.

- ¿Señor dedo corazón, quiere penetrar este delicioso coñito?- dijo, mientras me separaba los labios con índice y anular y el señor dedo corazón se lo pensaba acariciándome el clítoris.- No sé… Es que soy muy tímido…- decía el cómico con la supuesta voz del dedo corazón.- ¿No será muy frío?

- Señor dedo corazón…- le dije yo a ese apéndice que me estaba volviendo loquita.- Le puedo prometer que de frío no tiene nada.

El señor dedo corazón pareció coger la indirecta y se metió hasta la pura falangeta… Pero resulta que, afortunadamente, el señor dedo corazón era indeciso y gregario… así que entró, salió, entró, salió, cuando vio que había sitio para más compañeros invitó al señor dedo índice, y mientras mi clítoris conoció a la señora lengua.

Diez minutos después, estaba al borde del orgasmo, y justo a un segundo de explotar, el tío paró. Se detuvo, y yo que lo buscaba con las caderas.

- ¿Qué haces? ¡Sigue!- supliqué.

- ¿Cómo se pide?- dijo él, con sonrisa socarrona, y yo, en ese estado en el que estaba, pensé "que te jodan".

Le pegué una patada, lo tiré de la cama, y me masturbé hasta que me corrí intensa, maravillosa, alocadamente. Mientras yo me relajaba, el apareció por el lado derecho de la cama, acariciándose la mejilla donde mi pie le había impactado, y mirándome con una cara de incredulidad… Y, obvio, yo me reí.

- Me has dado… me has dado un patada…

- Y tú querías que te pidiera por favor para correrme…- le respondí con una sonrisa.- Entiéndelo, chiquitín… yo soy la que manejo esto. ¿Me entiendes?

- te… te entiendo.

- Pues bien, ahora túmbate, que te voy a follar.

III. Polvos de la risa. PX

El tío se tumbó bocarriba con la polla mirando al techo, y yo, después de colocarle condón, me puse encima de él… sin metérmela todavía, me subí y me deslicé sobre su polla adelante y atrás, y al tío los ojos se le quedaban en blanco"

"¡Zorra! ¡Ése truco te lo enseñé yo!"

"El alumno supera nuevamente al maestro, querida. Sigo… el tío llevó sus manos hasta mis pechos y dijo:

- La pena es que no tengas tetas…

En ese momento me metí su polla en mi chochito y tuvo que rectificar.

- Pero de verdad que no importa nada que no tengas tetas…- dijo, cuando puse la maquinaria interna a funcionar.- Pero no importa nada, nada… Hostias qué meneo estás dando por ahí dentro… ¿A ti te hicieron a partir de una minipimer o qué?

Claro, yo, entre los gemidos, el trajín, y la risa, parecía que estuviera en pleno centrifugado, porque el vientre se me estremecía y el tío ya no sabía a dónde mirar.

Y vale. Todas sabemos que los tíos siempre intentan pensar en otras cosas mientras nos follan para controlar su eyaculación. La mayoría cantan, pero para sí mismos, no había escuchado nunca de ninguno que, mientras te está follando empiece a cantar "la barbacoa… la barbacoa…"… Yo no sabía si reírme o llorar. Yo gimiendo de placer y el tío cantando "la barbacoa"."

"¿La barbacoa?"

"Sí. ¡Eh! ¡Y que el tío se sabía la letra completa! ¡Que la cantó de pe a pa tres veces mientras yo le botaba encima, o cuando cambiamos de posición y me entraba por detrás…"

"La barbacoa…"-repitió Ángela, para sí misma.

"Peor fue la que vino después."

"¿Peor que la barbacoa? ¡Cómo no sea "La bomba" de King África!"

"Oliver, Benji, los magos del balón, Benji, Oliver…"- comenzó a cantar Niña Lucía, y su amiga no pudo evitar estallar en carcajadas, tumbándose incluso en el sofá en pleno ataque de risa.- "Claro, yo ya me cabreé, porque así no hay quien se concentre y, sacándome su polla, le dije:

- Oye, o cantas para ti mismo, o al menos me cantas una de Nirvana… ¡Coño!

- ¿De Nirvana? ¿Y una del Fary no te da igual? Es que no me sé ninguna de Nirvana.

Me controlé. Afortunadamente, me controlé. Pero te juro que estuve a esto de pegarle una patada en los huevos. ¡El Fary! ¡Me llega a cantar una del Fary y le depilo los huevos a mordiscos!

- ¿Qué pasó con aquello de que el cliente siempre lleva la razón?- me preguntó.

- se lo cargaron los sindicatos. Así que si quieres cantar, te vas a Operación Triunfoo al programa éste que los famosos cantan.

- ¿Salsa Rosa?

- Me refería a "¿Cantas o qué?", pero sí, tu opción tampoco está del todo mal.

A todo esto, yo estaba delante de él, arrodillada e inclinada hacia delante, mirándolo con un giro de cuello que amenazaba con una tortícolis acojonante, tapándome los agujeros con las manos no fuera a ser que el vergajo que se gastaba se decidiera a atacarme a traición.

- Bueno, hacemos una cosa… yo empiezo a cantar, si no te gusta la canción me dices que cambie…

- ¿No sería más fácil cantar para ti mismo?

- ¡Es que lo fácil no tiene gracia ninguna!

- Tienes razón… venga…

Quité las manos de su protectora posición y las preparé para recibir sus embates. Y claro, como no tenía otra cosa a mano, marcaba el ritmo penetrándome…

- ¡Un, dos, tres! ¡Un pasito p’alante María!- comenzó. Y vale que el "un dos tres" me hizo ver las estrellas. Pero con el pasito p’alante lo cagaba todo. Y eso que no me desagradaba la imagen de Ricky Martin.

- ¡Cambio!

- ¡Me va, me va, me va, me va, me va me va! ¡Me va la vida, me van los cantos de madrugá!- Y vale que el tío imitaba la voz de Julio Iglesias de puta madre, pero precisamente por eso no me podía concentrar, no dejaba de pensar en Julio Iglesias… ¡Dios! ¡A mí nunca me han gustado las momias!

- ¡Cambio!

- ¡Opá, yo viazé…!

- ¡CAMBIO!

Joder, Ángela, no te rías, que fue algo terrorífico… imaginarme al Koala detrás de mí, dándome caña… brrrrr… tendré pesadillas con ello.

- Joder, niña, qué difícil eres… a ver… ya sé… Para no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías… para… para…

- Para no comprarla con… bisutería, ni ser… ahhh… el fantoche que va en romería.- le indiqué yo. Para una que me gusta.

- Con la cofradía del santo reproche.

Nena, a veces pienso que Sabina tiene un efecto afrodisíaco en mí… me puse como una moto con aquella canción mientras él imitaba a Joaquín. Porque esa era otra, el cabrón era un crack imitando… y a todo esto, su polla seguía entrando y saliendo de mí como Pedro por su casa.

- Ya no me sé más de esa canción…

- ¿Una en inglés?

Había dos opciones… que se pusiera a cantar una de Jenniffer Lopez o alguna de estas tetonas gargajeras imitando su voz, o que tuviera la decencia de saberse algún clasicazo como el "No more, mister nice guy"… Pues ni una ni otra. Un clásico sí, pero del cine.

- Always looking the bright side of life"

"Me suena…"- dijo Ángela.

"Claro, como que es la canción final de la vida de Brian. Y como a mí también me gustaba, intentaba apagar los gemidos para poder silbar después de la frase. Cosa difícil, por cierto, eso de silbar mientras te taladran el coñito.

Y en fin, así, él cantando y yo silbando, noté que el tío estaba a punto de llegar.

- Aaaaaalgüais lukin… de brai… de brai… de braiiiii que me corroooo… ¡Toma Moreno!

Vale. A mi mente, obvio, vino Rockefeller, el muñeco cuervo del José Luis Moreno. Y su movimiento de caderas. No pude evitarlo. Mientras él se corría, yo me reía.

- ¡Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta! ¡Salinas! ¡Jugón! ¡Jugón!

Te lo juro… jamás había oído un orgasmo tan extraño. Supongo que así sería como se corría Andrés Montes, el comentarista de laSexta.

- ¡Jugón!

Claro, en ese momento una no tiene sangre en la cabeza como para pensar en humor inteligente, por lo que mis risas se convirtieron en un ataque de risa con todas sus letras. Y cuando, tras tirarme sobre la cama, me giré y lo vi allí, polla en ristre, la bolsita del condón llena, y él repitiendo lo de "¡Jugón!" no sé ni cómo no me meé de la risa. Joder… era algo tan ridículo.

Claro, el ataque de risa no se me pasaba. Y al minuto el tío se empezó a preocupar. Bueno, es un decir. Digamos que empezó a hablarme.

- Sí, normalmente le causo ese efecto a las mujeres… aunque suele ser la primera vez que me ven desnudo… ¡Niña! ¿Te traigo un ministro de Hacienda para que se te pase la risa?... Joder, que no hay manera… ¡Uuuuuhhh!... nada… Te tengo que dar una mala noticia, Jhonny Deep la ha palmado.

Claro, con esos "intentos" para que dejara de reírme, yo sólo hacía que reírme más, rodando por la cama, partiéndome de la risa… hasta que me caí.

- ¡Hostia! ¿Dónde estás? ¡Abducción! ¡Me la he tragado!- empezó a gritar. No había visto que caí.

Pero sí que oyó mis risas.

- Ah, no… está bien… la oigo reírse, o cagarse en mis muelas… espero que lo primero.

8 minutos. ¡8 minutos tardé en recuperarme del ataque de risa!

- No sé si habrás tenido muchos orgasmos… pero nos lo hemos pasado de puta madre ¿Qué no?- me dijo…"

"Joder, Luci… ¡lo que no te pase a ti! ¡Qué risas!"

"Sí, muchas risas, pero yo lo pasé incluso mal. Te juro que pensé que me moría de la risa."

"¡Exagerada!"

"¡Exagerada tu padre! Coño, aún tengo agujetas en el vientre de tanto reírme…"

"Ay, pobrecita… ven, ven que la tía Angie te dé un besito en la tripita para que se te pase…"

"Claro, claro… Y seguro que te conformas con besarme la tripita…"- replicó con una sonrisa Niña Lucía.

"Bueno… ven a mi cuarto y te lo muestro"

"¿Me vas a cantar algo?"

"Claro… Always looking the bright side of life."

Mientras Ángela enfilaba hacia su habitación, meneando sus caderas, Niña Lucía se levantó y la siguió, silbando.

CONTINUARÁ

Kalashnikov

Lamento la imperdonable tardanza de este relato, pero es una categoría muy difícil para mí. Un saludo.

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