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Perder la cabeza por Carol 6

en Hetero: Infidelidad

Realmente todo sucedió como ella había vaticinado. Durante el último mes no nos vimos ni un solo día y ahora por mucho que yo lo negará ella me gustaba.

Para ella yo era un buen amigo con el que quedar para tomar para algo y para desahogarse sexualmente. Yo sabía que detrás de aquel caparazón se escondía una mujer con sentimientos, aunque ella nunca los mostrará, sus padres en cambio la veían como un juguete roto.

A base de ahorrar logré comprarme por fin un smartphone básico. Ahora si Carol quería enviarme algo lo recibiría, eso sí solo podía ir con wifi.

La Semana Santa estaba a la vuelta de la esquina y dónde trabajaba me dieron fiesta del viernes al lunes.

Eran días de vacaciones para los niños y Carla con 3 años y medio me tenía loco. La niña quería jugar conmigo a todas horas, gracias a ella descubrí que yo adoraba a los niños, pero también sabía que a mi edad ese tren ya había pasado.

Paula y Tomás, no me habían comentado nada, pero imaginaba que aprovecharían para ir a algún sitio. Era normal que quisieran hacer algún viaje en familia, yo era uno más y colaboraba con los gastos de la casa (era lo menos que podía hacer después de que me "adoptaron"). Pero entendía mi rol y pensé que a lo mejor deseaban "descansar" de mi durante unos días y es que no quería ser un lastre para ellos. Cuando me sorprendieron con algo que no esperaba.

P- ¿Haces algo este finde?

F- No hago nada, estoy ahorrando para irme de aquí algún día y aparte tengo que ahorrar para la boda y es que no quiero continuar siendo un estorbo para vosotros.

P- Tú no eres un estorbo, ni un canguro. Eres una persona a la que las cosas no le han salido bien en la vida y nos hemos acostumbrado a tu compañía y no eres ninguna molestia para nosotros y por favor quítate estas ideas de encima...por cierto a ver si tú mujer te da el divorcio de una maldita vez.

F- Gracias, pero...algún día me tendré que ir.

P- El día que sea será, tienes que ser positivo.

Ella siempre tan positiva, vaya suerte tenía Tomás: trabajadora, buena madre y además sabía escuchar (igualita que mi mujer "modo irónico").

P- Escucha hazte una maleta, no muy grande por qué te vienes con nosotros.

F- ¿Yo?

P- Si tú, sonará feo lo que te voy a decir, pero he encontrado una oferta para un hotel en Salou con piscina y todo, pero...es que no hay habitaciones familiares para nosotros cuatro y por el mismo precio hemos conseguido otra. El problema es que tendrías que compartir habitación con Carla y es que no quiero que suene a que tienes que hacer de niñero. Lo siento.

F- No me molesta y sobre todo gracias, además si me quedo aquí solo se me caerá la casa encima.

P- Irás un poco apretado con las sillitas, pero no es un trayecto muy largo y nos lo pasaremos muy bien.

El viernes a media mañana llegamos al hotel. Era enorme y con varias piscinas, yo nunca podía ir a este tipo de lugares ya que mi mujer los odiaba.

Aquel día me quedé durante la tarde y la noche con los niños para que sus padres pudieran disfrutar de unas horas de tranquilidad. Aproveché para llevármelos a pasear cerca de la playa y por extraño que fuera ir con aquel par de personitas, no me disgustaba en absoluto

El sábado mientras estábamos en la piscina tomando el sol decidí instalarme el whatssap y como le prometí a Carol la avisaría. Era un buen momento para llamarla a través de una videollamada. Seguramente no estaría en casa y estaría viviendo una vida llena de lujos...y no me equivoqué.

Estuve llamando y a los pocos segundos descolgó.

F- Hola Carol, ¿me ves bien?

CA- Sí, perfectamente.

F- Saludad todos.

FPTC- Hola.

CA- ¿Dónde estáis?

P- Tomando el sol en una piscina de un hotel.

CA- Yo estoy un poco más lejos para ser exactos en Mónaco con unos amigos. Con tantos exámenes y trabajos necesitaba desconectar.

T- Pero a la vuelta te quiero con las pilas puestas.

CA- No te preocupes profe, ya estudiaré que falta poco para acabar.

Entonces sucedió el momento de tierra trágame, ya que aquello de que los niños siempre dicen la verdad me sucedió a mí. Carla se acercó el móvil y vio a Carol.

Carla- Eres muy guapa y le gustas a Fede- con total naturalidad-.

CA- ¿Que ha dicho que no se entiende?

F- Nada mujer cosas suyas, voy a quitar la videollamada -más nervioso que un flan-.

CA- Después te llamo yo.

Estaba contento de haberla llamado y es qué la echaba de menos (en muchos aspectos aparte del sexual) y entonces comencé a pensar en que estaría al lado de chicos guapos y ricos. Yo era un perdedor nato: sin estudios, sin casi dinero, algo mayor y con síntomas de alopecia en algunas partes de mi cuero cabelludo. Noté que mis ojos se empezaban a poner vidriosos.

Paula me miró y le dijo a Tomás que se llevará a la niña a jugar a la piscina y nos quedamos los dos solos allí.

P- Ahora que te pasa, ¿qué es que no te gusta estar aquí con nosotros?

F- Me encanta estar con vosotros y con los niños.

P- Ya sé es por Carol.

F- No sé, me la he imaginado allí con gente de su edad: con dinero, guapos, jóvenes y esto me ha vuelto a hundir anímicamente.

P- Yo ya no sé qué decirte, quizás lo que te diga te va a sonar raro...pero algo me dice que ella te aprecia y no sabe cómo decírtelo.

F- Puede ser cierto, pero creo que después de la boda y sea cual sea su opinión dejaré de verla y finalizar con esta extraña relación que tenemos e irme a vivir cerca de mis padres y buscarme la vida.

P- Por nosotros no lo tienes que hacer, sabes que te apreciamos.

F- Además el día que mi mujer se entere...por qué se enterará de que he ido a la boda con otra mujer se liará parda...y entonces sí que comenzarán mis problemas.

P- Deja de pensar tanto y daté un chapuzón, que este ahora duerme y es que no sé cómo lo haces para que se te duerma a ti en cuestión de minutos.

Me fui a la piscina a darme un chapuzón y me fijé en que había chicas de todas las edades y no lo negaré muchas de ellas estaban de buen ver, pero no tenía ganas de intentar nada con ninguna de ellas por dos motivos: primero por qué ahora me sentía viejo y segundo por qué ninguna de ellas se fijaría en mí.

Después de comer les dije que me iba a tumbar un rato en la cama a descansar y es que necesitaba ordenar mi mente en aquel momento.

Me tiré en la cama y al cabo de un par de minutos sonó el móvil y era Carol. Lo descolgué era otra videollamada (gracias a dios que tenía wifi, sino me hubiera arruinado).

CA- ¿Estás solo?

F- Si.

CA- Yo también.

F- Es que no llamaba por no molestarte y es que a lo mejor te ha parecido mal que lo hiciera.

CA- No que va me ha gustado mucho que hicieras el paso de llamarme, aparte de que no ha sido tan buena idea esta escapada.

F- ¿Por qué?

CA- Hace un año hubiera disfrutado como una loca de estar de fiesta, pero ahora y no sé por qué también me gusta disfrutar de algo más de tranquilidad. Ayer a las tres de la mañana me fui a dormir, mis amigas al contrario llegaron cerca de las nueve de la mañana.

F-Pero tú eres una joven encantadora y tienes tiempo y dinero para disfrutar.

CA- Ya lo sé...por cierto echo de menos eso que tú ya sabes.

F- ¿El qué?

CA- No te hagas el tonto qué lo que hay debajo de mis braguitas y mi sujetador te echan mucho de menos y me los he puesto especialmente para ti -llevaba un conjunto de lencería muy elegante y se acariciaba su cuerpo-.

F- Estás espectacular -me empezaba a acalorar-.

CA- Por eso me lo he puesto para que te acordarás de mi como amiga.

F- Yo también te echo de menos a ti como amiga - me sudaban las manos y otras partes de mi anatomía-.

CA- Piensa que ya falta menos para la boda y que como te dije será muy especial para mí...por cierto envíame fotos de lo que hagáis.

F- De acuerdo.

Está llamada me dejó una mezcla de sentimientos. Por extraño y bizarro que sea la conversación había dejado un pozo de tranquilidad, algo que la anterior llamada no había logrado.

Me había calentado mucho verla con aquel conjunto de lencería, pero lo de amiga me cortó un poco el calentón.

Aquella tarde le comenté a Paula parte de lo que me dijo Carol (no todo como bien entenderéis).

P- Yo entiendo que te guste: es joven, muy guapa y casi con estudios universitarios y económicamente parece tener la vida solucionada. Si ella te ve sólo como un buen amigo con derecho a roce tendrás que aceptarlo, pero no pierdas la esperanza.

F- Lo intentaré, pero si veo que las cosas siguen por el mismo camino tomaré la decisión que te comenté.

P- No seas tan aguafiestas y disfruta piensa que ya falta menos para la boda.

Gracias a dios que tenía el apoyo de Paula. Tomás era más reservado en estos temas. Ella al contrario siempre veía las cosas de otra manera (el punto de vista femenino era esencial).

Aquel fin de semana fue perfecto: playa, piscina y descanso eso sí a la vuelta nos encontramos con las interminables colas para entrar a la ciudad.

Sin darme cuenta los días se convirtieron en semanas y estos en meses y ya nos habíamos plantado en el mes de junio.

Durante este tiempo ocurrieron bastantes cosas: había mejorado en mi puesto de trabajo y Carol logró sacarse su carrera con muy buena nota: exactamente un 9. Tomás me comentó que yo tenía algo que ver con su mejoría.

Su graduación se acercaba y una parte de mi quería asistir. Pero solo de pensar en que me podía encontrar a Cyntia, hacía que no tuviera ninguna intención de ir y es que a lo mejor me arruinaba el día. También pensé que Carol quizás no deseaba que yo asistiera. Estuve pensándolo muy detenidamente durante todo el día hasta que deseché la idea de mi cabeza.

Sabía que Paula acompañaría a Tomás aquel día ya que era su esposa y conocía al profesorado de la universidad. A ella le gustaba ver a aquellos futuros abogados a los cuáles su marido había ayudado a formar.

Había decidido quedarme con los niños para que ellos pudieran ir a la graduación tranquilamente y sin prisas.

T- ¿No piensas venir o qué a la graduación?

F- ¿Quién se quedará con los niños?

P- Los dejaremos en casa de mis padres, tú tienes que estar allí.

F- Pero no tengo muchas ganas de venir, id vosotros.

T- Si no conocieras a nadie allí lo entendería...pero.

F- Me tengo que vestir y todo.

P- Venga en quince minutos te quiero en el coche.

Al cabo de quince minutos ya estaba sentado en el coche. Tomás iba con traje y corbata y Paula llevaba un vestido muy veraniego, pero elegante.

Dejamos a los niños y nos dirigimos a la universidad, cuando llegamos aquello estaba abarrotado de coches y sobre todo de gente. Aparcamos y fuimos en dirección al auditorio.

Tomás y Paula se sentaron en las primeras filas y yo me quedé al fondo de la sala para que nadie me viera.

Mirando a vista de pájaro vi que Cyntia estaba con su novio. Las cosas no empezaban bien y cómo si fuera un castillo de naipes todo se estaba empezando a derrumbar, cuando vi que apareció Andrea.

A- Hola que tal me alegro de verte por aquí.

F- He venido a acompañar a Tomás y a su mujer.

A- Carol no sabía si tú ibas a venir.

F- Estuve dudando de si venir o no. -me extraño lo que ella me comentó-.

A- Pero al final has venido y eso es lo que cuenta, el problema es que mis padres también están por aquí. Desde que eres amigo de Carol -su mirada daba a entender que ella sabía algo más- ella ha cambiado a mejor: en los estudios, no sale tanto y se ha vuelto más madura y responsable.

F- Gracias por tus elogios, pero si ves que tengo que molestar me lo dices.

A- Tú no molestas hombre, los que molestan son mis padres y si ha dejado de verte durante este tiempo es porque tiene muchas ganas de acompañarte a la boda, a ver si al menos me las arreglo para que la puedes saludar.

Se despidió y me dio dos besos mientras vi que se sentaba al lado de sus padres.

La ceremonia no estuvo mal del todo y llegó el momento en que oí el nombre de María Carolina que se dirigía a recoger su diplomatura, a pesar de estar algo lejos me pareció verla algo nerviosa. Carol era un auténtico sueño de mujer, mientras Cyntia aplaudía efusivamente.

Pensándolo bien después de la boda quizás sería un buen momento para poner punto y final a esa extraña relación que manteníamos, aunque me doliera en lo más profundo de mi ser ya que yo sentía algo por ella.

Al finalizar la ceremonia había un auténtico banquete: todo tipo de bebidas y una gran variedad de comida. Allí me podía ver cualquiera de los presentes, mientras estaba ensimismado en mis pensamientos aparecieron Paula y Tomás.

P- Pensábamos que te habías ido.

F- No, es que me he encontrado a Andrea la hermana de Carol y me ha dicho qué estaba contenta de verme aquí, pero qué estando sus padres lo veía complicado que la pudiera saludar, por eso me he quedado en esta esquina y no creo que haya sido buena idea esto de venir. Si me disculpáis voy al baño.

Los dejé con la palabra en la boca y es que necesitaba estar sólo. Decidí alejarme y es que no deseaba hablar con nadie. No sé porque, pero tenía ganas de llorar. Cuando oí unos pasos detrás de mí y me giré y fue entonces que vi que era ella.

CA- ¿Se puede saber por qué no me has venido a ver?

F- Con tus padres dando vueltas por aquí y sabiendo que me juego no ir a la boda, no estoy para tomar ciertos riesgos.

CA- Que sepas que estoy muy contenta de que hayas venido y que no te lo haya que tenido que pedir.

Se acercó y me abrazó con todas sus fuerzas como si nunca nos hubiéramos visto. Estaba realmente guapa, llevaba el pelo suelto y totalmente liso, parecía mayor y me fijé en su vestido de color azul eléctrico y con unos zapatos de tacón altísimos.

F- Estas guapísima, te he echado mucho de menos.

CA- Tú también -mirándome fijamente-.

Sin dejarme de abrazar, vino a buscar mi boca y nos empezamos a besar de manera apasionada, notaba como su lengua recorría toda mi boca, mientras le sobaba su culo. Cuando la aparté unos segundos.

F- ¿Estás loca? aquí nos puede ver cualquiera, como venga alguien se va a liar.

CA- Lo siento, ¿que es que no me deseas ya?

F- Si que te deseo, pero aquí nos pueden pillar.

CA- Por favor...he sacado buenas notas y ¿no me darás lo que tú sabes?

El morreo me había dejado muy caliente y con las notas que había sacado era lo mínimo que podía hacer por ella.

F- ¿Dónde nos podemos meter que no nos vea nadie?

CA- Tu sígueme.

Nos metimos en unos baños bastante pequeños y que estaban alejados de dónde transitaba la mayoría de gente.

CA- Aquí no viene nunca nadie.

Se subió encima de los lavamanos y allí nos continuamos morreando con la misma pasión. Con mis manos empecé a acariciar sus piernas. Aproveché para subirle el vestido y dejando su tanga a la vista de mis ojos, mientras sentía que mi pene se había puesto como una piedra dentro de los pantalones. Me bajé los pantalones y los slips y noté como ella fue buscando con su mano mi herramienta y la empezó a acariciar lentamente (con lo dura que estaba ya no era ni necesario).

CA- Hmmm, cuanto la he echado de menos, necesito sentirte dentro -mordiéndose el labio-.

F- ¿Estás segura?

CA- Si por favor, no aguanto más estoy cansada de masturbarme con mis dedos ante tu ausencia.

Aquello me dejó pensando y es que con lo guapa que era se podía ir con cualquiera, pero la forma en que me lo decía me hizo pensar que a lo mejor solo mantenía relaciones sexuales conmigo.

Estiró sus piernas y le quité el tanga lentamente y sacándolo entre aquellos bonitos zapatos que llevaba y notando la suavidad de su piel. Se lo quité y lo dejé encima del baño.

CA- Por favor no tardes que aún nos pillará alguien y me daría vergüenza que nos descubrieran aquí.

F- Pero si dices que no vendrá nadie.

CA- Por si acaso...venga, no aguanto más tiempo sin sexo.

Me preparé y es que viendo lo mojada que estaba, sé que no me costaría ni un solo segundo llegar al fondo sin ningún problema, ella por si acaso con sus dedos se abrió sus labios vaginales para que entrará con mayor facilidad.

Quería hacerlo lentamente pero el tiempo apremiaba. Los primeros movimientos los hicé de forma lenta pero cuando vi que podía, decidí empujar de forma más fuerte. Notaba como gemía y lo que más me sorprendió es que su comportamiento realmente se había dulcificado, al menos no era tan grosera como en nuestros primeros encuentros.

Me abrazaba con todas sus fuerzas y es que casi no me dejaba ni respirar, me veía en el espejo reflejado y me sentía rejuvenecido y parecía como si todas mis penas se hubieran despejado de golpe.

CA- Siiiii...siiiii...ssiii.ohhhhhhhhhhh...me encanta...ohhh...si por favor no pares.

La forma en que nos movíamos me hizo notar que ella ya se había corrido. Yo no paraba de hundir mi miembro dentro de ella y es que no podía negar que la echaba de menos tanto a ella como a su cuerpo.

F-Ohhh...si...ohhh.

CA- Me encanta...siiii.

Si llega a entrar alguien en aquel momento se nos hubiera caído el pelo a los dos. Notaba como no paraba de gemir cada vez que mi polla entraba y salía de aquel magnífico coño y nuevamente en cuestión de minutos noté como su cuerpo se arqueaba y llegaba nuevamente al orgasmo.

Los dos estábamos disfrutando y pensé en decirle lo que sentía, pero tenía miedo de que la respuesta no fuera la deseada.

CA- No te corras dentro por favor, hoy deseo sentir tu semen en mi boca.

F- Ya te avisaré...ooohhh.

CA-Perdón continua que me encanta.

Me separé un poco y aproveché en sobarle los pechos por encima de su precioso vestido azul. Sentías sus pezones totalmente duros mientras los acariciaba. Estaba muy excitado por la situación y el lugar dónde nos encontrábamos. De manera gradual empecé a bajar el ritmo de mi penetración sabedor de que en breves instantes ella probaría mi semen, el cual me había pedido le entregará. Saqué mi pene de aquel maravilloso lugar, ella aprovecho para bajarse y ponerse en cuclillas.

Empecé a masturbarme frenéticamente y puse la punta de mi miembro en la comisura de sus labios. La miraba a los ojos y la veía preciosa. Estuve unos segundos así hasta que noté que no podía más. Ella abrió la boca y solté todo mi semen dentro de ella y es que podía notar la viscosidad de mi semen con la dulzura de sus labios y como su lengua recorría mi glande de una forma realmente deliciosa.

Cuando acabé de eyacular me fijé en que no se le hubiera caído ni una gota de semen en aquel precioso vestido, mientras veía como mi pene se perdía dentro de su boca y es que no dejó escapar ni una sola gota.

La ayudé a levantarse de la posición en que se encontraba y me sorprendió su respuesta.

CA- Muchas gracias.

F- De nada.

Si que había cambiado y es que aún recordaba aquellos tiempos en que se quedaba en shock si eras amable con ella o que te contestaba de malas maneras. Había sido fantástico y a diferencia de las anteriores veces que me había corrido en su boca, esta vez yo había disfrutado de ello.

Se enjuagó la boca y se puso el vestido lo más decentemente posible y entonces se giró hacía mí y me dio un beso.

CA- No te he querido dar un beso con mi semen en tu boca, por qué a lo mejor te daba asco.

F- No lo he probado nunca y a lo mejor me da un poco de repelús...no sé.

CA- En otra ocasión a lo mejor...-y sonrió pícaramente-, yo tampoco lo he hecho nunca.

F- ¿No te dejas nada?

CA- Diría que no.

Fue entonces que le enseñe el tanga que estaba justo a sus espaldas.

CA- Madre de dios, si me llegan a pillar sin el tanga, fijo que lo más bonito que me dirían sería guarra.

F- No lo creo.

Se acabó de maquillar y se arregló un poco el pelo.

CA- Ahora estoy decente.

F- Siempre has estado decente.

CA- Eres un amigo muy especial para mí... por cierto hay una cosa que no te he querido decir hasta que nos viéramos. Hace un mes me enteré qué Cyntia y su novio van a una boda a Pontevedra el mismo fin de semana que nosotros, no me ha dicho el lugar, pero ya sería casualidad que estuviéramos en el mismo sitio.

F- ¿Tú le has dicho algo?

CA- Si que iba a una boda a Galicia, es amiga mía, pero se ha ido distanciando de mí y por cierto si sigue así ya veremos si aprueba la carrera el año que viene.

Al salir del baño, nos dimos cuenta de que había gente cerca.

CA- En un par de semanas ya nos veremos y por cierto lo que ha ocurrido hace unos momentos ha sido sin duda lo mejor de la graduación.

Ahora me fijé en su rostro una sensación de preocupación.

CA-Espera un momento, necesito volver al aseo-voz asustada-.

F- ¿Qué te pasa?

CA- Acompáñame por favor.

Volvimos al baño y rápidamente ella se metió dentro del aseo.

F- ¿Te encuentras bien?

CA- Joder me ha venido la regla.

F- ¿No llevas ninguna compresa o tampón?

CA- No llevo nada, no me esperaba que me viniera hoy.

F- Tú, tranquila que yo lo solucionaré.

CA- Cómo no lleves una compresa en el bolsillo lo dudo.

F- No te pongas nerviosa, por favor.

La oí medio llorar y es que ya era frustrante que el día de la graduación la regla te arruinará el día y no creo que esto fuera plato de buen gusto para nadie. Pensaba en que podía hacer cuándo dentro de mí...zas se me ocurrio una idea o eso pensaba.

F- Ahora vengo, no tardo.

Me fui hacía la sala qué aún estaba abarrotada de gente, primero vi a Tomás y no muy lejos estaba Paula, yo iba muy acelerado.

F- Paula tenemos un problema.

P- ¿Qué te pasa?

F- Ven conmigo por favor.

P- ¿Es grave?

F- No…pero creo que tú eres la única persona en quien confío para que la ayudes.

La cara de Paula era de alucine, salimos de allí y por el camino le expliqué lo que había sucedido y le comenté que ella como mujer alguna solución encontraría. Llegamos a los baños y entramos.

P- ¿Soy Paula, dime que te pasa?

CA- Me tenía que venir la regla mañana y no llevo nada- se notaba que había llorado-.

F- ¿Necesitas algo más?

CA- No gracias, pero sal...

P- Déjanos solas por favor.

Salí del baño y vi que hablaban muy flojito, casi no podía oír nada y es que fijo que me debían dejar cómo un idiota.

Al cabo de unos minutos salió Paula y yo estaba nervioso intentando saber cómo lo había solucionado.

F- ¿Está bien?

P- Le ha venido la regla y es normal que se asustará ya que le ha venido muy fuerte y no se la esperaba.

F- Es normal en una mujer tener la regla, yo no lo veo cómo algo extraño.

P- Ella me ha explicado lo que ha sucedido y es que pensó por un momento qué si le llega a suceder sólo cinco minutos antes, tú te hubieras enfadado.

F- Yo no me enfadaría...ya sé que es sangre y hubiera sido algo desagradable, pero todo tiene solución en la vida.

P- Si eso es cierto.

F- ¿Cómo lo has solucionado por cierto?

P- No creo que te importe mucho como lo he solucionado.

F- Yo te explico mi vida, le solucionó el marrón a ella y tú no me lo explicas.

P- Cómo le digas algo a Tomás te cortó los huevos, aunque quizás Carol me mataría a mí. Tuvo suerte de que llevará una compresa, pero el mayor problema es que con aquel tanga no se le aguantaba la compresa...así que le he tenido que prestar mis bragas.

F- ¿Ostia?

P- Si, ella me ha prestado su tanga, pero como bien entenderás no me lo he puesto por qué olía a sexo...por los cuatro costados no sé qué le das a esa chica y antes de que me lo preguntes no llevo bragas.

F- No diré nada...pero ten cuidado con el vestido.

Al cabo de unos segundos salió Carol. Parecía estar algo más calmada e incluso esbozaba una media sonrisa. Paula se fue alejando y yo me quedé unos segundos con ella, me dio un beso casto y puro en la boca y se despidió, le había solucionado la vida y no me dijo ni gracias, pero ya estaba acostumbrado a eso.

Volví al salón y me fijé en que no había tanta gente y ahora quería hablar con Paula sobre lo que había acaecido hacía solo unos minutos.

F- No sé qué le hecho, se ha despedido de mí casi con prisas.

P- A ninguna mujer nos gusta haber disfrutado y que la regla nos aparezca de golpe.

F- Cada día tengo más dudas, ya que para ella soy un amigo especial.

P- Dale tiempo y no lo tires todo por la borda.

F- Yo ya sé lo doy, pero no sé qué quiere ella de mí...estoy hecho un lío.

P- Pasáoslo bien, durante el viaje y se cariñoso con ella, a lo mejor funciona.

F- Lo dudo que una chica joven como ella quiera estar con un agonías como yo.

P- Eres buena persona y valórate más.

Eran cerca de las doce de la noche y estando en casa recibí un mensaje que decía: Muchas gracias por todo y siento haberme comportado de esta manera y es que estaba muy nerviosa. Ahora estoy en casa relajada, aunque algo cansada. En quince días nos vemos, gracias por todo. Besos.

En quince días sería la boda, mi última oportunidad para estar con ella y llegar a algo más o la despedida definitiva de nuestra extraña historia.