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Julie: El día del amor y la amistad

en Hetero: General

La mañana del 14 de Febrero como cada catorce y el día ultimo de mes, fui a reportarme a la Gerencia Angelopolis para dar mis resultados de pólizas de seguros y afores, inmediatamente después salí a ver a Julie para ir a desayunar, quede de pasar por ella en el parque del Paseo Bravo aunque no le di muchos detalles de a donde iríamos, el parque lleva ese nombre por el general Nicolás Bravo, un héroe de la independencia notable en esta ciudad de Puebla.

En la esquina de la avenida Reforma y el Boulevard 11 sur justo donde inicia el Paseo Bravo se encuentra el reloj del Gallito, un regalo de la nación de Francia como símbolo de la amistad con nuestro país, a pesar de que últimamente se encuentra un poco deteriorada esa amistad entre nuestras naciones debido al caso de la secuestradora Forance de nacionalidad francesa juzgada y sentenciada en México y que nos reclama su país, pero justamente al pie de ese reloj vi a mi Julie, ahí estaba ella, vestida con un pantalón de mezclilla de color rosa que se enfundaba sobre sus piernas y a pesar de que un sweater blanco le cubría del fresco de la mañana, hasta cubrirle más abajo de las caderas su hermoso culito se levantaba haciendo que su perfil fuera notoriamente llamativo, ella siempre llama la atención incluso en días como hoy que se viste casualmente para no llamar la atención, encendí las luces de mi Megane Expression para indicarle que ya estaba ahí, pero ella no me vio, estaba platicando con una amiga suya que se encontró justamente ahí.

Avance un poco haciendo sonar la bocina del auto, ella me vio cuando ya estaba a un lado, se despidió de su amiga y subió apresuradamente mientras algunos conductores empezaban a dar bocinazos desesperados por haberme detenido ahí, me miro con su bellísima sonrisa y me pregunto a donde iríamos a desayunar, no me dio un beso, ni nada, generalmente no nos besamos en público, le dije que era una sorpresa y enfile rumbo al depa.

Platicamos de varias cosas durante el traslado, ella no pregunto nada, como me vio vestido pulcramente con camisa, corbata y mi traje pensó que seguramente había olvidado algo en el depa y que de ahí pasaríamos a algún restaurante a desayunar, no era raro, a veces desayunábamos con clientes, pero de vez en cuando yo volteaba a verla, ella ya debería estar acostumbrada a eso, pero sorprendida me pregunto:

-¿Por qué siempre me ves así?

-Porque me gusta mirarte, no te veo en todo el día, en consecuencia, cuando puedo verte me gusta observarte, eres preciosa y me gusta hacerlo, además… no deberías cuestionar lo que hago o dejo de hacer.

-No soy tan bonita como dices…

-La belleza esta en los ojos de quien mira…

-Si bien es cierto es que "La Belleza Está En Los Ojos De Quien Mira" mis ojos se deslumbran cada vez que me miras pues a esa belleza va unido el hombre tan caballeroso y gentil que eres.

No le conteste, ya habíamos llegado y me estacione enfrente del edificio, ambos salimos del auto. Después Julie me confesaría que solo quería arreglarse un poco, pues pensaba que no estaba tan bien vestida como para estar en mi compañía ya que en su opinión yo iba elegantemente vestido y ella demasiado casual.

Entramos al depa y cerré la puerta dándole un beso, corto, solo para darle a entender cuanto la quiero. Puse mi saco en el sofá y mi corbata encima, ella me miro con un poco de extrañeza, pase de inmediato a la recamara para cambiarme, me puse mi filipina para cocinar… cuando me vio salir con mi filipina que estaba tratando de abotonar entendió que estaba yo por hacerle el desayuno.

-¿En qué te ayudo?

-Podrías empezar con ayudarme a cerrar los botones… - mi filipina tiene 12 botones, Julie trato de ayudarme con los mismos, pero la posición de los botones cruzados se le complico, cuando terminamos me dijo coquetamente que al parecer era más fácil para ella quitar botones que ponerlos.

-Trae ese banquito y siéntate aquí, en la cocina junto a mí, quiero que estés conmigo mientras preparo las cosas.

Ella se sentó y me deleite observándola en la cocina estábamos a una muy agradable temperatura por lo que Julie se quito el sweater blanco que le cubría mostrándome su blusa de fina tela nylon en color blanco y negro que formaba pliegues sobre su cuerpo, le tapaba un poco mas debajo de las caderas y hacia juego con sus sandalias, tenía puestas unas sandalias de suela de madera o tipo madera, no lo supe exactamente, con una banda blanca con detalles en negro y su pantalón color rosa que se empeñaba en afianzarse perfectamente a sus piernas y su culo, se veía hermosa, su cabello ahora estaba pintado de negro, resaltando el color de su clarísima piel, unas semanas atrás había intentado el tono pelirrojo, pero no le va muy bien, le comente lo linda que se veía con el cabello negro y charlamos de otras cosas mientras yo cocinaba estuvimos así un rato, ella me ayudo a preparar el café con una selección de granos de Veracruz y la sierra norte de Puebla, pero después de un rato de estar sentada en el banquito tabernero me dijo.

-Nunca antes te había visto cocinar, y ahora te entiendo… ahora que he estado viéndote cocinar, entiendo porque te gusta mirarme cuando hago algo.

Sonreí mientras le daba los últimos toques al desayuno, apague la estufa y le pedí:

-Ayúdame a llevar esto a la sala.

Desayunamos en la sala, porque como recordaran no tengo comedor en la casa, así que primero dimos cuenta de la fruta y la combinación de cereales con leche, después pasamos a los sándwiches integrales con huevo estrellado acompañados de ensalada de lechuga con aderezo vinagreta con albahaca. Cuando estábamos tomando el café ella se recargo hacia atrás para acomodarse en mi pecho, cerró sus ojos y sorbió de su taza de mármol un poco de café, yo aproveche para oler su cabello.

-Ha sido un gran desayuno mi señor… fue mucho para un desayuno, aunque parece almuerzo… ya me dio sueño.

-¿Quieres dormir un poco? Recuéstate en el sofá de mi oficina, es la habitación más oscura para que no te moleste la luz al dormir…

Nos levantamos y fuimos a mi oficina, tenia dispuestos condones sobre el escritorio, normalmente no los uso con ella, pero habíamos hablado de probar un día los condones de sabores de PRUDENCE, así que saque el primero que mis dedos encontraron dándole a entender que tendríamos fiesta cuando despertara, lo puse en uno de los cojines, era de sabor naranja, Julie no quiso demorar la fiesta porque ella me dio un largo beso, con sus hermosos labios de niña-mujer, una sucesión de besos cortos con sabor a café, tuvo que estirarse un poco para alcanzarme, pero nos abrazamos y besamos pasando entre besos y caricias a recostarnos en el largo sofá-cama que está en mi oficina, ella se despojo fácilmente de sus sandalias, quedaron sus pies desnudos y en breve ya estaba sobre mí, nos besamos nuevamente, ella me tenía bajo su cuerpo y yo baje su cierre unos cuantos centímetros, pensé que se había atorado con su ropa interior, me llevo un rato darme cuenta que el pantalón al ser a la cadera tenía un cierre pequeño, de apenas unos cuantos centímetros, Julie sonrió y me dijo: "hasta ahí llega" solo atine a decir: "ya me di cuenta".

Julie empezó a acomodarse para colocar su pelvis sobre mi miembro, por mi parte me deje recostar completamente sobre el sofá-cama y ella empezó a hacer esos movimientos con su pelvis que sabe muy bien que me encienden.

-¿Cómo te gusta más? ¿Cuándo lo muevo hacia adelante y atrás? ¿O prefieres los círculos?

Acompaño esas preguntas con los movimientos respectivos, cerré mis ojos para dejarme transportar por las sensaciones que ella podía lograr en mi, al abrir mis ojos tenía una cortina de cabellos negros que me acariciaron el rostro previos a un largo beso que nos dimos… mis manos no se quedaron quietas e iniciaron la exploración del cuerpo amado, la tome por las caderas, y lentamente subieron entre la tela y la piel de su espalda para soltar su sujetador, quería ver sus pechos marcados en la breve tela de la blusa, quería que se vieran morbosamente los pezones marcados con lujuria sobre la tela…

El brasier de media copa que le aprisionaba los pechos dejo de cumplir su función y lo levante sobre los pechos, en esa posición parecían más grandes de lo que en realidad son debido a la fuerza de gravedad, pero me di el gusto de verlos recortarse en la tela de la blusa, sus pezones marcaban la tela y no tarde en besarlos y darles una breve lamida, humedeciendo un poco la tela de la blusa, me incorpore un poco para que Julie pudiera ayudarme con los botones de la filipina que aun llevaba puesta, al cabo de unos segundos de intentos infructuosos me dijo:

-Creo que te engañe… no soy buena quitando estos botones…

Desabroche solo los botones superiores, lo suficiente para sacarme la filipina como si fuera una camiseta y llevándome también la playera interior, mi pecho quedo desnudo y Julie demostró que si bien los botones cruzados se le complicaban, el cinturón y demás de mi pantalón no eran un problema para ella, muy rápido me dejo con los pantalones abiertos y mi pene abultándose sobre mi trusa negra. Ya era un poco molesta la erección en esas circunstancias, así que levante un poco a Julie para salirme de debajo de ella, me levante y en breves movimientos me quite los zapatos, calcetines y pantalón, quede prácticamente desnudo cubierto apenas con mi trusa negra.

Dedique ahora mi atención a Julie, ella había quedado en una posición recostada sobre un costado, me estaba observando, me acerque a ella y le jale el pantalón recostándola sobre su espalda, ante mi vista apareció su tanga negra de encajes cubriendo la parte mas intima de su anatomía. Mis manos se empezaron a recorrer el cuerpo de esta mujer a mi merced, se cubrió la boca con el dorso de una mano, recordé una canción de Emmanuel… de hace muchos años…

…se hunden mis manos a cada momento, encuentro una flor eres tu…

Acaricie sus piernas empezando por sus pies, recorrí sus largas extremidades desde los dedos causándole unas pocas cosquillas, sus tobillos, sus pantorrillas bien formadas y definidas, sus muslos, encogió las piernas cuando estuve casi encima de ella y tenia mis manos en sus caderas, seguía rondándome esa canción.

… es una aventura rozar tu rodilla, estoy acercándome a ti.

Es una aventura, es un placer recurrente, estoy acercándome, mi cara se hundió entre sus muslos, besándolos y recorriéndolos con mis labios y mi lengua hasta toparme con la escasa tela de encajes negros, su aroma me inundo, me lleno el sentido enardeciéndome con ese olor a hembra deseada, jale la tanga deslizándola a lo largo de esas piernas, dejando a mi vista los labios vaginales que me pedían un beso, y se lo concedí, no uno, muchos… besos, lamidas, succiones, chupadas, una pequeña mordida, una combinación extensa de acciones orales, mi pene estaba erecto y yo muy excitado con sus gemidos de anime japonés, esos gemidos agudos, suaves y ahogados…

Detuve mi labor unos instantes, me subí al sofá-cama en sentido contrario dando la vuelta y coloque mis rodillas a los lados de su cabeza, Julie entendió perfectamente la intención, me quito la trusa con suavidad, y acaricio mis testículos un rato, vi el condón en su empaque de vistoso color naranja y lo tome abrí el empaque con cuidado y lo puse a su alcance, no pareció darse cuenta de que hacer así que yo lo desenrollé sobre mi tronco y me acomode para regresar a mi labor en su chocho, y ella empezó la suya, lamio mi pene unas cuantas veces, para después meterlo un poco en su boca, no lo introdujo mucho, pero lo succionaba con fruición, no se si por el nuevo sabor pero no lo estaba chupando con esa forma golosa de otras ocasiones, aun así sentía perfectamente como mi glande era aprisionado entre su lengua y su paladar, provocándome sensaciones en extremo placenteras.

Varios minutos estuvimos de esta manera, pero tenia ganas de metérsela, así que conociendo sus reacciones hice movimientos circulares con la lengua y rápidas sucesiones a fin de apresurar su orgasmo, y creo que lo alcanzo en ese momento, lo disfruto muchísimo a decir del eco en la habitación.

-Mmmh, mmmh, mmh, ahh, mmmh,- era todo lo que se escuchaba en la oficina.

No tarde mucho en cansarme y detenerme, hacia un rato que Julie había dejado de mamarme para concentrarse en su propio placer, se quedo lánguidamente desvencijada sobre el sofá-cama, me levante y me di la vuelta con precaución, abrí sus piernas y me acomode sobre ella, que empezó a reaccionar suavemente… al mismo tiempo que me acerque a su rostro para darle un beso, el beso fue breve, su boca sabia a naranja, mas bien, a esas bebidas de naranja con un sabor en extremo artificial, la próxima vez omitiremos ese sabor… quizá chocolate, fresa o menta…

Acomode mi pene en su entrada, húmeda, cálida, suave, lista y dispuesta para recibirme en su interior, y la metí con una lentitud desesperante, Julie solo atino a decir un largo gemido de placer

- Aaaaaahhhhh!!!-

Empecé a bombearla, me apoye en mis brazos y la estuve bombeando a diversos ritmos, veía mi pene que parecía de juguete entrar y salir de ella, me era extraño ver mi pene en color naranja fluorescente, pero era divertido… las sucesiones de entradas y salidas tomaron ritmos muy diferentes, pero como nunca lo habíamos hecho en esa habitación (siempre usábamos la recamara, la regadera, la sala y hasta una ocasión la cocina) no habíamos descubierto que la cabecera de madera del sofá-cama era en extremo delatora, empezó a golpear rítmicamente la pared del vecino, esos golpes y los gemidos de ella sin duda manifestaban la actividad que nos ocupaba.

Julie se quito entonces la blusa y el brasier, y los intento colocar entre la madera de la cabecera y la pared, le ayude y quedo mas o menos bien, ahora el ruido de nuestra actividad se había amortiguado con su ropa y ella quedaba expuesta y desnuda completamente ante mis ojos.

Mis arremetidas bajaron su intensidad, pero al mismo tiempo me dedique a besar y chupar sus pechos, succionaba cual bebe hambriento esos pezones lindos, erectos, de bellas formas, suaves redondos y del tamaño perfecto para acomodarse a mis manos, mientras que Julie seguía disfrutando y ahora ronroneaba en pequeños quejidos de placer.

Fue un buen rato de esta manera, liberados del problema del sonido de la cabecera sobre la pared pudimos seguir con nuestros juegos por un largo rato, hasta que me canse y me deje caer un poco sobre ella, Julie me beso los cabellos y acaricio mientras daba un largo suspiro…

-¿Recuerdas el primer beso que nos dimos?- me pregunto.

La pregunta me tomo un poco por sorpresa, le respondí un poco confundido, fue como un medio tiempo, nos pasamos un rato charlando de eso y otras cosas, a pesar de la pausa mi verga seguía erecta, dispuesta a dar mas batalla, me pare sobre la alfombra de cebra y levante a Julie para ensartármela nuevamente y cogerla ahora de pie, debido a su escaso peso no fue problema cogerla así, pero sus movimientos me hacían perder el equilibrio un poco por lo que no duro mucho esta actividad, por casualidad había yo extendido mi sleeping bag de campamentos sobre el escritorio para doblarlo, pero no lo hice, sin embargo me sirvió de inspiración, me deslice unos metros y quede a la orilla del enorme escritorio que ocupa la mayor parte de la habitación, la senté ahí, y abriéndole las piernas sin problemas empecé a cogérmela sobre el escritorio.

-¿lo… habías… planeado así?- me pregunto entre ahogados gemidos-

-No, se me ocurrió ahorita…

La posición de su vagina, y la altura del mueble fueron muy buenos para acomodarnos en esa postura, le arremetí con fuerza y con vigor, mi cuerpo empezó a sudar un poco a pesar de que la habitación es fría, pero el ejercicio con ella me había hecho sudar un poco, ella recorrió un poco mi pecho con las manos, y yo bese sus pies que se estiraban completamente extendidas sus extremidades inferiores, lamí y chupe sus dedos, y después de un rato en ese fragor de intensa actividad sentí como se acercaba mi orgasmo…

No le dije nada, pero mis arremetidas aumentaron de velocidad, Julie se agarro de los lados del escritorio y también aumento el volumen de sus ahogados gemidos de placer… unos minutos más… ya venia…

Y en una explosión de placer me deje ir… me vine en una explosión de placer y llenando el saco de látex de blanca leche posiblemente con sabor a naranja también…

-Ahhhggg, mmmhhh….

Cuando mi respiración se normalizo, tome a Julie entre mis brazos levantándola y colocándola sobre el sofá, tome el sleeping bag abriéndolo completamente y lo eche encima de nuestros cuerpos, la abrace y le dije que le acompañaría a dormir un rato y que seguiríamos en unos minutos el siguiente round, me quede dormido un rato con ella.

Antes de perder la conciencia por el sueño, alcance a escucharla decirme.

-Me gusta que siempre me abrazas después de hacer el amor