Hay decisiones que tarde o temprano se tienen que tomar, y no siempre tenemos la certeza de qué tan buenas serán. Menos aún si quién las toma es un adolescente de 18 años que tiene las hormonas revueltas...
Un poco de drama es estimulante, pero el exceso ya se convierte en estresante. Cuando el drama, sexo, amor e indecisión adolescente se mezcla, definitivamente es una bomba atómica.
La verdad pulsa por salir. La bomba está a punto de estallar. Pero, aún así, el sexo no puede faltar.
Sexo adolescente al aire libre, en un caluroso día de verano. Ojalá fuese tan simple y maravilloso como parece.
En este capitulo: "Con mi pre-semen humedecí mis dedos y tracé círculos en mi hoyito. Lo sentía cansado, caliente y ligeramente dolorido por la actividad que había tenido horas antes, pero aún estaba hambriento de atención... "
Del sexo al enojo hay un solo paso.
Continuación de “El hermano de mi mejor amiga”. Adolescentes, hormonas, sexo y drama. ¿Qué puede salir mal?
El destino está escrito, y tarde o temprano se cumplirá. Cuando asumes eso, te das cuenta que eres el espectador de tu propia vida.
La bomba explotó y el caos se levantó. Aunque todavía hay muchos cavos que atar. El final está cerca.
Recuerden que todo puede ir peor de lo que se espera. El caos, el drama y el sexo hacen una combinación explosiva. Sobre todo cuando están en manos de unos adolescentes. La recta final.
Después de una noche terrible comienza la cacería. Definitivamente, las cosas ya no volverían a ser como antes.
Un misterio nace. Un enemigo invisible. Un daño colateral. Nada puede salir bien de esto ¿verdad?
Cuando las hormonas se desatan no hay quién las detengan. El deseo de sexo lleva a incursionar más allá de lo habitual. Pero esta historia no tiene solo sexo, sino que también un poco de drama.
La verdad siempre es lo mejor, pero muchas veces no sale a la luz de la manera correcta. Incluso así, pese a que solo hay oscuridad, parece haber un camino que lleva a la luz. Pero ¿la luz del fuego del infierno? o ¿la del paraíso?
Encuentros sexuales a escondidas, una pelea y un poco de drama. La adolescencia hace florecer la calentura y también las emociones.
Es difícil resistirse a la tentación luego de que pruebas el fruto prohibido. Pero es peor cuando es el fruto quién te persigue. Además, había algo en su estampa violenta que simplemente era más grande que mi fuerza de voluntad.
¿Habrá sido un error? ¿Fue lo correcto? ¿Se aprovechó de mí? No lo sé. Era mayor, y el hermano de mi mejor amiga y heterosexual. Supongo que desde China se veía que no iba a ser fácil. Pero las hormonas gritan más fuerte de lo que la razón lo hace. Pero él producía más en mí de lo que podía soportar