miprimita.com

Mi vecino viejito y yo

en Confesiones

             Mi vecino viejito y yo

Hola amigos, soy yo otra vez Lucia. En esta oportunidad les contare otra de mis aventuras amorosas. Recuerdo que era una tarde aburrida y no tuve mejor idea que entrar a la PC y buscar alguna foto o película porno, sabiendo que terminaría masturbándome y usando por supuesto el juguetito que mi mamá me había regalado. Así prendí el pc y la puse sobre una mesita que tengo para ello cuando estoy en la cama, similar a la que se usa para comer, busqué algún sitio porno y me dispuse a disfrutar.  Instintivamente lleve una mano a mi tetita tocándome primero por encima de la ropa, sintiendo como un escalofrío en el pezón y la otra a mi conchita que sabiendo lo que vendría ya estaba muy mojada. Esperando a su amigo fiel. Este ya estaba higienizado y al lado de mi cuerpo, seguía con suaves toques por mis senos y como estaba de pollera, abrí mis piernas dejando al aire mi bikini, no dude un solo instante en tocar mi ponchita por encima de mi ropita interior, encontrando este lugar tal como lo imaginaba, húmedo. Así jugué un buen rato sintiendo placer al hurgar ese sitio. Mi respiración se hizo más rápida, flexione mis rodillas y las subí, dejando más lugar para poder meter bien adentro mis dos deditos, sacando mi primer orgasmo, no me alcanzo con eso, levante mi colita y saque el hilo que cubría mis partes. Ahora estaba libre, no tenía ningún impedimento, así que pensé que tenía que darle uso al “amigo”. Lo tome y jugué un ratito con él, pasando mi lengüita por toda su extensión, hasta que muy despacio me lo fui metiendo en la boca, como si fuera un pene de verdad. Realmente estaba gozando, todo esto sin dejar de indagar por dentro de mi vagina, apretando el clítoris. Sintiendo una ganas enormes de tener algo de verdad, un hombre, así que lleve la cabeza del “amigo”  hasta los labios carnosos de mi cotorra y se lo mostré, roce muy suavemente toda la rajita, lo acomode en la puerta y empuje metiéndolo hasta la mitad, una sensación de felicidad llego a mi cuerpo,  y empuje con fuerza llenando toda mi panocha, creo que ahí me volví a acabar, lo saque casi por completo, y otra vez lo enterré fuerte, dejándolo adentro teniendo sacudidas de placer, estaba totalmente empapada con mis jugos, teniendo una respiración agitada y fuerte, que pensé que mi mama se daría cuenta si andaba cerca. Mis tetitas parecían que estaban duras y así era, las toque, apreté, hundí y la calentura fue en aumento. Deje el pene adentro y me estire mis piernas, dejando en mí una sensación hermosa, apretaba las paredes de mi vagina y la temperatura aumentaba, hasta que no aguante más y parecía que me estaba orinando, no podía respirar bien, tenía taquicardia, lógico, la acabada que estaba echando era terrible. Hasta que me fui serenando, pero no saque al “amigo” de mi chochito, y por fin pude volver a la normalidad. Espere un buen rato, dándome placer con el pene adentro, luego lo saque muy despacio, invadiendo en mí una ola de felicidad.

Lo higienice bien, dejándolo pronto para otra paja. Luego tuve que cambiar las sabanas pues habían quedado mojadas, me bañe y ya calmada fui a conversar con mi mama, quien me miro y dijo:”-estaba brava la cosa”-  -“escuchaste algo?”- interrogue:” desde el principio al final, te sacudías y gemías como una verdadera puta”-acoto, quede colorada de vergüenza y pedí disculpas, me dijo que no pasa nada, sabia lo que era eso, pero otra vez tuviera más cuidado pues podría estar mi papa. Agradecí lo que hacía por mí y continuamos la conversación con otro tema.

Un poco de tranquilidad volvía a mí, hasta encontrar a alguien que me hiciera fuerte, lo que se dice una buena cogida. Y así amigos fue lo que sucedió esa tarde. Un beso para todos. Lucia