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El pellizco de mi cuñada (2)

en Hetero: Infidelidad

EL PELLIZCO DE MI CUÑADA (2)

Pasaron unas semanas sin vernos, parecía como si Yolanda quisiera olvidarse de lo que había pasado, hasta que volvimos a disfrutar otro fin de semana en el chalet otra vez, todo fue normal y tranquilo durante el sábado hasta que cenamos, acostamos a los chavales y nos quedamos a ver la tele. Mi mujer, Yolanda y yo estábamos sentados en un sofá y mi cuñado en el otro, todos sentados mirando la tele y el tumbado con la cabeza en el reposabrazos. La película era interesante, pero mi mujer no aguantó el cansancio y fue a acostarse, al cabo de un rato mi cuñado ya estaba roncando también con la boca abierta, Yolanda y yo despiertos, mirando la tele.

Nos quedamos sentados una a cada esquina del sofá, al cabo de un rato intenté acercarme a su lado pero ella me hizo quedar donde estaba, moviendo la cabeza de lado a lado y pidiéndome silencio con el dedo en los labios.

Le hice caso y me quedé quieto, mi cuñada puso los pies descalzos sobre el asiento y abriendo lentamente las piernas subió la falda que llevaba enseñándome la braguita blanca, con una sonrisa maliciosa, me quedé mirando y empecé a acariciarme la entrepierna, por encima del bañador, girando la cabeza para vigilar a su marido, volvió a mirarme y se apartó la braga a un lado, sacando su almeja, la abrió con los dedos de las dos manos, mientras con los labios me decía silencio, soplado muy bajito

Shuuuuuttttt

Me bajé la goma del bañador y la enganché en los testículos para poder manosear mi pene a gusto, y ella pasó un dedo a lo largo de su raja apartando el vello negro y rizado a los lados, y empezó a masajearse el clítoris mirando como me masturbaba.

Paré de mover el pene y lo apoyé en los dedos pulgares, empujándolo hacia adelante, con el pene quieto empecé a contraer los músculos del culo, que hacen que el pene se bambolee solo, de arriba abajo, como saludando, mientras le miraba, ella sonrió con la broma y se ladeó un poco mas en el sofá, apuntándome y abriéndose la raja totalmente con las manos hizo lo mismo, contrayendo los esfínteres y los músculos que rodean la vagina, aquella fruta de abría y cerraba a la vez que parecía que iba a salir una lengua de su interior.

Entonces puse cara seria y me levanté acercándome a ella, me arrodille en el suelo y metí la cabeza entre sus piernas para chupar aquella gruta, pude chupar un poco de aquella fruta, caliente y húmeda, pasé la lengua a lo largo de la raja y la metí en el interior de la sedosa vagina, pero se oyó un ronquido y su marido se movió, ella cerró rápidamente las piernas y se bajó la falda hasta los pies acuclillada en el sofá, mientras yo me senté rápidamente subiendo la goma del bañador y embutiendo con la mano el pene hinchado dentro del bañador, aunque se quedó levantado por la presión del pene, disimulé poniendo las manos encima.

Mi cuñado levantó la cabeza y se desperezó con un bostezo.

¿Aún están echando la película?

Es que es muy larga (contesto Yolanda)

Nuestros corazones cabalgaban y nuestras caras estaban acaloradas, aunque gracias a la poca luz del salón, mi cuñado no se dio cuenta, al cabo de unos pocos segundos, ya estaba roncando otra vez, lentamente Yolanda se me acercó, me puso la boca en el oído y me dijo

¿Tú ves?, hay que ir con cuidado que nos puede pillar.

Al tiempo que me palpó el pantalón buscando el bulto del pene, empezó a masajearlo por encima del pantalón y lo sacó fuera bajando la goma otra vez, lo agarró con la mano y empezó a subir y bajar la piel del prepucio, masturbándome. Volvió a poner las piernas sobre el sofá abiertas, soltó el pene por un momento para juntar las rodillas y levantando el culo se quitó la braguita y la puso en el bolsillo de la falda, se volvió a colocar con las piernas abiertas y agarró mi pene con la mano mientras dirigió la mía a su chochito, la pasé por la vulva y hurgué en la vagina abriéndole la rajita y metiendo dos dedos en el interior, empecé un mete saca en su chochito.

Nos masturbamos un rato en silencio cara al televisor, sigilosamente, vigilando de reojo a su marido, casi sin respirar. Me puso los labios en la oreja y chupó, se puso el lóbulo en la boca y mas que chuparlo, mamó de el, llevó la lengua al agujero del oído y la introdujo hasta el fondo, me hizo poner la piel de gallina, le subí la barbilla con la mano que me quedaba libre y la besé, nos entrelazamos las lenguas con un beso húmedo, sin dejar de masturbarnos bajé la otra mano y busqué el clítoris para masajearlo, estaba todo mojado, los dedos de mi otra mano entraban y salían de la vagina, mientras ella se arqueaba levantando el culo para dejar sitio, sin dejar de subir y bajar la mano sobre mi pene.

Noté que le venía el orgasmo por la respiración entrecortada y ahogada al mismo tiempo, paró de respirar y apretó el culo subiéndolo y bajándolo para tener mas contacto con mis dedos, sin hacer ruido. Los espasmos eran en silencio, apretando los dientes con los labios abiertos, estaba preciosa, me la hubiera follado allí mismo. Yolanda se corría y yo estaba apunto de hacerlo también, en eso, la publicidad en la tele despertó de repente a su marido. Ella se estaba corriendo aún y se volvió a abajar la falda con precipitadamente mientras que otra vez mi glande fue a parar al interior del bañador.

No he visto nada de la película, voy a acostarme (dijo su marido)

Es muy buena, espera un poco y nos iremos todos (dijo Yolanda)

El dijo que no podía, que no aguantaba más y se fue arrastrando los pies hacia el piso de arriba, al dormitorio, nosotros nos quedamos solos. No habíamos oído aún cerrar la puerta del cuarto cuando Yolanda se abalanzó sobre mi pene, quitándome el pantalón lo lanzó el sofá y lo agarró con las dos manos, agachando la cabeza abrió la boca y se lo puso dentro, chupando y sorbiéndolo, repasándolo todo con la lengua, subiendo y bajando a lo largo del tronco y volviéndose a meter el glande dentro de la boca para chuparlo como un caramelo, me aparté para no correrme y la agarré de la cintura, la acosté en el sofá le abrí las piernas pasé la lengua por el chochito, metiéndole la lengua en la raja totalmente mojada por el orgasmo que había tenido, busqué el clítoris y empecé a chuparlo, al cabo de un ratito ya estaba totalmente hinchado otra vez, Yolanda jadeaba, chupé y chupé hasta que con las piernas apretó cerrándolas contra mi cabeza y se volvió a correr, a mitad del orgasmo la levanté y la puse a cuatro patas arrodillada encima del sofá con el torso agachado levantando el culo, me puse detrás de ella y abriéndole los glúteos con las manos, miré el agujerito del culo, precioso, y la raja del chochito, le apliqué la lengua en el ano, metiéndola en el interior, mientras los espasmos de la corrida me la apretaban rítmicamente, al terminar los espasmos bajé la lengua por la raja chupando los fluidos salados de su chochito, después ella se sentó relajada.

Ahora me toca a mí (le dije)

Cuando iba a agarrarla para follarla, se oyeron otra vez las pisadas por la escalera, su marido otra vez, rápidamente a nuestras posiciones, aunque yo estaba sin pantalón agarré rápidamente un cojín del sofá y lo coloque encima de mi sexo, ingenuamente, la suerte que tuvimos es que el sofá estaba de espaladas a la escalera y a la cocina. Su marido dijo

Voy a tomarme un Almax, se me ha puesto acidez de la cena

Entró en la cocina y se tomó el antiácido y justo al salir, terminó la película, entonces mi cuñado dijo

Por fin terminó la película, ¿vamos a acostarnos?

Yolanda se levantó del sofá, me miro con cara de resignación y se fue tras el, caminado descalza con la falda bajada pero sin bragas. Me quedé con el cojín sobre mi pene apretándolo, acojonado por si se le ocurría a su marido mirar, me quedé un poco mas a esperar que aquello bajara. Por el contrario el pene seguía erguido y empezaban a dolerme los testículos por la acumulación de semen. Pensé en que me tenía que masturbar para aliviar huevos, pero no lo hice, me fui con la erección al dormitorio, mi mujer dormía profundamente, me arrimé a su culo con la verga tiesa pero ella no se despertó.

Decidí ir al lavabo a desfogarme, pero cuando entré intenté cerrar la puerta, alguien impidió que lo hiciese, abrí para ver y allí estaba Yolanda con el dedo en la boca pidiendo silencio y entró con un pequeño camisón transparente, me abrazó me besó en la boca y de un tirón me quitó el calzoncillo, se quitó la braga dejándola en el suelo, me empujó sentándome en el inodoro, se puso a horcajadas de cara a mí y agarrando mi pene con una mano buscó su la entrada de la vagina, lo restregó a lo largo de la raja, buscando el profundo agujero, se sentó encima y se lo clavó todo, seguidamente empezó a cabalgar sobre él,

Aquello estaba a punto de finalizar pero ella, que lo notaba, se levantó desclavándose y apoyo la manos en el lavabo, de espaldas a mí, mirándome a través del espejo, abrió la piernas y con una mano se abrió el culo, mostrando la raja abierta del chocho, pidiendo que se la meta, me levanté y acercando la punta del glande a la entrada, empujé hasta meter todo mi manubrio en su vagina, suspiró y yo bombeé y bombeé, hasta que la leche subió hasta la punta, parecía como si estuviera taponada, vibró y de repente disparó un chorro de semen dentro de la vagina que casi la llenó por completo, se pudo oír el sonido del semen fluyendo, como el de una inyección a presión. Empujé mas levantándola del suelo ,apretándola contra el lavabo, al tiempo que solté dos o tres chorros mas de leche espesa en sus entrañas, me aparté rápidamente y busqué el ano con la punta lo acerque mientras otro chorro lo untó lubricándolo, presione y entró todo el glande en su interior ayudado por los flujos de la vagina y la leche, dentro solté el resto del manantial que me quedaba en los testículos con chorros cortos acompañados por espasmos de mi pene, mientras el ano de mi cuñada apretaba por el cuello mi glande, hasta quedarme totalmente vacío, me recline en su espalda y respiré profundamente.

Al cabo de unos segundos Yolanda se desclavó el glande, me senté en wáter, con el pene semi hinchado goteando, mi cuñada se acuclillo en el suelo con las piernas totalmente abiertas y flexionadas apuntado su vagina hacia mí, con una mano se recogía el camisón para no taparme la visión y con la otra mano se abrió la vagina, al cabo de unos segundos empezó a derramar un reguero de esperma en el suelo, cuando dejó de gotear la vagina, puso la mano por detrás de su culo aplicando dos dedos a los lados del agujero del ano, ayudando a vencer los esfínteres con la única intención de mostrarme el espectáculo, entonces derramó lentamente otro chorro de leche que cayó un el suelo, dejando un charco en el pavimento. Cuando ya no caía ni una gota, me miró y untando un dedo en el esperma, lo puso en su lengua, se levantó y me besó en la boca, metiéndome la lengua dentro de la mía, untando mi lengua con los fluidos sexuales, luego se sentó en el bidet, se limpió toda la raja enjabonándola hasta el ano mirándome, se levantó y se fue a acostar.

Pasó el tiempo y un fin de semana fuimos a la playa por la noche, a pasear y tomar unas copas los cuatro con otra pareja de amigos. Desde el chalet a la playa hay que ir por un pista de tierra, hasta la duna, como no hay que tomar ninguna carretera decidimos ir los seis en el coche de mi cuñado que conducía, mi mujer como se marea se sentó a su lado y detrás se sentaron nuestros amigos y yo, cuando entró Yolanda no había sitio y se sentó sobre mi. Habíamos tomado unas copas, todos menos mi cuñado, hablando tonterías, Yolanda se aposentó sobre mi sexo, moviendo las caderas, mientras mi pene empezó tomar cuerpo bajo el fino pantalón de lino que yo llevaba, ella iba con una falda blanca veraniega y un top del mismo color, las telas eran sedosas y casi no ponían obstáculo a nuestros cuerpos, llegamos a la playa, demasiado pronto para mí, bajé totalmente empalmado pero con la luz de la luna no se divisaba demasiado los detalles, paseamos por la arena y al cabo de unas horas nos volvimos a meter en el coche.

Habían entrado todos menos Yolanda y yo, cuando iba a entrar mi cuñada me dio un tirón para que esperase un segundo, me giré y me mostró la braguita en la mano y se la guardó en el bolsillo, Mientras todos se posicionaban, disimuladamente me bajó la bragueta y me empujó al coche, entré atolondrado y me senté junto a Imma y su marido, entró Yolanda y se sentó levantando la falda y bajándola rápidamente, apoyando su culo desnudo sobre mi pantalón. Me quedé quieto, inmóvil, con la oscuridad del interior del vehículo nadie se dio cuenta y el coche se puso en marcha, seguimos hablando tontería, risas, mero mi pene estaba ya totalmente erecto y agobiado por la presión de las nalgas sobre él.

Ve despacio cariño, que voy a lesionar a tu cuñado (dijo Yolanda)

Levantó un poco el culo hacia el lado contrario a donde estaban sentados nuestros amigos y puso su mano por debajo de él disimulando y me sacó el pene del interior del pantalón colocándoselo entre las piernas, a lo largo de la raja del chochito, por fuera, notaba la raja húmeda y resbaladiza, con los movimientos del coche, estaba excitadísimo por la situación, tanto que no podía ni soltar palabra. Al cabo de otro ratito inmóvil levantó un poco el culo diciendo

Que incómodo es esto

Al tiempo se que se colocó mi pene en posición, abriendo las piernas y con un movimiento de cadera alojó con gracia mi glande erecto justo en la entrada de la vagina y apretándose contra mí, se lo clavó totalmente en la vagina. Su marido conduciendo con el coche lleno y mi verga clavada en el chocho de su mujer, estuvimos quietos, con el único movimiento del coche y algún meneo de cadera de mi cuñada sobre mi falo, empecé a mover los músculos que rodean el pene rítmicamente, para que ella notara mi pene en el interior, ella hizo lo mismo apretar los músculos de la vagina en silencio apretando mi pene con el chochito, como si estuviera sorbiéndome el glande, inmóviles, estimulamos nuestros sexos en silencio durante todo el viaje, disfrutando y al tiempo padeciendo de la extraña, peligrosa y al tiempo morbosa situación de estar totalmente acoplados rodeados de nuestros consortes y nuestros amigos.

El morbo de la situación me hizo subir la leche hasta la punta mientras intentaba reprimirme, entonces Yolanda sin dejar de mover los músculos de la vagina, empezó un movimiento de caderas lento pero continuo, no pude aguantar más, acerqué la boca a su oído y le dije muy despacito

Cuidado que me voy a correr

Suéltalo todo (contesto muy bajito)

Entonces mientras todos reían, solté toda mi leche en el interior de la vagina de mi cuñada, con chorros largos y lentos, reprimiendo la corrida, inmóvil, mi pene se movía solo con espasmos potentes y largos en el interior de la mojada gruta, hasta que noté como se derramaba el semen que sobraba del interior del chochito por el tronco de mi pene, hasta la bragueta del pantalón, untándolo todo, así permanecimos varios minutos, juntos y untados hasta el final del viaje, saboreando los latidos del corazón en las venas del pene y de la vagina.

Cuando llegamos al chalet, Yolanda se desclavó bajando la falda rápidamente y mi pene totalmente mojado por los fluidos se desplomó golpeando mi camisa a la altura del ombligo, con el desbarajuste de la gente saliendo del coche me lo embutí en el pantalón disimuladamente y bajé del coche. Nos fuimos a dormir cada uno a su dormitorio.

Por la mañana mi cuñado con su amigo y mi mujer con los niños se fueron a pasar el día en la playa, con la nevera preparada, les ayudé a cargar el coche y salieron contentos, a mí el sol no me gusta demasiado, solo un ratito pero no todo el día en la playa. Mi cuñada y su amiga Imma se quedaron en la piscina nadando y tomando el sol.

A mediodía comimos los tres juntos unas ensaladas y nos sentamos en el sofá a mirar la televisión, las dos estaban en biquini, el de Imma de color pistacho con sostén muy pequeño y braga short pero muy corta, le asomaban los glúteos por detrás. Muy erótica, mientras que el de Yolanda era amarillo, con braga muy sesgada mostrando sus largas piernas y su culo respingón , Imma también estaba buenísima, con cintura de avispa y caderas anchas formando una guitarra perfecta, senos turgentes y abundantes, castaña con los labios finos y boca grande los ojos achinados tanto que al reír se quedaba a oscuras.

Estaban las dos en el sofá de enfrente, mientras miraba la tele me dormí y cuando desperté estaba totalmente erecto mancando una tienda de campaña en mi bañador bóxer, instintivamente puse la mano para ocultar el bulto pero, las dos amigas se echaron a reír

Has estado así más de media hora, subiendo y bajando el paraguas (dijo Yolanda entre risas)

Me incorporé sentándome correctamente y en eso mi cuñada se abalanzó sentándose a mi lado diciendo.

vamos, enséñanosla, que estamos intrigadas por ver ese aparato tan grande

Vamos Yolanda por favor que dirá Imma de tus tonterías (contesté)

Puse cara de hombre serio, y me cubrí con las dos manos, entonces Imma habló

Vamos, solo un poco, queremos ver si es de verdad.

Yolanda de abalanzó sobre mí, agarrándome de las muñecas me apartó las manos de golpe, poniéndome las manos en cruz, hice fuerza para volver a tapar pero Imma se levantó rápidamente a ayudar a mi cuñada, se tiraron las dos sobre mi agarrándome y haciéndome cosquillas.

No por favor, haré lo que queráis , pero cosquillas no, que no las aguanto

Entre risas pararon las dos y se apartaron sentándose una a cada lado, con las espaldas erguidas esperando, yo hice un movimiento de resignación con los hombros y me bajé lentamente la goma del bañado por debajo de los testículos dejando el pene plantado como un mástil sin bandera. Entonces Yolanda se levantó rápidamente del sofá se acercó a mí y de un tirón me bajo el bañador dejándolo en el suelo, volviendo a su sitio dijo

Muévetela con la mano, que lo veamos,……………………, vamos (ordenó )

Dudando la agarré con un mano y bajé la piel del prepucio sacando el glande brillante y rosado, hice tres o cuatro movimientos de vaivén subiendo y bajando la mano sobre el tronco del pene, entonces cada una por un lado metieron sus manos sobre él, acariciando, Yolanda los testículos y Imma el glande untando la gota de lubricante que manaba de la punta por todo el capullo.

No podía creer aquello. Imma se arrodilló delante de mí y bajó la cabeza para aplicar los labios en la punta y abriéndolos introdujo lentamente todo el capullo en su linda boca, ensalivándolo, lo chupó, subiendo y bajando la cabeza sobre mi pene, Yolanda se apartó y se fue al sofá de enfrente y mientras su amiga me la chupaba, ella se quitó el sostén y se quitó la braga sentada con las piernas abiertas y los pies en el sofá empezó a acariciarse su chochito y lo abrió como quien abre un higo, negro por fuera y rosado por dentro, me lo mostraba como diciendo come, como si quisiera competir con su amiga que me mamaba el pene con una suavidad altamente delicada.

Imma es una chica muy refinada y educada, aparte de guapísima, encantadora, para mí no entraba en mi cabeza que aquella maravilla me la estuviera chupando mientras sus hijos estaban en la playa con su marido. De repente Imma dijo

¿Jugamos al tren?

Entonces comprendí que mi cuñada le había estado contando nuestras aventuras a su amiga, miré a la cara a Yolanda que hizo un gesto de culpabilidad con una sonrisa. Disimulé como si no lo hubiera notado y aguanté pasivamente.

Yolanda, trajo una silla de la cocina, de las que no tienen reposabrazos y me hizo sentar en ella, yo tenía el pene pegado al abdomen por la fuerte erección, las dos de pié mirándome como si fueran a ajusticiarme, yo estaba asustado como un reo, Yolanda mirando desnuda y Imma se agacho con la mano el short y se lo bajó por los pies, tenía el vello del pubis negro y liso como las chinas, contrastando con el color blanquísimo de la piel, puso un pié a cada lado de la silla y a horcajadas se sentó sobre mi, al tiempo que mi cuñada agarraba mi pene y lo agachó para colocarlo a la larga de la raja de su amiga, asomando por detrás, por el culo, Imma movió las caderas y la raja se abrió lo suficiente para alojar todo el tronco a lo largo de ella. Mi cuñada le desabrochó el sostén por detrás y se lo quitó, de forma que los pechos bambolearon rozando los pezones mi cara.

Imma tiene unas tetas preciosas blanquísimas, tanto que se transparentan las venas, las aureolas rosadas, casi difuminadas como fundidas en la mama, empezó a mover el culo hacia delante y hacia atrás masajeando su raja contra mi verga, tal y como hizo Yolanda el día que nos pilló su hijo, Yolanda por detrás recogía mi glande en cada una de las embestidas que lo dejaban a la vista, fregándolo con la mano.

¡Sube al tren, Yolanda! (dijo Imma).

Dejando de manosear el glande, se sentó a horcajadas detrás de su amiga agarrándola por la cintura, la siguió en sus movimientos, tan apretada contra ella que mi glande en cada una de las embestidas, seguía su recorrido por la raja de Imma llegando hasta la de mi cuñada, donde llegaba llegando hasta el clítoris, masajeándolo en cada movimiento. Imma se agazapó abrazándome más sin dejar de cabalgar dejando espacio detrás. Mi cuñada buscó con una mano entre las piernas de su amiga llegando hasta mi pene, lo tocó con dificultad por lo apretados que estábamos y buscó el clítoris de su amiga, entonces ella se retiró un poco dejando sitio a la mano de Yolanda, que empezó a frotarlo con suavidad, hasta que Imma empezó a jadear.

Esperad un poco por favor (dijo Imma)

Levantando el culo, estiró las piernas y agarrando el pene por la base para mantenerlo vertical, restregó la punta por la raja acoplándolo a la entrada del precioso chochito y despacito se sentó soltando la mano y clavándoselo suavemente hasta el fondo, Yolanda le seguía masajeando el clítoris, y ella se quedó inmóvil como saboreando el contacto del pene en las paredes de su apretada vagina, entonces empezó a moverse lentamente hacia delante y atrás, muy despacio, aumentando el ritmo en cada embestida, tenía un chocho muy apretado y húmedo, extremadamente suave, como si follara con un ángel, entonces noté la subida del esperma que ya no me cabía en los testículos y apretando el culo para mantenerlo dije

¡Me corro!, no puedo mas

¡No te corras!, espera (dijo mi cuñada)

Agarró a Imma de la mano y levantándose me la quitó de encima, desclavándola de mi sexo, mi pene salió mojado de aquel chochito y se quedó pegado al ombligo, Yolanda me cogió de la mano y nos llevó a su dormitorio, ella iba delante y nosotros dos detrás uno de cada mano, nerviosos y flotando de la excitación sin soltar palabra.

El dormitorio estaba a oscuras pero Yolanda levantó la persiana hasta arriba de forma que se quedó totalmente iluminado por la luz de una tarde de agosto. En ese momento la leche había bajado un poquito y estaba mas estabilizada otra vez en los testículos, apartó el cobertor de la cama dejando la solo sábana blanca y nos subimos los tres en la cama, Yolanda dispuso la forma de colocarnos, me hizo sentar con la espalda en el cabezal de espectador, y dijo

Tu mira que te vamos ha hacer una función (como bromeando).

Me quedé abobado mirando mientras mi cuñada y Imma se arrodillaron frente a mí con el cuerpo erguido, mirándose una a la otra, Yolanda tomó la iniciativa abrazando a Imma, empezó a chuparle los senos, mientras metió una mano entre sus piernas buscando su sexo, agarro la otra mano de Imma y la acercó al suyo, empezaron a manosearse mutuamente, hasta que Imma dijo

Por favor Yolanda, esto no me gusta, (ruborizada)

Es solo una función para que nos mire mi cuñado

Ante la presión y las dulces caricias de Yolanda, accedió y poco a poco se dejó chupar con pasión mientras también se entregó a masturbar a Yolanda, iban subiendo de tono hasta que mi cuñada puso a su amiga de espaldas arrodillada con la cabeza apoyada en la cama y el culo levantado en pompa, Yolanda se puso a su lado abrazando con un brazo a cada la do separó los glúteos, abriendo aquella sandía mostrándomela, empecé a menearme el pene mirando, cuando mu cuñada dijo

No te toques, solo mira

Con los dedos de una mano recorrió el tajo del culo deteniéndose en el ano, acariciándolo, suavemente, se chupó un dedo y unto el agujerito, rodeando el anillo, ensalivándolo, después bajó por la grieta hasta el chochito, apartando los pelos lo abrió sacando el clítoris y lo acarició con un dedo, mientras Imma, separó mas las piernas levantando mas el culo. Mi cuñada acariciaba el clítoris y metió dos dedos lentamente en el agujero de su vagina, como follandosela, mirándome a la cara dijo

¿Te gusta?, ……….. ¿te gustaría follártela ahora mismo verdad?

Hice un movimiento con la cabeza asintiendo, pero ella dijo no, con la cabeza también, se arrodilló tras su amiga y agachando la cabeza empezó a lamer la raja desde el ano, bajando hasta el chochito abierto, aplicando la lengua en el clítoris, se colocó detrás de Imma en la misma posición que ella, levantando también el culo, mostraba la raja del chochito cerrado, me acerqué y agarrando los glúteos con las dos manos le abrí el culo, mientras se oían los jadeos de Imma que estaba llegando al orgasmo, empecé a chupar al culo de mi cuñada, bajando hasta el clítoris, lo chupé y lo sorbí, durante un rato, hasta que Yolanda empezó a gemir y a mover las caderas apretando el culo contra mi cara, untándome los mofletes y la nariz de jugos vaginales, mientras jadeando se corría, sin dejar de chupar el chochito de Imma, que no había terminado su orgasmo.

Yolanda se dejó caer en la cama agotada, pero Imma no había terminado de correrse y se echo también en la cama abriéndose la raja con las manos y mostrando su clítoris le pidió que se la chupara para terminar ella también, mi cuñada se levantó y se colocó en posición de sesenta y nueve encima de ella y empezó a lamer su clítoris enrojecido, mientras Imma vibraba, le temblaban las piernas, me coloqué arrodillado al lado de la cara Imma, para poder ver su expresión al correrse, tenía el chocho de mi cuñada en la cara, acerqué el pene y puse la punta junto a la cara de Imma, que me lo agarró y empezó a chuparlo, mientras jadeaba de gusto por la mamada de Yolanda, entonces lo soltó de la boca y agarrándolo del tronco lo encaminó al chocho de Yolanda que tenía las piernas totalmente abiertas y el culo levantado pidiendo ser follada, lo aplicó en el agujero y me hizo la señal de adelante con la cabeza, se lo clavé todo a delante de los ojos de su amiga, que empezó su corrida en ese momento.

La cara de Imma se transformó cerrando los ojos, apretando los dientes como si fuera a quejarse, soltó unos jadeos sordos seguidos de un grito ahogado, convulsionando todo el cuerpo, entonces empecé a soltar leche dentro de la vagina de mi cuñada, el primer chorro brolló como un manantial, por la tensión acumulada, llenó por completo la vagina rebosando por la parte de abajo del pene, solté dos chorros más en su interior, y lo saqué acercando el glande a la cara de Imma, que lo agarró, al acercándoselo a la boca salió otro chorro que le untó la mejilla, rápidamente se lo llevó a la boca donde solté tres o cuatro chorros mas de esperma, hasta que se me agotó la fuente, Imma sorbió mi glande dejándolo totalmente limpio, entonces lo soltó y abriendo la boca me enseñó la lengua toda llena de leche y mirándome a la cara sonrió y se lo tragó todo, mientras de la vagina de mi cuñada goteaba leche sobre su pecho.

Mi cuñada permaneció quieta arrodillada mientras goteaba su vagina, cuando paró se echó en la cama y yo hice lo mismo, Nos quedamos los tres abrazados sin importarnos las manchas de semen que estaban por todas partes, todos con los sexos untados y húmedos, nos dormimos los tres.

Al cabo de un buen rato me desperté con los dos ángeles abrazados a mí pero oí el ruido de los coches aparcando en el garaje, las desperté rápidamente para avisarlas y salimos corriendo cada uno a su dormitorio, me puse el bañador y me quedé en la cama. Mi mujer entró en el dormitorio toda colorada del sol, refunfuñando, con una braga en la mano.

Mi hermana se deja las bragas en el salón, sigue dejándolas en cualquier sitio, como cuando era una niña, no aprenderá nunca.