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La semilla del miedo 5

en Grandes Relatos

Cuando nos acercábamos a la playa vimos que no estaban nuestros amigos y supusimos que debían estar preparándose para comer. Cuando entramos en la casa vi que todos ya estaban en el comedor a excepción de Irene y Marta que se las oía hablar en la cocina. Al no verte pregunte por ti y Marta que entraba en el comedor procedente de la cocina con la ensalada me dijo que te habías ido al taller a arreglar el coche. Ana seria me puntualizo que cuando nosotros nos marchamos tu te habías ido también, me di cuenta que quería que supiera que tu no habías estado con Marta. Yo me asuste, me di cuenta que mientras yo estaba con Luis tu no estabas con Marta y me fui a nuestro cuarto a coger mi móvil y te llame. Tenia mucho miedo que te hubieras marchado y que te hubiera perdido para siempre. Cuando me contestaste no te note enojado, y cuando me dijiste que me querías. Dios mio no sabes hasta que punto necesitaba en este momento oírte decir eso.

 

Yo: Lo sabia perfectamente y por esto te lo dije.

 

Ella: te repito lo que te dije, te quiero muchísimo, eres el mejor de los maridos.

 

Ella se quedo callada unos momentos, y me extraño, yo creía que me había contado todo. Pero continuo con su narración:

 

Cuando colgué, Marta que me debía haber seguido y que debió de oírme. Me dijo que cuando volvieras ella se ocuparía de ti que lo estaba deseando. Recuerdo que pensé que seguro que tu lo estabas deseando también, y aunque te parezca absurdo, sentí algo de celos en pensar que cuando volvieras tu te acostarías con Marta, porque en este momento necesitaba abrazarte y que estuvieras conmigo.

 

Me di una ducha rápida y baje a comer. La comida empezó con cierta crispación, pero a medida que avanzaba, el vino y comentarios jocosos sobre la actualidad, fueron alegrando el ambiente. Después de comer todos menos Marta, que guiñándome un ojo sin que los demás lo vieran, nos dijo que ella recogería rechazando la ayuda de los demás, y nos fuimos a echar la siesta.

 

Al poco de tenderme en la cama con solo las braguitas, llamaron a mi puerta, y antes que contestara Luis entro. Yo, aunque parezca absurdo después de lo que había pasado, me tape con la sabana. El llevaba solo puesto un pantalón corto y enseñándome una botella que llevaba me dijo que teníamos que ponernos un gel reparador, para evitar efectos perjudiciales por nuestra exposición al sol. Yo me sentí un poco tonta por haberme tapado con la sabana. Me destape, me levante. Luis, abrió la botella, vertió un poco de gel en su mano, me la tendió y empezó a aplicarse el gel por su cuello y sus brazos. Yo tome la botella e hice lo mismo. Cuando el termino de ponerse gel en su pecho y su vientre, se quito el pantalón quedándose desnudo, con su miembro morcillón. El tomo un poco de gel y continuo aplicándoselo a su bajo vientre y a sus partes lo que hizo que su pene se pusiera semierecto. Yo que también había terminado de aplicarme gel en mis pechos y en mi vientre. Dude un momento y me quite las bragas, me parecía absurdo mostrar pudor después de lo que había pasado entre los dos. Me aplique gel en el bajo vientre y en mi sexo, estaba ya algo excitada de ver como Luis se aplicaba gel a su musculado cuerpo y me excite mas al sentir el frescor del gel en mi sexo y mas al ver que Luis tenia su pene semierecto y estaba aplicándose gel en sus muslos. Luis termino de aplicarse gel a sus piernas y espero contemplándome como yo terminaba de hacer lo mismo. Cuando termine, dándome la espalda me pidió que le pusiera gel en su espalda. Yo le aplique gel en su trabajada espalda mientras notaba que cada vez estaba mas cachonda. Cuando termine, fue el el que empezó aplicarme gel en mi espalda. Lo fue haciendo lentamente, de arriba hacia abajo, cuando llego al final de mi espalda note que empezó a aplicarla en mis nalgas con ambas manos, empezó por los laterales y las fue masajeando hasta llegar al canalillo central. Note como una de sus manos se introducía en el aplicando gel en la zona interior hasta llegar a mi ano, no se detuvo y continuo entre mis muslos hasta rozar el final de mi coño. Yo me estremecí, me estaba mojando, el volvió a mis nalgas y lentamente fue subiendo por el centro de mi espalda hasta llegar a la mitad. Las deslizo hacia los laterales, yo separe algo mis brazos de mi cuerpo para pudiera acceder a a ellos, subió y bajo dos o tres veces sus manos por los laterales desde mis sobacos hasta mi cintura, rozando los laterales de mis pechos. Note como las deslizaba por mis pechos hacia mis pezones, mientras pegaba su cuerpo a mi espalda, note como su pene erecto quedaba aprisionado entre mi espalda y su vientre.

No hice nada para pararlo, pensé que si tu llegabas Marta ya se ocuparía de ti, cosa que me ponía celosa, aunque sabia que no tenia ningún derecho a estarlo, ademas también deseaba que me volviera hacer suya una ultima vez. Una de sus manos fue bajando hasta mi sexo y empezó a masturbarme, mientras yo me balanceaba a derecha e izquierda para mover su pene aprisionado entre los dos. Yo empece a gemir, el me coloco a cuatro patas encima de la cama y empezó a bombear, lentamente mientras me masajeaba mi clítoris. No aguante mucho y tuve un orgasmo, el se detuvo unos instantes dejando que me recuperara mientras masajeaba suavemente mi espalda. Empezó a moverse de nuevo y tomándome de las caderas empezó a penetrarme con un ritmo rápido, yo me volví a calentar, yo creí que buscaba correrse, pero se detuvo. Se desacoplo, vi que sacaba algo de su pantalón, y volvió a penetrarme. Note algo frio en mi ano y como empezaba a masajearlo, yo le dije que no lo hiciera, y el me dijo que me lo lubricaría bien y lo haría con cuidado. Le dije que no me gustaba el sexo anal, y el me dijo que le dejara hacer que sabia como hacerme cambiar de opinión, y yo lo deje hacer. Empezó a dilatar mi ano mientras continuaba bombeando lentamente con su pene en mi vagina. Me dijo que pensara en la cala para relajarme, y así lo hice. Cuando determino que estaba preparada, encaro su pene en mi ano y lo empezó a meter, me empezó a doler, yo me queje y el se retiro y me masajeó el clítoris para excitarme mas hasta llegar al borde del orgasmo, y lo volvió a intentar. Esta vez me cuando proteste me di cuenta que ya había empezado a entrar, se detuvo unos momentos acariciando mi espalda. Continuo, y siguió penetrándome deteniéndose cuando se lo decía, hasta que al final se detuvo y me dijo que la tenia toda dentro. Me dejo descansar unos momentos y empezó a bombear, al principio me dolía, el fue incrementando el ritmo hasta que el dolor fue convirtiéndose en una mezcla de placer y dolor, yo empece a gemir mas fuerte, note como el se tensaba y me lleno con su leche. Se recostó encima de mi y se quedo quieto, mientras su pene perdía la erección, la verdad es que no había llegado al orgasmo aunque el creyó que si. Nos tendimos en la cama y descansamos unos momentos. Pensé que cuando tu terminaras con Marta vendrías a nuestro cuarto y no quería que me vieras el la cama con el así que le dije que debía irse, el me beso y se fue.

 

 

Continuará