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Vacaciones en familia: En la playa con mi nuera

en Amor filial

- Noe, cariño, ¿nos vamos ya? Así podremos comer prontito y pillar las mejores horas del sol. Ya he pedido en Es Ministre que nos preparen una ensaladita y un arroz caldoso de bogavante en una mesa a tocar la arena. Así disfrutaremos de las vistas y la comida a la vez! Mi amiga Lali, me dijo ayer que sabía de buena tinta (o mejor, de buen polvo…) que hoy estarían también los de la selección holandesa de vóley allí y ya sabes: no tienen desperdicio, ni pudor.

- Vale Anna, pero ¿qué nos llevamos?, porque llegaremos a la hora de comer. Yo sólo he cogido el vestido que llevo puesto, una toalla y el iPad, a ver si acabo de leer la novela gurrindonga que me ha regalado tu hijo. Bueno, aparte de la crema para el sol, que siempre tengo las tetas y el coñito muy sensibles el primer día de playa… ¿Cojo un bikini?

- Mejor un sombrero, Noe, total la playa es nudista y nos  lo vamos a quitar todo en cuanto nos levantemos de  comer. Si ni te has puesta bragas… Me voy a quitar las mías, así vamos parejas, aunque me voy a llevar unas por si al irnos las necesito, ya que soy muy mojona y con tanto tío buenorro en bolas… pasa lo que pasa…

Cogimos el destartalado mehari que trajimos aquí hace no sé cuánto tiempo y nos fuimos solas hacia el aparcamiento de Ses Illetes, ya que mi marido y nuestro hijo se habían ido con el barco a participar en una regata desde primera hora de la mañana y nuestra hija Clara no llegaría hasta la semana próxima.

Noe llevaba un vestido blanco, tipo ibicenco cortito, de fino lino y claro, al no llevar nada debajo y con el aire que pasaba en el coche abierto, se le levantaba la falda y desde mi posición, le veía toda su raja al completo y más al tener las piernas despreocupadamente separadas. No la había visto desnuda todavía y me quedé embobada: tenía un coñito precioso, con los labios cerraditos, pero carnosos y además, llevaba un piercing de esos que son una barrita de metal que te atraviesa la capuchita de arriba del clítoris, el botoncito, como yo lo llamo, con una bolita en cada extremo. Lo llevaba completamente pelón y eso hacía que todavía quedase mucho más visual. De pronto oigo un grito: Aaannna, si te gusta mi coño, luego te lo doy enterito para ti, pero ahora… por favor… mira la carretera que nos la vamos a pegar! Haciéndole caso, no sin decirle antes que le tomaba la palabra, llegamos al aparcamiento, que como era de esperar en verano, estaba a tope, pero buscando, buscando, encontramos un hueco y cogiendo del coche lo poco que llevábamos, nos quitamos las sandalias y tomamos el camino hacia una buena comida, para empezar una tarde y noche que resultó rica en placenteras emociones.

Antes de continuar explicándoos el excitante día de playa que pasamos, os pongo al corriente: Noe y nuestro hijo, Pere, llegaron ayer a la casa que tenemos en Formentera. Siempre pasamos dos o tres semanas en verano en ella, además de algunos fines de semana largos o puentes. La compramos hace muchos años a unos conocidos de la isla y después de los importantes arreglos que le hemos ido haciendo, es una maravilla, con total privacidad, bastante grande y cómoda para cuatro o cinco parejas e hijos, una piscina con un rincón íntimo para la sauna, baño turco y zona de relax y lo mejor, un fantástico solárium con vistas a la playa del Migjorn. La hemos disfrutado a fondo mi marido y nuestros hijos, además de algunas parejas y amigos y amigas nuestros muuuy íntimos... Luego os cuento!

Es la primera vez que viene Noe, la pareja de nuestro hijo desde hace año y medio. Desde que llegaron, se comportan como dos adolescentes perdidamente enamorados. Parece que van en serio. Tanto a Angel, mi marido, como a mí nos encanta Noe. Es  una chica divertida, inteligente y sin prejuicios, aparte de preciosa: morena con media melena suelta, cara bonita y equilibrada, con una nariz respingona y un cuerpazo de infarto, con un culito duro y bien definido y unas tetas de buen tamaño en forma de pera, con pezones mirando al cielo. Además, es un coquito: economista y matemática con sus veinticinco añitos, premio extraordinario y no sé qué cosas más. Después del verano empezará a trabajar en el BCE en Frankfurt. Aunque ya la conocíamos, Angel no pudo evitar que sus ojos le diesen un repaso a fondo al irlos a recoger al puerto de San Francesc, lo que aproveché para susurrarle si le gustaría compartir algo más con ella que unas miradas. Creo que Noe me oyó.

Nuestro hijo tiene un año más que Noe, es alto y musculado sin excesos, ya que ha practicado natación y waterpolo a nivel de competición durante más de ocho años y eso, se nota. Es listo, simpático y extrovertido, aunque eso no quita que también sea serio y trabajador (soy su madre y no puedo dejar de presumir de hijo...). Hace dos años que ha acabado ingeniería aeronáutica y está trabajando en una multinacional a caballo entre Toulouse y Barcelona. Sé de primera mano, ya que pocos secretos tiene con nosotros, que sexualmente es muy activo y que además tiene un puntito bisex. Le comprendo, ya que a mí también me gustan tanto los hombres, como las mujeres. Le encanta disfrutar de su cuerpo, lo que sin duda facilita lo bien dotado que nos ha salido y lo poco pudoroso que es, como el resto de nuestra familia, todo hay que decirlo.

Por lo que nos ha contado Pere, su relación con Noe cada vez es más estrecha, a pesar de que ambos son bastante liberales, siempre desde la sinceridad compartida. Los dos han mantenido sus escarceos, lo que tanto Angel como yo vemos bien y  más estando separados muchos días por sus trabajos. Nosotros siempre hemos llevado este estilo de vida y aunque lo hemos hecho con discreción, seguro que nuestros hijos lo han percibido: liberalidad para ser sexualmente activos en todas sus formas, pero celosos de nuestro amor de pareja. Nos ha funcionado muy bien, hemos disfrutado mucho del sexo y hoy, prácticamente treinta años después de iniciar la convivencia como pareja, estamos más unidos que nunca.

Para que os situéis, Angel y yo, Anna, somos pareja desde hace más de treinta años, ambos tenemos ahora cuarenta y nueve. Nos conocimos una tarde en el campus de la Universidad Politécnica de Barcelona. Angel estudiaba segundo de ingenieros en la UPC y yo primero de económicas en otra universidad. Eran los inicios de los ochenta, todo un poco hippy y revolucionario. Ya entonces, Angel era un desbocado, aunque guapo, simpático, listo y también liante como pocos. Yo, hay que decirlo, deslenguada, desinhibida y estaba buena y lo mostraba. Se me acercó y sin más, me soltó el típico ¿cómo te llamas, guapa? Y le respondí: Anna, ¿por qué quieres saberlo? A lo que él me contestó con algo mucho menos habitual: Porque esta noche quiero que la pasemos follando juntos hasta que el cuerpo nos diga basta, Anna. Como a mí a liberada no me ganaba nadie y además el chico me gustó, le dije sin tapujos: por mi vale, pero a ver si cumples, porque yo en el sexo, todavía no he aprendido como se dice basta… Y desde esa noche seguimos juntos, por lo que podéis imaginaros que no me decepciono y creo que yo a él tampoco, de hecho, le enseñé alguna que otra cosita…

Desde los primeros meses de nuestra relación, vimos que no nos íbamos a ser fieles, ya que a ambos nos gustaba, y nos sigue gustando, más follar que comer y pactamos unas reglas básicas: el amor, exclusivo entre ambos, el sexo, pues… con prodigalidad, pero siempre contándolo todo al otro y sin engaños. A los tres años de conocernos, nos fuimos a vivir juntos y dos años más tarde nos casamos, enseguida tuvimos un hijo y luego una hija y así hasta ahora.

Aunque ninguno de los dos provenía de familia pudiente, conseguimos posicionarnos profesional y económicamente en un plazo relativamente breve. Angel, después de trabajar durante unos cinco o seis años en una empresa familiar de diseño y fabricación de componentes electrónicos para el sector del automóvil, aprovechó junto con otro directivo, la muerte prematura del propietario, para comprarles las acciones a la familia y desarrolló la empresa hasta la posición actual, una multinacional puntera tecnológicamente y con una envidiable solidez financiera, con más de quinientos trabajadores y que exporta más del 80% de su producción. Yo, al acabar los estudios, entré en el mundo de la consultoría y actualmente soy socia de una de las principales empresas globales del sector, responsable del área gubernamental de lo que llaman “Iberia”, trabajando entre Madrid, Barcelona y Lisboa, amén de muchos viajes a medio mundo. Esto nos ha permitido llevar una vida desahogada económicamente y aunque hemos tenido etapas en las que hemos dispuesto de poco tiempo libre, desde hace ya unos cuantos años, procuramos disfrutar de la vida como prioridad.

Ambos nos conservamos bastante bien, tanto física como estéticamente. Nos gusta cuidarnos y hacer ejercicio regularmente. Yo soy delgada y alta, he de decir que tengo poco pecho, aunque lo mantengo alto y firme. El culito respingón, duro y bien puesto. Buenas piernas, de atleta, que me gusta enseñar, a veces un punto más allá de lo que algunos entienden como lo decente. Al tener poco pecho, para desesperación de mis padres y de las monjas de la escuela en que estudiaba, nunca he usado sujetador, ni en el trabajo. Voy cómoda y no me incomoda que pueda llegar a enseñar un pezón, no sabéis la de situaciones discretamente excitantes que provoca… o que en el gimnasio me miren las compañeras con sorpresa y a la vez envidia cuando me pongo la blusa directamente sobre mi piel. Como ya desde adolescente me percaté que era bisexual, no imagináis las chicas que me he ligado así en los vestidores si encima me pongo unos pantis o peor, una falda directamente sin braguitas en ese momento, uf… Mi competencia profesional y posición hace que nadie me haya “llamado al orden”, pero sé que más de uno y una no sabe si querría follarme o pegarme una bronca por mi forma de ser…

Angel tiene un tipo parecido al mío: alto, fibrado y delgado, buenas piernas y unas manos con dedos largos y fuertes, que te llegan muy adentro y sabe usar como nadie. No está muy dotado, pero le sabe sacar partido. Tiene una lengua laaaarga y macizona con la que hace ver las estrellas a cualquier mujer, es una delicia que te coma el coñito y el culo, te puede regalar media docena de corridas sólo con lengua i manos, una maravilla. Siempre está dispuesto a experimentar cosas nuevas, es deliciosamente guarro, pero generoso y abierto de miras en el sexo. Le gusta incorporar de tanto en tanto a otra persona en nuestros juegos, sea un chico o una chica y aunque quiere parecer muy machito (una lástima, no sabe lo que se pierde), se deja meter una lengua o dedo descarado en el culete y no le importa dar una chupadita a la polla de nuestro acompañante antes de que le ayude a meterla en mi culito.

Como podéis ver, siempre hemos sido liberales en nuestras relaciones personales y forma de ser. Así, al poco de estar casados, nos iniciamos en el mundo swinger con unos amigos daneses y lo hemos disfrutado y seguimos disfrutando mucho. Otro punto que nos ha llevado a situaciones morbosas, es que a mí siempre me ha gustado ir desnuda cuando se puede, en casa, en la playa, en ciertas circunstancias en el campo,… (debo tener una cierta vena exhibicionista…) y he arrastrado a Angel y más tarde a nuestros hijos a estas costumbres. Ésta es una de las razones por la que compramos la casa de Formentera, podemos pasar los días prácticamente desnudos, haciendo lo que nos viene en gana al aire libre, con parejas y amigos nuestros que solemos invitar habitualmente, con la necesaria discreción de puertas hacia fuera. Últimamente, se nos ha unido en alguna ocasión nuestra hija Clara, que nos ha salido todavía más descarada que yo misma…

Clara es un bombón que reúne lo mejor mío y de Angel. No ha querido estudiar y se ha dedicado al diseño publicitario, con un éxito desbordante a nivel internacional. Se pasa más tiempo en Estados Unidos y Canadá que en casa. A nivel sentimental, es un culo inquieto y folla más y con más gente en un año que nosotros en diez! Siempre fue muy precoz y a los catorce años, me vino un día para decirme que ya era mujer. Había pasado la noche en un hotel con el padre de una compañera, al que perseguía hacía tiempo, porque su amiga le había comentado en más de una ocasión que había oído a su madre decirle a alguna de sus amigas de confianza que su marido era un artista en la cama y Clara ya tenía decidido empezar su vida sexual, pero con buen pié, no quería experimentos con gaseosa, quería que la desvirgase y la acompañase en sus primeros pasos un hombre experimentado y sensible, no un niñato. Es que Clarita siempre ha sido muy madura y planificadora, aunque superficialmente parezca un torbellino. La próxima semana llega a Formentera, veremos si sola o acompañada, con ella nunca se sabe.

Llegamos al restaurante y nos atendió el hijo del dueño, Ciscu, un chico atento y cálido en el trato, al que conocía desde pequeño. Siempre he pensado que tenía una cara oculta, pero nunca se la he llegado a descubrir, aunque a mi parte oscura, le gustaría hacerlo. Lo que sí sé, es que tiene un pollón inmenso, me lo ha dicho mi hijo, ya que navegando juntos todo se sabe y se ve… Se lo comenté a Noe con una discreta sonrisa, pero fue ella la que me sorprendió: Anna, Pere ya me lo ha dicho esta mañana cuando le he comentado que comeríamos en éste restaurante. Hasta me ha sugerido que montarme un trío con ellos dos sería la bomba, ya que uno por delante y otro por el culo me podían llevar a tener un orgasmo cósmico. Vaya con mi hijo!

Nos llevó a la mejor mesa, sobre la tarima dispuesta en la misma arena. Al sentarnos, Noe, traviesa ella, le enseñó el coño en primer plano y Ciscu ni se inmutó. Curioso. Nos trajeron unos aperitivos, como siempre sencillos pero fantásticos y sin tenerlo que pedir, un blanco Gewürztraminer de Enate que él sabe que me encanta fresco pero no en exceso. Mientras llegaban las ensaladas, repasamos a los comensales cercanos. Descartando a guiris más rojos de un langostino de San Carles y a otro personal que no nos motivaba, ya me entendéis, Noe se fijó en una pareja de rubios en la trentena, seguramente nórdicos o centroeuropeos, realmente guapos, morenos, pero no quemados, elegantes pero sexis. Al ver que les mirábamos, ella hizo un leve movimiento con el hombro y se le cayó el tirante del escotado vestido que llevaba, dejando a la vista una teta dorada, más bien grande, redondita y con un pezón grueso y apreciable. Sin inmutarse, cuando vio que ambas se la habíamos visto a conciencia, se lo subió despreocupadamente. Me gustó la chica y el gesto. El nos devolvió la mirada con una sonrisa.

Algo teníamos que hacer… Como era yo la que estaba de cara a su mesa, le dije a Noe: ponte un poco de lado, que voy a enseñarles algo que les gustará y quiero que lo vean bien. Anna, que guarra que eres, ¿les vas a enseñar el coño?, me contestó. Claro, qué si no. Discretamente, me subí la falda por delante y abrí mis piernas en su dirección cuando ellos nos miraban, mmmm, ambos sonrieron y ella pasó su pié por encima del paquete de su compañero, mirándome con cara de vicio y yo, pues, pues, me mojé como una cría.

- Noe, esa chica me ha mirado de una forma tan viciosa que me he mojado hasta las bragas que no me he puesto! ¿Te apetece tontear un poco? Ellos justo acaban de pedir. ¿Les invitamos a nuestra mesa?

- Déjamelo a mí, Anna. Mira como me han puesto a mí, me dijo, señalándome con la mirada sus enhiestos pezones. Creo que como mínimo pasaremos un rato entretenido comiendo con ellos, aunque yo tengo la esperanza de que podamos ir mucho más allá. Ya me ha dicho Pere que tú no te vas a cortar, eh suegra… Yo me ocupo.

Noe se levantó y fue directa hacia ellos, se dirigió a la chica, le estuvo hablando, risas, miradas entre ellos y a mí, gestos y de pronto le da un piquito por la cara, que ella acepta con una sonrisa, llaman al camarero para que arregle la mesa y vienen los tres hacia nuestro sitio. Nos presentamos en inglés, pero ellos insisten en hablar en castellano, lo hablan suficiente para entendernos y lo que no saben, pues lo dicen en la tristemente lengua franca que es el inglés.

Resulta que son fineses, viven en Helsinki y vienen desde hace años de vacaciones a Eivissa (Ibiza) aunque este año se han decidido a pasar unos días en Formentera, a menos de media hora en barco de su isla habitual. Le han dicho a Noe que ella se llama Heli y él Antti y que son pareja desde hace cinco años. Heli nos comenta ente risas, que tienen una hija, pero que la han dejado en Finlandia con sus padres porque en estas vacaciones, siempre vienen a divertirse y algunas de las diversiones que les gustan, no son para ir con niños, nos explica entre risas cada vez más sonoras.

- Anna, veo que tú y tu amiga sois muy bonitas y desinhibidas, nos dice Antti. Gracias, cariño, le contesto. Vosotros no nos vais a la zaga. Heli tiene un pecho precioso, el resto ya nos lo enseñareis, ¿verdad?, pero aunque ya vamos siendo amigas y mas que lo seremos, eh Noe, ella es la mujer de mi hijo, ja, ja.

Nos trajeron nuestras ensaladas y para ellos un arroz ciego. Lo compartimos todo entre los cuatro y nos empezaron a contar que venían aquí porque les encantaba el naturismo, el clima y el mar de esas islas y además, como eran una pareja liberal, en Eivissa podían practicar sexo abierto, aunque se habían encontrado un ambiente con demasiadas drogas y bastantes parejas de circunstancias, lo cual no les acababa de encajar, pero lo pasaban bien de todos modos.

Noe y yo nos miramos, nos pedimos con los ojos la aprobación mutua y en nombre de nuestras parejas y me lancé: Oíd, no nos conocemos demasiado, pero nos gustasteis a primera vista, si también os gustamos, os podemos invitar a nuestra casa esta noche y estamos seguras que pasaremos una velada inolvidable los seis, con nuestros maridos. Acabemos la comida, nos vamos a tomar el sol a la playa, lo acabamos de hablar y de paso os explico todo lo que queráis de la isla, ya que hace más de quince años que venimos.

Nos acabamos nuestro arroz caldoso y su pámpol al horno y después de unos postrecitos ligeros, nos levantamos y nos fiemos andando hacia la playa. Noe cogió a Heli por la cintura y Antti me pasó su brazo por los hombros. Me gusta esta pareja!.

Llegamos a la zona más estrecha después del primer montículo, buscamos un lugar, extendimos las toallas los cuatro y nos desnudamos. Ni Noe ni yo llevábamos nada debajo, con lo que poco tardamos. Noe dejo con la mirada perdida y la boca abierta no solo a nuestros compañeros, sino a media playa al coger el dobladillo de su vestido y sacárselo parsimoniosamente por la cabeza, dejando ver cada segundo un trocito mayor de su envidiable cuerpo. Cuando Heli vio su piercing genital, alucinó en colores. No estaba muy morena y aunque poco, se podía apreciar la marca más clara de haber tomado el sol con la braguita del bikini.

Yo me quité primero la falda, me gusta dejar antes mi pubis a la vista que mis tetas, luego el top. Normalmente me recorto los pelitos cortitos y me quito todos los de los labios y del culete, pero me dejo un triangulito breve en el monte de venus. Así son más agradecidas las comidas de coño y se puede hurgar en el ano de forma más limpia. Mas morena y sin marca alguna, se notaba que ya llevaba una semana en la isla.

Antti se quitó su ropa, llevaba un bañador a medio muslo y una camisa. Iba totalmente depilado y tenía una polla preciosa, larga, sin circuncidar y no muy gruesa, mmmm, deliciosa para encularme! Desde muy jovencita, me encanta el sexo anal, soy capaz de correrme sólo trabajándome el ano, siempre que se haga en condiciones y por parte de alguien con experiencia y sensibilidad. Le dispensé una mirada profunda y viciosa, de la que se percató y aprobó Heli. Nos lo íbamos a pasar muy bien…

A mi lado se quedó Heli. También llevaba un vestido entero. Aunque se lo podía haber quitado de un tirón, sin desabotonárselo, decidió empezar desabrochándose los botones del pecho. Sabía cuál era su mejor atributo y quería mostrarlo despacito y sensualmente. Creo que Heli es una coqueta de mucho cuidado. Se quedó con un tanga negro sin costuras, que le hacía un culo envidiable y le marcaba unos labios gruesos y abiertos. Se lo quitó inmediatamente, dejando a la vista un coñito tan pelón como el de Noe, con una precioso pulpito tatuado en colores azules y amarillos en el pubis.

- Noe, vas a quemarte como no te pongas protector inmediatamente le dijo Antti, a lo que ella le dio el bote y le pidió, mirando a Heli con una sonrisa, que se lo aplicase a conciencia por todo el cuerpo. Se acomodó relajadamente boca arriba, cerró los ojos y esperó. Antti no perdió el tiempo y empezó un cálido y sensitivo masaje, desde los pies a la cabeza. Cuando llegó a la zona genital, miró a Noe, que segía como ausente y espero alguna indicación. Como no le decía nada, él empezó a repartir la cremita en la cara interna muslos arriba, hasta tocar levemente su coño, sus labios, su botoncito. Entonces Noe le dijo con voz cálida y susurrante: cielo, ponme crema en mi coñito sin miedos, estoy muy cliente y me puedo quemar… aprovecha, que todavía no me he corrido desde que he llegado a Formentera y no quiero llegar a la noche sin haber disfrutado de un buen orgasmo.

Antti siguió acariciándole su sexo, subiendo a sus tetas, volviendo a jugar con su piercing y al subirlo y bajarlo, le refregaba el clítoris y claro, Noe se corrió. Dejó la toalla mojada de sus flujos, era como yo, mojona y eso, me gustó. Se dio la vuelta y le dijo: ahora por detrás y no olvides el culo! El pobre Antti ya tenía la polla como un burro a punto de montar hembra. Los vecinos le miraban con sorna y también con envidia, todo hay que decirlo…

Mientras, yo empecé a repartir el protector a Heli, le masajeé los pechos sin ambigüedades, con una clara intención sexual, aparte de esparcirle el protector, claro. Le pellizque esos deliciosos pezones tan prominentes. Se le pusieron duros como dedales. Se los quería chupar, pero lo dejé para más tarde, ya estábamos dando suficiente espectáculo a nuestros vecinos. Acabé de repartirle el protector solar por todo el cuerpo, no sin recrearme un poco en su coñito. Entonces descubrí un hilo escondido entre sus pliegues. ¿Qué es eso Heli? Uuuy, es que tengo la regla y me he puesto un tampón, creo que hoy es mi último día, pero no te preocupes que a Antti le encanta ocuparse personalmente de mi higiene íntima, especialmente esos días de rojo, es un chico deliciosamente guarro! Al oírla, sencillamente, me corrí y le pringué todas sus piernas con mi flujo. Creo que ella también tuvo un orgasmo al notar mi corrida.

Noe acabó de recubrir a Antti de protector, sin olvidar su erecto y turgente falo. Cuando se lo estaba repartiendo por la espalda, aprovechó para introducirle dos de sus finos dedos, bien untados, de un golpe, en su culo. Él le pidió que le metiese otro y le acariciase también la polla para correrse, pero con buen criterio, Noe le dejó bien protegido del sol, pero con un desesperado empalme, no sin susurrarle suficientemente alto para que nosotras dos lo oyésemos (y creo que algunos otros, porque a nuestros dos vecinos se les pusieron sus cipotes como estacas): no te aflijas, esta noche mi chico te follará el culo hasta que digas basta, mientras yo te hago una mamada como nunca te la han hecho… y… hasta a lo mejor mi suegra nos ayuda…

Después del reparto interesado y mutuo de protector, nos fuimos a bañar, aprovechamos uno y otras para limpiarnos los resultados de nuestros “masajes” playeros, jugamos un poco, se nos escapó alguna mano, él nos restregó su polla, yo aproveché para acariciar el coñito a mi nuera y descubrir el tacto y el efecto de mi mano en su piercing, en fin todas esa cosas que se hacen con los amigos en la playa…

Estuvimos un par de horas más estirados, tomando el sol y hacia las cinco y media nos vestimos y nos fuimos andando hasta los coches. Quedamos con Heli y Antti a las diez para una cena informal, un baño y … lo que nuestra imaginación nos deparase. Les di las indicaciones para llegar y el teléfono de casa por si se perdían. Nos despedimos con un morreo en toda regla entre nosotras y cada uno de ellos y les di un último consejo: Venid sexis pero elegantes para la cena. Si os queréis quedar a pasar la noche, podéis contar con ello.