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Etapas de inicio de adolescente homosexual

en Gays

Siendo adolescente me trasladé a la ciudad, en mi pueblo Tulunqué, solo hay enseñanza básica.

Me alojé en la casa de mi padrino, hombre de aproximadamente 50 años.

Lo conozco de toda la vida, ya que es primo de mi papá.

Me anoté en los cursos, buenos camaradas los muchachos de la ciudad, muchos como yo vienen del interior, así que varios éramos de pueblos periféricos.

Olvidé mencionar que me llamo Oscar y me siento bien en compañía de hombres.

Ya en Tulunqué, en la pileta solía mirar los cuerpos de los chicos, no de las hembras.

En los vestuarios algunos habían notado mi preferencia, por lo que solíamos besuquearnos, aun masturbarnos cuando se daba la ocasión.

Aquellos que sabíamos entendernos siempre andábamos juntos, pero no pasamos de oral.

Las veces que intentamos anal, el dolor suspendió el coito, ignorábamos lo de la lubricación y masaje con gel. El consolador de nuestros padres no solía estar a mano, es decir disponible. Había tenido oportunidad de metérmelo, pero el jabón como lubricante arde, el champú de bebé, no tanto.

Deseábamos, pero no podíamos, ya que además acabábamos rápido.

Estuve a solas con Julián, allá en Tulunqué, cuando sus padres fueron a un velorio, les pidieron a mis papás que me dejaran quedar con él a dormir, cosa que hacíamos a veces, mas esta vez estábamos solos.

Apenas se fueron, cerramos y al dormitorio los dos. Meta besos en tanto nos desnudábamos el uno al otro. Nos revolcamos en un 69 eterno. Boca, pija, acabamos en nuestras respectivas gargantas. Salimos con la leche corriéndonos por la comisura, en el beso posterior nos robábamos el semen que no había sido deglutido aun.

Después las vergas no tomaron el "tono" suficiente. Al rato de estar meta beso, a Julián se le paró, le ofrecí mi culo, pero no quiso o no pudo. Nos dormimos cucharita.

En resumen a las 07:00 AM el despertador comenzó a sonar, desayuno y a la escuela.

Cuando en el arroyo me asoleaba en una roca me pajeaba, soñando con un hombre bien macho que me hiciera todo lo que con los de mi edad no podíamos concretar.

Mi padrino Lorenzo, viudo, es hombre serio, pero amable, la empleada se retira luego de la cena, a eso de las 21 hs quedamos el y yo en la casa.

Es un hombre maduro, tiene una pija bien grande, se la vi en la ducha. Eso bastó para que me propusiera seducirlo, atraerlo físicamente a Lorenzo con el propósito de obtener de él una relación sexual completa.

En el living miraba yo una revista y me frotaba la bragueta, mi pene bien duro hacía ya carpita, el a mi lado lo notó, le sonreí sin dejar de masajearme. El vio que la revista era de machos, me dice entonces en la oreja, casi lamiéndomela

-Me doy cuenta Oscar que te agradan los hombres.-

-Y a vos Lorenzo, también ya que me estás besando y chupando la oreja.-

Allí no mas me mete mano a los pezones, cosa que me excita mas aun, deseándolo.

-Loren, si tocás, seguí hasta el final.-

-No lo dudes, me gustás y ya me has calentando en estos días.-

Me come las tetas, me mordisquea los pezones, el calor de su boca inunda mi ser.

Me siento totalmente a gusto, la sonrisa de satisfacción no muere en mis labios. Le colaboro cuando me quita el pantalón, para que me de una buena mamada. La gozo como nunca

Mama pija como los dioses, me desliza la mano por el cachete, llega al ano me lo masajea, siento que dilata mi hoyo. Me lleva a las nubes del cielo. Lo desnudo, me deslizo a su lado para palpar esa verga de hombre, el parece encantado con la mía.

Me acaricia desde las tetas hasta el abdomen, lo pajeo suave, no sea que acabe donde no debe, si hacerme gozar del coito anal.

Me inclino sobre el, para darle una probadita a ese pene tentador, suave la mamada, siempre precavido para que no se corra.

Suspendo y le pido me la ponga, estoy bien seguro que no opondrán resistencia mis benditos esfínteres. Me hace que regule la entrada anal yo mismo, por mi mismo me voy sentando en el mástil, siento como voy dilatando, una vez la cabeza dentro, gozo-dolor-placer es lo que experimento. Trato de que entre, el forro lubricado es de gran ayuda, me siento sobre Lorenzo, mi desvirgador.

Subo y bajo a voluntad, ya solo hay placer anal, finalmente Lorenzo me ha quitado la virginidad, como un maestro, se lo agradeceré eternamente.

Me la mete en todas las posiciones, ya no puedo pedir mas, el está agotado y su misión ha cumplido con creces.

 

Con mis patitas levantadas casi sobre sus hombros, es como mejor gocé a Lorenzo.

Le agradezco el favor con un dulce y suave roce de labios.