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El peon

en Gays

Me llamo David, ando por los treinta, soy rubio de lindos ojos claros, mi físico no es musculoso, es normal, mediré algo mas de metro setenta y cinco y andaré por los setenta kilogramos.

Me gustan también los hombres.

Mi "desvío" de los canones normales impuestos por decisión o regla establecida en algún concilio de la Iglesia católica sobre el dogma o la disciplina, es decir el ser homosexual puede que haya surgido de la vez que fui violado en tanto paseaba por un cañaveral en la estancia del abuelo.

La verdad sea dicha, andaba desnudo, si bien hacía calor, pude haberme dejado el pantalón una vez que desmonté del caballo, en ese entonces no estaba definido aun, en lo referente a preferencias sexuales, pero si era ya algo... amanerado, solía imitar a mis hermanas en sus gestos y poses. Principalmente cuando estaba a solas con algún machito que quería seducir.

Además el peón que me violó se cubrió el rostro, pero yo creo saber quien es, supongo que es el joven moreno que yo mismo había excitado y el ya me había palmeado las nalgas con una sonrisa de mi parte ante su "atrevimiento".

Y asimismo es posible, mas que posible, que haya gozado de esa "violación" que aunque me dolió, me quedo gustando.

El "violador" desapareció de mi entorno, cosa que prácticamente confirmó mi suposición.

Mi vida siguió alternando sexo, claro estaba definiéndome, con hembras y machos, siempre evocaba mi primer sexo con macho, la vez que Nelson, me violó.

Solía soñar que un monstruo me violaba.

Un baile organizó mi papa en la estancia, lo cual no hace por altruista, ya que hace embriagar a aquel cuya mujer le agrada, después se lleva a la hembra al granero y se la coge, esa vez lo vi a Nelson. Le pedí al capataz que lo enviara a la bodega a buscar un vino determinado, que yo sabía bien que estaba bien al fondo, de inmediato me fui allí, antes que el llegara.

-Hola Nelson, ¿me buscabas a mi?.-

-No, no David, me mandaron acá a buscar vino.-

-Justamente un tinto inmaduro, yo te envié aquí Nelson.-

Se quedó dudando, lo ayude en sus tribulaciones, temblaba

-No Nelson, no temas, se que vos gustas de mi, tal como yo de vos.-

-Por supuesto que Ud David es una persona agradable y me cae "maravillosamente" bien.-

-¿Tan "maravillosamente" como para querer violarme?.-

-No, no David, eso no, lo aprecio como persona.-

-Dejá de boludear, cuando te fuiste, te vi en la nalga la cicatriz de la cuerneada que te hizo el toro de Jacinto, además era tu caballo, el alazán que te regaló mi abuelo.-

-Perdoneme David, si Ud me calentó, hasta cuando le tocaba la cola me sonrreía, así que resolví gozar de Ud , porque ¡si! me gusta Ud y mucho.-

-A mi también me gustó lo que me hiciste, mas, gocé de tu bruta manera de tomarme, me sentí tu hembra, vení ahora dame los besos que no me diste en el bosquecito de lote 5.-

Me agarró de la cintura y de la cabeza, me empezó a besar apasionadamente, le correspodí los besos y le solté el cinto, se le cayó el pantalón, saltando su tiesa verga, que mi culo había conocido.

-Me excitás mucho, muchísimo David, me gustás tanto.-

Me quité el pantalón y el supo lo que yo deseaba, esta vez estaba lubricado mi ano, de allí que me la metió si dificultad a los 10 minutos tenía mi culo lleno de su semen.

-Lo lamento David, te acabé en la tripa, toma secatelo.-

-Nada que lamentar Nelson, dame otro beso y no olvides el lote 5, allí te espero al amanecer.-

-Estaré para amarte como corresponde, me debo ir, el capataz estará inquieto.-