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Mi vecino viejito y yo

en Confesiones

  Mi vecino viejito y yo

Hola amigos, soy Lucia y otra vez les contaré otra de mis aventuras.

Esta vez sucedió no hace mucho tiempo, y fue con mi viejito vecino, nunca dejamos de vernos y cada vez que lo hacemos, es intenso el sexo, como nos gusta a los dos.

Recuerdo que se había formado una tormenta de verano, casi de improviso comenzó la lluvia con calor pesado, y por supuesto todos llevamos poca ropa, y yo no fui la excepción, con solo un short y un buzo de hilo. Mirando por la ventana que da a la calle veo pasar a mi vecino don berker que lo hacía rumbo a su casa y como por arte de magia, mi panocha se mojó. En eso entra mi mamá a la habitación y me dice que le lleve al vecino un frasco de dulce de higos que le gustan. Si mi conchita estaba húmeda ahora se terminó de mojar, y me entro como un taquicardia sabiendo lo que me esperaba. Tome el recipiente y Sali rápido rumbo a cogida que me daría, entre como siempre:”-permiso don Berker”- dije y cerrando la puerta me dirigí al dormitorio, donde me habían hecho de todo con su primo, llegue sin ropa y cuando me vio, su pija salto y no espere a mas, me arrodille se la saque y me la engullí desesperada por tenerla adentro, aunque sea de mi boca. Me la comí toda, su cabeza entraba por mi garganta haciéndome que tuviera arcadas, pero aun así, no la saque, mientras tanto  con una mano libre le acariciaba sus huevos y metía un dedo en su culito, que gozoso abría para mejorar la introducción del invasor. Aquella mamada fue fenomenal, pero me la saque antes que me llenara la boca de leche, me tomó de los pelos y me tiro a la cama, de inmediato me abrí de piernas y me comió mi conchita, llegando a mojarle su cara con mi acabada –“Estoy con la cara mojada Lucia con tu lechita”- me dijo, le sonreí y como pude me pare yendo a la mesa de luz donde sabía que tenía el pene que lo hacía feliz cuando se lo metía. Me puse el bikini con el postizo y tome la cremita, diciéndole –“veni putita que te voy a coger”- lo puse de frente en la cama sacando su culito  le unte bastante crema en el agujerito y en la pija de goma,  le hice cosquillas con la cabeza y el saco más aun su colita y abrió sus cachetes, facilitando la entrada, pero lo hice desear bastante, hasta que llegó un momento que la otra punta del pene se mete en mi concha dándome placer, y no aguanté más, se lo puse en la entrada y  levante mis piernas, entro rompiendo todo, lanzo un grito se erizo todo pero aguanto bien, luego de unos segundos comencé el saca y mete enérgico agarrándolo de sus tetitas tratando de sacar sangre si es posible de su ojete. Pero no, él sabe que siempre tiene que estar con sus intestinos listos y limpios igual que yo, dándome algún lavaje cada vez que voy a algún lado. Estuve un buen tiempo cogiendo su colita hasta que de tanto tocar su próstata se acabó solito sin tocar su pene, creo que nos vinimos los dos al unísono y ahí quedamos tirados en la cama, lo di vuelta y limpie su verga con mi lengua, quedando brillante y flácida. Seque mi chochito con papel higiénico que siempre debe de tener en la mesa de luz me vestí y Sali contenta y feliz, esta vez sin lechita dentro de mí, pero también había acabado. Cuando llegue a casa, mi mama me miro y sonrió y me dijo”- Como quedo el vecino? Contento con el dulce?”- No sé pero me pareció que ella sabía algo o intuía algo de lo nuestro. Entre al baño y me fije si tenía alguna marca o rastro de lechita  que se pudiera ver pero no, estaba bien limpita. Sera cuestión de ver lo que sucede de hoy en adelante.

Gracias amigos por leer otro de mis relatos, no me canso de decirles que todo es realidad, solo he  variado algo muy chiquito, pero todo lo que escribo me ha sucedido.

Un beso de Lucia.-