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La semilla del miedo 12

en Grandes Relatos

No quise decirle que perdonaba a Marta, sabia que mi mujer la llamaría, y yo quería hablar con Marta y dejarle claro que mi perdón era condicionado a que no volviera a manipular a nadie mas como había hecho con mi mujer. Quería hablar con Marta a solas. Y como sabia a que hora salia a trabajar su marido, y que el aprovechaba cuando iba a su trabajo para llevar a sus hijos al colegio, solo tuve que esperar cerca de su domicilio y verlo pasar para saber que Marta estaría sola en su piso. Cuando llegaba a la puerta de su bloque salia uno de sus vecinos así que entre en el edificio sin tener que llamar y esperar que Marta me abriera.

 

Llame a la puerta del piso, Marta abrió la puerta quitando el retenedor, seguramente pensando que era uno de sus hijos, mientras decía: ¿Que os habéis dejado?

 

Cuando me vio, me miro aterrorizada y pego un grito. Y empezó a gritar histérica:!No me mates!

Yo entre y cerré la puerta a mis espaldas, y le dije: Tranquila, no grites.

 

Ella retrocedió hasta la pared, tapándose la cara con las manos y repitiendo:!No me mates!

 

Yo le sujete las muñecas y aparte las manos de su cara y le repetí: !No Grites!

 

Pero ella no callaba. Intente taparle la boca, con mi mano derecha pero ella lo impedía con su mano que había soltado. No sabia como taparle la boca. Así que lo que hice fue empujarla para que su espalda quedara pegada a la pared manteniendo sus manos quietas cogiéndola con sus muñecas y tape su boca con lo único con lo que podía hacerlo, con mi boca.

Al notar mis labios sobre los suyos y mi cuerpo presionándola contra la pared, se quedo quieta sin oponer resistencia con los ojos muy abiertos. Separe mi boca de la suya y le dije: Tranquila, no grites, no tienes porque gritar.

 

Y retrocedí un paso soltándole las manos, para que no pensara que quería agredirla, lo que no me esperaba es la reacción de ella.

 

Ella al sentirse libre, me hecho los brazos al cuello, colgándose literalmente de mi, me pego un morreo con lengua. Y me dijo: fóllame, pégame, pero no me mates.

 

Yo lo tuve claro, para Marta su castigo era o matarla o follarla, y lo que tenia claro es que no la mataría y así se lo dije: Tranquila que no te matare.

 

Ella sonriendo volvió a morrearme. Yo colocándole las manos en su culo la pegue a mi cuerpo. Creo que en aquel momento al notar la suavidad del camisón que cubría su culo fui consciente que me había abierto la puerta con un camisón de tirantes que le llegaba a medio muslo, y note como se me empezaba a poner dura. Baje mis maños por sus muslos y las introduje por debajo del camisón descubriendo que no llevaba nada debajo. Me estuvo morreando y yo respondí a su morreo, mientras con mis manos le sobaba las nalgas. Sin dejar de meternos mano fuimos hasta su dormitorio. Se sentó en la cama, me desabrocho y bajos los pantalones y los calzoncillos, y se la metió en la boca. Se la notaba ansiosa. Y tuve claro que deseaba que me la follara. La deje que me la chupara mientras me terminaba de desnudar. Cogiéndola de los cabellos hice que dejara de chupármela, tengo que reconocer que la chupaba muy bien, supongo por la experiencia que tenia de chupa pollas. Al ver que la separaba, ella se hecho hacia atrás quedando tumbada sobre la cama, levanto las piernas abriéndolas para quedar totalmente expuesta y me dijo: !Clavamela!

Yo mire su pubis completamente depilado y su coño brillante. La tía estaba cachonda esperando que me la follara.

Yo le dije: ¿Donde tienes preservativos?

Ella: tomo la píldora, puedes follarme a pelo

Yo: con la de pollas que te debes haber follado vete a saber si me pegarías alguna mierda. ¿Donde tienes?

Ella: en el cajón de la mesita de noche.

Abrí el cajón de la mesita de noche, que era la de su marido, cogí uno y me lo puse.

 

Puse mi pene a la entrada de su coño y dejándome caer encima de ella se lo clave hasta el fondo. Esperaba que hubiera entrado con dificultad y le hubiera dolido, pero entro sin problemas, a pesar de que creo que estaba poco lubricada, pero su coño debía estar ya muy abierto de por si.

Me la estuve follándomela duro. Ella en vez de pasarlo mal, que es lo que yo quería, lo estaba disfrutando a tope. Esto me cabreo. Se la saque y ella me pidió que continuara que estaba a punto de correrse, lo que me cabreo mas. Entonces recordé que es friolera y odia el ducharse con agua fría. Así que tirando de su brazo la levante y la lleve al baño que hay en la habitación, la metí en la ducha y sin darle tiempo a reaccionar di el agua fría. Ella pego un grito, primero intento apartarse, pero no la deje, luego intento dar el agua caliente, cosa que también la impedí, me suplico que no continuara que el agua estaba helada, aunque para mi estaba fría, pero no helada pero para alguien que esta en verano le gusta ducharse con agua caliente le debía resultar helada. Como que vi que se lo pasaba mal, ya me puse mas contento, al final tenia una forma de hacer que se lo pasara mal. Cuando vi que ya estaba habituándose al agua fría, di la caliente, cosa que le encanto. Entre en la ducha, me coloque detrás de ella, la tumbe hacia delante, busque la entrada de su año y se la empece a meter. Note que entraba bastante fácil, supongo que ella sabia relajarse para permitir que entrara bien y no le doliera. Me la estuve follando por el culo y ella empezó a gemir fuerte y yo me corrí, me di cuenta que la muy cabrona iba a tener un orgasmo. Yo alargue la mano hasta el mando de la ducha y de golpe quite el agua caliente. Ella pego un grito. Su esfinter se cerro bruscamente estrangulando mi mi pene, volví a dar la caliente, note que se relajaba algo su esfinter y la saque de golpe. Me dolió al sacarla y perdí el preservativo. Y volví a cerrar el agua caliente. Ella volvió a gritar. Ella me suplico que diera el agua caliente, cosa que no hice. Durante un tiempo estube jugando con ella, daba el agua caliente, la masturbaba para que se calentara, ella me suplicaba que la dejara correrse y yo le quitaba el agua caliente. Era la única manera que sabia que lo pasaba mal. Cuando me canse, deje que saliera de la ducha. Nos secamos, me vesti. La obligue a permanecer desnuda, temblaba por el efecto de la ultima ducha de agua fría. Y se lo deje muy claro, si me enteraba que había manipulado a alguien como había hecho con mi mujer haría que fuera a hacer compañía a Luis en el infierno y allí seguro que no tendría frio.

 

Por la noche, cuando llegue a casa con solo mirar a mi esposa supe que había hablado con Marta. Se la veía muy contenta, lo primero que hizo al verme fue darme un beso y decirme gracias. Después de acostar a los niños, le pregunte que le había dicho Marta. Me dijo que había estado muy liada y no había podido hablar con ella, pero le había mandado un mensaje que le decía que yo la había perdonado y que estaba muy contenta. Tuve claro que tarde o temprano se podría enterar por Marta lo que había pasado entre los dos, así que decidí contarle lo que había pasado, dejandole muy claro que mi intención solo era perdonarla con la condición que no volviera a manipular a nadie mas, pero al ponerse histérica y no aceptar un perdón sin algún tipo de castigo me había obligado ha hacer lo que hice. Mi mujer acepto mi explicación. Así que decidí que tenia que pasar página, pero recordé que cuando me pregunto por mi plan le dije que cuando terminara se lo contaría y así lo hice.

 

Yo: te dije que cuando terminara mi plan te lo contaría. Mi plan a acabado así que quiero contártelo.

Siempre tuve claro que si me enfrentaba a Luis tenia las de perder, pero también tenia claro que la gente que como Luis practican artes marciales es para sentirse superior a los demás ya que su valor se basa en ser superiores y si descubren que no lo son se acobardan fácilmente. Es muy fácil ser valiente cuando uno se sabe superior, ya sea por su físico, ya sea por haber practicado artes marciales o por llevan una pistola en el bolsillo. Pero que pasa cuando saben que no están en ve ntaja, cuando se creen a merced de su enemigo, pues que se acobardan y el miedo se apodera de ellos. Mi plan era muy sencillo, deposite en ti las semillas del miedo ya que sabia que tu las darías a Marta y esta a Luis. Luego solo era cuestión de ir regándolas, dándote a conocer mis progresos. Ya se que te utilice y lo has pasado mal, pero lo que yo quería era atemorizarles, esta era mi venganza, y que nunca volvieran ha hacer a nadie lo que nos habían hecho. Si cuando Luis vino a pedirme perdón no te hubiera tratado de puta lo habría perdonado, con la condición que no se volviera a follar a una mujer con pareja, pero al tratarte de puta me cabreo y por eso lo eche. Lo que no podía suponer es que alguien que va chuleando de machote estuviera tan acojonado como para terminar matándose. Se que me consideran culpable de su muerte, pero yo creo que el culpable es él. Cuando uno actúa en su beneficio sabiendo que va ha hacer daño a los demás debe atenerse a sus consecuencias.

 

Ella: Tienes toda la razón. Se que te hice mucho daño, si lo hubiera sabido no me habría ido con Luis, no porque el haya muerto, sino por no hacerte sufrir. ¿Me perdonas?

 

Yo, besándola: Si, yo también quiero terminar y pasar página.

 

Fin

 

 

Nota del autor: en unos días publicare lo que llamare un “post-relato” contestando a vuestros comentarios, que agradezco, y aclarando algunos aspectos de este relato.