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Perder la cabeza por Carol 5

en Hetero: Infidelidad

Mi vida se había convertido en una auténtica noria de emociones durante aquellos últimos meses.

Paula me había ayudado a solucionar uno de mis mayores problemas que era el de mi asistencia a la boda. Aunque pensándolo bien ante Carol había quedado nuevamente como un hombre que no sabía tomar sus propias decisiones.

Aquella semana las cosas empezaron a mejorar. Tomás gracias a un compañero de la Uni me consiguió un curro.

Era un trabajo por las tardes en una agencia de publicidad. Se trataba de atender a repartidores y firmar albaranes, eran solo tres horas al día pero ya era algo.

Durante esos días casi no tuve contacto con Carol y es que sabía que estaba muy ocupada con sus estudios. Tenía ganas de comentarle lo del trabajo (aunque no creo que esto le importará mucho a ella).

El viernes recibí un mensaje suyo que decía: muy pronto nos vemos, cuídate.

¿Muy pronto cuando era?... no comprendía nada, aunque con ella todo era posible y en parte ya me había acostumbrado.

Ese viernes llegó una carta al domicilio de Tomás y era de Elvira. En la misiva me decía que ella me quería mucho y que la perdonará...que podría volver a casa si no iba a aquella boda.

Empecé a meditar sobre aquella carta: ¿volvía con Elvira o decidía ser fiel a mis principios e ir a la boda?

Cuando llegó Paula le enseñe la carta.

P- No te lo tomes a mal lo que te diré, pero pareces tonto. Yo no me tiraría hacia atrás en tu decisión y es que al final acabarás siendo un desgraciado en sus manos, yo soy mujer y entiendo las tretas que está utilizando, te perdonará pero a la siguiente que tú quieras hacer algo que le disguste a ella te volverá a humillar. Yo ni le contestaría pero es tu decisión.

Sin pensarlo un solo instante cogí la carta y la rompí en mil pedazos.

Me fui a buscar a los peques y es que los viernes tenía libre y es que ellos me alegraban muchos momentos del día.

Ese día por la noche Paula dijó que pediríamos unas pizzas, me extraño mucho pero no dijé nada.

Aquel viernes la niña se durmió temprano y el peque ya estaba a punto de caer.

En estas llegó Tomás y se ve que estaba al corriente de lo de las pizzas porque no dijo nada.

Cuando nos preparábamos para cenar sonó el timbre. ¿Quién sería a estas horas?

Paula se fue a abrir la puerta y al cabo de unos segundos apareció Carol, hacía casi una semana que no nos veíamos y la situación era muy rara, no por mi sino por Tomás. Era su alumna y no quería que esto le acarreará problemas, aunque parecía que Paula lo tenía todo controlado.

Llegaron las pizzas y la noche se fue alargando, Carol era diferente cuando estaba con gente, que cuando estaba a solas conmigo y eso era algo que no acaba de comprender, aunque siempre me acordaba de lo que ella me había contado.

Cuando acabo la cena, me dispuse a limpiar la mesa y Carol dijo.

CA- Es bastante tarde y os tendréis que ir a descansar, me lo he pasado muy bien y sobre todo gracias por la cena.

Entonces Paula me hizo un gesto como diciendo que la acompañará.

F- Espera que te acompaño a la puerta.

CA- Gracias por todo.

Salimos a la calle y tenía el coche aparcado delante de la puerta.

CA- Hoy me lo he pasado muy bien, pero no quiero que te pienses que esto es algo serio, tu estás casado y sabes que yo no voy a cambiar. He venido para decirte qué mañana vas a conocer a mis padres, les díje que alguien que ellos no conocían me había pedido que le acompañara a una boda.

F- De acuerdo, dime la hora y estaré preparado.

CA- Sobre las doce y media te paso a buscar. Necesito tener toda la información de dónde se celebra la boda y como iremos. No quiero que mis padres me digan que no les explico las cosas y es que a pesar de que ya soy una mujer adulta, ellos me ven aún como una niña.

F- Tú tranquila que ya te daré toda la información posible.

Me dió un beso en la mejilla y nos despedimos. Entré a la casa y se lo comente a Paula: Tomás en aquel momento no estaba en la cocina.

F- Mañana dice que la tengo que acompañar…pero por otro lado me dice que ella no busca nada serio...creo que voy a enloquecer.

P- Yo sabía que ella vendría a pedirte que mañana la acompañaras a ver a sus padres. No les cuentes que estás casado ya que entonces sí que te mirarán mal. Si Carol no busca nada en serio contigo peor para ella, por qué tú vales mucho y te mereces que te quieran.

No pude pegar ojo en toda la noche, pensando en lo que iba a suceder al día siguiente. Estaba casado, aunque mi mujer me había echado de casa (y lo más sorprendente es que no era por infidelidad).

Por otro lado, iba a conocer a sus padres, mientras ella no paraba de recalcarme que no quería nada serio conmigo. Parecía que la cabeza me iba a explotar, al final me dormí cerca de las tres de la mañana

Ese sábado me arreglé bastante ya que quería dar buena imagen ante su familia

Salí a la calle y a la hora exacta apareció ella. Al subirme al coche me fijé en la ropa que llevaba y es que iba bastante más recatada de lo normal: llevaba un vestido blanco con encajes y con un forro negro para que no transparentará. Su forma de vestir me estaba indicando que ella no quería montar ningún numerito delante de sus padres.

Ella se fijó en mí y vio que estaba muy nervioso.

CA- Tu estate tranquilo, lo que ellos no se imaginan es tu edad y tampoco que no te mueves en los mismos círculos que yo.

F- De acuerdo- las manos me temblaban-.

En su vida había cierto halo de misterio y es que realmente nunca me hablaba de su vida y tampoco me atrevía a preguntárselas. Vi que nos desviábamos en dirección a Pedralbes, en aquel preciso momento comenzaron a llegar flashbacks en los que siempre me comentaba que yo desconocía muchas cosas de ella.

F- ¿Se puede saber a dónde vamos? -le díje intrigado-.

CA- Tranquilízate y solo te pido una cosa, confía en mí.

A los pocos minutos nos plantamos ante la verja de una auténtica mansión, le dio a un mando que llevaba en el coche y la puerta se abrió.

F- ¿Estarás de broma en que tú vives aquí?

CA- Yo hay cosas con las que no bromeo y esta es una de ellas.

Me daban ganas de bajarme y es que pensaba que ella se estaba riendo de mí.

Cruzamos una amplia zona ajardinada y aparcamos el coche enfrente de una escalinata que daba acceso a la casa.

CA- Bueno ya hemos llegado a "mi casa" y sobre todo tu compórtate como siempre ya que sé que eres una persona educada y por eso confío en ti.

Me sentía humillado y no entendía por qué me había engañado de esa manera, yo había sido sincero desde el primer momento, al contrario de ella que me había ocultado información.

F- Yo no me esperaba que tú....

CA- Si yo soy rica, más bien mis padres, pero piensa que yo soy la misma persona con o sin dinero y quiero que sepas que tengo muchas ganas de ir a la boda. Será la primera vez que me pueda escapar a un enlace que no sea del círculo de amigos y conocidos de mi familia. Tú ganas y yo también.

F- De acuerdo, pero después necesitaré que me expliques más cosas.

CA- Te daré todas las explicaciones que necesites, pero entra por favor.

Decidí pasar hacia dentro de aquella mansión y que fuera lo que tuviera que ser.

Entré y me encontré un hall de aquellos cómo los de las películas: ante mis ojos aparecía una amplia escalinata y varias puertas que daban acceso a otras estancias de la casa.

Entramos en lo que sería el comedor: era amplio y con una mezcla de muebles muy clásicos.

CA- Papá ya estamos aquí. -dijo ella en tono alegre-.

Vi como un señor se levantaba de una especie de butacón y venía hacía donde estábamos nosotros. Aquel hombre debería tener unos cincuenta años, me fijé en que me miraba inquisitivamente y es que a los pocos segundos recordé que era el hombre que buscaba a Carol mientras su hija estaba debajo de la mesa. Ahora rogaba a todos los santos habidos y por haber que no me reconociera.

CA- Os voy a presentar, este es mi padre José María y él es Federico, aunque le llamaban Fede.

F- Encantado de conocerle.

JM- Igualmente -mirada inquisitiva-.

En estas apareció su madre. Me acordaba perfectamente de aquella mujer y es que durante la cena me fijé en que estaba de muy buen ver y es que Carol era una fotocopia de ella. Calculaba que tendría mi edad de estatura rondaría el 1,70, llevaba un jersey súper apretado mostrando un pecho muy erguido para su edad (fijo que estaba operada) y unos jeans marcando culo, no lo podía negar que la madre estaba de muy buen ver.

CA- Ella es mi madre y se llama Rosa.

F- Encantado.

Se acercó y me dio dos besos cuando se acercó noté una fragancia de aquellas tan fuertes que se te meten en la nariz al momento.

Nos sentamos en un sofá quedando yo delante del padre y la madre y con Carol un poco más alejada de mí.

Yo tenía la garganta no seca...lo siguiente y por dentro de mí estaba temblando, aquello había sido una auténtica encerrona.

JM- Sabe nuestra hija ya es mayor de edad y puede hacer lo que ella quiera, pero en este caso y por extraño que nos parezca estábamos interesados en saber más de usted. Nos hemos fijado que es bastante más mayor que nuestra hija y esto es quizás lo que más nos sorprende a nosotros.

CA- Mira papá hace tiempo que conozco a Fede, es buena persona y nunca se ha propasado conmigo, es más él necesita este favor y a mí me haría ilusión ver gente diferente.

F- Yo la respeto y mucho (a estas alturas creo que el padre ya me había calado), ella me comentó que querían conocerme y por eso he venido aquí.

JM- Bueno hija, veo que ha sido buena idea presentarnos a tu amigo, así que no encuentro del todo mal que te relaciones con otras personas que no sean de tú círculo de amistades.

CA- Gracias papá, sabía que lo entenderías.

No me preguntaron por mi trabajo, ni por nada…pero la madre me miraba de forma extraña y qué todo saliera bien a la primera no me acababa de dar buen rollo.

R- Te sabría mal acompañarme a la cocina y así me vas ayudando con la elección de las bebidas.

F- Ahora le ayudo.

R- Trátame de tú.

Llegamos a la cocina y era enorme, me fijé que encima de la encimera había una gran variedad de platos. En aquella casa había mucho lujo y es que por mucho que me gustará Carol yo no lo podía competir contra todo aquello. Ella vivía en un mundo de princesas en lugar de un servidor que vivía en la pura realidad.

A los pocos minutos Rosa se giró y lo que me dijo me dejo helado.

R- Mira yo no soy como mi marido y es que te he calado desde el primer minuto, tú estás con mi hija por su dinero.

F- Señora...perdón Rosa, yo no estoy con ella por su dinero, ella es una gran amiga y un gran apoyo para mí.

R- Que me lo creo yo.

Y sin tiempo a decir yo nada me agarro mi mano y la puso directamente encima de sus pechos, eso no podía estar pasando.

F- Por favor dejé de hacer esto que alguien vendrá.

R- Tú lo que necesitas es follarte a una mujer como yo y dejar tranquila a las jovencitas como mi hija. Te vi el día de la cena y desconocíamos quién eras ya que nuestra hija nos lo oculto pero ahora ya sabemos quién eres.

En otro momento de mi vida me hubiera follado a aquella mujer allí mismo. Su manera de comportarse me estaba poniendo nervioso, noté como con su mano derecha empezaba a acariciar mi entrepierna y como sus dedos iban en busca de mi cremallera y es que parecía que Rosa tenía controlada la situación.

Necesitaba liberarme de aquella angustiosa situación y es que lo que estaba viviendo era realmente absurdo.

F- No por favor...déjeme tranquilo, ella es una persona muy especial para mí, aparte de una gran amiga...por favor pare.

La aparté como pude de mi pantalón y es que ahora no sabía lo que ocurriría. A lo mejor diría a su hija que me había intentado aprovechar de ella, estaba realmente asustado y es que Carol no debía andar muy lejos.

Ella se apartó y entonces me dijo.

R- Primero de todo lo siento, debes pensar que soy una zorra...me siento avergonzada por lo que ha pasado, pensé que eras el típico tío que va detrás de ella por su dinero, ya que nuestra hija es muy alocada sexualmente.

F- No lo creo señora.

R- Mira a mi marido se la puedes dar con queso en estos temas, pero yo sé que mi hija y tú sois más que amigos y me cuesta entenderlo, aunque hace tiempo que no la había visto tan feliz.

F- Mire lo que ocurra entre su hija y yo es algo totalmente privado.

R- Ahora entiendo muchas cosas, sabes hace tiempo que no la veo tan de aquí para allá. Tienes que saber que mi hija se acostaba con el primero que se le ponía a tiro e incluso sus notas habían bajado, creo que eres buena para ella, y espero una cosa de ti.

F- ¿Dígame?

R- Cómo le rompas el corazón a ella, te juro que te arrepentirás.

F- Rosa, yo para su hija soy un buen amigo y sé que pronto encontrará a alguien de su edad y que con el tiempo se olvidará de mí.

R- Si la haces tan feliz como ahora, no sé.

Salimos de allí después de haber asistido a una de las situaciones más extrañas que había vivido en mi vida. Estaba sofocado con todo lo que había sucedido.

CA- Espero qué mamá no te haya sacado mucha información, ella es muy persuasiva

F- No mucha -yo no sabía ni que decir-.

La comida tendría lugar en el jardín. Me senté al lado de Carol, durante la comida su padre me preguntó a que me dedicaba ye comenté que trabajaba de recepcionista en una agencia de publicidad, pero que era algo provisional. Aquel hombre no pareció estar muy contento con la respuesta que le había dado.

Yo por mi parte pensaba en lo que le había dicho a Rosa sobre su hija y es que le había dicho lo que sentía por ella. Pero por mucho que lo negará Carol estaba en otro escalón al cuál yo no podía acceder: era joven, guapa, rica y encantadora (cuando quería).

Tenía que hacerme a la idea de que tarde o temprano ella desaparecería de mi vida, aunque yo no quisiera.

En mitad de la comida apareció su hermana que era igual que ella, pero con una melena morena no era tan esbelta, pero si tenía una pizca de belleza parecida.

A- Ella es mi hermana Andrea, es la cabeza pensante de la familia

F- Encantado de conocerte. -le di dos besos-.

CA- Igualmente.

Durante toda la comida me sentí extraño y es que yo no estaba acostumbrado a moverme con gente de tanto "caché" y es que aquella casa con tantos sirvientes parecía "Falcon Crest".

Conocer a sus padres y a todo lo que la envolvía a ella había tenido la parte positiva y la negativa.

Un padre que te miraba digamos de forma poco amigable, una madre que lo primero que pensó es que iba detrás su dinero y una hermana que seguro que tenía que saber algo de lo que Carol y yo llevábamos entre manos. Todo aquello era demasiado para mí.

Cuando acabó la comida Carol y Andrea se fueron a un lado del jardín, las vi que reían y cuchicheaban entre ellas.

Cuando el padre de Carol se acercó a mí.

JM- Se imaginará que con este trabajo que tiene y viendo su edad, no me fie de usted ni un pelo.

F- Yo me pongo en su sitio y entiendo que tenga ciertas reticencias en que me acompañe a la boda, pero se lo he comentado soy su amigo y nada más.

JM- Lo único positivo que encuentro en cuánto a su presencia aquí, es que hacía tiempo que no veía a mi hija tan contenta y tan feliz...aunque creo que tarde o temprano si usted se aparta de su vida, todos saldremos ganando.

Aquel hombre me había dejado tocado con su comentario, durante los últimos meses me había sentido ninguneado, pero la forma en como lo dijo me dejó realmente muy tocado.

Su padre se fue y me fijé en que Andrea también se iba, ahora estábamos Carol y yo a solas.

Cuando Carol me dijo:

CA- ¿No sabía que trabajabas?

F- Si me consiguió el trabajo un amigo de Tomás.

CA- Ves cómo las cosas se empiezan a arreglar.

F- Por cierto, tu madre sólo me ha dicho una cosa

CA- ¿El qué

F- Que no te rompa el corazón.

CA- Se preocupa demasiado por mí, recuerda que ella es la que lo tapó todo lo que me ocurrió, junto a mi hermana.

F- Tu padre también se preocupa.

CA- Pero él es de otra manera.

Estuvimos un buen rato allí en la terraza, al borde de la piscina hablando y tomando el sol ya que estábamos en los primeros días de primavera y el sol ya calentaba bastante.

Estábamos totalmente relajados cuando su padre la llamó. Me quedé allí esperando y aunque estaban bastante lejos me fijé que de la forma que movían sus manos la conversación no era muy amigable.

Al cabo de diez minutos volvió ella volvió dónde yo estaba y parecía estar muy disgustada. Me fijé en algo que no había visto nunca en ella y es que parecía que tenía ganas de llorar.

Me comentó que su padre no veía claro lo de ir tan lejos en coche, ya que ella no tenía porqué degradarse a este estilo de vida. Carol le comentó que yo había hecho un sobre esfuerzo económico para asistir a aquella boda y que lo entendiera.

F- ¿Y que ha pasado al final?

CA- Le he dicho que ya pagaría yo el avión para ir si tanto le molestaba.

F- Si tienes que tener problemas con tu padre, me voy y aquí no ha pasado nada.

CA- Tú no te tienes que ir, yo ya soy mayorcita para solucionar mis problemas.

Se fue y al cabo de un rato volvió, ahora venía más relajada y sonriente y es que no sabía que le había dicho su padre para que su semblante hubiera cambiado.

CA- Todo solucionado.

F- ¿Cómo lo has hecho?

CA- Le he dicho que en mi vida he hecho muchos disparates y que nunca había tenido un amigo como tú, al final me ha dicho que nos va a pagar el avión hasta el aeropuerto más cercano y el alquiler de un coche.

F- ¿Estás segura qué estará de acuerdo?

CA- Si, pesado, estate tranquilo.

Salimos de aquella casa sobre las seis de la tarde. Su padre no se vino a despedir y su madre se había ido sin avisar, en el último momento apareció Andrea.

A- ¿Ya os vais?

CA- Tú no estabas y papa me ha liado una por qué la boda no era aquí y por qué veo que no le ha caído bien Fede.

A- Pero si parecía contento.

CA- Fíjate que ninguno de los dos ha venido despedirse.

A- No se lo tomes en cuenta, tú siempre has sido su preferida.

CA- Dirás que siempre he sido la descarriada de la familia, tú no has dado ni un problema: tienes un novio de buena familia, has estudiado y trabajas en algo que te gusta y al contrario que yo que sólo les he dado quebraderos de cabeza.

Entonces decidí entrar en la conversación que mantenían ellas.

F- Eres una buena persona y tienes tus cosas buenas y malas como todo el mundo y no tienes que dejar que los errores del pasado hagan de tu vida un infierno.

CA- Gracias- agachando la cabeza-.

A- No les hagas caso y disfruta que para ver siempre las mismas caras de aburrimiento ya nos quedamos con las bodas a las que vamos.

Gracias a dios que Andrea era comprensible con aquella situación y es que ahora veía que Carol para ellos era como la oveja negra de la familia, yo en cambio no compartía esta opinión.

Salimos de allí y nos despedimos de Andrea. Cuando ya estábamos llegando a la casa de Tomás e íbamos a despedirnos. Me dijo algo que no me esperaba.

CA- ¿Por qué te preocupas tanto por mí y me defiendes ante mi familia?.-se veía cierta tristeza en su mirada-.

F- Cómo tú has dicho eres una buena amiga y los amigos están para esto.

CA- Eres un encanto Fede, aunque ahora tendremos que dejarnos de ver durante un tiempo.

Tengo muchas ganas de asistir a esa boda ya que todos los enlaces a los que asisto siempre son de mi entorno social. Se que puedo hacer lo que quiera con mi vida, pero también conozco a mis padres y creo que son capaces de investigarte y no quiero que esto suceda. Por eso no nos podremos ver hasta el fin de semana de la boda, espero que lo entiendas.

Me dio un beso en los labios y ahora sí que nos íbamos a despedir.

CA- Aunque sabes una cosa -mirada picarona-: estoy un poquito necesitada de lo que tú ya sabes. A estas horas y aquí lo veo imposible. Sabes por las noches estoy muy sola y tengo que meterme en la cama pensando en ti y no sé cómo sucede que allí estirada en la cama me quitó el tanga y empiezo a acariciar mi clítoris de forma muy lenta y cuando ya estoy muy mojada empiezo a jugar con mis dos deditos a la vez. Estoy tan caliente que me los introduzco pensando que es tu polla que me penetra hasta el fondo de mi agujerito.

Con tales explicaciones no tardé en calentarme y lo más jodido es que a esas horas no podíamos hacer nada. Paula y Tomás debían estaban en casa y tampoco les llamaría para decirles que queríamos entrar para echar un polvo. En aquel preciso momento cómo si fuera una señal divina recibí un mensaje de Paula: que decía que Tomás y ella estaban en el centro comercial con los niños y que tardarían una hora en llegar. Era ahora o nunca.

F- Dicen que tardarán una hora en venir -me entendió a la primera-.

CA- Vamos no aguanto más, estoy que quemo.

Entramos y cerramos la puerta. Nos empezamos a besar mientras que ella se subía el vestido hasta la altura de su vientre. Me fui hacia sus caderas y le empecé a bajar el tanga hasta las rodillas y es que me moría por saber si su nivel de calentura era el que me había relatado anteriormente y si era cierto todo lo que me decía. Pasé mis dedos por su rajita y vi que estaba totalmente húmeda yo también estaba que ardía y es que pensaba que iba a romper mi pantalón debido a la erección que tenía. Por extraño que fuera en aquel preciso momento yo no necesitaba ningún tipo de preliminar ya que con su relato ya iba como una moto.

CA- Métemela por favor, no aguanto más.

Allí apoyada encima de una silla me bajé los pantalones y dejé que cogiera una buena posición (no quería que estuviera incómoda) agarré mi pene y me preparé para introducirlo dentro de su coño que estaba realmente mojado. Empecé con varios movimientos lentos, pero me moría de ganas de follármela salvajemente. Notaba como suspiraba y como empezaba a jadear mientras mi polla se perdía dentro de ella.

CA- Me encanta...no pares...oooh me corro...ufff, que bien sigue así...ohhh. Cómo echaba de menos sentirla dentro, ufff...ohhhh.

Era alucinante y es que solo llevaba un par de minutos penetrándola y ya se había corrido. Realmente sí que estaba necesitada y sin tiempo para recuperarse de su primer orgasmo llego el segundo. Me estaba empezando a asustar y es que por mucho que yo la estaba penetrando su excitación no bajaba ni un solo ápice, la agarré por su culo y empecé a penetrarla cada vez más fuerte.

CA-SSiiiiii...ssiii, oh dios... continua así me encanta...por favor no te corras aún, aguanta un pelín más...diooos.

Le hice caso mientras miraba el reloj que había en la pared y es que tenía miedo qué llegarán antes y nos pillarán haciéndolo. No paraba de penetrarla y ella no paraba de jadear continuamente.

F- Ufff...no puedo más.

CA- Un poco más...yaaa....ohhh...córrete dentro, quiero sentirla dentro me encanta.

F- Ohhh....no aguanto más.

Y allí descargué toda la calentura que ella me había provocado con su incendiario relato, noté como varios chorros se perdían entre las parades de su coño y es que su cuerpo parecía que sentía como mi leche la invadía. Notaba mi polla totalmente encharcada debido a su tercer orgasmo y es que parecía convulsionare. Durante aquel polvo ella había tenido tres orgasmos, era algo que me tenía alucinado y asustado.

Al cabo de unos instantes recobré las fuerzas debido a aquel sobreesfuerzo y fui sacando de dentro de ella mí ya flácido pene. Me fijé en su coño y estaba lleno de semen y de los restos de su propia eyaculación femenina.

CA- ¿Te encuentras bien?

F- Si, es que yo ya tengo una edad y ciertos esfuerzos pasan factura.

CA- Déjate de tonterías que lo haces de maravilla -aun suspirando-.

Se levantó lentamente de la silla y vi que le costaba mantenerse en pie (cosa extraña en ella, aunque con tres orgasmos su cuerpo debía estar molido), yo no díje nada. Se giró y vino directamente hacía mis labios, dándome un beso (más bien un pico).

Cuando nos fijamos vimos que en suelo habían caído unas gotas de semen. Fui a buscar rápidamente la fregona y limpié el suelo mientras ella aprovecho para ir al baño.

Abrí un poco las puertas y es que no quería que se notará lo que había sucedido. Al cabo de unos minutos volvió.

CA- Creo que nos lo vamos a pasar muy bien en esa boda, tengo la sensación de que será muy especial.

F- Yo también lo espero.

CA- Por cierto, necesitaría tus datos para que Andrea se encargué de los billetes de avión y el alquiler del coche. Con una simple foto me iría bien pero cómo tu móvil es tan básico. No quiero que te enfades por este comentario.

F- No me puedo permitir otro, el que tengo me lo regalaron Tomás y Paula. El otro se me estropeó y mi mujer dio de baja la línea.

CA- Lo siento, no lo sabía. Piensa que a veces te enviaría cosas, si algún día te compras uno más moderno me avisas.

F- Ya lo haré.

Después de nuestra conversación salimos al jardín a esperar a que llegarán: Tomás, Paula y los niños.

Nos dirigimos hacía su coche y lo primero que vi fue a Carla golpeando el cristal por qué quería saludarme. Bajo y vino a abrazarme y me dijo algo a la oreja que me dejó alucinado en una niña de 3 años "esta señora es muy guapa" y me dio un beso en la mejilla. Me fijé en la cara de Carol, aunque no le di ninguna importancia.

Mientras ayudaba a Tomás con las bolsas, vi que Carol le decía algo al oído a Paula y que ella se reía, nos despedimos y es que al final el día había acabado mejor de lo esperado.

Ahora contaba los días que faltaban para ir a la boda, sin saber todo lo que depararía el convite y los meses posteriores a ella. Aunque ella me había dicho que no nos veríamos yo necesitaba verla antes y es que aún faltaba demasiado tiempo para la boda.