Sucedio cuando estaba en plena adolescencia, y en esta época empezaba a descubrir la masturbación, me comía la curiosidad, y estas indagaciones me llevaba a masturbarme mucho, lo ejecutaba en sitios extremos, para ir descubriendo sensaciones y poder ir experimentando cosas, era lo típico entre mis amigos, y comentábamos a veces nuestras hazañas.

Cuando me quedaba solo en mi casa de Huelva, porque mis padres solían salir a hacer algo, solía masturbarme, hasta que llegado un día, mientras estaba liado, me fije que en la ventana de enfrente, en el patio estaban unas chavalas que tendrían aproximadamente unos dieciocho años, estaban riéndose, comiéndose unas pipas en la ventana del bloque de enfrente. Ante tal novedad, cogí y me aproximé a la ventana, bajé un poco las cortinas de la terraza del patio para que no fuera tan descarado, hasta llegar a la altura de mis hombros, y dejé un poco abierto para poder ver lo que pasaba. Comencé a pajearme poco a poco, tocándome los testículos, sacando y metiendo lentamente el glande.

De repente me fijé que una de las chavalas, se fijó en mí, ya que se quedó mirando fijamente hacia mi ventana, se quedó embobada, dejando de hablar con la otra chica, hasta que llegó a hacer señales a la otra, quedándose las dos mirándome como me masturbaba, a la vez que se reían. La sensación que tuve fue muy agradable, y en ese momento se me puso la polla muy tiesa, continuando con el sube y baja muy despacio, para que durara lo más posible, ellas seguían mirando, me ponía la situación calentísimo, y no paraba de manosearme la polla. Continuaba sobándome la verga entera, de arriba a bajo y viceversa, sin tapujos, gozando del momento, con la palma de la mano abierta, me la apretaba contra el cuerpo, sin saber muy bien qué movimiento hacer para darme el máximo placer posible, iba alternando técnicas para lograr el máximo placer.

Me di la vuelta enseñando el culo, al hacer esto la polla se me puso mas dura todavía, y colocándome de lado para que vieran bien mi pene, empecé más rápido a subir y bajar mi mano, estaba que no podía más contenerme, era una maravilla ver como estaban las chavalas embobadas mirándome, mis piernas empezaban a tensarse, mi respiración se agitaba y el corazón me latía como un caballo desbocado, de repente creí perder el control de mi mismo, esa tensión que se me había acumulado debajo de los testículos parecía estar próxima a explotar, me asustaba por momentos, mi corazón palpitaba más deprisa que nunca, mis jadeos se aceleraron, mis piernas se tensaban, sentía ganas de gritar, de seguir meneándomela deprisa, después con la polla superdura empecé a darle muy rápido a la polla y no pude contenerme más, y empezó a salirme semen como nunca, me salieron unos enormes chorros de leche, los chorreones de semen blanco salían de mi polla despedido y se me quedaban algunos en la tripa, otros salían fuera, continué meneándomela entusiasmando, con una satisfacción enorme, lo había conseguido, continuaba moviéndomela, logrando sacar todo, no quedando nada dentro, hasta quedar convencido de que no quedaba más por salir, hasta que mi polla empezó a relajarse. Junto a ella yo me relajé también, me daba cuenta de que estaba empapado en sudor, las chavalas se quedaron un poco más mirando hacia la ventana y después una de ellas se marchó, la otra se quedó aun más tiempo mirando y yo le enseñe más cerca todavía del cristal mi polla en semi erección hasta que cerré la cortina y me fui hacia el baño para asearme un poco.