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Aprendiendo a follar - Graduación

en Amor filial

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Al día siguiente, abrí un ojo y pude comprobar que Claudia

seguía durmiendo a pierna suelta. El reloj marcaba las tres y cuarto de la

tarde, así que decidí pedir unas pizzas para comer sin tener que prepararlo.

Dejé a mi prima que siguiera durmiendo hasta que llegaron las pizzas. Supuse

que estaría agotada después de tanto sexo anoche, así que para despertarla me

limité a acercarle la caja abierta para que sintiera el olor a pizza. Pronto

aquella preciosidad abrió sus dulces ojos encontrándose de frente con ese

manjar.

- Dios qué hambre tengo.- Dijo mientras se incorporaba.

Nos sentamos en la cama a comernos las pizzas mientras mi

prima terminaba de despertarse.

- ¿Qué tal te lo pasaste anoche?- Le dije.

- Joder cariño, nunca hubiera pensado que iba a cumplir tan

pronto mi fantasía.

- ¿Que fantasía? ¿La de estar con dos chicos?

- No, que me la metan los dos a la vez. Es algo que siempre

me ha excitado.

Entonces se me ocurrió una genial idea.

- Ya sé lo que haré, el viernes que viene te voy a preparar

tu fiesta de graduación.

- ¿De graduación?

- Si, las dos últimas noches me has demostrado que ya eres

toda una experta en materia de sexo, no te puedo enseñar más, ya solo nos falta

experimentar juntos y probar nuevas sensaciones. Así que el viernes que viene

será tu fiesta de graduación.

- Eso suena muy bien, cielo ¿Que vas a preparar?

- ¿De verdad esperas que te lo diga?- Le pregunté riéndome.

- No, claro, era por si acaso.

La semana transcurrió tan genial como la anterior. A veces

follábamos y a veces hacíamos el amor igual que cuando nos declaramos el uno al

otro. Uno de los días nos fuimos a pasear por la montaña, evidentemente echamos

un buen polvo escondidos entre los arbustos. Otro de los días volvimos a la

playa, allí nadie nos impedía follar todo lo que quisiéramos. Incluso un día me

pidió que la acompañara a comprar telas para hacerse más vestidos de los suyos

y nos colamos los dos en los baños del centro comercial para echar otro polvo.

Esa chica parecía adicta al sexo, no solo estaba dispuesta siempre que yo

quería, sino que la mayoría de las veces era ella quien empezaba con el juego.

Lo de despertarme con una mamada ya se convirtió hasta en costumbre.

Yo por mi parte, estuve toda la semana planeando la

fiestecita del viernes. Lógicamente, una graduación como esa tenía que ser una

orgía, y la única que yo conocía que se montaba orgías con los amigos era Ana.

Así que la llamé para contarle la situación, le dije que invitara a 10 personas

como máximo pero que no contara a nadie que Claudia y yo éramos primos, por si

acaso. Llamé a Roberto para que también se apuntara y no dudó en decirme que

si, también prometió fingir que Claudia y yo éramos novios y no primos. Hasta

la propia Claudia estuvo de acuerdo en eso aunque no sabía que la fiesta sería

en realidad una orgía. Compré bebida y comida para toda esa cantidad de

personas, y Ana me dijo que ella se encargaría de traer marihuana, también me

dijo que no me pasara con los detalles, que ahí la gente iba a pasárselo bien y

que no se fijaba en ese tipo de cosas. Uno de los días le dije a mi prima que

iba a necesitar una toga de graduado, y me dijo.

- ¿Para qué te crees que fuimos el otro día a por telas?

Genial, hasta mi prima me estaba ayudando con la fiesta y ni

siquiera sabía lo que iba a pasar, aunque supongo que se lo imaginaba. Poco a

poco se fue acercando el día de la fiesta. Ana me confirmó que además de ella,

iban a venir 6 chicos y 3 chicas, así que en total íbamos a ser 8 chicos y 5

chicas. La cosa iba viento en popa cuando me desperté por la mañana del viernes

con mi corrida en la boca de Claudia habitual. Se le había dicho a todo el

mundo que llegara entre las 7 y media y las 8 para poder hacer bien la

"ceremonia". Tenía preparado hasta un discurso y un diploma. La idea

era que mi prima se quedara en la habitación mientras llegaban los invitados

para poder presentarla como "la graduada en sexo" delante de todos,

incluso preparé un cartel enorme que decía "Feliz graduación

Claudia".

El viernes por la mañana, Claudia me despertó de la misma

forma que solía hacerlo siempre. Se la veía totalmente eufórica, se pasó el día

entero diciéndome cuantas ganas tenía de que llegara la fiesta de la noche.

Después de comer mi prima me decía que estaba tan nerviosa que creía que no

podría aguantar. Era una oportunidad ideal para llevar eso al tema sexual pero

sabía que esa noche tendríamos sexo de sobras y necesitaríamos las fuerzas, así

que hice un gran esfuerzo y me callé. Por otra parte rezaba porque no fuera

ella quien tomara la iniciativa, pero por lo visto, mis sospechas de que ya se

imaginaba lo que iba a pasar eran ciertas, por lo que no pasó nada en todo el

día. Aparte de los típicos besos de enamorados que no parábamos de darnos. A

las 6 y media fui a ducharme para estar completamente listo cuando viniera la

gente. Acto seguido se duchó Claudia a la que mandé a su habitación en cuanto

acabó. Me prometió que no saldría de allí hasta que yo la llamara. Eran las 7 y

cuarto, así que lo primero que hice fue colgar el cartel y empezar a preparar

la comida. A las 7 y media llegaba tan puntual como siempre Roberto. Me fue

bien porque me ayudó a preparar el resto de cosas antes de que llegaran los

demás. Poco después, llegó Ana con 2 amigas que pronto se hicieron con el sofá.

Yo tenía el comedor lleno de sillas y cada uno que llegaba iba ocupando la que

mejor le parecía. Llegaron 3 de los chicos al cabo de un rato y Ana iba

haciendo las presentaciones pertinentes mientras los primeros porros empezaron

a humear. Luego llegó otro chico con su novia y finalmente, a las 8 menos cinco

llegaron los dos chicos que faltaban. Ahí había cuerpos para todos los gustos,

unos más altos, otros más bajos, unos más delgados y otros más llenitos.

Una vez todo el mundo estaba acomodado y presentado, pedí

silencio y me dispuse a presentar a la estrella de esta noche.

- Queridos amigos, como todos habéis visto, esta es una

fiesta de graduación sexual. Hace dos semanas conocí a una preciosidad de chica

que tenía un pequeño problema, aún era virgen.- Un "oh" generalizado

en tono burlón y continué.- Al conocerme, esta preciosidad de chica me pidió un

favor, que la instruyese en temas sexuales. Paso a paso, ella fue aprendiendo

todo lo que había que saber y ganándose mi corazón al mismo tiempo. Así que

ahora es mí querida novia y lo único que le queda por aprender, es a base de

experimentar. Cosa que hacemos a menudo.- Carcajada general.- Bueno, no me

enrollo más ¡Damas y caballeros! es un inmenso placer presentarles a la recién

graduada ¡Claudia!

Todos empezaron a aplaudir mientras se abría la puerta de la

habitación de mi prima. Parecía mentira cómo había conseguido que una toga de

graduado resultara sexy. El escote dejaba ver parte de sus pechos y se la había

ajustado a la cintura marcándose un culo precioso. Tenía hasta el detalle del

gorro y todo. Se acercó a mí y me dio un apasionado beso que todos pudieron

ver.

- Gracias cariño.

- Tú te lo mereces.

Cenamos a base de canapés hasta hartarnos y pronto comenzó a

correr el alcohol. Los primeros en romper el hielo fueron la pareja de novios

que empezaron a enrollarse descaradamente metiéndose mano por encima de la ropa

que pronto empezó a desaparecer. Entonces Ana se levantó y se puso entre los

dos chicos que habían llegado últimos y comenzó a enrollarse con los dos a la

vez. Pronto el novio estuvo con el rabo al aire y su novia se la estaba

comiendo a gusto. Entonces Claudia, con todo el descaro del mundo se unió a

ellos arrodillándose al lado de la chica. Esta, con una sonrisa en los labios,

cogió la polla de su novio con la mano y se la acercó a la boca de Claudia.

Volví a fijarme en Ana que se había arrodillado en el suelo y se comía esas dos

pollas por turnos. Una de las amigas de Ana se levantó y se fue con el grupo de

tres chicos que empezaron a magrearla indiscriminadamente, así que Roberto y yo

nos miramos y nos acercamos a la que quedaba que no dudó ni por un segundo en

bajarme la cremallera y meterse mi polla en la boca mientras mi amigo la

magreaba por todas partes y le quitaba la ropa.

Me giré de nuevo hacia Claudia y pude ver como ahora se

había sentado en la cara del chico que le comía el coño gustoso mientras su

novia cabalgaba encima de su polla. Ana estaba a cuatro patas en el suelo,

mientras uno de los chicos le follaba la almeja, tenía la polla del otro entrando

y saliendo de su boca. La amiga de Ana tenía un tío comiéndole la almeja

mientras los otros dos se peleaban por meterse en su boca. Dejé de observar

alrededor cuando la boca donde estaba metido mi pene dejó de chupar. Roberto

tenía a la otra amiga de Ana completamente desnuda y ésta se estaba poniendo de

espaldas a mí para que yo me la follara, mientras mi amigo se ponía de pie al

lado suya ofreciéndole su verga dura. Empecé a follarme esa almeja que se me

ofrecía y que se sentía perfectamente bien mientras observaba cómo Roberto se

follaba su boca de viciosa. Volví a mirar a Claudia un momento para comprobar

que se había cambiado de posición con la novia y ahora la penetrada era ella.

Seguí follándome a aquella preciosidad hasta que noté que el primer orgasmo de

la noche se acercaba.

- ¿Puedo correrme dentro?- Le dije.

- En estas fiestas puedes hacer lo que quieras.- Contestó

entre gemidos.

Así lo hice, aumenté el ritmo de mi polla dentro de esa

preciosa almeja hasta que mi leche se salió completamente dentro de ella.

Entonces dejé solos a esa chica y a Roberto y me acerqué a Claudia y sus

acompañantes. Como ambas estaban encima del chico mirándose, puse mi polla

semidura entre las dos y no dudaron en chupármela cada una por un lado.

Yo seguía mirando a mí alrededor con curiosidad para ver

cómo Ana recibía su primera dosis de leche en la boca al tiempo que la polla

del otro chico, metida en su culo, le provocaba un orgasmo. Casi al mismo

tiempo se corrieron Roberto en el culo de la amiga de Ana y el chico que estaba

debajo de Claudia, dejándole la almeja llena de leche. Yo ya volvía a tener la

polla dura, así que la novia del chico se levantó y se tumbó boca arriba en el

suelo ofreciéndome su almeja. Pasando de su ofrecimiento, le levanté las

piernas todo lo que pude y metí lentamente mi polla en su culo. Claudia

entonces dejó solo al novio y se fue a ayudar a la chica que estaba con tres

que ahora la tenían ensartada por todos los agujeros. El chico que estaba en la

boca se separó para empezar a follarse el culo de mi prima, que se había puesto

a cuatro patas. Un momento más tarde, el novio se levantó y se fue a ayudar a

Roberto que tenía a su amiga cabalgándole. Esta al ver que venía otro chico se

echó hacia delante dejando vía libre para que el novio se le metiera por el

culo. Me giré para ver a Ana que estaba ensartada por los dos chicos a la vez y

se la follaban frenéticamente, ella gemía sin parar. Entonces me di cuenta de

que mi compañera estaba llegando al orgasmo, así que aceleré mi movimiento en el

interior de su culo hasta que explotó en un sonoro orgasmo.

Yo me moría de ganas por darle un poco de rabo a mi prima,

así que en cuanto terminó la novia de correrse, me fui hacia donde estaba ella.

Estaba cabalgando a ese chico de espaldas a él. Cuando me acerqué más vi que

tenía la polla metida en el culo, así que estaba en la posición ideal. Primero

se la metí un poco en la boca y luego la eché para atrás y me agaché para

metérsela en el coño mientras el otro chico le daba por el culo. Claudia se

corrió en muy poco tiempo pero seguía queriendo más. Así que se incorporó, se

dio la vuelta y se clavó la polla del chico por el coño mientras me dejaba su

precioso ano para mí. En ese momento ni me preocupaba de fijarme en lo que

hacían los demás, simplemente oía los gemidos de todo el mundo que llenaban

toda la habitación. Seguí follándome el culo de Claudia hasta que de nuevo se

corrió. Entonces pensé que sería divertido llegar a hacerlo con todas las

chicas de la fiesta y le pedí a uno de los chicos que estaba con la amiga de

Ana que me cambiara el sitio. Esa chica se quedó sentada encima de la polla del

otro y me pidió algo muy inusual.

- Metérmela los dos por el coño a la vez.

Eso hice, poco a poco me fui abriendo paso en aquella almeja

que ya estaba ocupada por otro rabo. Esa chica no paraba de gritar de placer al

sentir que ambos ya nos movíamos dentro de ella. Pronto esa chica se había

corrido también y yo sentía ganas de descargarme antes de pasar a ver a Ana.

Así que acerqué mi rabo hasta la boca de Claudia que tenía un tío metido en

cada agujero de abajo y comencé a follármela oralmente hasta que solté toda la

riada de leche en su boca. Entonces me acerqué a Ana que era la única a la que

no le había provocado un orgasmo aún. Aunque no le hiciera falta, quería sentir

el orgullo de saber que todas las chicas de la fiesta se habían corrido al

menos una vez conmigo. Cómo estaba metida en un sándwich y yo acababa de

correrme, le puse el pene en la boca igual que acababa de hacer con Claudia.

Entonces uno de los dos chicos se corrió y se fue, pronto se corrió el otro

también y me dejaron a Ana toda para mí. Sin importarme si había leche de otro

o no, la puse a cuatro patas y comencé a follarme su almeja preciosa y húmeda.

No pasó mucho tiempo hasta que el novio apareció metiendo el rabo en la boca de

Ana que comenzó a chupárselo como si acabara de empezar la noche. Al ver que

había habido cambios en las parejas, quise observar alrededor a ver qué pasaba.

La novia tenía a Roberto metido en el coño, a uno de los chicos que hace poco

estaba con Ana lo tenía metido en el culo, y al chico que me había cambiado el

puesto con Claudia lo tenía metido en la boca. Las dos amigas habían unido

fuerzas para follarse por turnos al otro chico que había estado con Ana

mientras que Claudia tenía faena con los dos chicos que quedaban que al parecer

estaban disfrutando enormemente con el don que tiene mi prima por boca. Volví a

concentrarme en mi trabajo, hasta que Ana volvía a gemir de placer anunciando

ya su enésimo orgasmo. Entonces empezó a darme envidia el chico que estaba con

las dos amigas y me giré para ver que hacía. Justo a tiempo para ver cómo

soltaba la leche en la boca de una de las chicas. Así que le pedí que me

cediera el sitio. Ambas amigas comenzaron a comérmela a dúo. Luego una de ellas

se ensartó la polla en la almeja mientras la otra me chupaba los huevos. Esa

chica estuvo cabalgándome hasta que se corrió de nuevo y se cambió la posición

con su amiga. Esta se sentó de espaldas a mí y se la ensartó en el culo mientras

la otra paseaba su lengua por mis cojones. Ante esa sensación tan increíble no

tardé en correrme de nuevo. Esa chica al sentir mi corrida tuvo un orgasmo

también. Entonces hubo un momento en que mi prima se levantó y pidió atención.

- Como la graduada de esta noche voy a pediros una cosa.

Después de tanto ejercicio tengo hambre, así que quiero comerme la corrida de

todos los chicos que hay aquí. Chicos y chicas aprobaron la idea, así que todos

los chicos nos pusimos alrededor de mi prima que se había arrodillado en el

suelo. Comenzó a comerse las 8 pollas por turnos mientras con las manos iba

masajeando las otras. Todas las chicas se habían sentado en el sofá para

contemplar el espectáculo. El primero en correrse fue Roberto, quien soltó en

la boca de mi prima su abundante corrida habitual, ella tragó todo lo que

recibía sin problemas. Luego fue uno de los chicos del grupo de tres, seguido

por el novio. Todos se fueron corriendo uno por uno llenando el estómago de

Claudia de leche caliente hasta que al final sólo quedaba yo. Todos se pusieron

alrededor nuestro a animarnos y aplaudirnos mientras mi prima me comía la polla

con su don habitual.

- ¡Vivan los anfitriones!

Decía alguno de vez en cuando. Pronto llegó mi corrida que

fue vitoreada por toda la gente de la sala. Nuevamente mi prima se tragó toda

la leche sin derramar ni una sola gota. Al terminar volvió a ponerse de pie y

dijo.

- Esta bien, ahora que se pongan todos los chicos en fila

menos tu.- Dijo señalándome con el dedo.

Todos se pusieron en fila uno al lado del otro y Claudia se

paseó por delante de ellos observando detenidamente sus pollas. Finalmente se

quedó con Roberto y uno de los dos últimos chicos que habían llegado ya que

eran los que tenían las pollas más grandes.

- Ahora folladme los tres a la vez.

Dijo acercándose a mi seguida por los otros dos. Roberto se

tumbó en el suelo y ella se clavó su polla entera en el coño. Yo, como acababa

de correrme acerqué mi polla a su boca para que me la levantara de nuevo. El

tercer chico, sin dudarlo, ocupó el único agujero que quedaba libre. En poco

tiempo, mi prima estalló en un mar de orgasmos consecutivos que no pararon

hasta que pidió que cambiáramos de posición. Esta vez me tumbé yo en el suelo y

mi prima se clavó mi polla en el culo. Roberto ocupó su boca y el otro chico su

almeja. Mientras tanto los demás habían empezado a follar otra vez unos con

otros, aunque yo no les prestaba atención. Estaba demasiado concentrado

escuchando todos los orgasmos que mi prima tenía casi sin descanso. Otra vez mi

prima pidió un cambio de posición dándose la vuelta y clavándose ahora mi polla

en el coño. Roberto ocupó su culo y el otro la boca y así seguimos llenándole

todos los agujeros de su cuerpo. Claudia era ya un descontrol, parecía que se

fuera a deshidratar con todos los flujos que emanaban de su almeja. Entonces

Roberto anunció que se iba a correr.

- Quiero que os corráis cada uno en uno de mis agujeros.

No pasó mucho más tiempo hasta que se escucharon los gemidos

de mi amigo cosa que indicaba que ya le estaba llenando el culo con su leche

caliente. Poco más tarde llegó mi corrida. Vacié toda mi leche en su almeja

mientras a ella le daba otro orgasmo más. Ese orgasmo parece que terminó de

excitar al otro chaval ya que de pronto dijo que se iba a correr también. No

había terminado de descargarme yo cuando la boca de mi prima ya se estaba

llenando de leche otra vez. Finalmente todo el mundo fue terminando con sus

fuerzas y poco a poco iban quedándose sentados en el sofá o en alguna silla.

Cuando ya todos habían terminado, Claudia se acercó a mí de nuevo.

- Vamos a darles a esta gente el último espectáculo de la

noche antes de que se vayan.

Tiró de mí y nos pusimos los dos en medio del salón. La

gente comenzó a aplaudirnos y a vitorearnos. Claudia se agachó delante de mí y

comenzó una nueva felación. No sé como lo hacía esa chica pero por muchas veces

que me hubiera corrido, siempre conseguía ponérmela dura otra vez usando su

valiosa boquita. Una vez tuvo su trabajo hecho, se tumbó en el suelo boca

arriba invitándome a entrar por su coñito delicioso. Me arrodillé entre sus

piernas y comencé a follármela sacando fuerzas de flaqueza. Poco rato después

me hizo tumbarme a mí para ponerse ella encima. De nuevo mi prima me sorprendía

por su energía ilimitada. Se puso a cabalgarme como si fuera el primer polvo de

la noche y de nuevo se puso a alternar entre su culo y su coño. Los gemidos de

Claudia se elevaban por encima de los aplausos y vítores de la gente que no

dejaba de animarnos como si de un partido de futbol se tratara. Varias veces se

corrió Claudia en esa posición cuando fui yo quien se levantó para añadir una

nueva posición al espectáculo. La tumbé boca abajo con el vientre totalmente

apoyado en el suelo, entonces me puse encima de ella y colé mi polla entre sus

nalgas hasta encontrar el camino hasta su interior. Una vez mi polla había

desaparecido completamente por la raja de su culo comencé yo un movimiento

frenético que no sabía ni de donde salía. Mi prima se corrió dos veces más

hasta que yo vi que ya llegaba mi turno. Entonces me arrodillé delante de ella

y sin tener que decirle nada comenzó nuevamente una de sus magistrales mamadas,

poniéndose a cuatro patas. Saqué mi polla justo a tiempo para que el primer

chorro se estrellara en su mejilla, otras 3 descargas más terminaron de

adornarle la cara. Ella con los dedos comenzó a recoger toda la leche y a

llevársela a la boca para tragársela. Luego se acercó a mí para limpiarme la

entrepierna con la boca.

- Ahora sí que estoy satisfecha ya.

Dijo mientras se tumbaba boca arriba en el suelo como si

acabara de correr una maratón. Poco a poco se fueron marchando todos

diciéndonos a mi prima y a mí que había sido un espectáculo genial. Mi prima y

yo nos duchamos rápido y nos metimos en la cama enseguida. Eran más de las 8 de

la mañana y ambos estábamos totalmente sin energía.

La relación con Claudia ha ido cada vez a mejor después de

eso. Hemos seguido montando nuestras películas sexuales, con o sin gente y con

el tiempo nos hemos ido enamorando cada vez más. Llegó un punto en que

decidimos decírselo a nuestra familia porque cada vez se extrañaban mas de que

ambos estuviéramos siempre juntos y sin pareja, incluso en las comidas

familiares. Ahora toda nuestra familia nos ha dado la espalda. Si vieran lo

felices que realmente somos Claudia y yo, nos darían todas sus bendiciones,

pero parece ser que eso es algo imposible en una sociedad cargada de

prejuicios. Por cierto, voy a ser padre en Agosto ¿Coincidirá con nuestro

aniversario?

FIN.