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Las sorpresas de mi novio (2)

en Orgías

En los días que siguieron a la fiesta de la inauguración del loft de mi pareja, me dediqué a observar detenidamente el video filmado por mi novio en el motel. En él vi como, estando yo ya esposada desnuda sobre la cama, mi pareja abría la puerta de la cabaña para dejar entrar a cinco atléticos varones, todos ellos enmascarados y desnudos. Al ver mi cuerpo totalmente expuesto sobre el lecho, sonrieron y sus vergas mostraron su apreciación. Dos de ellos comenzaron a chupar mis tetas mientras otro lengüeteaba mi sexo.

Otro besó mi boca.. Ver en vivo las imágenes de lo ocurrido, me hizo recordar las deliciosas sensaciones

que mi cuerpo sintió en aquella ocasión. Me puse caliente y tomé la firme determinación de descubrir quienes me habían hecho gozar en tal forma. Como dije antes, aunque tuviese que coger con todos los amigos de mi novio.

El video, filmado con todo detalle, me proporcionó varias pistas. El pico, en el cual fui ensartada al comenzar la sorpresa, medía cerca de 25 cm y era de un grosor nada común., pertenecía a un hombre bastante alto. .La mayoría de los amigos de mi novio son de estatura mediana. Y, esa formidable herramienta sería reconocida y apreciada por mi sexo a la primera estocada. Quien lamió mi sexo y mi ano, mostraba una barba bajo su antifaz. Por otra parte, el delicioso sabor del semen de aquel que acabó en mi boca, no será fácil de olvidar.

Comencé a vestirme en forma provocativa cuando asistía a reuniones en las que estaban presentes los amigos de mi pareja. En una de ellas, aprovechando la música, le pedí a Javier, un tipo alto y bien parecido, amigo de mi novio, que bailáramos Sospechaba que el era el dueño de ese grueso taladro que me hizo gritar como berraco. La música era lenta, me pegué a él y refregué mi pelvis contra su cuerpo, logrando el resultado deseado. Sentí que bajo su pantalón crecía una tremenda protuberancia.. Me miró y sonrió en forma picaresca.

Supe que era él. Cuando nos despedimos esa noche me besó en la boca.

Lo llamé al día siguiente y me confirmó lo que ya sabía. Pero, cuando le pedí que me dijera quienes eran los otros cuatro, me contestó "Eso lo deberás averiguar tú".

En el grupo dos tenían barba. No fue difícil averiguar. Uno de ellos era un gay declarado.

El otro, era dueño de un taller de reparación de automóviles.. Llevé mi Peugeot a su taller argumentando que la radio del coche no sonaba bien. Me dijo que podía ser un cable suelto. Abrí la puerta del lado contrario al del conductor y le hice subir. Yo permanecí en el asiento del chofer y cuando el se metió debajo del tablero para examinar la radio, abrí completamente mis piernas, regalándole una buena visión de mi sexo ya húmedo.

Había "olvidado" ponerme calzones. Reaccionó en forma nerviosa. Vamos, le dije, no es primera vez que hueles mi perfume. Asintió, sonrojándose. Como sabía que Víctor, ese es su nombre, era un tanto tímido, lo presioné hasta sonsacarle el nombre de los otros tres. Además me confesó que la idea había sido de mi novio, quien les había dicho que, en ocasiones, el notaba que después de una sesión de sexo con él, yo no quedaba satisfecha. Y que aún algunas veces me había sorprendido masturbándome. Finalmente dijo, necesita una buena lección.

Al oír esto me dije el que va a recibir una buena lección será él.

Aprovechando la ausencia de mi novio, en viaje de negocios,.envié un correo a todos ellos invitándolos a una nueva reunión similar a la anterior, esta vez en su loft. Les pedí que no olvidaran su cámara de video. Además, y esto por cuenta mía, y nombre de él invité a dos muchachos de color, jugadores del equipo de básquetbol de sus preferencias. Siempre había oído que ellos le comentaban lo buena que estaba yo. Todos confirmaron su asistencia. Como no iba a ser así.

Me habría gustado esperarlos desnuda, con la vista vendada, y esposada a la cama, pero no quise ser demasiado obvia. Además no tenía quien me esposara.

Me vestí con mi ropa interior más sexy y un escotado vestido que se pegó a mi cuerpo dejando poco a la imaginación.

Cuando ellos llegaron, notaron la ausencia de mi novio y se sorprendieron. Les informé que había tenido que ausentarse en un repentino viaje de negocios. No había alcanzado a cancelar la invitación, pero que ahí estaba yo para atenderlos. Les pregunté cual era el propósito de la cámara de filmación. Turbados, no supieron que contestar. Sugerí que más tarde le encontraríamos un uso a la cámara. Después de unos buenos cócteles el ambiente se fue distendiendo, las risas aumentaron y la tensión inicial dio paso a una actitud relajada, que como era de esperar, finalmente, desembocó en el tema sexual.. Uno de los muchachos de color dejó ver que mi novio era muy descuidado al dejar sola entre tantos varones a una mujer guapa y deseable como yo. Le contesté que sabía cuidarme sola y que nadie haría conmigo algo que yo no quisiera. En un momento, alguien realizó la pregunta mágica. ¿Es verdad que los hombres de color son superdotados? Envidioso, seguramente,

uno de los muchachos blancos, respondió "Eso es una utopía". Uno de los dominicanos, su nacionalidad, tomó el guante y contestó que si era verdad y que si yo no estuviese presente, le daría una demostración. Diciendo esto clavó su mirada en mi. A estas alturas, excitada por esta conversación, yo quería que me clavara otra cosa. Encantada por el cariz que tomaba la situación, dije "Hagan como si yo no existiera"

Lo que, Jesús el dominicano, mostró, dejó a todos con la boca abierta, lacia, medía cerca de 25 cm

Sin querer, exclamé "Oh, my God". Entusiasmada le pedí a quien sostenía la cámara, filmara esa belleza. Después de mostrar su poderosa herramienta , Jesús desafió al resto a seguir su iniciativa. Por un momento, mi presencia pasó a ser desapercibida y todos, cual niños chicos, comenzaron a mostrar sus picos en una loca competencia. Debo decir que la única ganadora de esa competencia fui yo. Había llegado al punto que quería llegar.

Dije, "Han sido generosos conmigo, yo seré generosa con Uds. No se olviden de filmar"

Sola, en el medio del salón y al compás de una suave música, comencé a bailar en forma sensual y provocativa. Luego a unos minutos de erótica danza, bajé el cierre de mi vestido el cual cayó a mis pies, dejando ver mi sexy ropa interior. Lo saqué y continué con mi acto. Un pasos más y pedí a uno de los muchachos que soltara mi sostén, el que sostuve con mis manos mientras me acercaba a los muchachos, que ya desnudos, habían formado un circulo a mi alrededor, todos con sus picos erectos apuntando hacia mi como si fuera una máquina de tormento para clavar mi cuerpo a ella. En un descuido mío, uno de ellos arrancó el sostén de mis manos. Mis pechos quedaron descubiertos con sus pezones erectos. Casi desnuda, a excepción de mi minúscula tanga, seguí mi baile, mientras el circulo se estrechaba a mi alrededor. Siete pares de manos se apoderaron de mi cuerpo, mientras mi par de manos se apoderaba de sus picos. Hubiese querido ser una diosa india con cuatro pares de manos para poder agarrar todos los picos que se me ofrecían, especialmente dos de oscuro color café, extremadamente largos y gruesos como mi puño.

No me di cuenta cuando mi tanga fue arrancada dejándome totalmente desnuda

Me separé de ellos. Y dije "La vez anterior no tuve oportunidad de elegir. Esta vez lo haré". Hice sentar a uno de los dominicanos en un sillón con su pico apuntando al cielo raso. No resistí la tentación de chupar su gran callampa. Me encaramé en los brazos del sillón con mis piernas totalmente abiertas, puse la punta de su gruesa callampa a mi sexo, luego centímetro a centímetro comencé, no con poco esfuerzo, a tragarme esa serpiente encantada. Cuando toqué fondo me quedé quieta esperando, al borde del abismo del placer. Sentí palpitar la callampa al eyacular. y me vacié en un delicioso orgasmo, al tiempo que gritaba " No olviden filmar esto"

Les rogué me dieran un descanso. Cuando me hube recuperado les pedí sentarse en una fila y fui pasando revista a cada una de sus picos, Chupe seis ricos picos haciéndolos acabar a todos ellos. No dejé de reconocer el buen sabor del semen de uno de ellos. Le agradecí con la vista su manjar.

No podía terminar la noche sin una buena enculada a cargo del otro dominicano. Después que todos chuparon mis senos, nuevamente caliente, estaba lista. No había necesidad de lubricar mi ano, mis jugos lo tenían listo para el asalto. Aún así, le pedí fuese gentil. Un pequeño dolor del comienzo fue dando paso a un placer infinito. Mientras era enculada le pedí a dos muchachos que mamaran mis senos y mi clítoris. Todo quedó grabado, en especial mis gritos de placer cuando finalmente toqué el cielo.

Esa noche solo me culiaron los dominicanos. A los demás los castigué por no cumplir con el tamaño mínimo requerido, incluso Javier, que estuvo cerca.. Le tengo a mi novio, a quien le gusta dar sorpresas, una grande.

Una excelente filmación, esta vez sin antifaces para que no haya dudas sobre quienes me cogieron o a quienes me cogí.