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Sarah (3: El día de Reyes)

en Hetero: General

La noche del día 5 de enero y madrugada del 6 suele ser una noche entretenida para mí, porque ese día llegan los Reyes Magos a dejarle juguetes a los niños que se han portado bien, y como ocurre en ocasiones me piden que vaya a ayudarlos a entregarle sus regalos a mis sobrinos, ya había terminado de repartir los juguetes que por no tener hijos los Reyes guardan en mi departamento y manejaba con calma en las concurridas calles de la ciudad a pesar de la hora.

Me encontraba yo manejando el Peugeot 206 de uno de mis hermanos por el boulevard 5 de mayo, que estaba lleno de ayudantes de los reyes magos, ya de regreso a mi casa cuando recibí una llamada que haría más entretenida esa noche-madrugada, iba solo en el auto así que pase la conversación a él manos libres del radio para no distraerme mucho con la llamada mientras conducía.

-¿Eduardo?- Me pregunto, como temiendo que alguien más pudiera contestar mi teléfono.

-Sí, Eduardo al habla…

-¡Soy Sarah! Discúlpame que te despierte a estas horas pero ¡¡¡tengo un problemón!!! ¿Te puedo pedir un favor?

-No me despertaste, de hecho estoy a unos minutos de tu casa, mmm… yo creo que estaré ahí en 4 ó 5 minutos máximo.

-Gracias… no era para tanto… muchas gracias… aquí te cuento y no toques el claxon porque vas a despertar a los niños.

-Sip… voy para allá.

Había pasado justo un par de minutos antes la calle donde ella vive, así que en el retorno del monumento al "Ángel custodio" del escultor Sebastián di media vuelta para regresar, esa escultura enorme en el boulevard en realidad se llamaba "El ángel caído", pero nadie la iba a querer con ese nombre en una ciudad que se denomina a sí misma "Ángelopolis", así que le cambiaron el nombre al monumento y ahora adorna una de las principales vías de la ciudad.

Llegue a la casa de Sarah en menos tiempo de lo pensado… su Mini Cooper rojo estaba afuera estacionado, al llegar pude ver que tenía una llanta extrañamente de color claro, antes de apagar el motor se abrió discretamente la puerta y ella se asomo, me hizo señales con la mano para alcanzarla… Parecía una muñequita de nieve, estaba vestida de blanco completamente, excepto las botas rojas y el gorro del mismo color, el pantalón de mezclilla se ajustaba perfectamente a sus delgadas y muy bien ejercitadas piernas, si de suyo llamaba la atención, este día lo haría mucho más…

-Eddy… gracias por venir…

Nadie me dice así, me molesta que me digan de esa forma, pero no le dije nada porque parecía más afligida que lo que en el teléfono me pareció, le pedí que me explicara que pasaba, debido a mi altura y a mis varios años de entrenamiento en artes marciales, algunas amigas suelen llamarme cuando necesitan sacar borrachos de sus casas, o alejar moscardones molestos que son valientes con las chicas pero cobardes con un hombre, pensé que ese era el caso pero resulto ser algo más sencillo.

Sarah había salido a recoger un regalo para uno de los niños, de hecho para la niña, un teléfono celular que su hermano le compro para hacerlo deducible en los gastos de la empresa, pero al ir a recogerlo cayó en una alcantarilla abierta y reventó la llanta de su Cooper, una cosa que yo ignoraba de esos autos es que no tienen llanta de refacción, así que al romperse la llanta se abrió una especie de "bolsa de aire" que sustituyo a la llanta reventada, se supone que te da la suficiente autonomía para llegar a la concesionaria a que te cambien tu llanta, pero el ruido, la sacudida, y las alarmas encendidas en el tablero le hicieron dudar que fuera una buena idea seguir manejando y regreso a su casa con el vehículo estacionándolo afuera.

Sarah podía haber tomado un taxi, pero tenía una mala experiencia en un intento de violación por lo que no quiso hacer eso, y por alguna razón pensó en mí para ayudarla, me extraño que no le hubiera llamado a Anselmo, su ex esposo o a Gonzalo, su actual "pareja", pero ya estaba yo ahí por lo que le dije que si aun debería ir por el regalo yo le acompañaba en el Peugeot gris plata que conducía ese día, había cambiado de autos con mi hermano menor esa noche.

Ella acepto encantada, en realidad ella pensaba que yo podía pedirle a uno de mis taxistas (tengo un par choferes de taxis que manejan mis vehículos) que la llevara y así sentirse más segura pues teóricamente estaría con un conductor de confianza por trabajar para mí.

Cuando ella entro por una bufanda, caí en la cuenta que había unos condones de mi hermano menor en el portavasos, los tome y los guarde en la bolsa de mi chamarra, me dio pena pensar que Sarah los viera, no sé por qué, pero así paso, regreso y abordamos el auto.

Recogimos el paquete y regresamos a la casa para dejar los regalos en los respectivos zapatitos de los niños, las recamaras de ellos están al fondo en la parte superior de la casa, en la estancia para ver la TV había un pino de navidad de color rosa, donde colocaron los zapatos los niños, ya estaban ahí los juguetes, pero faltaba el celular… una vez colocado apagamos las luces, bajamos las escaleras y nos fuimos a la sala para platicar.

En la sala las luces también estaban apagadas, pero estaba iluminada tenuemente por las luces del árbol de navidad, uno más grande que el pequeño de color rosa que estaba en la parte superior, las tintilleantes luces que encendían y apagaban le daban una atmosfera intima a la habitación, nos sentamos en el sofá para charlar, no acepte el café que me ofreció Sarah porque la verdad tenía la intención de regresar a dormir a mi casa y no quería que se me fuera el sueño.

Lo primero que hizo fue contarme que ya no usaba gafas, le habían hecho una operación lasser en su retina que se sumaba a la operación del busto, la liposucción, la rinoplastia y no sé que mas… precisamente un día que le llame para saludarla después de mi encuentro con su amiga Esther estuvimos platicando como dos o tres horas por teléfono fue el día que estaba vendada y no podía salir, le dolía mucho y le dio gusto que le llamara, por eso la charla se prolongo por tanto tiempo, pero no me lo dijo, hasta esta noche, hablamos de muchas tonterías esa ocasión, pero ella omitió aspectos personales de su vida que ahora me explicaba:

Sarah me conto cuando le pregunte por mi antiguo abogado que su ex esposo y su pareja actual habían tenido una serie de episodios violentos, se habían encontrado en varias ocasiones y habían protagonizado una serie de riñas callejeras que aun estaban en demandas y litigios, Antelmo no podía acercarse a la casa por orden de un Juez y Gonzalo (que resulto un vividor) no quería acercarse a su casa de ningún modo ante la posibilidad de encontrarse una vez más con Antelmo.

Ella empezó a llorar, se quito los guantes rojos y con una punta de la bufanda se limpio las lágrimas, no pude reprimir mi instinto paternal y la abrace, recargándome en el gorro rojo que aun estaba en su cabeza.

-Soy una tonta- me dijo entre sollozos – me enamore de un tipo que solo buscaba sacar provecho de mí, no soy rica, pero Gonzalo siempre quería algún beneficio de mi, si me cogía me cobraba de alguna manera, y aunque no era el caso… me sentía como una… -dudo unos instantes antes de decir- …una puta

-Una zorra- le dije yo

Ella empezó a reir,- una talonera- dijo entre risas

-Una mujerzuela- complete yo

-Una cachapalitos

-Una casquivana

-Una Güila

-Prostituta

- Celestina

-Mil polvos

-Aventurera

-Cabaretera

-Meretriz

-Calientapollas

-Perdida

-Mujerzuela

-Zorra

-Esa ya la había dicho!!!!

Ja ja ja ja- estallamos entre carcajadas.

-Me olvidare de este tipo, -Dijo Sarah cuando se calmaron las risas- aunque siento que todavía lo amo, pero mi parte racional sabe que no me conviene… ¿Por qué me siguen los idiotas? ¿Tengo algo así como un imán para atraer a los imbéciles? antes de este esto me case con un tipo que nunca me quiso por lo que yo era, él fue quien me convenció e hizo cambiar todo de mi… estas… y esta… -dijo señalando sus pechos y su nariz.

-Pero estos ojitos si son tuyos…- le dije- solo que ahora están mejorados…

-Ja, ja ja- dijo entre sollozos sonriendo- él pago la operación, fue lo último que quiso cambiarme, y como era algo más bien necesario que estético seguí el proceso… la operación estaba ya pagada solo que no había sacado la cita para hacérmela, pero me estaban ofreciendo aclararme el color de los ojos en la misma operación.

-No era necesario, tus ojos son bonitos como son… es una de las tres cosas que más me gustan de ti.

-¿Tres? ¿Cuáles son las otras dos?

-Tu cabello- le dije acariciando sus negros cabellos ondulados que caían a los lados sobre sus hombros, le quite el gorrito rojo que los cubría, sus oscuros cabellos quebrados salieron al tiempo que formaban una cascada de un negro brillante sobre sus hombros, le acaricie su espesa cabellera y ella emitió un pequeño ronroneo de gusto.

-Aún falta una cosa ¿Cuál es esa otra cosa que te gusta de mí?

No le conteste de inmediato, tenía una mano en su cabellera así que levante la otra para señalarle esa parte que me gustaba de ella, pero calcule mal, y roce sus enormes pechos en el intento.

-Para que pregunte… ya me imaginaba…. –dijo ella con voz un tanto decepcionada.

-Te equivocas, la tercera parte de ti que más me gusta son tus labios, y las cosas que sabes hacer con ellos.

Mientras le decía eso me acerque a su rostro, lo suficiente como para estar en posición de un beso, la seducción empieza con un beso, y esta vez, deje que ella fuera quien lo iniciara, me beso con esa suavidad que tiene para besar, esos labios casi de niña, de adolescente, besar a Sarah me hace sentir como cuando besas a una chica de 16 años, así son sus labios, suaves, frescos y delicados.

Mis manos, acariciaban su cabello suavemente, con ternura y sin prisas, una de mis manos bajo encontrando el cierre de la chamarra corta de color blanco, al abrirla me encontré con una blusa blanca de botones redondos perfectamente ceñida al torso de Sarah, marcaba perfectamente los pechos grandes y redondos en ellos, un brasier blanco de encaje los mantenía en su lugar, jale la bufanda haciéndola caer a un costado y ella abrió los brazos para abrirse la chamarra, mis dedos iniciaron un juego con sus botones liberándolos poco a poco en tanto que nuestros besos aumentaron de intensidad, no había prisas, mi chamarra de piel fue desabrochada por sus dedos delgados y suaves, me la quito delicadamente, yo mientras tanto termine de abrir su blusa me seguí de frente, el cinturón de su pantalón fue abierto casi al mismo tiempo que el mío, me abrió la camisa quedando mi torso desnudo, supuse que me besaría el pecho pero no lo hizo… pero yo si tenía esas intenciones, al acercarme a sus pechos redondos y turgentes descubrí que el bra tenía un broche al frente, metí el dedo medio atrás de este y con el índice presione en contrasentido, un leve "clic" indico que la prenda estaba libre y en un instante sus enormes pechos estaban al aire, hacia frio y sus pezones de inmediato reaccionaron al clima, mostrando una rigidez parte por el fresco de la noche, parte por la excitación del momento.

Saque mis zapatos haciendo presión entre ellos, Sarah hábilmente se deshizo de sus botas jalando las puntas con sus manos y sacudiendo los pies, así como estaba, acostada en el sofá, puso sus pies en mis muslos, jalé la punta de los pantalones sacándolos y llevándome también sus calcetas blancas, ella ayudo con sus manos desde la cintura, deslizando al mismo tiempo sus bragas, quedo desnuda desde la cintura y no quiso que se perdiera más tiempo antes de que yo estuviera en similares circunstancias… Sarah se aferro a mis pantalones por la cintura y los bajo quedando de rodillas a mis pies, pensé que iba a mamarme la verga pero no lo hizo así, en este punto ya había dos suposiciones mías equivocadas, tenía mucha curiosidad por comprobar lo que decía su ex marido y corroborar la opinión de mi hermano, deje que ella me mostrara sus habilidades sin inferir mas, dejo mis pantalones en mis talones y se acomodo en el sofá, abrió las piernas con una gran flexibilidad, mostrándome su cueva de amor de manera impúdica y lasciva, no me quite los pantalones solo me deje caer sobre ella para abrazarla, besarla, acariciarle sus pechos, su vientre, sus manos, su boca…

Empezamos un preludio sumamente intenso, fueron varios minutos así, incrementando la intensidad de las caricias, sentía en mi pecho sus pechos suaves, enormes, sus pezones erectos, ella sentía en su vientre mi verga erecta, mis huevos sentían su pelambrera y en un instante me sentí rodeado por sus piernas, recordé que tenia los condones de mi hermano en la chamarra y con discreción los tome, fue un poco difícil abrirlos, pero cuando los saque de su funda me dijo asombrada:

-¡Venias preparado!

-No tanto, pero uno nunca sabe cuando puedes necesitarlos…

Me ayudo a colocarlo, lo hizo con cierta torpeza, manifestando que no está acostumbrada a hacerlo, una vez que mi verga estaba enfundada en su protección de látex Sarah guio con su mano mi verga hasta su interior, su cálida y húmeda cueva me recibió con una facilidad apretándome entre sus paredes vaginales, supongo que a eso se refería Antelmo, no hubo más reacción, solamente un ah! De ella, ningún movimiento adicional… se quedo estática…

Empecé a bombearla con suavidad, aumentando el ritmo cada vez más, me sostenía sobre mis brazos para no dejarle caer todo mi peso, lo que me permitía introducirle mi verga lo más posible, me extrañaba la actitud de Sarah, se quedaba completamente quieta, no hacia movimientos, apenas emitía pequeños ruidos de placer y lo hacía muy quedamente, ahogando sus gemidos, imagino que con niños durmiendo en la parte superior de la casa no podía ser más escandalosa, recordaba claramente las palabras de su ex marido, "se mueve muy rico, es una maestra en la cama", bueno… tal vez en una cama, pero no en un sofá.

Le saque mi tranca y la voltee, colocándola recostada con su vientre sobre los brazos del sofá que tiene unos brazos muy gruesos y mullidos, la coloque así, levantando su cola, y desde esa posición la penetre… mi pelvis hacia un columpio cada vez que le ensartaba la verga, ella ahora gemía colocando el dorso de su mano en su boca, y sosteniéndose con la otra mano del asiento del sofá, treinta, cien, trescientas treinta y tres arremetidas, no lo sé… fue intensa la manera en que le metí y arremetí esperando una reacción, la saque y contemple mi verga que tenía el condón completamente empapado.

Ella se giro para levantarse y entonces fui yo quien se sentó en el brazo del sofá, la ayude a levantarse y la hice meterse mi verga al tiempo que me abrazaba por el cuello la levante con mis brazos, tratando de darle un ritmo a Sarah, ante la pasividad que mostraba decidí hacer un esfuerzo más, me levante con ella colgando y abrazándome con las piernas por la cintura la hice subir y bajar de manera repetida, fue breve, cansado, pero muy agradable el ejercicio…

Luego de algunos pocos minutos de vigoroso bombeo, tuve la necesidad de descansar un poco, así que todavía teniéndola ensartada en mi falo me recosté en la orilla contraria del sofá, recargando un poco mi espalda en los brazos del sofá y echándomela encima, era muy bello verla así, con sus manos en mi pecho su cabeza hacia abajo, su cabello oscuro cubriéndole el rostro, sus pechos prominentes subiendo y bajando al compas de su respiración, asomándose entre la blusa como protagonistas de una obra al abrirse el telón.

Pero Sarah no se movía, no hacia el más mínimo intento por moverse, así que desde mi posición le empecé a bombear nuevamente, ahora tenía mis manos libres y empecé a acariciar sus pechos, eso pareció animarla un poco, sus gemidos eran acompasados y hacían música al ritmo de mis embestidas, seguían siendo ruidos apagados, pero finalmente eran gemidos que me daban la esperanza de que las cosas fueran mejor ahora, que despertara de alguna manera, pero no ocurría nada, levante mi cara para alcanzar sus pechos, los lamí, los chupe, los bese, los magreé, los mordí, breves reacciones pasaban en ella, gemía de dolor y de placer como la ocasión en que estuvimos en el parque, sus pezones de color chocolate estaban duros y ella apretaba mi pecho con sus dedos cuando los mordía, mis embestidas la hacían saltar pero ella no era quien se movía, más bien parecía una muñeca, sin embargo, en un momento dado, se levanto un poco para después dejarse caer sobre mi pene, y soltando mi pecho se abrazo a mi fuertemente, le bombee con mucha violencia y velocidad, pues su vagina empezó a contraerse en espasmos y deliciosas oleadas… se estaba viniendo…

Sus pechos estaban fuertemente aplastados con mi pecho, le tome las nalgas y las apreté, sentí en mis manos y el pene sus temblores…. Y dejo escapar un sonoro ¡!!Aaaahhhhhh!!!! Antes de quedar flácida y relajada encima de mí.

Unos cuantos minutos más tarde, reacciono, me beso repetidas veces y empezó a arreglarse su ropa, ¿eso era todo? Pensé…

Sonreí para mis adentros, Sarah aun tenía mucho que aprender, o no quería mostrarme todo lo que ella podía hacer.

-¿No te veniste? – me pregunto mientras me sacaba el condón y lo revisaba atentamente.

- Si no te diste cuenta no debería importarte.

-Perdóname… estaba un tanto distraída con varias cosas que tengo en la cabeza…

- Eso no es una justificación, pero no te preocupes, tu amiga Esther tampoco pudo lograrlo… -le dije con la mas mala intención que pude.

-¿No me digas que…?

-Oye… ya es tarde… ¿desayunamos juntos la próxima semana? Debo retirarme

-Contéstame… ¿ya te la cogiste?

-Es tu amiga, pregúntale.

-Me dijo que no.

-Bueno, ahora tienes dos opciones, creerme a mí, o a ella, y en cualquiera de las dos opciones, alguien está mintiendo.

Ella se quedo pensando, termine de vestirme y le di un beso en la frente, le dije que no se molestara, yo cerraba el portón.

-No puedes, necesito ir porque tiene llave. ¿Me estas choreando con lo de Esther?

-¿Gano algo con eso?

-Lastimarme

-Me lastima mas que no te hayas preocupado por mi placer, el placer durante el sexo proviene del placer mutuo, mi placer aumenta cuando tu gozas, y debería ser reciproco.

-Pues no se trata nada más de meter el pene…

-¡Exacto!, pero tampoco es cosa de solamente abrir las piernas Sarah.

Un breve silencio inundo la habitación, ella termino de abrocharse su chamarra y se encamino a la salida para abrirme el portón, la seguí, abrió la puerta pero antes de dejarme pasar me dijo.

-En verdad lo siento, me gustaría repetirlo en otra ocasión, te prometo que esta vez me portare muy bien, y será realmente placentero para ambos… ¿puedes este fin de semana?

-No, pero te avisare… tengo mucho que enseñarte, y no quiero perder la oportunidad de hacerlo. La pase muy bien contigo a pesar de todo.

-Gracias por tu ayuda, en verdad eres un buen amigo…

Se despidió dándome un rápido beso en los labios, le abrace y me despedí de ella.

El portón se cerró justo cuando yo ya estaba adentro del vehículo, encendí el motor y avance…. Salí al Boulevard 5 de mayo que ahora estaba completamente despejado, un automóvil Sentra blanco encendió sus luces cuando entre a esa vialidad, en ese momento no le di importancia, después caí en la cuenta de que estaba siguiéndome.

Entre al estacionamiento del restaurante Sanborns, que es 24 horas, me estacione un poco alejado de la salida, baje del auto y llegue a la puerta de entrada y en el cristal se reflejo cuando el Sentra apago sus luces, me detuve y golpee mi cabeza, como olvidando algo regrese al auto, arranque el motor sin encender las luces y avance hasta la entrada lateral, Salí en sentido contrario hacia una pequeña privada y de ahí tome la Avenida 43 Oriente, hasta ese momento encendí las luces, me di cuenta que había perdido a quien quiera que me estuviera siguiendo.

Sin duda, Sarah tenía una vida más complicada de lo que pensé. Veremos cómo va esto, creo que aún hay mucho que decir sobre ella.