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Mi cuñada – 9

en Amor filial

Como ya son varios lectores los que me han pedido que no escriba en negrita, lo cambio y lo escribo normal.

Estaba enfadado con Paula, por no haber cedido con Olalla. Ya que la pobre se había decidido a tomar la iniciativa, va ella y lo estropea con su estúpida hipocresía, se acostaba con su cuñado y se ponía como adalid de la moralidad. No se los días que pasaron cuando Olalla se hizo la encontradiza conmigo, en el camino a casa, que con la disculpa de andar un poco que le venía bien al embarazo dejo al marido en casa. Muy afectada se puso a hablar conmigo.

Olalla – Hola Rober, lo he intentado, pero Paula me ha dejado cortada, no le tenía que haber insinuado nada, menuda vergüenza me da ahora.

Yo - ¿Pero qué paso?

Olalla – Pues le conté lo nuestro y que podíamos los tres probar, pero sin hacer nada ella y yo y se puso muy mal, me dio tanta vergüenza que me levanté y me fui.

Yo – ¿No has hablado más con ella?  

Olalla – Ni la he llamado ni me ha llamado.

Yo – Seguro que te llama, es que está muy ocupada con la oposición. A nosotros tampoco nos hace caso.

La conversación se terminó ahí y cada uno nos fuimos por nuestro camino. Desde el día que Paula me la chupo y luego beso a Ignacio, no habíamos tenido nada más, aunque ella no paraba de provocarme para tener contacto conmigo y como la evitaba por la noche andaba desenfrenada y mi hermano no le daba lo que ella necesitaba. Pude hasta oír bien entrada la noche y cuando se suponía que todos dormíamos y entre los ronquidos de Ignacio, como se masturbaba. Yo desde ese día, siempre trataba de llegar e irme de casa con mi hermano y cuando estábamos todos juntos, no me separaba de mi hermano, aun cuando ella me hacía señas para que acudiera donde ella estaba. Esa noche mientras ella preparaba los ejercicios, me escribió una nota, porque mi hermano estaba en el mismo sitio viendo la tele.

Paula – Me estas puteando y no me gusta.

Yo – Te puteas tu sola.

Paula – Si es por lo de Olalla, que sepas que la tantee, pero no hay nada que hacer.

Yo – Eres una mentirosa, os oí hablar y escuché toda la conversación. Después de esta mentira no tenemos nada que hablar.

Recogí todas las notas y me las llevé. Luego me despedí por esa noche y me acosté. No sabía que podía ocurrir ahora. Mi cuñada hablo con mi hermano, que la esperase que ahora bajaba, que iba un momento a la habitación. Me alcanzo entrando en mi habitación. Me soltó, vale te he mentido, pero es que no me hace gracia, ni me apetece acostarme con otra mujer y como eres un testarudo, por eso mentí. Me tienes todo el día caliente y me duele que pases de mí. Pídeme otra cosa que la hago, pero no eso. Pues si se me ocurre algo y mucho más fácil y Paula esperaba que continuara, me hice un poco el interesante, para decirle, que invitara a Olalla, que tenía que vestirse muy provocativamente para provocar a Olalla y para excitarme a mí, que luego nos la despachábamos con cualquier excusa y follaríamos a costa de ella. A Paula le pareció bien y acepto, me dijo que me esperase que la llamaría y si mañana ella podía que sería mañana mismo. Me volví a bajar con mi hermano, que se extrañó al verme y me dijo si había pasado algo, simplemente que no tengo sueño.

Mi cuñada se puso a hablar por teléfono, pero se apartó de nosotros y no podía escuchar lo que hablaba mi cuñada. Me hizo una seña para que fuera y me levante a por agua. Me dijo que ya estaba hecho. Yo no me fiaba de mi cuñada, tenía el número de móvil de Olalla y quise comprobarlo, antes de irme me agarro bien mi rabo y me decía que mañana se iba a empachar de él. Le dije que esta noche no hiera nada ni sola ni acompañada y me lo prometió, me fui definitivamente a mi habitación y antes le dije a mi hermano, que si mañana no me levantaba que no me despertara. Lo hice para dejarme una puerta abierta por si mi cuñada me engañaba. Mande el típico wasap con un chiste a Olalla, al rato me llego la contestación diciéndome que era muy gracioso y también diciéndome que Paula la había llamado. Automáticamente le conteste que si podía me llamara, que por mensajes no podía y ella me puso que le diera un poco de tiempo que su marido estaba a punto de irse a la cama. Yo tenía mi móvil en vibración y me llamo. Yo hablaba en tono bajo y ella también. Me aviso que si colgaba era porque su marido estaba por allí. Le pregunte que le había dicho Paula. Que fuera temprano a tomar café y a hablar, que últimamente no se llamaban. Que ella le dijo que sí. Le pregunte de forma directa si estaba dispuesta al trio y ella me contesto que sí, pero que el problema no radicaba en ella. Tu vente vestida muy provocativamente, para poner cachondo a cualquiera y en el momento apropiado me sigues el juego. Como voy a salir así por la calle, que me ve todo el mundo. Con el frio que hace, saldrás abrigada imagino yo y como la gente no tienen rayos X, nadie vera lo que llevas debajo.

Por las mañanas mi cuñada siempre aireaba la casa, al salir de mi habitación para ducharme, hacía un calor agobiante. Baje ya vestido a la cocina y mi cuñada que estaba sola. Perplejo me quede por su forma de vestir, llevaba ropa de verano más que de invierno, unos pantalones cortos, enseñando cachas del culo y una camiseta con escote de pico y muy ajustada y marcando mucho pezón. Ahora entendía el calor, ella me pregunto si así estaba bastante provocativa o era necesario más. Me hizo un numerito de sentarse y se le veía un poco el coño. Me parecía excesivo, pero era preferible así. Llego Olalla y abrí yo la puerta, nada más verme me dijo que vergüenza, si me llega a pasar algo y abren el anorak. Que era el de su marido, porque el suyo no lo podía cerrar. No sabía porque lo decía hasta que llegó Paula y le ayudo a quitarse el anorak. Al hacerlo falto nada para que se le saliese una teta. Mi cuñada se quedó tan atónita como yo. En ese momento supe que follaríamos los tres.

Mientras Olalla se sentaba en el salón, Paula me pidió que la ayudara y le extraño que hubiera venido de esa manera. Solo se me ocurrió decirle para que no se alertara, que eso era que me quería poner cachondo para que la follara, que llevaba mucho sin hacer nada y para picarla también le dije que seguro que lograba provocarme más que ella. Paula no me respondió, pero sé que eso le pico bastante. Pasada media hora no avanzaba nada entre ellas, conmigo sí, porque las dos me enseñaban de todo y mi rabo estaba insoportable ya. Las dos estaban sentadas en el mismo sillón en el más grande y yo enfrente, pero ya me cansé de esperar, me senté al lado de mi cuñada y quedo en medio de Olalla y de mí. Como estaba sentada casi de lado, no del todo, con un brazo apoyado en el respaldo mirando a Olalla, yo con mucho tapujo, fui tocando con un dedo parte de la cacha de su culo y también rozando su coño, pero de eso solo se daba cuenta ella, porque Olalla no lo podía ver. Paula en lugar de poner algún impedimento, acepto mi provocación, porque cambio las piernas para cruzarlas de otra manera, dejándome las cosas más fáciles. Tan fáciles que enseguida note como su pantalón se humedecía, dejando una señal evidente.

Mientras tocaba a Paula, miraba a Olalla y le sacaba la lengua, me mordía los labios y debía de estar resultando, porque sus pezones cada vez se notaban más. Me costó bastante, pero logre separar parte del pantalón de mi cuñada. Ahora mi dedo con mucho cuidado se podía ir metiendo un poco dentro de su coño, pero solo un poco porque la postura no me permitía más. El sentir como se me mojaba el dedo hacia que mi rabo quisiera salir de su prisión. Paula debía de estar muy excitada, porque con leves movimientos, se ponía en mejor posición y mi dedo entraba y salía ahora más. La que más hablaba era Olalla y se les notaba que estaban nerviosas. To do tomo otro cariz cuando empecé a usar dos dedos, al principio costaba, pero una vez que logré introducir las yemas, los metí casi de golpe. Ahí fue cuando Paula no pudo aguantar soltar un gemido espontaneo y Olalla entonces se movió y miro y le dijo a Paula que era una gran puta. La respuesta de Paula fue descruzar las piernas del todo y gemir ya sin contenerse. Pasando de lo que le decía su amiga. Apoyo su cabeza sobre sus manos que estaban en el respaldo y coloco mejor su culo.

Olalla no perdía detalle y se la veía que no sabía qué hacer. Estaba cerca, muy cerca viendo mis dedos empapados del coño de Paula y como entraban y salían.  Alce mi cabeza y saque mi lengua, Olalla acerco su boca y nuestras lenguas se encontraron. Luego puse mi cara en su escote y lameteé su hendidura. Ella saco sus tetas y me puso un pezón en la boca, que yo lamia con muchas ganas y ella me acariciaba muy sensualmente mi cabeza. Pare un momento y baje los pantalones de mi cuñada, viéndose perfectamente el culo y su coño, estando los labios brillantes. Agarre una mano de Olalla y trate de llevarla hasta el coño de su amiga, pero dio un buen tirón, soltándose de mí. A continuación, quite la parte de arriba se mi cuñada y se quedó en pelotas. Yo me desnudé también y luego hundí mi cara por detrás del culo de Paula, que estando de rodillas sobre el sillón recibió mi lengua con mucha alegría.

Sentí que me acariciaban mis testículos suavemente, me daba mucho gusto y algo que no me esperaba, sentí una lengua en mi culo. Me quede sin saber muy bien que hacer, hasta que note como me empezó a hacer una paja, que fierecilla de mujer. Cada vez lo hacía con más énfasis y eso me estaba volviendo loco. Paula me pedía que se la metiera que estaba por llegar que le quedaba muy poco. Me incorporé y en esa posición le metí el rabo hasta lo más profundo. Olalla me acariciaba por detrás mientras me follaba a mi cuñada, me lamia el cuello y me besaba en la boca también. Otra vez que quise que se acercara a mi cuñada e hiciera algo, pero otra vez que se quitó, no había manera. Me gustó mucho ver su cara y como se mordía los labios cuando oyó a Paula llegar al orgasmo y como se explayo gritando.

Saque mi rabo todo mojado y se lo puse a Olalla para que me lo chupara, pero primero paso una y otra vez sus manos hasta que lo seco prácticamente y dio un par de lengüetazos, pero le daba apuro comer mi rabo después de haberme follado a mi cuñada. Los tres lo entendimos y nadie dijo nada. Me ofrecí a colocarme en la postura que ella prefiriese y Olalla decía que la última vez se asustó mucho cuando me fui, que le estuvo doliendo varios días. No me quedo más remedio que preguntarle si entonces no quería nada. Olalla estaba muy dudosa y decía cosas que yo no lograba entender, lo que más decía, era que lo mismo yo no quería. Ya estaba harto porque no entendía a donde quería llegar, Paula fue la que deshizo el entuerto. Cuñadito a lo que se refiere es que por detrás no le importaría intentarlo si tú quieres. Tarde en caer a que se refería y yo dije que nunca lo había hecho por ahí, pero que no me importaba intentarlo. Paula se levantó corriendo y se fue, traía algo escondido en su espalda. Olalla ya estaba colocada de rodillas en el suelo, sobre un grueso cojín. Y me decía que con mucho cuidado que para ella era también su primera vez. Paula nos animaba a perder esa virginidad doble y que para hacerlo más fácil nos ayudaría.

Llevaba en sus manos aceite de oliva. Pero antes de que pudiera decir nada me embadurno todo mi rabo, todo se estaba poniendo perdido de aceite, pero como a Paula le daba igual pues seguimos. Dejo caer un chorrito entre las nalgas de Olalla y me dijo que se lo metiera por el culo y lo hice. Intentaba meter mi rabo, pero con tanto aceite se salía, mi cuñada me agarro bien el rabo, yo estaba medio de pie agachado y mi cuñada lo sujetaba bien. Ahora me indicaba que metiera solo un poco y me parara, hasta que Olalla se adaptara y le decía a Olalla que una vez estuviera ya la punta dentro, que ella fuera indicando como seguir. Cuando metí la punta de mi rabo Olalla se quejó algo, Paula la tranquilizo enseguida y la animaba, acaricio su cabeza y se pegó a ella, casi cara contra cara, me puse cachondo de verlas, pensé que se besarían, pero de eso nada, las dos mantenían esa barrera. Según me fue indicando fui introduciendo mi rabo dentro de su culo, que notaba como presionaba a mi rabo, estaba muy caliente su culo, ya lo tenía todo dentro y Paula se puso en mi espalda y decía que era una imagen muy bonita, sobre todo como daban mis cojones en Olalla. Paula se puso en otro sillón, completamente espatarrada y le decía a Olalla que se tocara su clítoris que le sabría mejor.

Yo veía a mi cuñada como se hacía una paja viéndonos, su cara desencajada y me di cuenta de que Olalla también la miraba muy interesada. Yo le hacía señas a mi cuñada para que se acercara y al final lo hizo y me metió sus dedos en mi boca, que los chupe y saboree. Luego nos besamos y pude decirle al oído que metiese mano a Olalla que me excitaría mucho, pero ella me movía la cabeza diciendo que no. Ahora mi cuñada se colocó de medio lado sobre mi costado y se restregaba contra mí, se estaba haciendo una paja contra mí. Estando yo pendiente de como gemía mi cuñada muy cerca de mi oído, sentí, note y oí, como se corría Olalla que burra corriéndose, pegaba su culo atrás de manera fuerte, sin miramientos y tanto me excito que yo empecé a correrme dentro de su culo, temblándome las piernas una vez que acabe y del esfuerzo de estar medio de pie. Mi cuñada no se despegó de mí y se corrió mordiéndome de forma exagerada el lóbulo de mi oreja. Una vez que nos desacoplamos, todos dijimos que lo habíamos pasado bien y yo añadí que, si no se hubiesen cortado tanto, lo podíamos haber pasado mejor y ninguna de las dos dijo nada, pero sabían de sobra a que me refería. Olalla le dijo a Paula, que no sabía que era tan experta en el sexo anal y mi cuñada le contesto que ella nunca lo había hecho. Que solo con un consolador anal por que se empeña Ignacio, pero que al lado de mi rabo es enano.

Tanto Olalla como yo, aunque la idea fue de Olalla, dijimos que la próxima vez eso lo solucionaríamos y mi cuñada pregunto que quien había dicho que habría una segunda vez. Como Olalla se quedó sin saber que decir yo se lo dije. Mira cuñadita vamos a follar contigo o sin ti, si quieres participar bienvenida y si no quieres participar, que te de mi hermano lo que necesitas. Mi cuñada como con resignación nos dijo que si no puedes con ellos unte a ellos.