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Mi viejito y yo

en Confesiones

                                                  Mi vecino viejito y yo

Hola amigos, otra vez por acá, soy Lucia. Para lo que me han leído con anterioridad, les digo que he aceptado la invitación de Fabiana sobre la “fiesta”, y desde ya les comento que la pase bomba. Paso a relatarle. La fiesta era por la noche, así que debíamos con mi mama idear un plan para que mi progenitor, no sospechara nada. Y con mucha argucia tejimos algo que salió de mil maravillas. A las 17 horas debía de estar en la casa de Fabiana así un amigo suyo nos transportaría en su coche a la chacra. Éramos 5 dentro del vehículo, tenía mucho espacio e íbamos todos cómodos. Enseguida hicimos contacto y el viaje fue con alegría. Cuando arribamos ya había otros invitados, lo cual nos fueron presentando a los nuevos. Comenzamos algunos con te otros con bebida fuerte. No tomo nada con alcohol y más ahora que quería sentir todo y ver todo. Había varios varones quizás la mitad de los comensales la otra parte se dividía entre las trabas y las mujeres que éramos bien poca, pero mejor, tendríamos más carne para nosotras. Durante el brindis, nos dijeron que fuéramos todos a ponernos cómodas y cómodos, es decir nosotras con minis bien corta y ellos solo con pantalón amplio y una camisa. Así nos encontramos todos en el salón principal de nuevo. Comenzó la música y todos a movernos, luego del nerviosismo del principio y con algo “cargados” los otros ayudo a desinhibirnos y estar más alegres.  Ya los roces fueron más evidentes y prolongados, los penes estuvieron en posición de parados y nuestras conchitas mojadas, creo que éramos todas unas putonas en ese momento. Una de las trabas abrió el camino y saco una verga para afuera, comenzando a chupar. En ese momento un veterano se puso detrás mío tomando de mis caderas con ambas manos y rozando su miembro por toda la raya de mi culito, que ni corta ni perezosa, lo eche para atrás para que pudiera disfrutar a gusto. No usábamos ropita interior, por ello el trozo de carne se sentía bien. Uno de las mujeres con mango que había se puso delante de mí y comenzó a tocarme mis tetitas y besuquearme la orejita, haciendo que mi conchita se mojara más aun y no contenta con eso, me saco la mini quedando con el culito al aire para beneplácito del viejito, acto seguido se puso de cuclillas, agarro con una mano el pene del veterano y con su lengua me lubricaba mi ano, sintiendo una sensación hermosa y placentera. Luego chupo el pene, y lo ensalivo bastante, parándose de frente a mí, dejándome sin ropa totalmente, el hombre al ver carne tierna se vino al humo me agarro de las caderas y busco con su pene mi culito, cuando toco mi entrada lo abrí lo más que pude y zafo en la primer envestida, así que lleve la mano detrás lo agarre firme y lo puse en el posillito, no le costó nada entrar, de un solo golpe la mitad quedo dentro de mí, solo un quejido salió de mi boca y ahí mismo retrocedí enterrándomelo todo. Movía mis caderas buscando que entrara más, en eso veo a la traba que me había roto el culo y miro su pene, hermoso y muy pero muy grande y grueso, tanto que me desgarro y no pude por varios días sentir alivio. Y ahí me vino unas ganas enormes de sentirlo adentro, tenía que aguantar mucho y pensé que lo haría más adelante, en eso siento que el veterano se vino todo dentro de mí, sentí su rica lechita en mi culito, pero no bien salió otro tomo su lugar, perforando mi anito con fuerza, mientras tanto un joven me tomo por la cabeza e introdujo su pene en mi boca, lo cual saboree con mucho gusto. Me estaban danto por los dos lados y aun me faltaba otro agujero que llenar, pero era temprano aun y otros comensales no tenían donde meter su pija o no les gustaba lo que había y ahí ligue yo, los atraje con mis jadeos y movimientos.  Varios pasaron por mi culito y boca, hasta qué la traba vino hacia mí y con delicadeza me comió mis tetitas y pude con esfuerzo alcanzar su enorme verga, lo cual acaricie con ternura, pensando que otra vez me rompería el culo. Desde luego no ahí pues el regreso sería fatal. Se acercó a mi oído y me dijo “sé que quieres sentirla de nuevo putita, otro día voy a tu casa y te la meto toda” No fue mala la idea de ir a la orgia, goce mucho por todos lados. Una vez en casa hablé con mi mama y le dije que quería sentirla de nuevo a la pija de la traba, que estaba dispuesta a aguantar. Trató por todos los medios de sacarme esa idea de la cabeza, pero al final acepto, pero suave y con ella presente, no me dejaría desgarrar de nuevo el culo. Creo que ella también tendría la oportunidad de una chupadita. Pero eso se los cuento más adelante.

Un beso a todos y todas, gracias por escribir y gracias a Mara.