En la adolescencia creí que era homosexual, por supuesto que estaba seguro en ese entonces de que me gustaba estar con hombres.

Al punto que con mi pareja circunstancial, Sebastián, estábamos enamorados, documentamos lo nuestro, aprovechamos que nuestro amigo común es fotógrafo y así los hicimos los tres.

Alegremente me fui desnudando a indicación del profesional de la fotografía contento de tener documentado nuestro amor.

Amen de que también me caían bien ambos muchachos.

A esa edad no éramos egoístas el uno ni el otro, en nuestras mentes y acciones los celos no nos daban pesar alguno.

Tanto Gervasio como yo siempre gozamos el gozo del otro.

Creíamos que el amor debe ser total, si me da placer comer un chocolate porque no ha de comerlo el, si a mi me gusta porque no a el.

Los celos son puro egoísmo.

En el boliche, me tocan, besan, y demás otros, el ni se inmuta, me ve los ojos y goza mi momento tanto como yo gozo cuando otro u otros lo hacen con el.

Recuerdo ahora mismo cuando en el boliche nos levantamos a un maduro cuarentón que invitamos al piso, muy simpático el hombre, se llama Juan, además honesto, tomamos unas copas mas y al momento de irnos a dormir le dijo a Seba que sentía especial atracción por mi, si el no ponía inconveniente quería Juan dormir conmigo.

-Por favor Juan, no somos celosos, lo único que lamentaré es no hacer trío con Uds.-

Seba quedó en la cama del living, debe haber oído nuestras exclamaciones de gozo, de Juan y míos, ya que no me había follado antes un macho maduro. No me dejó pajear, ni me pajeó el.

-Jorgito vas a correrte solo cuando goces la pija en el culo, si no acabas así, me hago monje, debes sentir el masaje y solo acabarás cuando te excite lo suficiente.-

Me chupó el culo magistralmente, casi largo la leche ahí nomás, me dedeo el ano, aflojó totalmente mis esfínteres, me dio parejito, me cambió de posición, cuando a instancias de su verga acabé, solo allí saco su pija dura de mi ano y me dio a mamar su pija.

No se corrió, en ese momento llamamos a Sebastián a que participara, por supuesto que el Seba pidió pija también.

Cuando Juan se fue, como a las ocho de la mañana nos dejó a ambos bien cogidos.

Nos despertamos casi al mediodía y recién allí ya solos hicimos el amor entre nosotros.

-Jorge creo que debemos hacer trío con Juan mas a menudo, un maduro es diferente, el coge por sexo, nosotros por amor.-

Nos besamos apasionadamente y solo entonces lo hice mío. Generalmente la voy de pasivo, pero se que Seba goza cuando lo enculó, y si el es feliz así lo penetro con entusiasmo.

Pasó un año, ya nos estábamos aburriendo con el Seba, de común acuerdo nos separamos.

A ambos ya nos dio por coger con algo diferente, nos empezamos a calentar con hembras.

Si somos la excepción, la mayoría comienza hetero y termina homosexual o a lo sumo bisexual.

Yo ya había probado carne de hembra, quizá demasiado pronto. Mi hermana dos años mayor me comenzó de niño a hacer que le mamara la vagina, cosa que en ese entonces me producía morbo y sensación de complicidad con ella, la muy ladina entraba en orgasmos. Después con su novio me hacía mamarle la pija el. Ellos se excitaba así y el la cogía delante de mí. Cuando fui mas grandes en una de esas miniorgías el me la intentó meter por el culo, me cogió, pero como me hizo doler ya desistí de ser pasivo. La vagina de mi hermana admitía mi pijita, apenas velluda, sin problemas de allí que la cogí, y continué chupando concha, pija y culos de ambos.

Hasta que conocí ya en mi postrer adolescencia a Sebastián, que fue otro de los novios de mi hermana Lucía. Conseguimos un buen laburo, manejamos inglés e informática, somos programadores de una gigante informático, nos juntamos, fuimos felices y terminamos sin enojos.