miprimita.com

Mi vecino viejito y yo

en Confesiones

                                                         Mi vecino y yo

Hola amigos, otra vez por acá , soy Lucia y les contare una de mis últimas aventuras con el sexo. Ya con mi culito bien, luego que la traba me lo rompiera nuevamente, mi vecino viejito lo estreno, como lo hace siempre. Recuerdo que era una tarde fría, y yo andaba bastante nerviosa, cosa que mi mamá se dio cuenta y como al descuido me dijo que esa tarde saldría al centro a una tienda, no me invito a salir con ella, así que vi la posibilidad de estar un ratito con don Berker y sentir su pene dentro mío.  Cerca de las 15 horas me dijo que saldría y que tardaría algo, cuando vuelva te aviso, acoto. Seguramente para que me sintiera sin nervios por su llegada. La acompañe hasta la puerta de entrada, y cuando miro para la casa de mi viejito, estaba en la puerta, se fue mi mama y como al descuido salió caminando despacio rumbo a mí, mi conchita ya húmeda sabiendo que sería penetrada y mi boca llena de saliva, esperando el pene de mi viejito, yo estaba nerviosa sabiendo lo que me esperaba.

Y así llego, miré para todos lados, no vi a nadie y me hice a un lado, entrando el raudo, y quedando detrás de la puerta, cuando paso al interior, y cerré, se abalanzo sobre mí, su mano bajo mi mini, y se encontró sin nada, solo mi panocha mojada. Su dedo entro y sentí una vibración en mi cuerpo. Entramos y mi machito me enterró su dedo por detrás, haciéndome dar un pequeño resbalón, que no paso de ahí. Cuando llegamos al living, y solo me abrí de piernas y el tomo mi pelo y tiro hacia abajo, dándome una señal inequívoca que quería una buena mamada, chupe mi pija Lucia como usted sabe, me decía al momento que me ensartaba su verga en mi boca provocando una arcada, pues se había ido demasiado adentro y toco mi garganta encontrándome descuidada para tal motivo. Me rehíce rápido y si no aflojo me quedo sin verga en mis otros agujeros. Rápidos nos desvestimos y así nomás en el sofá me puso en cuatro y sin esperar nada me la enterró hasta que sus huevos chocaron con el aire, me había metido bien su pene y comenzaba el vaivén metiéndola más adentro cada vez. Cada empujón suyo mi cuerpo saltaba hacia adelante por el ímpetu de ser metida, mi culito ya otra vez con una pija adentro gozaba, sentía bien cuando entraba y cuando salía, solo se sentían mis lastimosos quejidos sintiendo aquella agresión, pero gustosa se ser invadida en forma tan brusca.  Sus manos se aferraron a mi cadera y empujaba a la inversa de su verga, luego me tomo de los hombros y empujaba más lanzando quejidos de placer, mi viejito me estaba cogiendo lindo, hasta que no pudo más y exploto dentro de mí, sentí como se inflamaba su pija desparramando chorros de leche, dentro de mi intestino. Y otra vez me hicieron feliz. Cuando paso la última parte de su verga por mi orificio anal, dejando escapar algunas gotas de leche, me sentí bien pues me había perforado el ano una vez más sintiendo placer. De inmediato me dio vuelta y me puso boca arriba, abriendo mis piernas al máximo, y ahí si su lengua sabia me hizo largar mucha lechita quien él se encargó de limpiar. Me dejo tirada y bien servida, se vistió y se fue sin decir nada. Quede unos instantes quieta saboreando mi placer, mis piernas temblaban y así me fui al baño pase por la regadera y espere a mi mamà, quien al regresar me pregunto cómo había pasado diciéndole que, de maravilla, agradeciéndole   que me dejara sola, y prometiéndole que la próxima seria su oportunidad. Ella me miro y sonrió, solo dijo que no le gustaría esperar mucho. Pero eso queda para otro relato. Un beso a todos. Lucia