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Mi chantaje (1)

en Autosatisfacción

Hola chicos y chicas de TodoRelatos, soy Dulce, aquí estoy de nuevo relatando otra experiencia de vida que tuve, varios de ustedes ya me conocen por mi descripción, pero para los que es su primera vez, me describiré rápidamente, soy más o menos alta, mido 1,67, cabello negro al hombro, delgada, piernas bien formadas, labios delgados, ojos cafés, y mis medidas son, 85 - 65 90.

Bien, entremos en materia, hace ya algún tiempo que me chantajearon, y me obligaron a tener sexo sin mi consentimiento, todo esto sucedió cuando yo tenía 19 años, y fue con mi primo con quien me obligaron, claro, al final, terminé disfrutando como nunca, y mi primo se convirtió en mi amante.

En aquellos tiempos como ya mencioné, yo tenía 19 años, hacía ya tiempo que había descubierto mi sexualidad, y por lo tanto ya tenía sexo abiertamente, pero nunca preví lo que me sucedería, además, estaba viviendo sola en un departamento lejos de donde vive mi familia.

Fue en un día cualquiera, bueno, no tan cualquiera, faltaban escasos 3 días para el día del amor y de la amistad, y yo me encontraba realizando algunas compras para ese día tan especial, cuando recibí una llamada a mi celular, -¿Bueno?.-, y una voz grabe del otro lado de la línea me contestó, -Dulce, no digas ni hagas nada precipitado, pero tenemos a tu familia con nosotros, si no quieres que les pase nada, será mejor que hagas exactamente todo lo que te digo, ¿entendiste?-, como se podrán imaginar, en el momento me puse muy nerviosa,

pero tan fría y firmemente como pude, le dije, -No te creo-, y colgué mi teléfono.

Inmediatamente busque el numero de la casa de mi mamá, solo quería saber si estaba bien, y cuando lo marqué, y me contestaron, me quedé fría por lo que escuché al otro lado de la línea, -¿no me habías creído verdad?, como ya te había dicho, tengo a toda tu familia, y de ti depende que salgan de aquí con vida-, me quede fría en el lugar en donde estaba, mirando para todos lados, y con algunas lágrimas

asomando a mis ojos, dije con la voz apagada, -esta bien, ¿Qué quieres?.

-Muy bien, escúchame con atención, se perfectamente que estas en un centro comercial, así que quiero que salgas, vallas a tu departamento, y te encierres ahí hasta que yo te vuelva a llamar, como ya te pudiste dar cuenta, te vigilo estrechamente, así que cualquier tontería que hagas, tu familia lo pagara-, y después de esto, colgaron el teléfono, y yo me quede como de piedra ahí donde estaba, después de algunos minutos, me fui recobrando lentamente, y poco a poco me dirigí con mis compras a pagar, para salir inmediatamente a

mi departamento.

Al llegar a mi departamento, cerré la puerta con todos los seguros que tiene, dejé las compras sobre la mesa, y me dedique a cerrar todas las ventanas y puertas con seguro, con la intensión de que nadie pudiera entrar, cuando terminé, me encerré en mi habitación, y me eché a llorar de impotencia encima de mi cama, cuando escuche sonar de nuevo mi celular, rápidamente me sequé las lágrimas, y contesté,

-¿diga?-, -que bien que hagas lo que te pedí-, me dijo algo seria aquella voz, -dime, ¿y crees que cerrando todo y poniendo seguros y

candados por aquí y por allá te vas a librar de mi, o vas a salvar a tu familia?-, esta vez me lo dijo algo divertido.

-¿De que estás hablando?-, le dije yo un poco, o más bien, muy asustada, ¿como era posible que supiera todo lo que hice al llegar?, pero

la respuesta no tardo en sonar en mis oídos, -¡ja ja ja!, mientras estabas en el centro comercial, me dediqué a colocar algunas cámaras en

ciertos lugares de aquel bonito departamento, por supuesto, dichos aparatos están ocultos en donde no puedas encontrarlos tan

fácilmente, así que no conviene que hagas nada fuera de lo normal, ni que llames a nadie ya que también intervine tu teléfono-, si ya antes

estaba asustada, ahora estaba aterrada, se había metido a mi departamento mientras yo no estaba, lo peor era que no había tenido que

forzar la cerradura.

-De acuerdo, ¿Qué es lo que quieres?-, le pregunte ya bastante aterrada, -lo que quiero es sencillo, por el día de hoy puedes estar

tranquila, pero mañana a la hora que quieras, vas a ir de nuevo al centro comercial, y entraras a una de esas tiendas que se dedican a

vender lencería, vas a comprar el conjunto más sexi que tengan, recuerda que te vigilo, y si no lo haces, tu familia pagara, bueno, después,

regresaras a tu casa, y buscaras la ropa más sexi que poseas, te darás un buen baño, lavándote todo a conciencia, después te vestirás

con lo que tienes, y esperaras mi llamada, ¿entendiste?-, -pero ¿para que quieres que haga todo eso?-, replique casi con un susurro, -eso

es algo que no te importa por el momento, ya te enteraras, has lo que te digo, o empezare por tu mami, recuerda que ella es muy nerviosa,

y cualquier susto fuerte, puede entrar en una crisis-.

Después de esto, se cortó la comunicación, y yo me quede sentada en mi cama, con el teléfono en las manos, llorando de rabia e

impotencia, no sabia que hacer, lo único que sabia era que aquel tipo tenia razón, mi mamá es muy nerviosa, y de cualquier cosita se

asusta, así que decidí hacer todo lo que aquel hombre, si es que se le puede decir así, me pidió, pero lo de la ropa lo haría ese mismo día,

así que me levante resuelta, y me dirigí a mi armario,, empezando a mirar toda mi ropa, después de algunos minutos, me decidí por una

minifalda, vaquera, cuya bragueta estaba a un lado, e iba de arriba abajo, una blusita de licra, de color negro, que se ceñía perfectamente a

mi cuerpo, y unos zapatos de tacón alto, y de color negro.

-Hola, buenos días Dulce-, me dijeron al otro lado del teléfono, voltee a mirar el reloj, eran ya las 9:00 A.M, me había quedado dormida

después de llorar por un buen rato por la noche, -hola-, respondí todavía con voz de recién despertada,  -hoy es el gran día, ¿estás lista?-,

al escuchar eso, me senté en la cama como impulsada por un resorte, al contestar el teléfono, había olvidado el motivo por el que estuve

llorando en la noche, pero al escuchar aquellas palabras, me llego a la cabeza todo lo que había sucedido el día anterior, -por favor, no me

hagas hacer nada feo ni vergonzoso-, -no te preocupes, lo que vas a hacer, es algo que te va a gustar-, -pero…-, -pero nada, ahora

levántate, y métete a bañar, te quiero bien limpiecita de todas partes, y cuando digo “de todas partes”, es de todas partes, ¿entendido?-,

-si, está bien, pero, ¿mi familia está bien?-, -tu familia está excelente, y puede estar mejor, todo depende de ti y de que tanto cooperes-, se

termino la llamada y caí de nuevo en la cama con los ojos cerrados, no tenía opción, tenía que hacer todo lo que el me pedía y me pediría a

lo largo del día, por lo visto, sería el día más largo de toda mi corta vida.

Me levanté muy lentamente de la cama, y con flojera me dirigí a la regadera, al llegar al baño, dejé la toalla en el retrete, y me comencé a

desnudar muy lentamente, realmente no quería hacerlo, eso de hacer cosas por y para aquel tipo, pero mi familia estaba de por medio,

´hasta ese momento caí en la cuenta de que la noche pasada me había quedado dormida con la ropa puesta, no me había cambiado, me

quité la blusa, y también el pantalón, quedándome solo con una tanguita azul eléctrico de encaje, me miré en un espejo frente al lava

manos, me veía espectacular apenas vestida con aquel conjunto, y me sonreí a mi misma, después, sin quitarme del espejo, me quité el

brasier, dejando al aire mis tetas, con mis pezones de rosadas aureolas, firmes y redonditas, luego me quite mi tanguita, dejando ver mi

rajita con una leve capa de bellos, eso si, bien recortaditos, me mire así como estaba, desnuda y mi sonrisa se ensanchó.

Al verme así desnuda, se me olvido al instante todo lo que pasaba y pasaría, y no pude evitar excitarme, me senté sobre la taza del baño y

subí las piernas abriendo mi vulva,, acerqué la mano temblorosa, empecé a deslizar mis dedos sobre los húmedos labios vaginales y no

tardé en dedicarme a mi clítoris, empecé a gemir ligeramente a medida que mis propias caricias iban en aumento, sabía muy bien el ritmo

que me convenía, y esa mañana pensaba recrearme para conseguir el mayor placer posible.

Cuando me introduje uno de los dedos volví a cerrar los ojos, no necesitaba mucho para alimentar la excitación, pero siempre me gustaba

y me gusta pensar en cosas, a veces en ex novios, a veces en pequeñas situaciones muy lejanas, a veces en famosos o personajes de

películas, en algún que otro amigo, pero todos siempre enseñándome la verga colgando entre las piernas, al imaginar esto, me vine

gimiendo de placer mientras mis dedos no dejaban de introducirse con pasión en mi raja.

Tras el intenso orgasmo me levanté de la taza con las piernas temblorosas y el pulso acelerado, me acerqué a la regadera, abrí las llaves

del agua, y deje que el agua caliente recorriera mi cuerpo para tranquilizarme. Después de bañarme, me enredé la toalla en mi cuerpo,

recogí mi ropa, Salí del baño, y me fui caminando lentamente a mi recámara, cuando entré y vi la ropa acomodada en la cama, súbitamente

recordé lo que estaba pasando, y un feo escalofrío recorrió mi cuerpo.

Me senté en la silla de mi escritorio, sin dejar de mirar la ropa que me pondría ese día, no podía creer que yo estuviera en aquella

situación, de chantaje, que la verdad, no sabía a donde iba a ir a parar todo esto. Después de algunos minutos, me levanté y caminé

resueltamente a la cama, para vestirme, claro, no sin antes colocarme crema por todo mi cuerpo, y después, ahora si me vestí, cuando

terminé de hacerlo, me miré en el espejo de atrás de la puerta de entrada a mi cuarto, y la verdad, es que me veía espectacular, tan solo me

faltaba maquillarme, ya que andaría con cabello suelto.

A los pocos minutos de terminar de arreglarme,  volvió a vibrar mi celular, -diga-, contesté algo nerviosa, -¿estás lista querida Dulce?-, me

dijo aquella voz ya tan familiar para mi, -si, ¿que quieres?-, respondí resignada, -bien, para empezar, te e de decir que te ves muy bien con

esa ropa, muy sexi y sensual e de agregar-, me quedé fría, y sin habla, por lo que el prosiguió hablando, -hmmmm, esa faldita vaquera que

delicia, y esa blusita, se pega tanto a tu cuerpo, que la verdad, me encantaría estar ahí para arrancártela, pero en fin, veo que no dices

nada, entonces, quiero que salgas de tu departamento, y vallas a dar una vuelta, no quiero que regreses hasta dentro de dos horas, y

encontraras una sorpresa, a partir de ese punto comenzará la verdadera fiesta-, el se rió y a continuación se terminó la llamada.

Me quedé ahí de pie en medio de la habitación, con el celular en la mano, poco a poco la fui bajando, y mientras lo hacía, comencé a

preguntarme qué era lo que iba a pasar ese día, todavía no bajaba por completo la mano, cuando volvió a vibrar mi teléfono, era solo un

mensaje de un número desconocido, el cual decía así, "no olvides lo que te pedí ayer que hicieras hoy, eso de la lencería. P.D: muy bueno

el detalle de no llevar ropa interior. P.D 2: recuerda, te quiero ahí en el departamento en 2 hrs, apresúrate, te quiero fuera de ahí en 5 min.

besos", hasta ese momento caí en cuenta de dos cosas, 1.- el tipo tenía razón, no llevaba ropa interior, y 2.- que el tipo en verdad tenía

cámaras ocultas y estaba viéndome en todo momento, no podía ser, cuando me vestí, estaba tan absorta en mis propios pensamientos,

que olvidé mi ropa interior, y ya no tenía tiempo de ponerme una, entonces recordé lo de la lencería, el tipo me había dicho o más bien

exigido, que hoy fuera a una tienda de ese tipo de ropa, y comprara la más sexi y sensual, así que ya sin tiempo, tomé una decisión, y agarrando mi bolso de la cama, me salí del departamento.