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El Fantasma(3ª parte)

en Fantasías Eróticas

Rápidamente cerré la cortina- "¿con que mi ex-jefa, eh?" -decidí que tenía que aprovechar este golpe de suerte así que improvisé sobre la marcha: abrí la cama y me metí en ella; me concentré tal y como había hecho horas antes y conseguí que mi espíritu saliera de ese cuerpo no sin cierta dificultad(parece que cuanto más voluminoso era el cuerpo, mayor era el efecto de succión). Sin tardanza me pasé al cuerpo de Jessica, que no ofreció ninguna resistencia ya que estaba dormida(o inconsciente). El caso es que cuando intenté moverlo casi me caigo al suelo: me escocían las tetas, tenía la piel pegajosa de semen y otros fluidos y sentía un extraño dolor en el bajo vientre que se acentuaba cada vez que daba un paso(no tuve en cuenta que Jessica acababa de ser violentamente penetrada por 35 centímetros de polla).

Me acerqué tambaleante al interfono- esta zorra rica tenía uno en cada habitación -y cuando llegué ya estaba jadeando- el placer todavía persistía.

-¿Diga?

-¿Eres tú Jessica? Soy yo, Sally. Te traigo las fotos que me pediste.

-¡Oh, te lo agradezco! ¿Podrías...- el semen me chorreaba por las piernas -...podrías traérmelas a mi habitación? Hoy he estado todo el día con dolor de cabeza y no me veo con ánimos de bajar escaleras. -le abrí.

-Vale, no hay problema, ahora subo.

Colgué el interfono y volví a la cama. De repente tuve una idea, así que cogí otro pack de los afrodisíacos y le inyecté una jeringuilla al negro que todavía dormía. Me acosté a su lado y nos tapé con las mantas; luego no tuve más que cerrar los ojos y salir de ese cuerpo -cada vez se me hacía más fácil. El colgante de la serpiente seguía siendo la única prenda visible de mi Yo fantasma, tal vez esa fuera la causa de mis extraños y excitantes poderes.

Atravesé la puerta y esperé a mi próximo "huésped" en la parte alta de las escaleras, no tardé en escuchar los pasos de Sally sobre la moqueta del recibidor. Esta atravesó la puerta y comenzó a subir escaleras. Sally había sido modelo semi-profesional en el instituto, así es como conoció a Jessica; pero al cabo de unos años lo dejó y comenzó a trabajar de administradora en la misma empresa. Ahora con 25 años era la máxima dirigente.

Una mujer que se había hecho a si misma, aunque el hecho de tener un cuerpazo como el suyo también había ayudado sobremanera a su rápido ascenso. No era ningún secreto que una mujer ambiciosa como ella usaba todas las armas a su disposición para conseguir sus objetivos.

Ese día, como siempre, iba vestida formalmente: una blusa grisácea encima de una camisa con corbata, medias negras con una falda que le llegaba a las rodillas, tacones altos, gafas pequeñas y alargadas y el pelo recogido en un moño. Sally se paró en seco delante de la habitación -se había dado de bruces contra mí. Entré en su interior.

-¿Que... que es esto?- se agarró el pecho y empezó a temblar -¿Que... qu... que me pa...sa? -se cayó de rodillas y bajó la cabeza al tiempo que se le caían las gafas.

Abrí los ojos entre los mareos de siempre y sonreí -¡Posesión completada!- notaba la visión ligeramente borrosa hasta que reparé en las gafas encima de mis rodillas. Me las puse y se corrigió. Luego me levanté y caminé los pocos pasos restantes hasta la habitación mientras pasaba la suave lengua por mis labios saboreando su pintalabios; y como no estaba acostumbrado a los tacones me los quité.

Entré en la iluminada habitación donde Jessica continuaba dormida abrazada al enorme negro que respiraba rítmica y pesadamente(tomo nota: cuando salgo de un cuerpo, este se queda dormido durante un rato). Yo aproveché ese momento para posar delante del espejo. Si Jessica era un bombón, a Sarah sólo la podría describir como la belleza ideal: De piel bronceada, ojos verdes, pelo castaño y cutis perfect;, era muy fácil compararla con su amiga, pese a que sus pechos no fueran tan grandes(aún así se salían de lo normal). 

Me subí la falda para contemplar su gran culo. Siempre que ella caminaba, lo bamboleaba con naturalidad y provocaba que todos los hombres que trabajaban en su empresa(como yo en esos tiempos) babearan sin remedio. Yo dediqué mi tiempo a palparlo y manosearlo a placer mientras reía y empezaba a notar una ligera presión en los pezones.

El hombretón negro se incorporó en la cama mientras se tocaba la cabeza.

-Joder, que mareo...- miró a su alrededor confundido -¿...donde coño estoy- de pronto reparó en la rubia explosiva que dormía a su lado -¡¡¡JODER!!! ¡¿QUIÉN ES ESTA?!

-¿Vaya, ya te has despertado? -le dije con una sonrisa mientras el reparaba en mí, sorprendido- Menudo diversión os habéis montado -Solté una risita que sonó muy femenina- casi se escuchaba desde la calle.

-Yo... yo estaba jugando a basket, me senté en el banquillo y... ¿Donde estoy? No recuerdo nada -Destapó un poco la manta a Jessica y soltó un silbido- ¡¿No jodas que lo hemos hecho?!

-¿No recuerdas nada? -fingí sorpresa- Jessica y yo te encontramos roncando en un banquillo hasta que te despertaste y nos tiraste los tejos descaradamente. Luego... -intenté mostrarme tímida- una cosa llevó a la otra y aquí estamos... aunque ella insistió en ir primero y yo acepté. Después de todo ella te vio primero -empecé a desabrocharme el escote mientras adoptaba un tono lastimero- ¿No te quedará un poquito de energía para mí, verdad...?

El hombretón contemplaba embobado mi escote mientras me dirigía hacia el meneando las caderas. El bulto debajo de las mantas empezó a crecer. "Ese afrodisíaco era realmente potente"- pensé.

-Cla... claro, nena...- yo me desabroché la falda en un rápido movimiento y se la pasé por la cara suavemente. Cuando la lancé a un lado el se encontró con mis labios a unos centímetros de los suyos.

-Entonces tenemos un trato...- dije suavemente para después unir mi boca a la suya. Sentía su lengua recorriendo ansiosamente mi paladar mientras yo intentaba hacer lo mismo. Noté como una de sus manos empezaba a masajearme el culo mientras la otra palpaba mi busto.

-¿Quieras verlas? -mi voz sonaba profunda y seductora, conseguía excitarme a mí mismo.

-¡si... SI, quiero verlas! -Me puse de rodillas encima de sus muslos dejé que la blusa cayera por mi espalda seguida de la camisa y la corbata. Poco a poco me fui desabrochando el caro sujetador hasta que cayó y me quedé sin habla.

Había esperado ver un par de grandes y exóticas tetas igual de bronceadas que el resto de su piel, pero esos pechos tenían el color de la leche con unos pezones rosados que parecían no haber sufrido nunca la radiación solar(lo que significaba que se los tapaba al broncearse). Yo mismo me moría de ganas por pasar los siguientes 5 minutos masajeando esos preciosos pechos de leche, pero el hombretón se me adelantó: los tocó, estrujó, chupó y succionó provocándome succesivas oleadas de placer que provocaron los primeros gemidos.

Estos, al igual que sus pechos contrastaban con su piel, los gemidos de Sally contrastaban sobremanera con su voz normal(profunda y seductora). Eran agudos y suplicantes, casi infantiles... no podía creer que una voz así saliera de mi garganta.

Cuando sus dedos empezaban a acercarse tentadoramente a mi coño yo le frené suavemente.

-Tranquilo... shhhhhh... las mujeres formales tenemos que seguir ciertos procedimientos. ¿Podría colaborar caballero?- el asintió mientras me miraba con cara de bobalicón, a duras penas podía contener mis ganas; pero no podía resistirme a jugar con el. Era como dominar a un toro embravecido con un látigo de seda.- Bien, siéntese por favor.

El se sentó obedientemente dejando a un lado las mantas y revelando el enorme miembro que palpitaba ansioso y  duro como una piedra.

-Vaaaaaya vaya- dije apreciativa -es usted un hombre grande, caballero. "Dios mio, menudo monstruo, es muy distinto viéndola de frente". Ahora me explico los gritos de antes- La agarré con una mano y le dí un lametón en los testículos -Sin embargo, un instrumento tan voluminoso tiene que estar limpio... creo que me encargaré de ello.

Me pasé un minuto largo chupando cada una de las zonas impregnada en semen y jugo vaginal mientras el otro jadeaba con fuerza. Su pene acabó brillando espléndidamente con la saliva de Sally.

-Creo que ya está limpia -la miré con un ojo crítico- sin embargo, creo que está muy nerviosa... tal vez debería calmarla. ¿Que opina usted, señor?¿Cree que es necesario calmarla?

-si... si... cálmala... por favor...-dijo implorante.

-Bueno, creo que si quiere que siga trabajando me tendrá que decir su nombre.

-Soy... soy Marcus... por favor... ¡¡¡CÁLMALA!!!

-Encantada entonces, yo soy Sally -hundí la punta de su polla en mi boca que apenas logró acapararla y empecé a succionar. Marcus empezó a jadear de nuevo y respondió moviendo las caderas. Quería llevarlo al siguiente nivel pero estaba seguro de que no podría metermela entera por el esófago como hizo Jessica, así que envolví su gran polla negra entre mis suaves tetas de leche, apreté y las moví arriba y abajo al ritmo de mi boca.

He de admitir que cuando me suicidé, no pensé que acabaría en el cuerpo de una de las mujeres que odiaba entregado al placer y practicándole una cubana a otro hombre.

-¡joder, me corro... ME CORRO!- Marcus rugió mientras de su verga salía un surtidor de leche que fue a parar a todas partes: a su torso, a la cama, a mis tetas y la parte que correspondió a mi boca me la trague con gusto.

-Mira lo que has hecho- dije fingiendo enfado- ¡Has empapado mis gafas!... ahora tendrás que pagarlo, es lo justo -Me quité las bragas, lo tumbé en la cama y le puse el culo directamente en la cara mientras le agarraba la verga y comenzaba una nueva "limpieza".

"¿Por qué me gustaba tanto comerle la polla a otro hombre?" Yo siempre había sido heterosexual, pero ahora, dentro de ese cuerpo de mis sueños, era todo lujuria... al final supuse que era debido a las hormonas femeninas que Sally irradiaba en su interior.

El negro abrió los labios de mi coño y hundió su lengua profundamente recompensando mi felación con un cunnilingus... e placer era demasiado intenso, sentía una oleada eléctrica que dejaba mi cuerpo débil y jadeante. Sólo anhelaba más.

-Oooohhhh.... ssssssiiiIIIII. Más hondo... no pares.... -Marcus introdujo dos de sus dedos empapados en mi ano sin previo aviso y yo no pude continuar chupando. Acabé con la cabeza encima de su vello púbico mientras disfrutaba como nunca.

El placer fue aumentando... yo me incorporé y empecé un propio masaje en mis tetas disfrutando de su suavidad, de su tacto y de la misma sensación que producía su estimulación. No tardó en venir la ya familiar sensación del orgasmo... un largo gemido, jugos vaginales que Marcus se tragó satisfecho y una placentera sensación de debilidad. Me derrumbé con una sonrisa y descansé un par de minutos mientras el me chupaba mas tetas suavemente.

-Creo que ha llegado el momento -dije mientras me desataba el moño y dejaba que el sedoso pelo de Sally me cayera por la espalda- ¿Cree que deberíamos continuar? -Por toda respuesta, sus manos se cerraron en torno a mi culo mientras su miembro palpitaba entre mis piernas.

-Muy bien -decidí. me agaché y coloqué su glande debajo de mi coño- Estoy en sus... manos, caballero -pasé mis piernas por encima de sus antebrazos haciendo que quedara suspendida en el aire aguantada tan solo por su fuerza -"¡¡¡Venga, metela yaaaaaaa!!!"- supliqué mentalmente.

En los segundos siguientes se sucedieron un cúmulo de sensaciones: algo duro y caliente en mi zona más sensible... esa cosa empieza a abrirse paso por las primeras barreras, que se abren bajo la presión... notaba como iba entrando en mi interior... duro... caliente... se iba abriendo paso por mi vagina. Estaba aguantando la respiración, que en nada dejé ir en forma de gemido de placer y dolor. Jadeaba y gemía, vi como aquella masa de carne desaparecía dentro de mi coño, del coño de Sally... luego la sacó lentamente... y la metió de nuevo muy rápido.

-¡¡¡OH, ooOOOOOohhh... sssssiiiiIIIII, SIIIIIII... GgggGGgggggg!!!- tan solo gemía y balbuceaba cosas sin sentido, jamás había experimentado ni creía poder experimentar un placer tan intenso como el que estaba viviendo entonces. Y a medida que este crecía, el dolor desaparecía.

El ritmo fue aumentando. Cada nuevo embiste entraba en contacto con el útero y producía una oleada de placer indescriptible. El hombretón también jadeaba y emitía gritos roncos mientras sus manos seguían subiendo y bajando mi culo y sus caderas respondían al mismo son.

-¡¡¡AH, AH, SIIIIIII... MARCUS... MAS DURO... OH... MARCUS... ADORO TU POLLA... OOOOHHHH!!!- me apreté los pechos fuertemente. En ese momento supe con certeza que me iba a volver adicto a esto- creo...¡OOOOHHHH!... creo que me voy a corr...AH... a correr...

-¡¡¡JODER NENA, JODER ME CORRO, OOHHHH!!!- Me tumbó en la cama y me siguió penetrando mientras el semen salía en calientes chorros de su miembro que derramó sobre mi vientre al sacarla. Siguió gritando mientras se la sacudía con fuerza y yo gozaba de mi propio orgasmo, uno como no había sentido nunca antes... ni masturbándome ni con el cunnulingus.

Marcus quedó tendido en la cama jadeando. Yo me volví hacia el y le pegué un suave lametón en la oreja. Luego que quedé tumbada encima suyo apoyada en los brazos y mis tetas de leche aplastadas sobre su negra piel.

-Dime Marcus... ¿Tienes novia?- El me sonrió, embobado como quien contempla un ángel con el que acaba de practicar el coito mientras me seguía tocando el culo... lo consideré respuesta suficiente.

-"Creo que seguiré siendo Sally un tiempo más"- decidí sonriendo al mismo tiempo .