El siguiente relato acaeció hace unos cuatro años, en esos
momentos tenía como novia a Pilar, tenía 21 años, era pelirroja, con pequitas en
la cara, la cual era muy morbosa, labios gordos, 1,70, 55 kgs, tetas medianas en
forma de pera, coñito rasurado, y un culo muy respingón. Yo acababa de terminar
un curso de masajista, y estaba intentando hacerme un hueco en el negocio, iba
teniendo algunos clientes esporádicos.
Un día recibí un encargo de una chica, la cual me contrató para darle masajes en
su casa. A la hora acordada llegué, toqué el timbre y ella me abrió, estaba
vestida con unos vaqueros ajustados y una camisa blanca, su cuerpo era hermoso,
su cara también estaba bien, era morena de pelo largo, lo primero que pensé era
que ese cuerpo no necesitaba ejercicios. Se llamaba Dolores, era profesora de
instituto, era la primera vez que hacía un servicio a una mujer tan joven. Entré
en su casa, nos fuimos al dormitorio, donde fui colocando la camilla, mientras
Dolores se iba cambiando. Cuando regresó, la miré de arriba a abajo con mucho
deseo, estaba espectacular, con unas braguitas blancas y un top cortito blanco
arriba, que dejaba su barriga al aire.
Le pregunté por los servicios que necesitaba y Dolores me contestó que tonificar
las piernas, las nalgas y un poco las abdominales. Momentos después la tumbé en
la camilla y empecé a trabajar sobre su cuerpo, lo calenté primeramente y
después le fui dando con mis dedos por sus piernas, estaban duras, se notaba que
hacía deporte, ella cerró los ojos y se dispuso a disfrutar. Mientras masajeaba
sus piernas, ante mí tenía su hermoso culo, se le veía durito, poco a poco y sin
querer, mi polla iba estirándose, me estaba excitando. Pasado un tiempo dedicado
a sus piernas, fui a dirigirme a su culo, empecé a meterle los dedos, esto me
dejó súper excitado, tenía ante mí a aquella chica con su cuerpo espectacular
dejándose hacer. Cuando terminé el culo, en el cual me recreé más de lo normal,
la giré la puse boca arriba y empecé a dedicarme a su barriga, esta vez ella
estaba con los ojos abiertos, mirándome, y conversando, me contó que hacía
deporte, que empezó a practicarlo cuando el marido la dejó, y varias cosas más.
Terminé con su barriga, y ella se fue nuevamente a vestirse, cuando regresó, me
pagó y me dijo que había estado muy bien, le dije que gracias y que si quería
otro que me llamara, ella me dijo que de acuerdo, que se notaba que yo también
había disfrutado, mirando a mi pene excitado, yo no dije nada, pero eso hizo que
mi pene se pusiera a tope. Momentos después ella me abrió la puerta y nos
despedimos.
Cuando salí de la casa de Dolores estaba muy excitado, no podía dejar de pensar
en sus piernas y ese cuerpo tan lindo, así que me dirigí rápido a la casa de mi
novia para esperarla, necesitaba calmar mi sed sexual. Cuando llegué a su casa,
no había nadie, yo entré con mi llave, pero Pilar no estaba, así que me puse en
el sofá a ver la televisión.
Minutos después, mi novia entró en casa, con una minifalda amarilla de pana y
una blusa escotada.
Apenas había entrado me fuí a besarla, la abracé con fuerza, la empecé a
manosear, ella me preguntó por lo que me pasaba, le dije que la estaba esperando
porque la extrañaba, la seguí besando acaloradamente, casi sin dejarla respirar,
mis manos la recorrían con fuerza, le apretaba los glúteos por debajo de la
minifalda y con la otra mano le masajeaba las tetas, Pilar empezó como a querer
separarme, me decía que me tranquilizara, yo no la dejaba zafarse, ella decía
que no quería en ese momento, que tenía que hacer unas cosas, no le contesté, la
seguí manoseando y besando. Después, le metí los dedos por dentro de las bragas,
llegando a su vagina, ella comenzó a excitarse, estaba desaforado, tenía las
imágenes de Diana en mi mente, con su bello cuerpo, Pilar seguía intentando
retrasar la cosa, diciéndome que ahora no, que después, le dije que yo si quería
y que no iba a parar. Le abrí la blusa, le quité el sujetador y le empecé a
besar las tetas, a continuación seguí bajando pasándole la lengua por la
barriga, lo siguiente fue desabrocharle la minifalda, para después darle la
vuelta, ya no se quejaba, estaba con las manos en la pared, tenía unas piernas
espectaculares. Pasados unos segundos, le levanté la minifalda, le besé y le
mordí los cachetes del culo, le separé las piernas un poco, le eché a un lado
las bragas y le pasé la lengua por los labios, después le quité estas y ante mí
se quedó su raja y su culo depiladitos, ella quiso ponerse de frente, pero no la
dejé, le besaba su culo como desesperado, Pilar me preguntaba por lo que me
pasaba, le respondía que nada, que me encantaba su culo, ella respondió que de
siempre me había gustado. Seguidamente, le bajé la minifalda, y después la
blusa, quedando completamente desnuda contra la pared.
Momentos después, le fui pasando mi lengua por su raja, lubricando su coñito y
su culito, escupiéndole varias veces sobre este último para dejárselo bien
húmedo. Al rato comencé a meterle la punta de mi lengua en su culito, ella me
dijo que parara, que yo sabía que no le gustaba que le besara el culo, que la
dejara darse la vuelta, yo le repliqué que no, que hoy mandaba yo. Le ordené que
sacara su culito para fuera, y Pilar me dijo que estaba loco, a la vez que quiso
darse la vuelta, no la dejé. Ella nuca me había dejado penetrarla por el culo,
lo más que hicimos fue metérsela un poco un par de veces, e introducirle dedos
frecuentemente, aunque con su ex si había realizado varias veces sexo anal. A
continuación, puse mis manos sobre las de ella, aferrándola a la pared y le dije
al oído que hoy me tocaba a mí, que sabía que desde hacía mucho tiempo quería
follarla por el culo, Pilar respondió que estaba loco, que qué me pasaba, le
dije que estaba muy caliente, que a la chica a la que le di el masaje estaba muy
buena, y me puso muy caliente. Le confesé la verdad, ella me replicó que se
había dado cuenta que estaba fuera de mí, para después nuevamente pedirme que no
follásemos ahora, no contesté, aunque ella no oponía mucha resistencia, para mí,
sicológicamente estaba a punto de violar a mi propia novia.
Tras esto, me bajé los pantalones y slip, le agarré con mi mano una de sus manos
contra la pared, Pilar rendida me dijo que si quería que la follara por el coño
pero que no lo hiciera por el culo, que aun no estaba preparada. Apunté mi polla
con mi mano hacia la entrada de su culo, y una vez así este no se dilataba, iba
a ser difícil penetrarla, ella me rogaba que no lo hiciera, con mi saliva la
lubriqué más aun, metía un dedo lleno de mi secreción bucal para mojarle el
interior de su culo, ensalivaba mi polla, estaba engrasando bien su culito,
hasta que comencé a empujar mi verga contra su culo, ella contrajo la
respiración, y al fin le entró un poquito, esperé un poco a que se acostumbrara,
y después se la saqué, mojé de saliva nuevamente mi polla y otra vez se la metí
hasta donde antes, pasados unos segundos la introduje un poco más, hasta que
ella dio un grito de dolor, paré en ese momento, esperando a que asimilara mi
verga. Al rato le introduje otro poco, y paré cuando gritó, así numerosas veces
hasta que llegué al fondo, pegó un grito muy fuerte, giró la cabeza y me miró
con cara dolorida, a la misma vez que unas lagrimas caían de sus ojos, eso me
excitó más aún. Pilar me decía que la soltara, que le dolía mucho, le respondí
que se tranquilizara, que yo no le iba a hacer daño, que iba a proceder
suavemente, esto la calmó un poco.
Minutos después le saqué mi pene de su culo, lo ensalivé nuevamente y otra vez
igual que antes se la metí hasta el fondo, está vez solo tuve que parar dos
veces. Luego otra vez repetí la operación pero esta vez entró de un tirón, así
que lo hice una vez más y cuando la tenía dentro le dije que iba a empezar a
follarla, ella me rogó que lo hiciera con dulzura, y así lo hice, comencé a
penetrarle su culo, ella gemía de dolor suavemente, con una de mis manos
acariciaba su clítoris, su coñito, ella lo agradecía, incluso pronto empezó a
gemir. Cuando ya estaba bien engrasada y entraba mi verga perfectamente le dije
que iba a acelerar un poco, la tomé con la mano que agarraba su mano contra la
pared de la cintura y comencé a bombearla con más fuerza, sus glúteos se
ondeaban al golpear con mi pelvis, mis testículos chocaban con su coñito, Pilar
que me miraba continuamente con su cara girada, abría la boquita de dolor, eso
me ponía como loco, gemía desesperada, estaba muy caliente.
Pasado un rato, le dije que sacara más su culito, que era una buena perra, que
tenía que follarme bien su culito, que le iba a dejar el culo bien follado no
como lo hizo su ex, Pilar continuó con su cara de sufrimiento y placer, pero
inmediatamente puso las manos en la pared más abajo, quebró la espalda, bajó su
culo, y lo sacó más, de esta forma follar su culo era más espectacular, más
placentero, me estaba volviendo loco. Mientras taladraba su ano, le hablaba, le
decía que me perdonase, que tuve un impulso que no pude controlar, que fue más
fuerte que yo, que el culo de la cliente me calentó mucho, y que además yo
también sentía ganas de follar su culo. Pilar lloraba, gemía, no podía ni
hablar.
Yo con mis manos le separaba los glúteos para poder acercarme bien ha su ano y
penetrarla lo más profundo posible, era hermosa la sensación, la tensión del
ano. A esas alturas, yo le sacaba la polla para mirarle como estaba quedando el
culo, el cual estaba muy dilatado, no me costaba nada volver a penetrarla.
Minutos después, mientras yo le perforaba el culo y acariciaba su clítoris, ella
se corrió, tuvo su orgasmo, soltó varios gritos esclarecedores, eso me excitó
aun más, así que aceleré el ritmo.
Cuando noté que iba a acabar, se la saque, la senté, y le pedí que abriese la
boca, ella me mamaba la polla frecuentemente pero nunca logré que se tragara mi
semen. Pilar abrió la boca casi sin resistirse, le metí la verga bien adentro,
agarrándola con una mano de la nuca para hacerla tragar bien la polla, sentía
como le llegaba a la garganta, le dieron arcadas pero no la dejé safarse, la
tenía bien apretada contra mi pelvis, toda mi polla dentro, le movía la cabeza
para masturbarme hasta que acabé, solté mi chorro dentro, ella se ahogaba, pero
no la deje sacarse mi polla de la boca, babeaba leche, se le saltaban las
lágrimas, la veía tragar. Al rato se la quité de la boca, inmediatamente ella
tosió, babeaba leche, las lagrimas le caían de los ojos.
Segundos después, ella se fue al baño, tardó unos minutos, mientras la esperaba
mi incertidumbre era grande, no sabía si volvería cabreada o contenta. Cuando
salió, se dirigió hacia donde estaba, y me empezó a besar, era obvio que le
había gustado.