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Mary, la colegiala de Puebla.

en Hetero: Primera vez

A raíz de mis relatos he conocido a muchas personas interesantes, no todas se han convertido en algo digno de contarse, pero he tenido la oportunidad de conocer personas que viven en ciudades más o menos cercanas del centro del país, y unas pocas de Puebla, he conocido a secretarias, personal administrativo, estudiantes, abogadas y una chica desempleada que entro a la página de relatos por casualidad… pero sin duda una muy interesantes y bella mujercita que recién he conocido es María, una chica morena de largo cabello lacio negro que le cae como cortina a los lados, una de esas chicas diferentes, precisamente por su edad, y sus inquietudes.

 Sostuvimos una grata conversación a través de correos electrónicos, al principio me sentí de nuevo como maestro universitario, sus correos eran muy específicos y mis respuestas muy académicas, supuse (y con razón) que María o bien era virgen, o su primera relación había sido muy mala, por el sentido que habían adquirido sus preguntas.

 Un día mientras charlabamos en el Messenger de yahoo, me pregunto si podía ir a conocer mi depa, era una petición inusual porque no nos conocíamos personalmente aún, generalmente el protocolo seria tomarnos un café o algo antes de llegar al depa… mi intuición me dijo que debería aceptar verla en el depa, así que accedí, le di mi dirección con indicaciones especificas de cómo llegar y la referencia de unas canchas deportivas de pasto sintético a un lado del Periférico Ecológico que se encuentran exactamente enfrente del edificio, también le dije que yo llegaría del trabajo poco después de las cuatro y media PM, que podría llegar a la hora que quisiera después de esa hora el jueves.

 El dia en cuestión tuve una cita previa, llegue mucho antes de las cuatro a mi depa, había pasado a comer a Vip´s con mi amiga Adisson y venia de muy buen humor, a la entrada del edificio la vi, pero no pensé que fuera ella porque le había indicado que llegara después de las 4 y aún faltaban como una hora y media, minutos más, estaba parada con su uniforme de la escuela, falda de cuadros en distintas tonalidades de café y una gran chamarra de color negro le cubría el sweater color vino de su uniforme escolar, completaba el atuendo con una blusa blanca y las calcetas blancas en el clásico zapato negro de los escolares que desde la secundaria y en preparatoria es muy común, de estilo bostoniano.  Sostenía en una mano una mochila de espalda con sus útiles, parecía voluminosa, y en la otra mano un cigarro… estaba fumando mientras me esperaba.

 Como dije, no pensé que fuera ella, así que pase de largo y me estacione en la parte posterior del edificio, saque mi maletín con la laptop y me quite el saco, camine con calma hasta la entrada del edificio, ya no estaba ahí, la encontré aun fumando frente a mi departamento, recargada en la pared y su mochila en el suelo.

 -¡Hola! ¿Esperas a alguien?

Le pregunte mientras abría la reja metálica que protege la puerta principal de mi depa.

-¿Eduardo?

- Aja, ¿María?

-¿Cómo estás?

- Asumo que eres María.

- Perdón…  si… soy María…  - me dijo  para después  frotar sus manos nerviosamente mientras el cigarro bailaba entre sus labios, no intente darle un beso de saludo porque el olor de humo de cigarrillo no me gusta mucho, me extraño que llegara tan temprano, así que deje las llaves puestas en la puerta y me recargue junto a ella en la pared.

-¿Te molesta que fume?

- La verdad es que no me molesta, pero nadie fuma en mi depa, así que esperare a que termines tu cigarro y ya podremos entrar.

-Bueno-  le dio una última aspirada antes de apagar la colilla contra el piso.

Entramos a la parte de la sala, el estrecho corredor se ilumino cuando encendí las lámparas del pasillo, pasamos y ella se quedo parada, ahora tuve tiempo de observarla, pantorrillas aceradas, las calcetas sobre los tobillos, recorrió el lugar con la mirada como tratando de reconocer los detalles del sitio, observo el diploma de mi hermano tratando de entender que decían las letras en ruso, su cabello estaba recogido en una coleta de caballo que le daban un aire como de adolescente, el cuerpo prometía ser de abundantes redondeces, pero la amplia y abrigadora chamarra no me dejaba apreciarlo bien, la falda escolar tampoco ayudaba.

-¿Me prestas tu baño? –me pregunto mientras sacaba de su mochila una prenda de mezclilla que no alcance a observar bien, dejo su mochila junto a la mesita de cristal.

Le señale donde se encontraba el sanitario, y a mi vez le pregunte si ya había comido, me dijo que si… pero que tenía un poco de sed, así que le ofrecí una bebida, mientras ella estaba en el baño fui a la cocina a preparar algo ligero pero dulce, había jugo de piña, licor de coco tradicional que había comprado Julie en el último viaje a Zacatlán y leche condensada, así que prepare unas piñas coladas sin vodka, solo media jarra, apenas unos seis vasos.

 Al cabo de algunos minutos mientras dejaba yo la jarra en la mesita de la sala ella salió del baño sin el uniforme escolar… Ahora, vestía con un pantalón de mezclilla muy pegadito, se había soltado el cabello y su lacia cabellera de oscuro color caía sobre la chamarra de la que ya no se veía salir por debajo el sweater escolar; traía su uniforme en la mano y lo acomodo en su mochila pero venia descalza… seguramente olvido otro calzado porque estaba buscando en su mochila pero no encontró lo que quería, me pregunto si había problema porque estuviera descalza, le dije que no… regrese por unos vasos y algunas servilletas de papel, puse todo en la mesa de centro.

 Le pedí que escogiera un disco para escuchar algo mientras iba a mi recamara, antes de que ella pudiera escoger la música ya me había quitado el pantalón del traje y la camisa, me puse un pantalón de mezclilla y una sudadera color crema encima, Salí descalzo, para hacer a María sentirse más cómoda y crear una empatía con ella.

 Dejo los discos y me sonrió… me dijo que no había elegido nada pero que pondría su Ipod, lo conectamos al DVD y selecciono su música y me sonrió cuando lo hizo, había música de Kudai y de RBD que ambiento el momento, le sonreí también mientras le servía su piña colada.

 Le ofrecí su bebida y estuvimos platicando de cosas intrascendentes por varios minutos, de las elecciones en México, de la escuela, de mi trabajo, de mi teoría de las tres vidas, un poco de religión, etc. Hasta que se acabo la piña colada, así que me levante para ir a preparar mas, pero creo que María pensó que iba a dar por finalizada la conversación porque ella se apresuro a tocar el tema de uno de mis relatos obligándome a sentarme de nuevo en el sofá junto a ella, me dijo que específicamente había venido a ser la protagonista de uno de ellos, que estaba lista para perder la virginidad y que quería que fuera conmigo ahí y ahora, y se quedó mirándome fijamente.

Me acerque un poco más a ella, lentamente, María abrió sus labios carnosos y ligeramente gruesos, supongo que esperaba un beso, pero me gusta ser poco predecible, así que estire mi mano hasta su pecho y abrí un poco la chamarra, solo para descubrir lo que ya sabía, no había blusa debajo, pero si traía un ligerísimo sostén, su cara siguió mi mano provocando que su cabellera ocultara un poco su rostro, le acaricie con el dorso de la mano la parte del pecho que se podía ver subiendo hasta su barbilla y luego acaricie su cabello mientras le preguntaba:

-Y… ¿Tienes una idea de cómo quieres perder la virginidad? ¿Ya has pensado en qué posición quieres perder la virginidad?

-¿Qué posiciones existen? – me pregunto abriendo sus ojos y dedicándome una increíble sonrisa llena de inocencia.

-Por ejemplo… “de perrito”, “de cucharita”…  le dije mientras ponía mi mano en su rodilla, ella me interrumpió diciendo.

-¿La posición “de perrito” significa “con un perrito”?

No podía ser tan ingenua, pero al ver su sonrisa me di cuenta de la broma… reímos juntos…

-No claro que no… es hacerlo como lo hacen los perritos…

Ella pregunto de nuevo -¿Cómo? - Nuevas risas…

-Bueno, si quieres una descripción, tú te apoyas en tus cuatro extremidades y yo me coloco detrás de ti…

Mientras hablaba empecé a hacer algunos movimientos con mis manos, María aprovecho el momento para cruzar la pierna y acariciar su desnudo pie mientras reía con mi descripción, sus ojos grandes y negros me miraban atentamente mientras platicábamos y luego se distraía mirando los movimientos de mis manos y luego otra vez a mis ojos alternando.

-…y “de cucharita” es como dos cucharas que se acomodan juntas, una tras otra, me coloco detrás de ti y tú te acomodas en la misma posición que yo… O podríamos hacerlo en una posición más clásica como “de misionero” que sería estando recostada en tu espalda y yo encima de ti… seguramente has visto esa en algún momento en la TV.

-Si… pero me gusta escucharte describirlas…

 -¡Ja ja ja! Seguramente para ti encontraremos algo no tan clásico…

-¿Cómo por ejemplo?

-No lo sé… dejemos que fluya y vemos que pasa… - le dije mientras regresaba mi mano a acariciarle con el dorso la parte de su pecho que se podía ver a través de la chamarra abierta…

-No lo sé… me gustaría probar “de perrito”.

-¿Un doggy? Bueno… le dije mientras bajaba el cierre de su chamarra para abrirla completamente ¿puedo tomar esto? Le dije mientras lo hacía… ella solo dijo “OK” pero sujeto una de las solapas con la mano derecha como protegiéndola pero cedió, la soltó y se acomodo un poco en el sofá, prácticamente se hinco en el sofá, soltó la chamarra y puso su cuerpo un poco hacia mí, ofreciéndome la oportunidad de bajar el cierre de su chamarra.

 Tome el cierre con dos dedos pero dejando que un tercer dedo quedara por dentro de la chamarra para acariciarla un poco, baje despacio el cierre, que se fue abriendo como el telón de un escenario para dejarme ver un brasier de color rosa con orillas negras, era todo… María echo su cabeza hacia atrás y acaricio su cabello acomodándolo sobre su espalda para que no me estorbara a la vista.

-¿Por qué no intentaste hacer el amor con tu novio?-

Yo sabía por sus correos que tuvo un novio que había estado insistente en hacer el amor con ella, así fue como llego a encontrar mis relatos buscando información de “Como perder la virginidad sin morir en el intento” leyó mis relatos y le llamo mucho la atención lo que decía por lo que decidió escribirme.

 -No lo sé… me dio miedo, la primera vez que lo intentamos seriamente me asusto mucho porque estaba bebido… por fortuna pude escaparme… no quería recordar mi primera vez pensando en el olor a borracho…

-¿Y no tienes miedo ahora?- Le dije mientras recorría las orillas de su brasier con un dedo de mi mano derecha y posaba la otra en su pierna sintiendo la suave firmeza de sus muslos a través de la mezclilla.

-No… ahora no, espero que no… además; me gusta como hueles…

-Tienes unas bubis muy bonitas…- le dije mientras abría la chamarra completamente y colocaba mis manos sopesando sus pechos, la tela de algodón del bra apenas podía contener esos pechos pequeños pero bien paraditos, firmes y duritos en su consistencia pero suaves al tacto, los acaricie apretando un poco, ella abrió mas la chamarra colocándosela debajo de sus hombros pero no se la quito del todo.

-Gracias…

-¿Qué tan lejos llegaste con tu novio?

-Pues… lo más que hizo es tratar de meterme sus dedos en mí… ya sabes…

-No lo sé…  tu dime -le dije divertido, quería ver cómo le diría a su vagina.

-Pues aquí... – me dijo señalando su cuevita.

-¿Tuvieron besos y caricias?

-Si… una vez incluso me estuvo besando aquí abajo, me gusto mucho hasta que trato de meter sus dedos y me dolió…

-Hasta antes de eso… ¿te había gustado?

 María me miro como no sabiendo que responder, frunció un poco el ceño respingando su nariz de bolita, muy acorde a esos grandes labios, carnosos, y que bellamente encajaban en su rostro ovalado. Reformule mi pregunta:

-¿Te gusto que te acariciara con la boca en tu conchita?

-¡Oh! Siii… fue grandioso!

-Entonces… ¿has tenido un orgasmo?

-Creo que no.

De manera sorpresiva me acerque a su pecho, como ella seguía hincada en el sofá y yo estaba sentado su pecho me quedaba más a la altura de mi boca que sus labios, así que bese sus pechos por encima de la tela del sostén, por respuesta María se bajo un poco más la chamarra que ahora estaba prácticamente a media espalda.

Nos quedamos mirando fijamente, yo tenía una mano en su cintura y la otra en uno de sus pechos, no dijimos nada, ella empezaba a respirar más profundamente, inicie nuevas caricias en su pecho.

-Eres muy sensible, más bien… tus pechos son muy sensibles…

-Siii… pero es inusual…

Me acerque de nuevo, empecé a besar su pecho, solo las partes que estaban expuestas, pase de un pecho a otro por algunos segundos… después ante la falta de resistencia decidí apartar un poco la tela y besar los pezones, los bese, los lamí… los chupe… eran unos pezones pequeños, con aureolas pequeñas que pasaban desapercibidas en sus pechos, su color apenas contrastaba con el de su piel trigueña morena, eran lindos, son lindos…

-¿Tienes novio ahora?

-No, en este momento no…

 Regrese a los besos, besaba… lamia… chupaba… María ya se había despojado de la chamarra, de vez en cuando mis labios y lengua recorrían otras latitudes más australes de su seno, y entonces ella se acariciaba su cabello con los dedos, me dejaba hacer con sus pechos lo que mi boca deseara.

 Al cabo de un rato le mire,  María seguía respirando profundamente y su pecho desde el seno hasta el cuello estaba ligeramente enrojecido, ruborizada…  detuve mi boca y ahora solo la acariciaba con los dedos de mi mano, su pezón seguía endurecido.

-Había visto esto en películas… pero no pensé que fuera tan rico…

-Eres muy sensible en esta parte… ¿Qué pensabas cuando veías esas películas, María?

-Pues, creo que me daba miedo el tamaño…

-Si… a mí también me asustaría, pero no debes preocuparte de eso ahora…

Seguí acariciándola, ahora una mano estaba en su pantalón de mezclilla, lo rodee por toda la cintura, y me encontré con un pequeño hilo en una de las caderas, era el elástico de la tanga, de color negro, tuve curiosidad y me detuve para buscar el cierre del pantalón, no tenia, era de botones, quite dos, María se apoyo en sus brazos hacia atrás dejándome espacio para quitar los otros botones, ella me miro y coquetamente se acaricio con un dedo la boca, con actitud picara de niña-mujer.

-¿Puedes voltearte y ponerte como de perrito?

-Si…  

Lo hizo, se dio vuelta lentamente y mientras lo hacía acaricie su espalda, pude ver el elástico de la tanga y cuando estuvo en posición le baje el pantalón hasta los muslos, sus nalgas eran redondas y bien formadas, ligeramente paraditas… apenas cubiertas por esa tanga que era el juego del brasier, una pequeña tela de color rosa cubría sus partes más privadas, el resto era elástico negro, empecé a besarle las nalgas, si sus pechos eran una delicia sus nalgas eran una promesa de placeres que ya me tenían con la verga parada y deseosa de combate.

María mientras tanto trataba de no gemir, ahogaba sus sonidos de placer conteniéndolos pero llevaba una mano a la boca, a veces era un dedo, a veces era el dorso de la mano, lo hacía con cierta frecuencia por lo que pensé que era un habito, ella cerraba los ojos y abría y cerraba sus labios sin decir nada, ocasionalmente se oía un gemido sin sentido, un “hhm”, “sss” o “mss” era todo lo que decía, yo disfrutaba besando y acariciando sus nalgas y recorriendo con mis manos sus muslos y a veces sus pies, cada vez que encontraba un punto particularmente sensible para ella sus pies se cerraban tensándose así que eso me daba una pista para trabajar más despacio y con más cuidado esa zona.

 Detuve mis caricias porque la tanga estaba ya muy metida  y mojada de ella, le pregunte si podia quitarle eso pero no espere la respuesta, ya estaba yo quitando la tanga despacio, lentamente y de inmediato me inundo el olor ocre y ligeramente marino de su intimidad, ella dio un gemido ahora si bien audible y yo hice a un lado la tela dejando al descubierto una cueva perfectamente suave, lisa, virginal.

-¿Te rasuraste o no te salen muchos pelitos aquí?

-Me rasure justo antes de venir aaaaquiii…

 Ese tipo de detalles me gustan mucho, hablan de la entrega y de la intención de la mujer para darse a su pareja. Humedecí un dedo con mi saliva y empecé a recorrerle la raja despacio, solo un poco, los gemidos ahogados de María regresaron, inicie a masturbarla lentamente, sin prisas pero sin pausas, ella se aferro al respaldo del sofá, ahora estaba con los dedos de sus pies tensos, cerrándolos fuertemente y sus manos aferradas al sofá, y así la tuve por algunos minutos, hasta que mi dedo entro un poco en su raja.

-¡Ayyy!- dijo ella e inmediatamente una mano estaba sobre la mía deteniéndome- ¡Eso en verdad duele!

 Le di un par de besos a sus nalgas, eso la relajo.

-¿en verdad te dolió? Porque no entre nada, o… ¿Estás asustada?

-Creo que en realidad tengo miedo… pero si dolió un poquito.

-Yo creo que estas mas asustada que otra cosa.

-Si

-Ok, voy a hacer esto con más cuidado esta vez, ¿te late?

-Aja

Reinicie mi labor, pero no lo hice más despacio, antes bien lo hice mas rápido y hasta un poco más adentro, lo que confirmo que estaba asustada y esto llevaría tiempo, empecé a darle en círculos con mi dedo, María al estar asustada estaba un poco seca de la vagina, así que decidí masturbarla un poco y lubricarla con eso.

-Esto no duele… ¿verdad?

-No oo oo…- contesto ella en pausas. Le di un par de besos mas y luego metí mi dedo un poco en su raja recorriéndola apenas adentro.

-¿Te duele mucho?

-Estoy asustada. Tengo mucho miedo.

-Ok, déjame ayudarte con eso… Seguí dándole dedo por un rato más hasta que nuevamente le metí un poco el dedo, ella me detuvo con la mano.

-¡No!,!No!

-Tranquila… solo estas un poco asustada.

-¡Estoy MUY asustada!

-¿Te dolió acaso?

-Un poco.

Bueno, me senté en el sofá normalmente, la deje en paz, como van las cosas no tenia caso insistir, sabía que no le había dolido pero eso es lo que ella pensaba, a pesar de sus ganas tenía muchas más barreras que intenciones de romperlas.

Me quede mirando mi ajedrez de cristal en una de las mesas, en ocasiones mi hermano Pato me dejaba acertijos con él, las piezas estaban colocadas, pero uno de los peones capturados de los negros (en realidad eran traslucidos por ser de cristal) estaba acostado, lo que indicaba que movían negros y tenía que dar Jaque-Mate en solo 7 movimientos o menos.

 María pensó que estaba molesto, porque no dijo nada, se quedo en esa posición por un rato mientras cavilaba mis ideas respecto al juego, no estaba fácil… solo tenía un caballo pero conservaba dos torres y un alfil, ninguno de los dos teníamos reina, tenía que hacer un movimiento que obligara a las piezas blancas (que en realidad eran transparentes) a realizar una respuesta especifica y a raíz de eso conseguir el jaque-mate.

-Eduardo, no te enojes, en verdad quiero intentarlo- Me dijo María mientras se colocaba de nuevo en el sofá sentándose normalmente pero con el pantalón todavía en los muslos.

-Tranquila, si no puedes está bien, otro día será.

-No… de veritas que si quiero que sea hoy.

 No trate de indagar porque quería que fuera este día, pero lo dijo con seguridad, así que si conscientemente estaba decidida, había que romper las barreras inconscientes que había, y ya sabía lo primero que tenía que hacer. Me acerque lentamente mirándola profundamente a los ojos, ella se quedo un poco paralizada, le pregunte: “¿estás segura?”

-Si…- fue todo lo que dijo.

Tome con las manos su pantalón y lo baje hasta los tobillos, ella me ayudo a terminar de quitárselos mientras me decía:

-Esto no me dolerá mucho ¿verdad?

-No te dolerá, solo será un pequeño pinchazo y después lo disfrutaras muchísimo.

-Ja jaja… está bien…

 Ella se recostó y levanto las piernas posando sus pies en la orilla del sofá, mirándome con una sonrisa picara, sus ojos estaban iluminados  pero se notaba su miedo y considere que ahora estaba mejor y podíamos continuar, este acertijo era más interesante que el de ajedrez, le dije:  “Tienes una cara de asustada que no puedes con ella, ¡relájate¡” y se rio nerviosamente.

 Le abrí las piernas desde sus rodillas, ella estiro sus manos sosteniéndose desde el respaldo del sofá por unos instantes, aprovecho para recorrer el interior de sus muslos hasta su tanga rosa, tomo la orilla negra de la misma y la retiro, su vaina como una flor se puede apreciar a mi vista y no puedo menos que contener una exclamación de asombro:

-Wow… es preciosa…

-¿De verdad?- me dijo mientras ponía su dedo en su boca, ya no se veía tan asustada.

-Déjame quitarte esto- tome la tanguita por las orillas y se la quite, ella no opuso resistencia, antes bien levanto las caderas para facilitarme el trabajo, tras quitársela ella cerro nuevamente las piernas pero con suavidad le abrí nuevamente las piernas, María no parecía asustada ahora así que me dedique a masturbarla por algunos minutos.

- ¿Te gusta?

-Si…

-¿Te has hecho esto a ti misma antes?

-Si…

Mientras la masturbaba María me tomo por el brazo, cerró los ojos al tiempo que se dejaba acariciar por mí, -¿Te gusta?- Le pregunté,- “Si…”- fue su respuesta, las preguntas eran obvias, pero se trataba de crear un vinculo, de mantener la conexión, de quitarle las barreras que pudiera tener acercándome cada vez más a ella.

-¿Sabes? Me gustaría darte unos besitos aquí…

-Me gustaría mucho también…

Deje mi labor y me acomode… le seguía hablando y ella me contestaba con respuestas cortas. Le tome las nalgas y me acerque a su flor, que tenía unos lindos pétalos que se asomaban haciendo una breve cresta hacia su monte de Venus, sus piernas llenitas y redondeadas se apretaron un poco sobre mi cabeza cubriendo mis orejas con sus muslos, después las abrió y repitió la escena algunas veces más… de vez en vez se agarraba del respaldo del sofá, acariciaba mi cabeza entrelazando sus dedos entre mis cabellos, fueron varios minutos de goce para ella, estaba muy entretenido en mi labor pero me di cuenta que de vez en vez su mano iba a su boca para tratar de ahogar alguno que otro gemido de placer, y también ocasionalmente daba brinquitos como tratando de escapar de alguna sensación recién experimentada.

-¡Oh Dios!- me dijo- lo haces mucho mejor que mi ex…

-Me gustaría que me devolvieras el favor… - le conteste mientras me levantaba, María se acomodo en la orilla del sofá, me miraba directamente a los ojos sosteniendo mi mirada mientras yo me quitaba lentamente el cinturón de mi pantalón, lo hice lentamente para medir sus reacciones, ella se impaciento un poco…

-¿Me lo vas a enseñar ahora ó qué?

-Si…- mientras abría mi pantalón ella abrió su boca sorprendida, aun no le mostraba mi paquete pero se apreciaba mi erección en mi bóxer tratando de salir- ¿Algún problema, María?

-No…

  Baje un poco mas mi ropa interior y mi pene salió como una dura estaca apuntando hacia el techo, ya he explicado antes que mi pene se erecta hacia arriba como tratando de golpearme el vientre, ella abrió la boca y sus ojos  una vez más en una deliciosa expresión de asombro.

-Dame tu mano…

María obedeció y me dio su mano, estaba un poco fría, pero la puse en mi miembro caliente, dijo un “¡ahh!” repitió esa carita de sorpresa y luego retiro su mano rápidamente. Yo sonreí ante su movimiento, baje mi pantalón y el bóxer un poco más y así pudo salir completamente, ahora le apuntaba a ella directamente, María se acerco a mirarlo con curiosidad.

-Esta bonito…

No supe que contestar, es la primera vez que me dicen que tengo un pene bonito, y si, a mi me parece bonito pero nunca me lo dicen, musite un “gracias” simplemente.

-¡¿Todos los chicos las tienen tan grande?!

- En realidad no lo sé, yo creo que este debe ser un tamaño “normal”.

 Lo tomo con su mano, como si de un micrófono se tratara y empezó a masturbarme lentamente… lo hacía muy bien para ser la primera vez que tenia uno de estos en sus manos, según me dijo.

-¿Te gusta cuando te lo toco así?- m pregunto mientras me miraba a los ojos

-Si… para mi es similar a cuando te estuve acariciando con mis dedos hace rato, es muy agradable.

 Ella continuaba masturbándome pero miraba mi pene desde varios ángulos moviendo su cabeza alrededor para verlo bien, en un momento dado acaricie su cabeza, ella volteo a mirarme y fue cuando le pedí que le diera un beso a mi pito. Abrió los ojos asombrada, no sabía que decir o que hacer.

-Dale uno chiquito aquí… -le señale la cabeza, ella se acerco con cierta cautela, le dio un beso rápido y se alejo, me miro como mira una niña después de hacer una travesura.

-Vamos… puedes hacerlo mejor

 Se acerco de nuevo, seguía masturbándome, le dio un par de besos suaves y lentos, sentí su cálido aliento en el glande, le tome de la cabeza y lentamente la dirigí a que me hiciera una mamada, abrió la boca, metió un poco y luego lo saco, siguió dando besos lentos y suaves, no se decidía a mamármela completamente.

 -¿Te gusta? ¿Es excitante para ti?

-No mucho… - me respondió

-Volverás loco a cualquier hombre si aprendes a hacerle esto muy bien.

 Eso pareció animarla, abrió la boca y le dio una chupada solo al glande, sus gruesos y carnosos labios se cerraron y abrieron un par de veces, le dije que abriera mas la boca y que lo intentara hacer como lo ha visto en las películas porno, esta vez abrió mucho la boca y después se metió más de la mitad de mi verga apretó mi pene con sus labios gruesos y después la fue sacando lentamente hasta llegar a la punta, otra vez abrió la boca y se metió un poco mas mi verga para nuevamente apretar y repetir la operación… esa cálida boca, con esa forma de apretarme, fue… no sé… lo describiría en dos palabras… ¡IN, creíble! Una nena de escasos años me estaba dando ¡una de las mejores mamadas de mi vida!

 Mientras me daba ese placer se hinco a mis pies, yo seguía de pie, como ya he explicado mi pene suele levantarse hacia arriba cuando esta erecto, María empezó a lamerme los huevos desde la base, casi llegando al ano y recorrió con su lengua toda mi verga hasta llegar a la cabeza, repitió la operación y ahora daba besos alternados, pequeños besos y me recorría toda la longitud con su lengua y a veces con sus gruesos labios, era delicioso y seguramente lo noto porque me pregunto:

- ¿Te gusta?

- Es interesante como lo haces…

   María seguía lengüeteándome y besándome con los ojos entrecerrados pero sonrió cuando le dije eso, dejo su labor y mientras me quitaba lo que me quedaba de ropa ella se volvió a sentar en el sofá tenía su brasier debajo de sus tetas y así lo dejo, no se lo quito ni lo acomodo, cuando me acerque ya desnudo ella se estaba acomodando el cabello y mirando mi pene erecto, me acomode a un lado de ella y aproveche para quitarle el bra y dejarla completamente desnuda y a mi merced. Se lo dí, y ella lo arrojo hacia donde estaba el resto de su ropa.

-¿Sigues nerviosa?

-¡Si, Tengo miedo!- Me contesto mientras se sentaba en la orilla del sofá, me senté y recosté atrás de ella tomándola por la cintura y atrayéndola un poco hacia mí, -¡No temas!- le dije mientras la recostaba junto a mí, me puse intencionalmente atrás de ella para que no tuviera distracciones visuales, la seduciría con mi voz.

 María volvió a hacer ese gesto de llevar su dedo a la boca, me encantaba esa manía que le hacía verse inocente y tierna a la vez, le levante poniendo mi brazo debajo de sus dos muslos y la acomode a mí, cuando nos acomodamos ella exclamó: -“!De verdad esto es como dos cucharas!”- levante su pierna izquierda y le puse mi pene en su rajita, pero ella respingo, así que solo le di unos golpecitos con la verga, una vez que se calmo giro medio cuerpo hacia mí, aprovechando la ocasión atrape uno de sus senos en mi boca.

 María se recostó un poco sobre el sofá, bajo su pierna y la apoyo en mi muslo, se apoyo en sus codos y me dejaba hacerle, estuve un rato con esta parte, después inicie a masturbarla despacio solo en su botoncito,  ella mantenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, María de empezaba a dejarse llevar, ahora solo gemía quedamente, ahora ella estaba acariciándose el otro seno que no estaba yo chupándole, deje la punta del clítoris y recorrí su rajita abriéndola un poco y ella abrió los ojos y se sobresalto, no me detuve, recorrí la raja en sentido inverso y le continúe estimulando el botón, mis besos en su bubi se intercalaban con chupadas, ligeras mordidas, etc. Otra vez le recorrí la raja y esta vez ya no se sobresalto, ahora todo lo que hacía es dejar caer su cabello largo lacio y oscuro echando la cabeza hacia atrás, su gemidos eran ahora mas audibles.

 Aprovechando la oportunidad volví a levantarle la pierna, ella la sostuvo arriba abriéndose, le puse el pene en la entrada de la vagina, empuje un poco, muy lentamente, y ella salto, literalmente salto, -“Tengo miedo” me dijo, yo le conteste: “después lo disfrutaras mucho, si sobrevives hoy”-

-“¿Sí sobrevivo?”, me pregunto.

 No le respondí, solo la abrace, y me acerque a su oído, no sabía muy bien que le iba a decir, pero ella giro la cara y me dio un beso, si… ella me beso, como siempre digo, la seducción empieza con un beso. Con mi mano acomode el pene en la entrada de su cuevita mientras nos estábamos besando, fue un beso muy largo y apasionado, que me dio oportunidad de introducirle lentamente la verga, y la acomode para desvirgarla, la ensarte en mi palo de una sola estocada no muy rápida, y sus gemidos fueron ahogados en mi boca, el beso ya de por si intenso se volvió desenfrenado, como pocas amantes de más experiencia me habían besado, una boca párvula me estaba dando cátedra… María se aferro al sofá con fuerza con una mano y con la otra se sostenía fuerte de su muslo, su boca me succiono mas fuerte aun al sentir que le rompía el himen, y el beso termino tan intensamente como inesperadamente inicio, sin duda fue un beso tipo hardfuck.

 -¡¿Ya   p a s o . . . ?!- me pregunto en un suspiro

- Si, ya no eres virgen…

 Se la saque un poco, ahora si lentamente, ella dijo –“Auuu… me dolió” cuando la cabeza de mi pene salió, estaba ligeramente cubierto de sangre, “!por Dios!... ¡estoy sangrando!” exclamo cuando vio mi pene que emulaba a un gladiador cubierto por la sangre de su rival.

-No estás sangrando, solo sangraste un poco pero ya no lo harás.

-Ya no soy más virgen (sic) auuu… puff-   fue lo que me dijo mientras echaba su cabeza hacia atrás, y se dejaba caer completamente sobre el sofá… luego río nerviosamente.

-Tienes razón, ya no eres virgen más.

 Mi verga aun estaba dura y erecta, así que se la acomode de nuevo, y esta vez si la introduje muy lentamente… podía sentir cada milímetro avanzado, María volvió a hacer ese gesto de ponerse el dedo en la boca, de vez en cuando respingaba de nuevo, extrañado le pregunte: ¿duele?

-No mucho, pero es nuevo para mí…

-Ahora lo sentirás mucho mejor…

-Eso espero.

Mis caderas se columpiaban rítmicamente mientras la bombeaba, ahora ella aceptaba mucho mejor mis embestidas, sus senos se movían libres con cada empellón que le daba, por eso María se puso las manos sobre el pecho y con los antebrazos se sostenía las bubis impidiendo que estas se bambolearan mientras me la cogía.

 Ahora ella estaba casi recostada con la espalda en el sofá y las caderas giradas sobre el sofá, yo seguía atrás dándole bambú, acariciaba su rostro y besaba todo lo que tenía a mi alcance, María se quejaba de vez en vez pero ahora eran quejidos suaves, de vez en cuando un “ay” pero el concierto musical que me brindaba era más bien como “Oh umm ah” y ese mantra se repetía constantemente, salpicado por sus “ayees” de vez en cuando, cuando se canso de tener la pierna al aire puso el pie directamente en mis muslos, le acariciaba el tobillo, recorría su rodilla, la disfrutaba plenamente, hubo un “aaaay” largo y quedito, apenas audible, le prgunte: “¿En verdad te duele o esto se siente bien?”

-En .. en verdad…  me duele un poco, pero se siente muy rico… ahora se siente muy bien… ahh… oh… - Menciono haciendo la señal de OK con la mano, una O con el índice y el pulgar y los otros tres dedos estirados.

En la posición en que la tenia ahora, sus glúteos me golpeaban cada vez que le embestía, una nalga me daba en el vientre y la otra en el muslo derecho, me gustaba esa postura, entraba muy bien dentro de ella, por un par de minutos nuestras miradas se encontraron, mis estocadas se volvieron más lentas, ella gemía despacio en largos “aahm”, el contacto visual se rompió cuando le clave mi pito profundamente de un solo envite, echo la cabeza atrás y cerró los ojos.

  Me estire un poco y alcance sus labios, nos besamos nuevamente, pero ahora era un beso lento, muy lento, yo mientras tanto le seguía dando, le seguía introduciendo mi pene con parsimonia, me sentía aprisionado estrechamente por sus paredes vaginales pero en un recorrido largo me salí de ella, ella dio unas risitas mientras le puse de nuevo el pito duro y nervudo en su entrada y retomamos el ritmo, la metí hasta el fondo y retome un ritmo rápido, largo, y lo sostuve lo mas que pude, me estaba cansando pero ella estaba dejándose llevar y note como su pecho estaba encendido, su rostro llevaba un rato enrojecido bastante notorio a pesar de su tono de piel ligeramente moreno, sus gemidos eran intensos ahora.

-  ¡Aaaaahh, aaaah… Ohhhh… a aaaahh, aaaah…

  Ante esa canción sensual de placer me estimulaba a darle con más fuerza, con mas ahincó, incluso sentí como se lubricaba mas, sus paredes ahora estaban más mojadas y resbalaba con facilidad en su interior, termino con un sonorísimo “!Aaaaahhhhhhhh!” y luego levanto la cara y mordió un poco su rodilla como para calmarse.

-Esto es tan extraño…- Me dijo mientras su bajaba su pierna levantada, volteo a mirarme pero no me dijo nada, me volvió a besar, ahora fue otro beso diferente, esta vez me entretuve con uno de mis besos favoritos, le mordía ligeramente sus carnosos labios, particularmente me entretuve con su labio inferior, ella me chupaba los míos, eran besos chupetones…

-Eduardo…

-¿Si?

-Es que… tengo sentimientos encontrados… es una sensación extraña… me siento… no sé como describirlo…

-En mi opinión, acabas de tener tu primer orgasmo.

-¡ja ja ja ja! ¿En serio? ¡Genial!

 Saque un poco mi pene, en verdad me había cansado esta nena, así que me acomode y le dije que estaba cansado, que debería de descansar un poco o que ella me tendría que ayudar, pues hasta el momento no se había movido mucho, y hay que aceptarlo, no se trata nada más de abrir las piernas, como tampoco nada mas en meterla y sacarla.

- ¿Qué hago?

- Bueno, para empezar déjame acomodarme.

  Ella se levanto despacio, muy lentamente, solo respingo ligeramente cuando el glande salió por completo de ella, una vez de pie la vi más hermosa, completamente desnuda, su cabello largo cayendo hasta casi la cintura, me levante y senté en medio del largo sofá,  estire mi brazo izquierdo pues ya estaba casi dormido y me hormigueaba un poco, lo estire y contraje para darle circulación y ella se apresuro a tomarme el brazo y darme un ligero masaje, conforme me daba mi masaje se fue acercando, le tome de la cintura y la jale hacia mí, ella me empezó a besar el brazo, le dije que yo iba a darle un beso en otra parte y estuve besando su vientre, sus pechos, su cuello, todo lo que podía por varios minutos.

  Después de eso la acomode poniendo sus rodillas a los lados de mi cadera abriéndole las piernas, puse mi pene en su entrada y le acaricie con la punta a lo largo de su raja, Mary estaba ansiosa por que se la metiera, lo sé porque ella empezaba a agitar su respiración, decidí que era momento de volver a hacerlo pero esta vez seria ella quien haría el trabajo duro, puso una mano para detenerse en la cabecera del sofá y tomando mi verga que seguía dura y gorda, con sus venas henchidas resaltando, ella se la acomodo con las manos en su entrada y me apretó con sus rodillas en mi cadera y simplemente se dejo caer en mi pitote empalándose ella misma al hacerlo exclamo un agudo “¡ooooaaaaahhh!” se quedo ahí un instante con los ojos cerrados.

 -Que rico…- comento como para sí misma sin abrir los ojos.

  Empezo a cabalgarme despacio, al principio le costó trabajo encontrar su ritmo, como que no se acomodaba, pero al cabo de unos instantes empezó a encontrar un buen ritmo, encontró el compas que le favorecía, se acomodo muy bien, ahora estaba apoyada de mis hombros y su cara a un lado de la mía, su cabello largo y lacio caía como una cascada en mi pecho, acariciándome con las subidas y bajadas de su dueña, mis manos buscaron sus muslos suaves y redondeados, y le acaricie las piernas, desde la rodilla hasta la cintura, a veces en mis recorridos me quedaba con las manos en su cintura para ayudarle a mantener el ritmo cuando ella empezaba a detenerse, hubo un momento en que si casi se detuvo, pero aun seguía tratando de llevar el ritmo, pero ahora mas cadenciosamente, despacio, lentamente, mis manos buscaron esta vez sus nalgas, esas preciosas nalgas redondas y apetecibles, las apreté un poco, las sobe, las medí con las manos, las amase, las estruje…

Ahora el ritmo era más rápido, ahora era más lento, ahora más pausado, ahora mi mano estaba en su espalda, ahora estaban caídas a los lados sobre el sofá, ahora ella me besaba el cuello, ahora yo le chupaba una teta, ahora se detenía para luego empezar un ritmo frenético, estábamos experimentando con todas las posibilidades, con todos los ritmos, con varias profundidades… hasta que se detuvo un instante.

-Vamos a intentarlo en una nueva postura

 Ella me miró con curiosidad y extrañeza, esperando mis indicaciones para saber cómo debería acomodarse ahora.

- Solo date la vuelta y sigue con lo que estás haciendo.

Se saco con suavidad mi pene y se levanto obedientemente, se dio la vuelta poniendo un pie en el piso y el otro lo mantuvo levantado  y apoyado en la orilla del sofá, con sumo cuidado volvió a acomodarse en su entrada mi glande y nuevamente se dejo caer encima de mí, ahora se apoyaba en una de mis rodillas y con la otra mano no veía que hacía, pero creo que se estaba acariciando un pecho, desde esta perspectiva ahora podía contemplarle esas nalgotas tan ricas que tenia a mi disposición, creo que estaba ideal para no haberla desvirgado sino del culo… que gran culo tenia esta nena.

 Empezó su labor, pero al igual que la vez anterior no se acomodaba, empezó lento, no podía encontrar el ritmo.

-¿Puedo subir mi otra pierna al sofá? – me pregunto pidiéndome permiso.

-Hazlo si te es más confortable, o como te sea más cómodo.

Subió su pierna colocándola a un lado de mi cadera, pero para acomodarse esta vez hecho el cuerpo hacia atrás, y se apoyo en un brazo, mientras que su mano libre la llevo a su clítoris y empezó a masturbarse un poco antes de empezar a cabalgarme, pero esta vez sí estaba acomodada, se impulsaba con las piernas y se ayudaba con las mismas para controlar su descenso, tomo ritmo de inmediato.

-¿Estas mas cómoda así?

-¡Oh si….!

 Creo que al preguntarle la saque de su concentración porque perdió el equilibrio y bajo una pierna para apoyarse en el piso, ahora tenía medio cuerpo a un lado mío, apoyada en su codo en la orilla del sofá, su cabeza hacia atrás, gimoteando al ritmo de la cogida que teníamos, yo la tome de la base de las nalgas sosteniéndola para ayudarle a subir y bajar cuando se cansaba, o menguaba su ritmo, en esos casos yo era quien llevaba su ritmo sosteniendo su peso en mis brazos y sí se detenía era yo quien subía mis caderas embistiéndola con mi ariete y motivándola a seguir con el ritmo que llevábamos… hasta que nos cansamos de nuevo…  y se detuvo dejando escapar un largo suspiro.

-Espera un poco… ahora te toca probarla de a perrito.

Se puso de pie muy despacio, aun tenía la cara nuevamente enrojecido por la pasión cuando se levanto esperando mis indicaciones.

Me levante y le señale el sofá con la cabeza, ella se acomodo de inmediato posándose en cuatro y mostrándome su hermosa cola, su espectacular culo levantado y respingón, me acomode detrás de ella, le puse la verga con cuidado y ella se dejo caer sobre sus codos, ahora su cola estaba más levantada, María volteo a mirarme y después simplemente recostó la cabeza en un cojín que tenía el sofá.

 Se le deje ir hasta el fondo, ella se quejo, desde esta postura y podía entrar más profundamente en ella debido a la forma particular de mi verga, en cada estocada que le daba ella reaccionaba primero con un “aaaahh” para después convertirlo en un “aaaayyy”, pero como no había ninguna reacción exagerada yo seguía dándole una gran cogida en esta postura, seguramente le estaba doliendo un poco porque puso su cara entre sus manos ahogando sus gemidos y quejidos de dolor, pero paulatinamente el dolor paso a convertirse en placer, ahora sus gemidos eran simplemente un “!aaaaaahhh!” largo y acompasado con la misma incidencia con que yo le metía el pito desde atrás aferrado con ambas manos a su breve cintura.

 Mis huevos se contrajeron anunciando mi eminente venida, pero en ese momento me di cuenta de que no sabía si María había tomado pastillas o algo, tampoco sabía si estaba en sus días fértiles, no podía venirme dentro de ella, así que me concentre en no venirme, pero era imposible postergarlo mucho, el placer de esa rajita otrora virginal me apretaba de manera deliciosa, sentí como una nueva lubricación caliente de María producto de un nuevo orgasmo me facilitaba la entrada y sus paredes vaginales se estrecharon en un temblor de placer, dos metidas mas y no pude aguantarme…

- ¡Mmm… Ahhhh!!!

 Saque con cierta violencia mi verga de su vagina provocando un nuevo tremor en el cuerpo de María, y justo a tiempo conforme la sacaba la primera palpitación escupió mi leche sobre la tersa y suave piel de su espalda, la leche le llego hasta el  cabello de la parte de atrás de su nuca, mi mano derecha se soltó de su cintura y me empecé a masturbar para sacar la leche que faltaba, y salió mas cayéndole en el canal de su columna, cuando sintió la húmeda calidez de mi fluido seminal en su espalda se estremeció y de sus labios salió una plegaria “!Mi cielo…! ¡Oooohhh! ” Mientras que las últimas gotas de semen le caían en las nalgas morenas haciendo un contraste con su piel.

 Exprimí con mi mano lo mejor que pude mi verga quitándole todo resto posible de semen y como seguía firme mi pene se lo volví a meter, para acariciarla por dentro en la caricia mas intima y cercana que puede tener una pareja después de un acto como este, le embarre toda la espalda con semen con mi mano y la cuestione nuevamente.

-Y… ¿Qué te pareció?

-Estuvo…. ¡!!Genial!!!... ¡Súper cute!

-¡Ja ja ja ja! ¿Súper qué?

-¡Súper bueno!

 Tome unas servilletas de la mesa de centro, me puse enfrente de ella y le limpie lo mejor que pude los restos de semen, parecía una sirviente china haciéndome el saludo tradicional Koutou con las palmas hacia abajo y su cabeza sobre ellas, hincada y levantándome la cola, era una vista espectacular, una mujercita sumisamente inclinada y habiéndome ofrecido su virginidad.

María se dio la vuelta recostándose sobre la espalda, yo estaba cansado así que me recosté a un lado de ella sobre mi hombro, volteo a mirarme y me dijo:

-¿Sabes? Esto fue increíble, fuiste muy lindo.

-Todavía vamos a echarnos otro, pero déjame descansar un poco porque sí que me agotaste ente round.

Me beso suavemente, con delicadeza y suavidad y después me pregunto

-¿Cómo estuve?

-Estuviste muy bien pequeña, no deberías ni preguntarlo.

Volvió a besarme, me abrazo y echo sus piernas sobre las mías, y nos quedamos dormidos un rato, en verdad estaba cansado, bueno, yo me quede dormido, porque todo el tiempo María estuvo acariciándome y besándome, pero entre mi sueño podía sentir sus caricias, sus besos, hasta casi podía sentir sus miradas sobre mi rostro mirándome dormir. Después de un buen rato medio abrí mis ojos… ella lo tomo como una invitación a no dejarme seguir durmiendo.

-¿La pasaste bien?

-¡No lo dudes Mary! La pase muy bien…

-¿Te gusto mi sabor?

-Sin duda, en verdad eres una chica muy intuitiva en esto, sin duda lo harás cada vez mejor, ¿quieres comprobarlo?

 Hizo una mueca muy graciosa y después puso otra vez su dedo en su boca, como con ingenuidad.

-¿Podemos dejarlo para elo fin de semana? Es que creo que si empezamos otro no llegare temprano a casa y no quiero despertar sospechas con mis padres… pero el sábado puedo venir si no tienes planes, ¿sí? O dime… ¿Cómo te convenzo?

Sonreí, quizá esta historia se podría repetir un día de estos, asentí con la cabeza pero le señale con un dedo, como pidiéndole que pusiera atención, no tuve que pensarlo mucho así que solo le pedí un poco de publicidad de primera mano, le pedí que le hablara de mí a sus amigas vírgenes.