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La semilla del miedo 3

en Grandes Relatos

Sabia que después de volver, ver que yo no estaba y que yo no había aceptado la compensación de follarme a Marta, mi mujer se pondría muy nerviosa y me llamaría. Fueron pasando las horas y ella no llamaba. Recogí el coche del taller y lo aparque cerca y me puse a esperar. Estaba muy inquieto y me costaba mucho contenerme pero cumpliría con mi plan de venganza. Sobre las 13:00 sonó el teléfono, eran cuatro horas después de que se marchara con Luis, deje sonar cuatro veces el móvil mientras me preparaba para responder.

 

Mi mujer, con voz alterada: José, estas bien.

 

Yo, mirando de parecer muy tranquilo: Si, estoy esperando que reciban una pieza de repuesto para que puedan reparar el coche. Lo mas probable es que no llegue hasta la tarde así que me quedare a comer aquí.

 

Mi mujer: se que debes estar muy enfadado después de lo que he hecho, pero..

 

Yo la corte: Tranquila, cuando vuelva ya hablaremos con mas calma. Pero quiero que sepas que mi amor por ti no ha cambiado.

 

Ella, mas tranquila: Pues el mio ha aumentado, eres el mejor de los maridos.

 

Yo: te dejo que me queda poca batería, ya te llamare cuando vuelva. Te quiero

 

Ella: yo te quiero muchísimo

 

Me quede allí hasta media tarde y luego me fui hasta un mirador cercano a la casa desde el que se domina la playa y la casa. Desde allí podría ver cuando se marcharían nuestros amigos. No quería encontrarme con Luis, tenia claro que no tenia que liarme a hostias con el, pero si nos encontrábamos, si le veía un mínimo de actitud chulesca lo mas probable es que me lanzara sobre el. Tampoco quería ver al resto de nuestros amigos, no quería verlos y ver sus miradas de compasión mientras seguramente pensarían !Menudos cuernos te han puesto!.

 

Sobre las 18:00 me llamo mi mujer: José, ¿que no vuelves?

 

Yo: el recambio se ha retrasado, ahora lo están montando. Cuando terminen vengo. Tu ve preparando las maletas, ya que nos marcharemos enseguida, e iremos directamente a recoger a los niños.

 

Ella: esta bien, te quiero mucho.

 

Desde el mirador vi como se marchaba Luis y después los demás excepto Irene y Pedro, que tenían que cerrar la casa. Entonces fui hasta la casa, recogí a mi mujer, les pedí disculpas por la tardanza y emprendimos el camino de vuelta a casa. Cuando yo y mi mujer nos miramos vi claramente que su cara cambio de estar algo preocupada pero contenta, a estar asustada, nerviosa y muy preocupada. Supongo que esto estuvo provocado al verme, ya que si bien miraba de fingir, ella me conocía lo suficiente para darse cuenta de lo mal que me sentía, quizá la había engañado hablando por teléfono y no se había dado cuenta de lo que sentía, pero al verme esta ilusión se había desvaneció.

 

Cuando emprendimos la marcha ella empezó ha hablar: Yo te quiero, pero.

La corte de forma seca: No digas nada. Ahora necesito concentrarme en conducir.

 

Hasta que llegamos a la autopista los dos permanecimos en silencio. La mire un par de veces. Ella permanecía con la vista fija mirando al frente. Movía nerviosamente sus manos. Su cara había pasado de estar preocupada y asustada, a estar en una situación cercana al pánico.

 

Cuando cogimos la autopista active el control automático de velocidad, y le dije: Que querías decirme.

 

Ella, estallo en llanto: Perdóname. No te divorcies de mi. Yo te quiero mucho. Are lo que sea para compensarte. Aceptare lo que me pidas. Pero no me abandones.

 

Yo, tomando su mano izquierda con mi mano derecha: Tranquila, yo también te quiero mucho y no dejare que casi 20 años de matrimonio se malogren con lo que ha pasado hoy. No te ocultare que he estado a punto de hacerlo, pero mientras estaban reparando el vehículo he tenido tiempo para pensar, me he dado cuenta de lo mucho que te quiero, de lo felices que hemos sido durante estos años y lo que haya pasado hoy no quiero que acabe con nuestra relación. Se que no me sera fácil, se que no podre evitar que algunas cosas cambien, pero yo te quiero y, si tu quieres continuemos juntos.

 

Ella: Si, quiero que continuemos juntos para siempre. Dios mio, eres un hombre maravilloso. Como te quiero. Te dije en la playa movida por la lujuria, que iba ha hacer una barbaridad, y ahora me doy cuenta que lo que he hecho es una atrocidad, he estado a punto de perderte a ti, a muestro amor, a nuestra familia, he hecho daño a la persona que mas quiero a cambio de sexo. En este momento ni yo tengo claro como he podido hacer eso.

 

Conociéndola, yo sabia que ella no me ocultaría lo que había pasado. Aquello no podría convertirse en un secreto oculto en su cabeza. Así que me mentalice para escucharla.

 

Ella: No se el porque, pero esta mañana me he levantado algo caliente, he estado a punto de despertarte para que hiciéramos el amor, pero al verte profundamente dormido, no me he atrevido a hacerlo. Supongo que después de lo que paso ayer he tenido algún sueño erótico, aunque ya sabes que yo no suelo recordar lo que sueño.

 

Ella: al poco de llegar a la cocina, ha llegado Marta y me ha empezado a contar lo que paso en la cala entre ella y Luis. Y me he puesto muy cachonda. Ella me ha dicho que yo le gustaba mucho a Luis y que seguro que me invitaría a ver la cala. Yo le he dicho que no iría sola con Luis a la cala. Ella me ha dicho que solo para verla, que Luis no haría nada que yo no quisiera, pero si le dejaba hacer seguro que lo pasaría muy bien. Yo le he dicho que no te podía hacer eso. Y ella me ha dicho que ella se encargaría de tenerte contento y que tu no pierdes de vista sus tetas.

 

Yo: es verdad que le miro las tetas, pero no por que sean un buen par de tetas, sino porque con los escotes que lleva te las miras para saber si se le sale un pezón, cosa que le ha pasado mas de una vez. De hecho el resto de las chicas tiene mejores tetas que ella.

 

Ella: Fueron bajando todos a almorzar y fueron partiendo hacia la playa, mientras que yo y Marta estábamos esperando que se terminara de hacer el pastel. El ultimo en bajar fue Luis y se quedo un rato en la cocina y junto con Marta continuaron intentando convencerme para que lo acompañara a la cala. Yo me escabullí un momento de la cocina, mientras se terminaba de cocer el pastel, estaba muy cachonda, esperaba encontrarte despierto y que folláramos. Pero continuabas dormido, iba a meterme en la cama contigo cuando me ha llamado Marta diciéndome que parecía que se empezaba a quemar el pastel. Te he dicho que tenias el almuerzo en la mesa y que todos ya están en la playa y he vuelto a la cocina. Luis ya no estaba en la cocina, he verificado que el pastel estuviera bien cocido, lo he sacado del horno, y lo he dejado para que se enfriara. Si cachonda estaba al volver a la cocina, el calor del horno y la insistencia de Marta me había puesto mas cachonda si cabe. Yo quería volver a nuestra habitación, pero Marta me ha dicho que te dejara dormir y nos hemos marchado hacia la playa. Durante el trayecto ha continuado insistiendo, contándome lo bueno que esta Luis, el buen pollón que tiene, lo bien que folla. Y a continuado insistiendo que me vaya con Luis a la cala, mientras que yo he continuado negándome. Pero no quiero engañarte, lo deseaba, quería ir con Luis y que hiciera conmigo lo que hizo con Marta, y mis negativas cada vez eran menos convincentes.

 

Se quedo en silencio unos momentos y continuo: Cuando llegamos a la playa a Marta se unió Luis en intentar convencerme. Los demás no decían nada, cuando ya estaba convencida has aparecido tu. En aquel momento la lujuria me dominaba, estaba loca por ir con Luis, pero no quería mentirte y te he dicho la verdad que iba a la cala a follar con Luis.

Yo: yo venia a decirte que iba a llevar el coche al taller. Esto me a cogido por sorpresa. Debí haberte dicho algo, recordarte que eras mi esposa, recordarte lo que estaba en juego, pero no he sabido reaccionar.

 

Ella: no te culpes, la culpa es solo mía, en aquel momento nada me habría hecho cambiar mi decisión. Cuando partimos con Luis, empece a tener dudas y me volví para ver la playa y vi que Marta te llevaba de la mano hacia la casa para follar contigo, esto me calmo y a partir de este momento ya no pensé mas en ti.

 

Yo: Marta me tomo de la mano y me llevaba hacia la casa como un corderito y me decía lo bien que lo pasaríamos, creo que fue entonces que me di cuenta que esta zorra y Luis te habían calentado para que follaras con el. Mire hacia el mar y te vi muy lejos y me di cuenta que no podía hacer ya nada. Tenia unas ganas locas de matar Marta a hostias. Y para evitarlo me solté de Marta, le dije que tenia que llevar el coche al taller y me fui rápidamente hacia el parking.

 

Ella: Ahora entiendo algo que paso cuando volví con Luis. Marta me dijo que tu habías ido a reparar el coche. Y Ana muy seria puntualizo que te fuiste enseguida sin entrar en la casa. Y entonces Marta nos dijo que tu tenias hora en el taller y te tuviste que marchar, cosa que me extraño. Y entonces te llame asustada. Tu respuesta me tranquilizo y Marta en voz baja me dijo que estaba esperando que volvieras para compensarte.

 

Yo: menuda zorra.

 

Ella: ya sabes que no se me da bien el tener secretos y menos contigo, pero si no quieres que te cuente lo que paso entre Luis y yo, lo entenderé. Tengo miedo. No quiero hacerte mas daño.

 

Yo: Mira seguro que tarde o temprano me lo contarías todo, prefiero que me lo cuentes todo ahora a que me lo cuentes mas adelante. Y por favor, no me intentes ocultar nada, tarde o temprano me enteraría y seria peor, y ahora estoy mentalizado para aceptarlo.

 

Continuará