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La semilla del miedo 7

en Grandes Relatos

A la mañana siguiente vi que mi mujer hacia mala cara, seguramente no había pegado ojo en toda la noche, no se el rato que continuo hablando con Marta. Me gustaría haber visto la cara de Marta, ya que seguramente tampoco debía hacer buena cara. Y también la de Luis aunque seguro que este aun no se lo debía de tomar en serio.

 

Yo me fui a trabajar como cada lunes, reconozco que estuve raro todo el día, por un lado mi imaginación recreaba partes de lo que me contó mi mujer, esto me excitaba y me hacia sentir mal, y por otro repasaba mi plan y me sentía mejor, ya que tenia claro que ellos me las pagarían, y si mi plan A no funcionaba como esperaba ya me buscaría un plan B, pero ellos no se quedarían sin su castigo.

 

Cuando al final de la tarde llegue a casa estuve ayudando a mis hijos ha hacer sus deberes. Mientras lo hacia mi mujer se mostró muy cariñosa. Sabia que tramaba algo.

 

Después de acostar a los niños, salí a tirar la basura, como cada día. Al volver vi que mi mujer no estaba, ni en la cocina, ni en el comedor, así que supuse que se había ido a acostar. Cuando abrí la puerta del dormitorio la vi. Estaba tendida en la cama de lado mirando hacia la puerta, llevaba puesto un camisón semitransparente que le llegaba a medio muslo con escote de pico. En la posición que estaba el escote dejaba ver claramente la mitad de uno de sus pezones. Se me empezó a poner dura.

 

Ella: ¿te gusta este camisón?

 

Ella, supongo que viendo mi cara de asombro: sabia que te gustaría.

 

Y tendiéndome la mano: ven, necesito que me hagas el amor.

 

Pero yo ya había previsto algo así, aunque no que tuviera puesto este camisón. Estaba súper sexy con el. Así que a mi pesar decidí continuar con mi plan: Lo siento pero no podemos tener sexo por ahora.

 

Ella: Si los dos lo necesitamos, veras como después de hacer el amor nos sentiremos mejor.

 

Yo: mira, lo he estado pensando y estaba buscando el momento adecuado para decírtelo.

 

Ella, me miro asustada: Yo te quiero

 

Yo: y yo también te quiero, pero follaste con Luis a pelo, y seguramente después de romper con su novia el debió haber follado con otras antes de contigo. Así que tendrías que ir al medico ha hacerte un análisis, no sea que te haya pegado alguna mierda.

 

Ella: pero si es un chico muy limpio.

 

Yo: ya, pero antes de conocer a Clara el nos confeso que era un poco putero y vete a saber en que coño la debe haber metido. Solo faltaría que hiciéramos el amor y los dos quedáramos infectados de alguna mierda. Así que lo mejor es que primero vayas al medico y estar seguro de que estés bien.

 

La cara de mi mujer era un poema: pero con el preservativo no habrá problema.

 

Yo: mira mejor ir sobre seguro.

 

Ella: puedo hacerte una mamada.

 

Yo: no. Después de lo que me contaste me sentiría raro. Quiero hacerte el amor, no vaciar mis huevos.

 

Ella se puso a llorar, y yo acariciando su cara la consolé: tranquila, te quiero y no pasa nada por esperar un tiempo. Ademas creo que es mejor esperar, y que no este tan reciente lo que hiciste.

 

Yo me fui al lavabo ha limpiarme los dientes y ha que se me bajara mi excitación. No fue nada fácil no echarme sobre mi esposa y follármela. Cuando me metí en la cama, ella ya estaba mas tranquila, se había quitado el camisón y se había puesto un pijama de dos piezas que usa habitualmente.

 

Ella preocupada: has pensado que harás con Luis

 

Yo: si estoy preparando mi plan.

 

Ella: y que piensas hacer.

 

Yo: porque quieres saberlo

 

Ella: Estoy asustada por lo que puedas hacer y que al final seas tu el que sufra las consecuencias.

 

Yo: Se que estas preocupada. Tienes que confiar en mi. Ya te dije que pienso hacerlo con cuidado y de forma que no nos perjudique.

 

Ella: cuéntamelo y te daré mi opinión.

 

Yo: cuanto tu te fuiste con Luis, ¿me pediste mi opinión?. Creo que tengo derecho ha hacer lo mismo. No te voy ha contar mi plan ni te pediré tu opinión. Pero cuando termine, te lo contare todo, como tu hiciste. Se que mientras no termine mi plan estarás preocupada y te sentirás mal. Pero te has preguntado como me sentía yo cuando sabia que estabas follando con Luis. Este sera tu castigo el saber que yo voy ha hacerles pagar por lo que hicieron, que no vas ha poder hacer nada para evitarlo y que aunque lo haga con mucho cuidado, siempre hay la posibilidad de que algo salga mal.

 

Ella no se atrevió a replicar, le di las buenas noches y simule que me dormía. Ella espero un tiempo y luego salio del cuarto con su móvil. Tenia claro que llamaría a Marta, seguro que Marta la había ayudado a comprar el camisón y la idea de intentar compensarme quizá fuera de esta. Seguramente que la semilla del miedo ya debía haber empezado a germinar.

 

Al día siguiente, por la tarde ella me informo que había pedido hora al ginecólogo. Yo estuve con los niños un tiempo y luego me fui me puse a trastear con mi portátil. Cuando la cena estuvo lista ella vino a avisarme y acercándose me pregunto si tenia algún problema en el trabajo. Yo lo negué y le dije que me estaba informando de como obtener una licencia de armas y en que sitios se podría practicar el tiro. Ella me miro asustada y angustiada. Y antes que pudiera decir algo le dije:

 

Se que puedes adivinar algo de mi plan, pero no intentes disuadirme, ni intentes que te explique que voy a hacer. Yo acepte tu decisión y ahora tu debes aceptar la mía. Seguro que cuando esto termine te podre perdonar y podremos pasar pagina.

 

Ella no se atrevió a replicar, durante toda la cena estaba como ausente con la angustia en sus ojos. Como la noche anterior, cuando creyó que estaba durmiendo, salio del dormitorio con su móvil.

 

En los siguientes días yo la fui informando de mis progresos, que si había visito un club de tiro, que si había visitado otro, que si uno me gusto mas que el otro, que si ya sabia como poder sacarme la licencia de armas de caza, etc … Algunos de estos días, se que ella debió de llamar a Marta ya que salio con el móvil cuando creyó que dormía, pero otros días no se si lo hizo porque me dormí antes.

 

Los viernes por la tarde mis padres recogían a los niños en la escuela y se los llevaban a una actividad extraescolar cercana a su domicilio. Y cuando terminaban los recogían y se los llevaban a su casa y nosotros los recogíamos el sábado al mediodía, así disponíamos de la noche del viernes para ir a cenar con los amigos, cosa que haciamos habitualmente, y la mañana del sábado para realizar las tareas domesticas sin tener que ocuparnos de los niños.

 

Este viernes cuando llegue a casa mi mujer me dijo:

Tengo las pruebas de los análisis y estoy limpia.

 

Yo: Mejor, solo faltaría que te hubiera contagiado de alguna enfermedad

 

Ella: Hemos quedado en ir a cenar a casa de Ana y Alberto

 

Yo le conteste: si quieres ir ve, pero yo no iré.

 

Ella: Luis y Marta no estarán

 

Yo: no pienso volver a quedar con ninguno de ellos. Quizá a Miguel no le importa que le miren como un cornudo, pero a mi si. Para mi ya no son mis amigos, mi relación con ellos ha terminado, pero si tu quieres ir y continuar siendo amiga de ellos yo no te lo impediré, pero yo no quiero saber nada de esta gente.

 

Ella, triste: les llamare y les diré que no podemos ir.

 

Cuando nos acostamos le informe que el sábado por la mañana no la acompañaría a comprar ya que había quedado para hacer practicas de tiro. Ella no dijo nada, pero puso unos ojos como platos. Esta noche ella volvió a llamar a Marta, supongo que para darle la noticia.

 

Continuará