Volverán las oscuras golondrinas
de los besos extraños de labios ajenos,
a oscurecer el cielo que atravesamos desnudos.
Volverán las tupidas madreselvas,
de diez dedos lascivos sedientos de carne,
a recubrir el satén frugal de tus braguitas.
Y volverán también,
del amor en tus oídos,
de la pasión en tu piel,
del sexo sobre tu sexo,
de otro orgasmo sobre el tuyo
los gemidos ardientes a sonar.
Pero como yo te he amado,
vertiéndome en pasión en cada beso,
viviendo sólo para enredarme en tus pezones,
derramándome en la noche que hiciste tuya,
explotando de amor con tanto ardor
como yo te he amado,
¡Escúchame bien!
Pero como yo te he amado,
naciendo cada día para morirlo entre tus brazos,
batiéndome con cada sombra que nos separaba,
despertándome en la noche murmurando tu nombre,
besando las palomas de humo
que mandaron a mi ventana tus ojos
.
¡Óyeme bien!
Pero como yo te he amado,
¡Desengáñate!
Así
no te amarán.