A partir de ese momento, todo cambiaria en mi vida y yo no lo sabia. Algo dentro de mi, me decía a gritos que era ella; pero no sabia a que se refería esa voz en mi cabeza ni la voz, ni el billete de la gitana.
De repente todo se volvió calma y tranquilidad. Me sentía muy relajada y la pesadilla había desaparecido. No abrí los ojos, preferí seguir durmiendo y disfrutar de esa nueva paz en mi subconsciente
- ah, eres tu. ¿ya me darás mis papitas?- me sorprendía que entre tantas personas vestidas igual que yo, ella me recordara a mi en especifico.
-¡Estúpida maquina! ¡Devuélveme mi dinero!- la chica golpeaba y sacudía con bastante saña a la, indefensa y muchas veces odiada, maquina expendedora
No es adiós, ni muchas gracias, es un "te encontrare"...
Eran felices, verdaderamente felices. Pero Phidesaycu odia la felicidad, él jamás podría permitir que Helena o Alex fueran felices
-el dragón ¿Sabes lo que es el trastorno de personalidad múltiple?- y Helena se quedo con una gran interrogante en su cara Es broma, es broma- Y se rio Veraz
Y esa noche, sus cuerpos se unieron, sus corazones se sincronizaron y sus almas, sus almas se hicieron una sola.
-no tengas miedo- le susurro; y acariciaba aquella tersa faz no te haré daño- y planto en sus labios eso que sería su primer beso.
-¿Qué sucedió mi hermosa princesa?- -Alessia, Alessia me pasó- decía, llorando desconsoladamente
-¡no veas!- gritó Alex; cubriéndose y dándose la vuelta para así evitar que la pasmada caballero continuara deleitándose con semejante visión.
-esta bien. Vámonos Alex- contestó de una tranquila manera y tendió su mano hacia donde se encontraba la princesa, ésta la tomó, se puso de pie, subió al fuerte e imponente caballo de la guerrera amazona, y se fueron juntas
¿Por que no dejaba de pensar en ella como su princesa? ¿Por qué deseaba tanto volver a verla y poder abrazarla? ¿Por qué sentía tanta impotencia al no conocer el paradero de Alex de su Alex? Y, la pregunta más importante de todas ¿Por qué no podía dejar de pensar en ella?
...despedazando al instante su armadura; quedando completamente expuesta y vulnerable ante los sorprendidos ojos de la princesa. Lo único que se conservó de su armadura fue el casco (pero vamos, al no tener la armadura todas esas curvas de su cuerpo gritaban la sexualidad de nuestra protagonista).
Helena sabía que su armadura no era muy resistente, pero estaba segura de que, al menos, lograría salvarla de un golpe mortal. Y con esa pintura que había utilizado, convencería a sus adversarios de que poseía la más resistente de las protecciones.