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Unas buenas a... cogidas (2)

en Amor filial

* Relato 34…

Unas buenas a… cogidas/II

SINOPSIS: Un tratamiento para el acné, el cumplimiento de una fantasía erótica y un regalo de cumpleaños, prueban la marcada excitación de unos jóvenes, quienes no desaprovechan cualquier oportunidad en que están solos para llevar adelante sus deseos sexuales… Esta situación derivó en coger en el campo y obsequiarle ella su honra a la persona que más quería en la vida por su onomástico… Vaya suerte de chamaco…

ECSagardez

Durante el tiempo que vivió con nosotros la prima Lupita, mis abuelos se preocuparon por llevarla con un dermatologo, quien le impuso un fuerte tratamiento que poco a poco fue borrando los estragos del acné que padecía en el rostro y aunque no era muy bonita que digamos, su faz cambió y ahora si invitaba a besarla…

Era una muchachita muy estudiosa, sus calificaciones oscilaban entre muy bien y sobresaliente, por lo que representaba el orgullo familiar en su condición de mujer y mis abuelos nada le negaban, estaban contentos con ella, pero más yo, quien podía disfrutar de sus caricias, devaneos y atención desmedida. A veces sus atenciones hacia mi, la hacían sentirse como si ya fuera mi pareja y eso halagaba mi sentido machista…

Mi prima Lupita acostumbraba a ir cada tercer dia a la biblioteca y en alguna ocasión, leyendo un libro de belleza, encontró que el sémen del hombre contiene celulas que ayudan a rejuvenecer y limpiar el rostro. Por lo que una idea cruzó por su cabeza…

Me encontraba en mi habitación haciendo mis tareas escolares, cuando entró muy entusiasmada y me dijo:

— ¿Qué crees? Acabo de leer un libro que indica que si me embarro tu esperma en la cara, me puede ayudar a curar estos pinches granos que ya no los aguanto…

Al momento me sorprendieron sus palabras… Pero la insinuación despertó mi ego y también mi verga, porque mis pensamientos se aceleraron a la velocidad de un rayo…

II

Por lo que entre broma y broma le dije:

— Pues manos a la obra…

Ella lanzó sonora carcajada y se retiró de mi habitación por unos instantes para retornar vestida con una vieja playera y un short ajustado que dejaba entrever la hermosura de su cuerpo, además de unas sandalias japonesas que me permitían verle sus pies que tantas veces había besado, incluso cuando en alguna ocasión nos quedamos solos y tuvimos el atrevimiento de bañarnos juntos…

En ese momento, tanto la tia Esperanza como mi abuela platicaban en la sala de la casa con unos compadres, así que mínimo teníamos una hora para hacer lo que quisiéramos. Ella puso el seguro de la puerta del dormitorio y se abalanzó de inmediato hacia mi miembro…

Al sentir sus menudas manos con unas uñas bien recortadas y pintadas de rojo brillante que me pellizcaban los huevos, mi verga respondió al llamado, mientras ella subía y bajaba el prepucio con suavidad…

La caricia se fue tornando intensa, por lo que mis ojos se cerraron y me transporté al edén, pensando en lo bien que la había pasado Adán cuando Eva en su maldad lo acariciaba… Era una de mis fantasías reprimidas, porque para ello se necesitan dos personas y mi prima cumplía a cabalidad ese rol.

La mano de mi prima Lupita siguió trabajando. Pero para imprimirle más erotismo a la escena se la metió a la boca y la chupaba, chupaba, chupaba y chupaba con pasión desenfrenada…

Su alto grado de excitación quedaba de manifiesto al sentir mi polla que parecía que en su boca se engrosaba más y más… Cuando le dije que estaba a punto de venirme se la sacó de la boca y dirigió los chorros de esperma hacia su rostro que recibió con marcado estoicismo las descargas seminales…

Lupita no pudo contener sus ansias febriles y como si se echara crema en el rostro se embadurnó toda de esperma… Era indudable que deseaba curarse y cualquier remedio, por casero que fuera, se lo aplicaba… Pero su erotismo iba más allá de cualquier cosa, porque se veía que disfrutaba mamarme la verga y luego sentir mis descargas en su rostro…

Fue una escena salpicada de mucha cachondez que tanto ella como yo disfrutamos plenamente…

III

Luego de esa sesión masturbatoria y aplicación del medicamento en su rostro, Lupita salió hacia su habitación para estar por algún rato con el esperma en la cara hasta que se le secó y posteriormente se lavó con agua mineral, como lo establecía la recomendación que había leído en ese libro… Bendito texto…

Los días pasaban y entre juegos juveniles y el erotismo de nuestra relación, todos los días y por las noches recibía su terapia de esperma en el rostro, tras propinarme unas buenas mamadas que terminaban salpicando su cara de mocos, como ella les decía…

IV

En una ocasión el tio Marcelo, quien vivía en un pueblo conocido como Tembladeras, porque en ese lugar se encontraba una trituradora de piedra, nos invitó, a toda la familia, a pasar un fin de semana en su rancho, donde sembraba zacate limón para pastura y su esposa, la tia Eduviges, tenía una hortaliza donde los productos comestibles eran verdaderamente frescos, tanto en legumbres como en huevos de gallina…

Era una delicia estar en ese lugar y hacia alla nos dirigimos los abuelos, la tia Esperanza, mi prima Lupita y yo. Debo aclarar que mi primo Alfonso al no tener una buena relación con ella, optó por irse a vivir con su padre, a lo que mis abuelos no se opusieron…

Todo era risa y carcajadas, por las ocurrencias del abuelo Angel, quien siempre tenía el chascarrillo a la mano… El rancho quedaba a 45 minutos del puerto de Veracruz, rumbo hacia el aeropuerto internacional… Por lo que llegamos cerca de las 12 del dia de un sábado…

Los señores de inmediato se pusieron a jugar dominó y a refrescarse con unas heladas cervezas. Mientras las señoras ayudaban a la tia Eduviges en la elaboración de los alimentos, cuyo olor despertaba el apetito de cualquiera…

V

Mi prima Lupita y yo nos dirigimos al campo y tras caminar cerca de 15 minutos encontramos un pequeño solar y varios árboles de mango, por lo que nos dispusimos a sentarnos y platicar de nuestras cosas…

Estábamos tan entrados en la plática, la cual se fue derivando hacia el terreno sexual… La cachondez de mi prima no tenía parangón, disfrutaba y se excitaba con sólo escucharme cuando le hablaba de algo que tuviera que ver con vergas, culos, papayas (vaginas), en fin todo lo relacionado con coger y coger…

Esa situación despertó una de sus tantas fantasías y era el coger en el campo, como había espiado a sus padres en los sembradíos de piña allá en Loma Bonita…

Enseguida se me acercó y me aflojó el cinturón de mi pantalón, para bajarme el zipper y meter la mano para sacarme la verga que ya estaba como bate de béisbol, en posición de atacar en serio las hermosas carnes de mi prima…

La boca fue el receptáculo de mi verga y las lamidas eran saboreadas por ella con intensidad, mientras tanto yo le alzaba su faldita, para verle el bikini transparente que dejaba ver sus nalgas y la rajita de pelos que enardecían todos mis sentidos…

En ese instante no pude ver sus pies, porque calzaba unos tenis, pero me entretuve con lamerle su raja a través de su calzoncito y eso nos puso a ambos bien cachondos y enseguida ella tuvo uno de sus orgasmos y yo eyaculé en su boca toda mi descarga de mocos…

VI

Mi prima no aguantó más y sólo hizo a un lado su bikini para introducirlo en su vagina, lo cual me sorprendió sobre manera, porque ella había señalado que quería llegar virgen al matrimonio. Pero su propia cachondez la traicionó, porque se fue sentando y yo sentía la humedad de su panocha…

Cuando tenía la mitad de mi verga introducida, su rostro se empezó a transformar con un rictus, que no denotaba una risa forzada, sino el dolor que sentía por estarse metiendo un grueso y puntiagudo aguijón de carne…

Al ver su gesto me espanté y le pregunté que le pasaba. Ella sólo me hizo una señal de silencio, mientras un hilillo de sangre corría entre sus muslos y mancharon mis piernas… Era natural que estaba siendo desvirgada por su querido primo…

Tras contener el dolor que sentía, mi prima siguió avanzando hasta introducirse totalmente mi verga, pero no hizo ningún movimiento brusco, sólo se levantaba para dejarse caer suavemente y eso a mi me estaba gustando mucho…

Al recuperarse y sentir que nada era más importante que disfrutar la cogida, inició movimientos de tremenda amazona que en verdad sentía que era ella la que me cogía a mi… Pero sólo era un pensamiento, porque Lupita seguía con un frenético mete y saca, hasta que la punta de mi verga sobresalía para dejarse caer con un denodado entusiasmo…

Era tremenda mi prima Lupita, disfrutaba mi verga a más no poder, hasta que apretó sus piernas y lanzó un fuerte grito que espantó a los pájaros que se encontraban parados en el árbol donde estábamos recargados… Y cuál había sido el motivo de ese estentóreo sonido, era que había llegado su segundo orgasmo de la tarde y era la forma para que su cuerpo se deshinbiera y disfrutara a plenitud su corrida…

Mi prima se detuvo por un instante y me besó en los labios, mientras yo seguía moviéndome hacia arriba y hacia abajo, el roce de mi verga con su bikini me producía un ligero escozor que me condujo a una fuerte eyaculación…

Mi cuerpo se arqueó de tal manera que le introduje de golpe todo mi miembro, hasta que mis huevos chocaron con sus nalgas, pero ya no había más que esperar, le derramé varias descargas de sémen y nos abrazamos hasta que mi verga se contrajo y sola salió de ese recipiente de carne en que se había convertido la vagina de mi querida prima Lupita…

VII

Luego de limpiarnos con parte de papel sanitario que ella llevaba en el bolsillo de su faldita, nos quedamos por un buen rato mirando hacia el azul del cielo, mientras ella comentaba lo feliz que la hacía y lo que había disfrutado haber sido desvirgada por mi…

También comentó que era una de sus grandes fantasías y que al saber que viajaríamos al rancho del tio Marcelo, hermano de la abuela, su líbido se encendió, porque deseaba darme una sorpresa y porque al dia siguiente era mi cumpleaños…

Sabes primo:

— Tu eres el único que has estado conmigo en los momentos más difíciles y me has ayudado en todo, por lo que te hiciste merecedor de mi honra y no me arrepiento de ello… Te quiero mucho y significas también mucho para mi…

Sus palabras me sugirieron tantas cosas… Pero de una cosa si estaba seguro, la situación con mi prima Lupita estaba tomando un cariz que me producía cierto temor… Y es que podría derivar en una obsesión incontrolable de su parte y no me permitiría mantener otras relaciones…

VIII

Luego de descansar un buen rato, ella se limpió bien y se sacudió la tierra, para regresar a la casa del tio Marcelo, porque el hambre nos había invadido y era necesario recuperar fuerzas…

Al dia siguiente que era mi cumpleaños, nos levantamos temprano, porque los abuelos y los tíos me cantaron las mañanitas, así como mi enamorada prima Lipita…

Ya no pude dormir y me levanté para dirigirme al corral de las gallinas a recoger los huevos, en tanto mi prima se quedó con las señoras a preparar el almuerzo… Su cara irradiaba felicidad, se le notaba el entusiasmo con que realizaba sus labores y cantaba la canción del momento con la bella voz que la caracterizaba…

Su mamá, la tia Esperanza, la observaba con picardía y le dirigía bromas verbales que ella sólo respondía con carcajadas, las cuales contagiaron a la abuela Faustina y a la tia Eduviges…

Luego del almuerzo, ambos nos fuimos a caminar por el campo, mientras los mayores se quedaban platicando y tomándose algunas cervezas, porque el calor en esa parte de Veracruz era insoportable…

Cuando perdimos de vista la casa del tio Marcelo, nos tomamos de la mano y en broma le hacía cosquillas en su palma… Ella volteaba y me sonreía… Pero ese era mi truco para que se fuera calentando en lo que encontrábamos un sitio alejado para dar rienda suelta a nuestras fantasías sexuales…

Llegamos a un río y tras escudriñar que no hubiera alguien en las cercanías, nos desnudamos completamente para meternos al agua, donde nos besamos y nuestras lenguas se enlazaron de tal manera que por mucho rato no pudimos separar nuestras bocas. Parecía que nos habíamos pegado…

Con la tibieza del agua y nuestros cuerpos juntos, mi verga se puso súper tiesa y ella sólo hizo un ligero movimiento en una de sus piernas, por lo que poco a poco se la fui metiendo en su panocha y así ambos parados comenzamos a movernos… Pero esa posición no nos permitía tanto movimiento y optamos por salirnos y refugiarmos atrás de una gran piedra…

Fue ella la que se acostó boca arriba y abrió sus piernas lo más que pudo… Mientras yo tomaba mi pene y se lo metía suavemente, sin prisas, cuando la tuvo toda adentro nos movimos hasta encontrar un rítmico vaivén…

Puse sus pies en mis hombros y con ellos me acariciaba el rostro y se los besaba, le mordisqueaba sus talones y chupaba sus dedos… Yo sabía que eso la ponía a cien por hora y le provocaba una oleada de intenso placer…

No me equivocaba, mi prima se movió con más fuerza, la cogida estaba siendo fenomenal, sólo escuchábamos el tradicional ruidito cuando la humedad de la panocha es tal y la verga roza con los músculos vaginales tremendamente lubricados…

No podíamos contenernos, nuestra calentura se acentuaba a cada instante, la verga entraba y salía de ese agujero que tanto calor me prodigaba, la vagina de Lupita se contraía e impulsaba sus piernas de tal modo que no daba lugar a que en cualquier momento se escapara el grueso miembro que la llenaba de felicidad…

Los dos estábamos disfrutando la intensidad de ese polvo, cuando ella comenzó a decir:

— Me voy a venir primo… Metémela más adentro… Quiero que tu también me eches los mocos al mismo tiempo que yo… Anda… los dos juntos…

Sus palabras de guarra no me dejaron más opción que seguir moviéndome hasta que los dos nos quedamos por un momento inmóviles y nuestros cuerpos se laxaban… Ella había tenido un orgasmo tremendo. En tanto yo había eyaculado gran cantidad de sémen que le inundó su panocha de caliente leche…

Enseguida se zafó y dirigió mi verga a su rostro, para untarse los residuos de mi descarga seminal y más tarde terminó limpiandola con su lengua hasta terminar en otra mamada que me volvió a poner a cien por hora…

Por lo que no aguanté más y le lancé otra ligera descarga de leche que se volvió a untar en el rostro, porque era su tratamiento para el acné…

IX

Nos metimos al rio para bañarnos y limpiarnos… Los dos nos vestimos de inmediato, porque nos pareció escuchar algunos ruidos de pisadas… Pero no tuvimos de que preocuparnos, eran unos caballos que se acercaron al rio a tomar agua…

Luego de un buen rato de plática, donde hubo algunos toqueteos morbosos… Nos levantamos y nos dirigimos a la casa del tio Marcelo, porque después de comer el mole de gallina, preparado en mi honor, regresaríamos a casa, para continuar nuestra vida normal, pero sobre todo seguir disfrutando de unas buenas cogidas…

La virginidad de Lupita, fue para mi el mejor regalo de cumpleaños y jamás pensé que le hubiera encantado coger en el campo, porque con ello descubría su intensa cachondez y daba rienda suelta a sus fantasías eróticas, las cuales fueron impulsadas con sólo ver a sus padres, la tia Esperanza y el tio Jerónimo, cuando cogían entre los árboles del sembradío de piña…

Esta historia continuará con otra tremenda a… cogida con mi prima Lupita