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Secretos de un matrimonio (10)

en Sadomaso

CAPITULO X

SÁBADO 22 DE MARZO

A las doce las dos chicas ya están tumbadas en topless detrás de una duna. La playa esta algo concurrida ya que la mañana es espléndida y bastante calurosa, pero nadie las puede ver a menos que vaya a buscarlas a propósito. Una ligera brisa refresca la piel y permite la prolongada exposición al sol. La rubia se da la vuelta y se dirige a la morena.

- ¿sabes? En la TCM hicieron hace tiempo una peli francesa de los sesenta. La prota le decía a una amiga que los hombres deberían estar celosos del sol.

- qué gran verdad...

- qué bien se está... ni piscina ni nada. ¿como descubriste esta playa? ¿tu, tan reacia?

- vinimos en invierno aquí detrás, a la casa de unos amigos de Joan. Hacia mucho viento y fuimos a la playa a ver el temporal.

- Pues me alegro de saberlo, ¿sabes?. En verano la Pobla esta imposible de gente y vendré por aquí, aunque sea sola.

- a ligar...

- ( riendo) exacto.

- te volverá a ocurrir, pillaras un machito de playa.

- cielo, esa clase de tíos no suelen asaltar a las mujeres solas.

- ¿ah, no? ¿ y eso?

Inés, interesada, se dio la vuelta poniéndose boca arriba... y se inclinó de lado. ambas mujeres estaban cara a cara.

- muy sencillo Inesita... es la propia idiosincrasia masculina. No conciben a una mujer atractiva sin acompañante. Si estuviéramos las dos sería otra cosa.

- ¿y si fuéramos bolleras?

- eso nunca entra en los esquemas del macho. Ellos creen que las lesbianas son así porque no han conocido todavía una buena polla. Entonces te asaltan porque ellos creen tenerla.

- ¿tú lo crees?

- yo no. y por cierto... ¿es moda no depilarse?

Inés se miró las axilas, que empezaban a poblarse.

- me lo pidió Joan. Dice que es muy sexy.

- (dudando) ya...

las dos mujeres volvieron a ponerse boca arriba dejando que el sol acariciara sus cuerpos. Inés penso llegado el momento de rascar en la situación, y dijo sin moverse.

- Carme...

- dime Inés.

- ¿hablabas en serio el otro día en el gimnasio?

Carme se incorporó, apoyándose en su codo miró a su amiga.

- ¿cuando exactamente?

Inés siguió hablando pausadamente sin moverse.

- el lunes pasado, cuando dijiste que estabas dispuesta a acostarte con mujeres si te gustaban.

- si Inés, hablaba en serio.

- ¿has estado alguna vez con una?

Carme estaba un poco desconcertada por esta insólita conversación. Nunca antes habían hablado de sus preferencias sexuales ni nada que se le pareciese. Inés era muy estricta y reservada.

- en el colegio... solo una vez en la ducha, con Dina, a los catorce... pero no llegamos al final. Si puede llamarse a eso estar con una... ¿y tu?

- yo... bueno, un día nos besamos los pechos Maria y yo, también en la ducha. Nada más.

- ¿te gustó?

Inés buscó en sus recuerdos sin encontrar respuesta.

- no lo se. ¿Y a ti?

- ufff... hace tanto tiempo. pero recuerdo que me pareció agradable.

- ¿y porqué no seguisteis?

- yo hubiera seguido pero ella se rajó y no quiso volver a estar a solas conmigo. Creo que se confesó y todo porque el capellán empezó a mirarme con malos ojos desde entonces. Y ya no lo intenté más.

- ¿Nunca has tenido otra oportunidad de hacerlo?

- si la ha habido no he sido consciente, lo que debe querer decir que, o me he dejado llevar por la inercia heterosexual o nadie me ha debido de interesar lo suficiente. A partir de ahora estaré más atenta.

- da mucho morbo, ¿verdad?

Carme estaba muy interesada en la conversación. Siempre había querido hablar de estas cosas con Inés, y ahora lo estaba haciendo a niveles insospechados.

- si Inés... mucho, muchísimo.

Inés sentía un ahogo en su pecho... señal inequívoca de la excitación que empezaba a embargarla. La minúscula braga hacia rato que estaba empapada, desde que le daba vueltas y pensaba lo que Alex le reservaba mañana. la había llamado al móvil justo al salir del gimnasio para citarla para el domingo... y estarían todo el día. Alex se había enterado que Joan tenia que ir a casa de su hermana y llegaría el lunes, así que aprovechó la ocasión. Pero esta opresión que empezaba a embargarla no tenía nada que ver con sus procaces pensamientos. Era otra cosa... era Carme.

- ¿también era cierto que yo te gustaba?

Se hizo un pausa tremendamente significativa

- si ines... era... "es" muy cierto.

- ¿de verdad? ¿me lo prometes?

- (ansiosa) si Inés... te lo prometo.

Inés tragó saliva.

- ¿te gustaría probarlo conmigo?

- ( pausa) me encantaría... pero... uff, no sabría como empezar.

- Carme...

- (muy excitada... excitadísima) si...

- inténtalo, por favor... déjate llevar...

Carme se inclinó más sobre Inés y la besó en la boca, metiéndole toda su lengua en su cálido interior. Sus dedos penetraron en el tanga y acariciaron su pubis muy lentamente, cuando sus labios se posaron en los senos y en los duros y oscuros pezones Inés ya jadeaba de placer.

Se dejó hacer... perdió lo poco que le quedaba de vergüenza cuando Carme quitó los nudos de la braga dejándola caer entre sus muslos, y hundió su lengua en su vulva. Se corrió casi al instante... pero Carme no paraba... y empalmó enseguida con otro orgasmo... y otro... y otro mas...

Cuando se recupero se posó sobre su vieja amiga que esperaba ebria de deseo, besándola en los labios, cuello y senos... mordió su blando y acogedor vientre... arranco la braguita con sus dientes y le dio la vuelta. Le abrió los muslos y buscó su ano, hundiendo su lengua en él todo lo que daba de si. Carme respiraba dificultosamente pero cuando notó como penetraban su esfínter casi gritó de gusto. Inés puso su pulgar en su raja que parecía un manantial, apretando rítmicamente arriba y abajo... penetraba en su vagina, acariciaba los labios, rascaba suavemente con su uña su clítoris... hasta que vino el climax. Carme se arqueó con todos sus músculos en tensión y así permaneció por muchos segundos, hasta que dio una serie de gritos espasmódicos y se derrumbó. Inés se acostó sobre ella pegando sus pechos sobre su espalda y posando su cabeza sobre su nuca... y la besó larga y amorosamente

* * * * *

veinte minutos más tarde llegaron al apartamento, se metieron en la ducha, y continuaron sus arrumacos enjabonándose, rozándose, acariciándose, lamiéndose, mordiéndose, besándose con lentitud o con violencia, bajo el agua tibia, hasta que la piel de las yemas de los dedos se les llenó de arrugas... y se fueron a la cama, donde continuaron con sus juegos encontrando lugares recónditos, investigando oquedades, descubriéndose la una a la otra... hasta que caer exhaustas abrazadas y sudorosas.

El hambre las despertó, cayeron en la cuenta que no habían probado bocado desde buena mañana.

* * * * *

comieron las pizzas con fruición. Ya con los estómagos mas aplacados, se sentaron en una terraza.

- ¿ Inés, qué vamos a hacer ahora?

- ¿a qué te refieres?

- ¿qué vamos a hacer con nuestras vidas?

- Carme... no vamos a hacer nada.

( pausa )

Inés tomó la mano de su amante y le dijo con dulzura:

- cielo, no saques las cosas de quicio, nada de enamoramientos ni cosas así, esto ha sido sexo, nada más que sexo. Además...

Inés calló un instante, dudando si era el momento de decírselo, pero ¿a qué esperar?

- estoy con alguien, quiero decir, que tengo un lío con un tío.

- ya... ya me lo imaguinaba. Te lo dije y tú lo negaste. Gracias por la confianza.

Carme estaba despechada. Inés le apretó la mano.

- perdóname pero... no es lo que imaginas. No es algo que pueda entenderse así como así. no hay amor, no hay cariño, es... otra clase de sexo.

- me estas asustando Inés... ¿en qué lío te has metido?

- no lo sé... no lo sé, pero me gusta, me gusta muchísimo.

- ¿el tío o el lío?

- ambas cosas.

- ¿lo conozco?

- no, no le conoces.

- ¿está bueno?

- sí... ( armándose de valor) vendrá mañana a mi casa ¿quieres conocerlo?

Carme quedó desconcertada y muda. No sabia qué pensar.

- Inés... ¿me estas proponiendo lo que yo creo?

- si... no sé si exactamente eso, pero...

- ¿un trío?

- no lo se. Eso tendríais que decidirlo los dos.

- ya... quizás él no acepte.

- o no aceptes tú...

- por lo que veo tú si lo haces.

- Carme... me encantaría.

- ( muy, pero que muy turbada) y a mí pero.... ufff... ¿así, de repente?

- no se me ocurre otra forma de hacerlo.

Carme cerró los ojos y tomó aliento. Las dos mujeres tenían las manos entrelazadas. Carme apretó con fuerza la de Inés.

- ¿a que hora voy?

* * * * *

Ya son las once de la noche y Joan todavía no ha llegado de la reunión de la ONG. Inés está inquieta y tiene motivos. Cuando llegó a casa eran casi las diez y media, se hizo unas hierbas y llamó a Alex.

- hola, soy yo. mañana por la tarde vendrá Carme.

- muy bien. ¿sabe a lo que viene?

- mmm... si te refieres a follar, si.

- ¿estas segura?

- sí.

- ¿cómo lo has conseguido?

- me acosté con ella.

(pausa)

- ¿con qué permiso?

- (molesta) no sabia que lo necesitara. Tu me dijiste que te ayudara y es lo que he hecho.

- he notado una cierta insolencia por tu parte. ¿es así?

Inés se mordió los labios por mema. Una vez más metía la pata. con Alex no se jugaba.

- si... tienes razón, soy una estúpida.

- si te acostaste con ella... lógicamente quizás espere un trío.

Había cambiado de tema. Eso era mucho peor, pensó Inés.

- probablemente sea así... ¿tienes algún inconveniente?

- Era una posibilidad que ya había tomado en cuenta; depende de cómo vayan las cosas... sí... puede ser interesante. ¿le has contado algo de nuestra relación?

- solo insinuado pero no quiso saber demasiado.

- mejor... veremos como responde.

(pausa)

- Alex...

- ¿qué quieres?

- por favor... respétala. Ella no es como yo.

- (irritado) ¿tú como lo sabes?

- hay muy pocas como yo...

- eso es lo que tú te crees. Mañana hablaremos. Estaré ahí a las 11. espérame preparada. Ya sabes como.

Y colgó sin despedirse.

 

* * * * *

Carme se removía en la cama sin poder dormir. Su marido roncaba a su lado. Le había echado una bronca de san patrás, por no avisarla de que no iba a comer.

- pues haber llamado tú. ¿yo qué sabia si te quedabas comiendo en el golf?

Ese trato injusto la reafirmo en la idea de pegársela, pero de veras, con una buena verga. ¿qué estoy diciendo? Pensó. ¿es que acaso hoy no lo había hecho? ¿porqué esa idea trasnochada que hacerlo con otra mujer es un asunto "menor"? hoy había disfrutado con el sexo infinitamente más que en todo su matrimonio. Y mañana esperaba disfrutar tanto o más. ¡qué morbo... montárselo con la Inés y su amante! Un trío... una de sus fantasías, pero... estaba inquieta. ¿a qué se referiría Inés con eso de "sexo diferente". ¿Se trataría de otra de sus fantasías secretas? ¿la atarían y la vejarían... la azotarían? Solo de pensarlo le volvían las exudaciones. ¿O serian ellas las que azotarían al tío? Eso ya no le gustaba tanto. En realidad no le gustaba nada. O... ¿atarían a Inés? Ufff, demasié; la frágil y dulce Inés, atada desnuda y azotándole su tripita. Eso si que le gustaba mucho. Mejor todavía... las dos atadas desnudas juntas y el tío azotándolas... ¡eso si que era morbo! Pero... ¿igual era un mirón que se la cascaría viéndola follar con Inés?. No, eso no. ¿o sí? Y si fuera Inés la mirona que disfrutara viendo como el tío y ella lo hicieran? Ufff... demasiadas variantes, demasiadas posibilidades, demasiado embrollo. Y... ¿si le daba por el culo? A su marido no se lo había consentido nunca... ni en los momentos en que habían estado bien, pero...¡tenia unas ganas de probarlo! Aunque decían que hacia mucho daño al principio, pero luego... era bestial, sobre todo si te tocabas a la vez. joder... ¿porqué no le habré preguntado más cosas a Inés?

* * * * *

continuará...