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Descomunal enigma

en Grandes Relatos

RELATO 25

Descomunal enigma

ECSagardez

Los ojos de Olga se abrieron más de lo normal… Era lógico que estaba sorprendida por aquello que le mostraba el viejo Cirilo, en el interior de su cabaña.

La madura mujer se encontraba de vacaciones en aquel pueblo de pescadores y siempre tuvo predilección por saber y conocer las leyendas y los enigmas que existen en cada población de México…

A su llegada a El Conchal, como se llamaba el pueblo, preguntó a la mesera del restaurante, sobre algunos enigmas que le habían mencionado y que ella quería entrevistarse con alguien que pudiera mostrarle algunas cosas…

La mesera no vaciló en recomendarle al viejo Cirilo, quien era muy conocido en el pueblo y porque se tenía conocimiento de que guardaba algunos secretos, además de ser muy dicharachero… Porque había escuchado entre la gente las cosas que se hablaban de él…

II

Olga fue más allá y le preguntó a la chamaca:

- Oye, ¿cuáles son esos secretos…?

A lo que respondió:

- La verdad yo nunca me he atrevido a preguntarle, porque es un viejo gruñón… Pero cuando alguien le cae bien, siempre saca de entre sus ropas algo grande que sorprende a muchos…

- Me podrías decir, dónde lo encuentro…? –preguntó Olga-.

- Vive a las orillas del pueblo, cerca del estero que da a la playa… Puede llegar caminando y sirve que le da el fresco, porque está haciendo mucho calor…

Tras pagar la cuenta del restaurante… Olga no vaciló ni un instante y se dirigió a la casa del viejo Cirilo…

III

La choza del anciano Cirilo se encontraba a las orillas del río y Olga tardó cerca de diez minutos para divisarla… Por lo que al llegar se sentó en el tronco de un árbol que yacía fuera de la cabaña y comenzó a gritar:

- Don Cirilo… Don Cirilo… Don Cirilo…

El viejo Cirilo tardó varios minutos en responder al llamado y al poco rato se asomó por una ventana y le dijo a la madura mujer que lo esperara un momento, ya que estaba haciendo una necesidad fisiológica…

Sin embargo, Olga, quien padecía de una eventual sordera a causa de una reciente enfermedad, pensó que la había invitado a pasar y se metió a la choza, sin medir las consecuencias de su atrevimiento…

IV

Lo que alcanzó a ver en las manos del viejo Cirilo la sorprendió sobre manera, jamás en su vida había visto algo similar… Para ella era algo indescriptible ver ese objeto grueso y descomunal que descansaba en las manos del anciano…

Por lo que de inmediato se acercó al viejo Cirilo, quien también se sorprendió de ver en el interior de su choza a la madura mujer, la cual le preguntó:

- Don Cirilo, cuánto mide eso que tiene en sus manos…

El viejo tragó saliva para responder la pregunta… Tenía mucho tiempo que una mujer no entraba a su cabaña y era algo de apreciarse a simple vista, porque el desorden imperaba en el lugar… Al responderle le dijo:

- Pues mide como 35 centímetros de largo y 12 centímetros de ancho… Y debo decirte muchacha que ha sido mi compañero de andanzas y el que me ha dado a ganar dinero… Por aquello de las apuestas a ver quien lo tiene más grande…

Olga no supo ni que responder… Pero era señal de que estaba completamente sorprendida por el enorme tamaño de ese objeto que el viejo Cirilo sobaba de una manera que la hizo tragar saliva…

V

- ¿Pero muchacha a qué debo el honor de tu visita?

Fue la pregunta del viejo Cirilo que estaba intrigado por la visita espontánea de Olga, quien le respondió:

- Acabo de llegar a El Conchal y me dijeron que usted es sabedor de viejas leyendas y posee cosas que me puede mostrar que hablan de los enigmas existentes en el pueblo.

El viejo Cirilo rompió en una sonora carcajada y sarcásticamente le preguntó, al tiempo que se sentaba en una desvencijada silla:

- ¿Cómo lo que tengo en mis manos?

La madura mujer, toda desencajada, no pudo evitar mostrar cara de sorpresa y le repuso:

- La verdad si don Cirilo, jamás había visto algo tan descomunal como lo que usted tiene entre sus piernas…

- Pero cuénteme, por qué se ha conservado así tan limpio, luego de tantos años…

- Mira chamaca, la verdad es que éste objeto que tu ves… Es uno de mis mayores orgullos… Y como te decía hace un momento, con él he jugado miles y miles de apuestas y hasta el momento no ha habido quien lo tenga así de grande… Por eso lo cuido y lo limpio todos los días…

Olga no pudo resistir la tentación y le preguntó al viejo Cirilo, si podía tocarlo a lo que el viejo asintió con la cabeza…

Ella ni tarda ni perezosa, lo tomó en sus manos y lo acarició de tal manera que sus ojos no pudieron ocultar el brillo de alegría que le causaba tocar algo que era inusual y a lo que no estaba acostumbrada de ver normalmente porque toda su vida había vivido en la capital del país.

Olga continuó acariciando aquel objeto… Y no reparó en el viejo Cirilo, quien también gozaba de ver con que ternura ella tocaba con sus dedos y los repasaba por aquello tan descomunal…

La madura mujer estaba embelesada. Por un instante perdió la noción del tiempo porque en toda su vida había tenido la oportunidad de conocer algo tan grueso y grande que se le perdía en sus diminutas manos… Lo acariciaba de tal forma que parecía estar en un juego erótico… Hasta que despertó de lo que para ella fue un sueño…

VI

De inmediato, interrogó al viejo Cirilo sobre eso que la tenía sorprendida:

El anciano se le quedó mirando a los ojos y le respondió con toda amabilidad:

- Hija… Cuando era un chamaco de 14 años, por estos rumbos cayó un temporal muy fuerte y era costumbre de los niños y adolescentes salir a cazar cangrejos… Por lo que con algunos primos nos metimos al manglar y de las raíces de unos bejucos salió éste que has tenido la oportunidad de tener entre tus manos y aunque trataba de escapar para evitar que lo cazáramos, yo tuve la suerte de atraparlo y ha sido para mi, el más grande de mis trofeos…

Olga no pudo evitar sentirse sorprendida por el tamaño del crustáceo… Y sólo alcanzó a despedirse del viejo Cirilo, pidiéndole permiso para visitarlo nuevamente y le contase más leyendas y enigmas de El Conchal