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Secretos de un matrimonio (09)

en Sadomaso

CAPITULO IX

JUEVES 20 DE MARZO

Mientras el coche abandonaba la autopista pensó qué seria mejor... si aparcar delante de su casa o hacerlo en el hiper junto al McDonald´s. Eligió lo segundo. Seguro que él lo preferiría. Alex la había citado diciéndole que era una sorpresa. estaba excitada solo de pensar qué nuevo desvarío le esperaba. En el trayecto a pie hasta casa de Alex era el blanco de todas las miradas, y no era para menos. De ombligo para arriba solo llevaba un sujetador negro. Vaqueros fashion como se dice ahora, tan bajos que el elástico del tanga asomaba muy por encima de la cintura. Empezaba a sentirse a gusto exhibiéndose, mostrando lo puta que era. Al llegar oprimió el timbre. Alex le abrió la puerta. Dentro habían otras dos personas, un chico y una chica, los dos muy jóvenes. Entró con un poco de resquemor. Alex al verla azorada le explicó.

- no temas, tienen ya los 18.

La chica estaba sentada en un sillón, mascando chicle. tenia el aspecto estándar: guapita y alta, bastante maquillaje, vaqueros acampanados de cintura baja, camiseta enseñando un ombligo con un diminuto piercing. Pelo largo y liso con una ancha cinta en la frente. Al ver a Inés dijo un escueto – hola- el jovenzuelo era también alto, parecía menor que ella, con aspecto muy descuidado. Era francamente feo, pero tenia un buen cuerpo.

- ¿esta es mi puta? Preguntó.

Alex le miró con gesto desaprobatorio.

- esta es Inés. Inés, siéntate en el sillón donde esta Sandra. Y tu Sandra... ven al sofá.

Inés miraba a Alex con gesto de no saber de que iba la cosa. Este no le hizo caso y volvió a hablar con el chico. Lo hizo en voz baja pero no lo suficiente para que Inés distinguiera palabras de advertencia. Después se plantó frente a Inés:

- vas a follar con Iván . Y yo lo haré con Sandra. ¿has estado con alguna mujer?

Inés estaba paralizada. La estaba prostituyendo claramente. Estaba haciendo uso de su persona a su antojo. Solo de pensar que era realmente una puta... su puta, le excitó sobremanera. Las palabras de Alex la sacaron del impasse.

-¿ me has oído Inés? ¿has estado antes con una chica?

Casi todas las mujeres que han estudiado en internados han tenido episodios lésbicos más o menos profundos. Inés no había escapado a este fenómeno, aunque hay que decir que la cosa no pasó de unos fugaces besos en la boca y pechos. Así que contestó:

- no... nunca.

- pues hoy vas a hacerlo. Iván... puedes empezar cuando quieras.

Alex se sentó junto a la chica joven y le metió la mano por dentro de la camiseta manoseándole las tetas. La chica se rió sin dejar de mascar y le abrió la cremallera del pantalón. Alex miraba como Inés se quitaba primero los vaqueros y después el sostén a las ordenes del chico. Este se quitó a su vez la ropa quedando con unos calzoncillos de color tigre. Inés le vio el paquete. Solo podía calificarse como descomunal. Al bajárselos se descubrió un largo y grueso colgajo. Sandra se rió al verlo aparecer: "este era su chico" pensó orgullosa. Alex no pudo menos que sorprenderse. Había contactado con esta pareja precisamente por la "cualidad" de Iván, pero no se esperaba tanta. Este hizo agacharse a Inés sin miramiento alguno y le metió la polla en su boca. Apenas le cabía. Iván forcejeaba para hacerla entrar toda pero era físicamente imposible. La ahogaría sin remedio.

- chupa puta... cómeme la polla.

Inés solo quería que la dejara hacer. Estaba excitadísima por todo lo que estaba pasando. Por fin el chico cede y ella toma la verga con una mano masajeándola. Le besa el glande haciéndole movimientos rotatorios con su lengua. Al sentir el estimulo se pone muy erecta. Con la mano la descapulla y con la lengua acaricia el frenillo si dejar de masajearla. Mete la rosada cabeza totalmente dentro de su boca. El tío aúlla más que gime. Se retira y coge a Inés por la cintura alzándola. La tira de espaldas al sillón, se arrodilla frente a ella, le separa las piernas y e intenta penetrarla. Alex, que no ha perdido detalle mientras juega con la vulva depilada al cero de Sandra, lo hace parar.

- primero el condón.

Iván coge uno de la mesilla y hace que Inés se lo ponga. solo le cubre la mitad de su verga. Vuelve a arrodillarse y esta vez sí, la empuja contra la vagina. Inés la soporta a medias... es demasiado grande y le duele, pero Iván le da dos o tres embates que la hacen gritar de dolor. No puede meterla dentro y le esta haciendo mucho daño a pesar de la lubricación, pero para fortuna de Inés Iván es un eyaculador precoz y se corre enseguida. Inés se retira para que no le entre ni una gota. Jadea y suda como una gorrina mientras el superdotado yace en la alfombra resoplando.

Alex, excitado por la visión de Inés prostituida, está sodomizando a Sandra, a la que ha desnudado completamente, y a la que no parece disgustar que se la metan por su culo, lo que es explicable, dada la diferencia de calibre con su novio. Finalmente también eyacula en su preservativo.

Han pasado quince minutos y los dos hombres están tumbados en el sofá. Contemplan con mirada satisfecha a las hembras arrodilladas frente a ellos.

- Les pondremos las esposas. Iván, venga, pónselas a las dos.

Este se levanta y ata por detrás las muñecas de las dos chicas. Inés está paralizada pero muy caliente. La jovenzuela parece habituada.

- Ahora a follar. Venga.

Las dos se ponen cara a cara. Inés esta agarrotada. Sandra le pide que se acerque. Tímidamente acerca a ella su boca, que su unen en un suave beso. Poco a poco va subiendo de tono. Sacan sus lenguas que acaban enroscándose con pasión. Sandra baja su boca por el cuello hasta la clavícula y la muerde. Inés tira la cabeza atrás y jadea. Sandra toma su pezón con sus labios, con sus dientes, aprieta sus mandíbulas... Inés suspira, mueve su cabeza, está gozando. La joven, ya muy experimentada en estos asuntos de sexo con parejas le indica que se tienda. Inés lo hace. Abre las piernas. Su sexo desprende líquido blanquecino, que cae por la comisura de la vulva. Sandra se coloca como puede, se inclina, su lengua recoge el néctar, se arrastra hasta el clítoris rojo y duro. Mas que lamerlo lo acaricia. Inés gime, jadea, aúlla… El encontrarse así, esposada, maltratada, humillada, follando con una mujer frente a Alex... nunca lo buscó en sus fantasías… pero ahora no recuerda nada. Solo está. No es de las que permanece quietas mientras le comen el coño. Se mueve sin parar. Sandra se las ve y desea para seguir su objetivo… Los restos sueltos de la braguita rota no le facilitan la faena, pero a pesar de su juventud es una experta. Lame, chupa, muerde, acaricia. Lástima que no tenga las manos sueltas para presionar con sus dedos determinados lugares, introducirse, penetrar, frotar… De repente el cuerpo de Inés se arquea y grita… una serie de convulsiones lo agita... es el orgasmo. El climax dura... y dura... y dura. Parece no terminar nunca, hasta que de repente cesa. Sandra apoya su cabeza sin dejarse caer del todo, rota por el esfuerzo y sin resuello.

Los dos machos asisten al espectáculo bien sentados, desnudos, con sus pollas flácidas por el trato recibido.

- Venga Inés, te toca a ti.

No puede levantarse. Ha tenido uno de los más intensos orgasmos de su vida y esta out. Alex vuelve a exigir que se incorpore. Con un gran esfuerzo lo hace. No sabe como empezar. Sandra lo advierte.

- no te preocupes. Túmbate. Yo me pondré sobre tu cara.

Inés vuelve a tumbarse de espaldas. Sandra se abre de piernas, colocándolas sobre su cabeza... su coño queda al alcance de la boca de Inés, que chupa a lo bestia. No tiene el arte de Sandra pero ésta, que ya está a mil, entra en calor inmediatamente. moviendo su pelvis ayuda a Inés con sus desplazamientos, para que su, todavía, inexperta lengua, llegue donde ella quiere. Le susurra…

- hazlo más despacio... y muerde. Por favor, muerde.

Inés dificultosamente toma con sus dientes uno de los labios de Sandra, que ha parado de moverse, y lo estruja poco a poco. Esta gime de placer.

- Ahhh, ahhh… mas fuerte, mas fuerte.

Inés muerde ahora con decisión. Le falta el aire en estos últimos minutos. Sandra jadea fuertemente. Entonces suelta la presa y vuelve al clítoris, duro y erecto. La joven vuelve a mover su cuerpo, que oprime contra la cabeza de Inés. Nota como la presión que siente en su pecho y vientre aumenta, aumenta. Inés casi no puede respirar. De repente la descarga. Sandra grita acompasadamente mientras oprime su sexo sobre el rostro de Inés. Sandra cae de lado inerte, sobre la alfombra, junto a Inés, a la que casi ha ahogado.

Cuando Inés se despide oye la voz de Alex.

- espera... como llevas lo de Carme.

A Inés se le hace un nudo en su garganta...

* * * * *

VIERNES 21 DE MARZO

Eran más de las tres. Joan y Alex habían comido y tomaban café en los sofás del vestíbulo del departamento con otras dos titulares cuando una tesinanda asomó por la puerta.

- Joan... te llaman al teléfono del pasillo.

Se levantó con parsimonia. Cuando tomó el auricular era el conserje, una mujer le esperaba abajo. No quiso decir su nombre.

Cuando entró en conserjería y la vio por poco le da un pasmo.

- Lola... qué sorpresa.

Se dieron dos cálidos besos en la mejilla. Joan la miró de arriba abajo.

- estas igual después de...

- ocho años... mentiroso.

Joan no mentía mas allá de lo razonable. evidentemente ocho años no pasan en balde. Había engordado, sobretodo su culo, pero Lola conservaba intacto un gran atractivo. Muy morena, de altura mediana, piernas un poco gruesas pero bien torneadas y muy proporcionadas al cuerpo, hermosos y grandes pechos y... una cara angelical, con unos ojos verde-gris adornados por unas cejas perfectas.

- ocho años ya... y ¿que te trae por aquí?

- vamos fuera. sentémonos en un banco.

Salieron al campus. La conversación prosiguió. Contestó sin vacilación con toda la crudeza que puede esperarse de una mujer despechada:

- he venido porque me he enterado de lo de Alex con tu mujer.

- ( cariacontecido ) vaya... como corren las noticias... ¿y puedo saber como te has enterado?

- eso te lo diré cuando me digas como puedo hacerme con tu mujer; quiero hablar con tu ella. Quisiera que me dieras sus señas... como puedo contactar.

- (muy molesto) y yo te las diré cuando me digas el porqué.

Lola pasaba progresivamente de un estado de alegría sincera a otra posición agresiva y desafiante, en la que no se encontraba nada a gusto. Dulcificó su gesto.

- mira Joan, no conozco a tu mujer pero te conozco a ti. Sé de lo que eres capaz. Y también conozco a Alex. Ella se merece que alguien le explique de qué calaña sois.

- somos... Lola, querrás decir somos.

- (con amargura) cierto... somos. por eso nadie mejor que yo para explicarle donde puede meterse... si no lo ha hecho ya.

Joan quedó pensativo. Quizás tuviera razón... pero...

- ¿no crees que hablarle de eso ahora puede interpretarse como una actitud de revancha? ¿de... despecho?

En realidad Lola, aunque era sincera en sus intenciones al hablar con Inés, no podía negar a de vez en cuando la asaltaban ese tipo de sentimientos. De hecho eso fue lo primero que le vino a su cabeza al leer el e-mail de Alex.

- es posible que sea así como tu dices, pero... ¿no puede también interpretarse que tu estas más interesado en que ella no sepa nada que lo que pueda pensar de mí? ¿acaso esperas que vuelva contigo y las cosas sean como antes después que (con sorna) tu socio te la devuelva como tu hiciste conmigo? Venga Joan... que tienes miedo de perderla definitivamente, y lo más probable es que hagas lo que hagas, y pase lo que pase ya la has perdido... y tu lo sabes.

- así no sé con certeza lo que puede pasar. Es posible que ocurra como tu dices. Pero si hablas con ella sí se largará con toda seguridad.

- ¿y no crees que cuanto más tarde en hacerlo mas se meterá en la mierda? ¿cuántas veces ha estado ya con Alex? ¿cuántas la ha prostituido? ¿Cuántas excentricidades la habrá hecho pasar ya?... a ver, dime.

- ( con amargura ) no lo sé... la verdad, no lo sé. Y prefiero no saberlo.

- ¿no te tiene informado Alex?

- solo me pidió un día que no pasara por casa. no me ha vuelto a decir nada. Contigo también fue así. yo nunca le dije lo que hacíamos.

- ( con una pizca de ironía) lo que me hacías hacer querrás decir.

- si... ( sonriendo con tristeza) es cierto.

Lola vio por primera vez a Joan hundido. Nunca hubiera sospechado que se encontrara en ese estado. Venia a ver a un hombre que había hecho de ella lo que había querido... un hombre duro y autoritario a pesar de su aspecto aniñado. Esperaba una actitud chulesca por su parte y... se encuentra a un hombre derrotado por sus propios méritos... a un hombre enamorado que sabe que va a perder lo que más quiere. No sintió lástima. Ni mucho menos. El se lo había buscado. Pero... ¿ y ella misma...? ¿qué buscaba en realidad viniendo a València... ? ¿remover viejos recuerdos? ¿saldar antiguas cuentas? ¿hacer apostolado contra sus propios vicios, sus propias inclinaciones de las que nunca... nunca podría ni quería escapar? todas sus convicciones se fueron al garete en ese instante. Suspiró. Había perdido.

- tienes razón Joan... toda la razón... no soy quien para intervenir en esto... perdóname.

- la quiero Lola... la quiero. No sé si todavía puedo hacer algo por retenerla pero no pienso impedir que Alex la someta hasta que se canse.

- ¿has pensado que pueda ser ella la que se canse?

- ( con sonrisa forzada) lo dudo... se por experiencia que vosotras nunca os cansáis. Perdona por la alusión.

- (con un dejo de congoja) no te preocupes. La teoría de Alex: todas las mujeres somos sumisas en potencia...

Joan se fijó en las muñecas de Lola. delataban que había acertado.

- tu sigues siéndolo.

- ( con una cierta resignación ) si Joan... sigo siéndolo.

- ¿estas con alguien?

- (suspirando) no Joan... no tengo amo o ama estable. Algunas inestables pero fija ninguna.

- una sumisa freelance...

- (sonrisa) sí... así podía llamarse, si. y tu... ¿qué haces? seguirás supongo. ¿alumnas?

- no... ya no. lo dejé al casarme con Inés.

- ¿se llama Inés? Un nombre bonito... ¿lo echas de menos? La dominación, claro.

- si Lola. Mucho... lo echo mucho de menos.

En ese momento Lola supo la verdadera razón de su viaje. Su alma de sumisa afloró por todos sus poros. Hasta su voz fue otra:

- voy a estar hasta el domingo a mediodía en el Renasa.

Joan lo captó inmediatamente. Una buena sumisa nunca se ofrece directamente a alguien que no sea su amo... pero esperó.

(Pausa)

Lola sabia que él lo había entendido perfectamente. Ella se estaba entregando a él, y él no había respondido. Se sintió muy defraudada.

La cabeza de Joan estaba en ebullición. Lola había pasado de un extremo al otro. En un tiempo la quiso y tuvo que dejarla. En realidad dejó la dominación al separarse de ella, pero no podía decírselo a Alex. Por eso se inventó lo de su boda como causa. Los recuerdos de sus encuentros emergieron en su mente... se moría de ganas de repetirlo después de tanto tiempo pero con ella... solo con ella.

- mañana tengo la tarde ocupada. iré el domingo por la mañana... sobre las once. pasaremos todo el día, y quizás también toda la noche. Avisa en el trabajo.

Lola sintió una gran alegría... y una tremenda descarga de licor vaginal.

- de acuerdo Joan... te estaré esperando. Ven cuando quieras.

- arriba está Alex. ¿quieres verlo?

- si tu no dispones nada en contra prefiero no verlo.

Se levantaron, se dieron un beso y se separaron, él al departamento, ella al hotel. Necesitaba masturbarse.

Cuando Joan entra en el despacho Alex esta solo.

- cierra la puerta. Quiero hablarte.

Joan echa el candado y se sienta en su sillón. Y mira a Alex, esperando.

- el domingo necesito a tu mujer.. . en tu casa. todo el día. Acabaré tarde.

Lo imaginaba. Un día u otro se lo pediría. Una jornada completa sometiendo a la sumisa a toda clase de aberraciones, a cual más abyecta. Era lo que él también pensaba hacerle a Lola. Alex sin quererlo le había solucionado el problema de cómo decírselo a Inés. ella aceptaría cualquier excusa.

- muy bien Alex. saldré de casa a las diez y dormiré fuera. ¿te va bien?

* * * * *

Inés sale de la ducha. Carme ya está en el vestuario, en bragas y sujetador, poniéndose los pantalones del chándal. Como el miércoles fue festivo quedaron hoy viernes. mientras se seca con la toalla le inquiere:

- no me acordé de preguntarte... ¿Como te fue con el macizo?

- Ay hija... siniestro total.

- (sorprendida) ¿por?

- ya te lo puedes imaginar.

- pues no... ¿era mariquitrolis?

- mucho peor... impotente y vanidoso.

- vaya... para ser tu primera infidelidad... Lo siento Carme.

- no lo sientas. Eso me da ánimos para aprender a escoger mejor.

- (divertida) ¿y que te pasó con ese adonis?

- (locuaz) pues primero... me saca una cena de casi doscientos euros en Civera. Segundo... se bebe 3 nockandos ¿se dice así? en ese local de moda de la calle Cavallers... otros noventa euros... se empeña en ir a bailar... ¡a bailar... yo! y otros 3 JB... y finalmente llegamos al apartamento en Puebla, con musculitos borracho como una cuba. Cuando se desnuda me da un pasmo. Veo la polla más diminuta de la historia contemporánea... y encima no se le levanta. Le tuve que dar tres mamadas... y ni así. al final se quedó dormido...¡y roncaba! Joder, no me lo merezco.

Inés reía a carcajadas... –perdona Carme, pero... – y volvió a reírse. Su amiga también la acompañó en sus risas hasta terminar las dos con dolor de mandíbula.

- bueno Carme... tantas fatalidades no es probable que se repitan.

Inés pensó en Alex... en su deseo de acostarse con Carme. Esta vez si pensaba que era capaz de pegársela a su marido, pero... ¿cómo ayudarlo? Desde que folló con Sandra le daba vueltas a una idea morbosa... muy morbosa: acostarse con Carme. Si. Ella lo intentaría primero. Después lo otro vendría solo, aunque eso significara tener que revelarle lo suyo con Alex. era igual... dicho y hecho.

- ¿que vas a hacer mañana sábado?

- pues nada. Mis hijas se largan hoy a Jávea a pasar el finde, y el señor tiene que ir al Escorpión a hacer el ridículo con los palos. Me daré un voltio por Bonaire. ¿por?

Inés suponía que estaría libre ese fin de semana. Pensaba quedarse en casa a cuidar sus rosales, estudiar un par de expedientes, broncearse en la piscina y terminar de leer una de las historias de "la cuarta verdad", pero... ¿porqué no intentarlo?

- ¿qué te parece si nos vamos a la playa las dos solas?

- (incrédula) ¿lo dices en serio? Si dices continuamente que iras cuando la asfalten...

- conozco una increíble... al lado de Canet. Hay una zona de dunas ideal para tomar el sol en topless sin mirones.

- hay hija, qué obsesión... si ya nadie hace caso de dos tetas.

- pero de cuatro sí... y como las nuestras no hay muchas.

Ambas mujeres rieron con ganas.

* * * * *

ines34@ozu.es