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Verano en el chalet

en Hetero: Infidelidad

 

Espero pasarme una buena tarde de sábado de verano tranquila, solo en casa, ¡uf que gustazo! Mi mujer se ha ido de compras con sus amigas y vendrá para la cena, mi cuñada, su marido y sus hijas vendrán mañana para pasar el fin de semana, ¡Ale a disfrutar!

Pero primero me daré una siesta en la cama, bajé un poco la persiana para oscurecer el dormitorio y me estiré en ella con la intención de darme una buena paja antes de dormir. Para ello que quito el bañador y enchufo la tele.

El contacto con la sábanas blancas, fresquitas el contacto con la piel desnuda, me dan un punto de excitación. Pongo la tele y busco una peli erótica, de esas finas, no me gusta el porno cochino, con salivazos y eso.

Al cabo de unos minutos el chico de la peli ya está penetrando a la chica con limpieza y delicadamente. Yo me toco el pene totalmente armado, tengo una gota de fluido en la punta, como de cristal líquido, me la esparzo por el glande y lo manipulo mientras con la otra mano me acaricio los testículos, uf, ¡qué bueno¡. Voy a hacerlo durar hasta el final de la peli, con la intención de soltar un rio de esperma y a dormir. En eso suena el timbre la puerta, ¡maldita sea!, ¿quién será ahora?.

Pongo la tele en estambay, me pongo el bañado, embutiendo el pene con la mano y me dirijo hasta la puerta, lentamente para dar tiempo a deshincharse, aunque solo  sea un poco.

Abro la puerta quedándome detrás de ella, tapando instintivamente mi cuerpo y aparece mi cuñada Yolanda con su hijo pequeño de la mano, ella entra reflexivamente en la casa.

-        Perdona que vengamos sin avisar, he llamado a tu esposa y le he dicho que venía. Mi marido y Victoria (la hija mayor) vendrán mañana, tu mujer ya me ha dicho que tarde

-       No te preocupes, Contesté

En eso se me quedó mirando el bañador,  yo miré instintivamente hacia abajo y me percaté de que aún tenía hinchado el pene, aunque ya no tanto pero se dibujaba claramente el glande con una mancha de fluido en la punta del tamaño de una moneda.

-        

-       Te has manchado

Dijo mi cuñada, tocando con el dedo índice la mancha y al tiempo mi polla,  notó duro y apretó el glande con los dedos de la mano y los apartó inmediatamente.

-       Huy, que mal te veo, cuñado

-       Es que estaba haciendo la siesta tranquilamente…..y estaría soñando, conteste.

Mi cuñada es una mujer muy guapa,  un tipazo, un poco delgada pero con todo en su sitio, como mi mujer, la conozco des de que tenía quince años, tiene una hija adolescente y Juan, este niño de tres años.

Me senté en el sofá pensando que ya se me ha estropeado la siesta, con la intención de conformarme y ver la tele.

El niño correteaba por la casa, arriba y abajo, mientras mi cuñada descargaba sus cosas en la cocina, en eso el niño deja de hacer ruido, y mi cuñada como buena madre detecta que algo pasa, no es normal ese silencio, y sale en su búsqueda  clamando su nombre. Se mete rápidamente en mi dormitorio y yo detrás.

Menudo panorama. El niño con el mando de la tele en la mano sentado en el suelo y en la tele el muchacho bombeando con su pene la vagina de la chica que aguantaba las embestidas como dos perritos follando. Mi cuñada, le quitó rápidamente el mando y apagó la tele. El niño es demasiado pequeño para entender nada, aunque miraba fijamente la escena, con curiosidad. Pero Yolanda si que lo entiende perfectamente cual es la situación

Mi cuñada me miró a la cara con una sonrisa de complicidad y se llevó al niño del cuarto, entonces yo le dije

-       voy hacer la siesta a ver si puedo dormir un poquito

Mi cuñada salió hacia el comedor, pero el niño dijo como pudo que quería quedarse en la cama conmigo.

-       no, que el tío está cansado y quiere dormir, (dijo Yolanda)

-       vamos tonta déjalo conmigo, le dije

El niño se estiró conmigo un ratito hasta que empezó a llamar a su madre con cara de somnolencia

-       !Mama, mama ven ¡¡¡

Alarmada entró en el dormitorio mi cuñada

-       vamos Jose ven conmigo

-       no mamá no me quero ir, ven tu aquí

Su madre se negó rotundamente pero el niño se puso a llorar, entonces le dije que se quedara, la cama es grande y con el niño en medio puede, ella podía descansar al otro lado de la cama. Ella accedió con cara de disconformidad, se recostó en la cama de espaldas al niño y éste agarrado a su espalda, así se durmió, bueno se durmieron los dos.

Empezó la paz en la casa pero para mí empezó el tormento. Con mi cuñada en la cama con un pequeño camisón que trasparentaba su pequeña braguita y el culo, estaba buenísima, pero me dormí. No estuve mucho rato durmiendo pero lo suficiente, cuando desperté mi sobrinito no estaba ya en el medio, y el culo de mi cuñada estaba apretado contra mi sexo que estaba erguido dentro del pantalón contra su culo.

Miré alrededor y por la rendija que dejaba la puerta semiabierta pude ver al niño jugando en el comedor frente a la tele, viendo dibujos animados.

Pero mi preocupación se centraba en la presión de aquel maravilloso culo sobre mis partes inflamadas.

Estuve un ratito inmóvil saboreando aquella situación,  me moví un poco para alojar mejor mi bulto contra su culo, pero lo impedía su minúsculo camisón que lo cubría, disimuladamente, afloje un poco la presión y agarré con dos dedos la parte superior de la prenda y la deslicé suavemente hacia arriba, dejando el culo al aire, solo lo tapaba un diminuto tanga blanco. Me quedé mirándolo como hipnotizado, en eso mi cuñada se movió sonámbula y apretó hacia atrás el culo volviéndolo a acomodar contra el cucurucho que formaba el pene dentro del bañador, que se alojó entre los glúteos.

Madre mía si se despierta, pensé, menuda vergüenza,  pero ella empezó a moverse como si se fuera a despertar, moviendo el culo  como si algo le molestase pero cada vez mi bulto estaba mejor acomodado en el hueco de sus glúteos.

Mi calentura subió de tal forma que decidí, moverme un poco y sacar mi abultado pene por la orilla inferior del bañador y cuidadosamente colocarlo en el mismo sitio y lo conseguí.  Mi pene con la cabeza untosa por la abundante secreción preseminal, se resbaló con facilidad entre las piernas de mi cuñada.

Yolanda hizo otra vez, ademan de despertar pero su movimiento sirvió para que mi pene se alojara mas perfectamente entre sus piernas, pegado a la raja tapada solamente por el minúsculo tanga.

Me quedé totalmente inmóvil  para  no despertarla, un buen rato, pero cuando tienes una calentura como ésta todos sabemos que es como una locura temporal, no piensas en las consecuencias y empecé a mover mis caderas, lentamente, resbalando el pene hacia delante y lentamente, hacia atrás, una y otra vez, aquello estaba cada vez ms resbaladizo, se juntaba mis secreciones con el flujo de la vagina de mi cuñada que empapaba totalmente la braguita, entonces empecé a sospechar que no estaba totalmente dormida, que disimulaba como yo.

Empecé a moverme un poco más rápido, mientras el niño en el salón hacía ruidos con los juguetes, lo que me daba una cierta  tranquilidad, de que nos iba a dejar tranquilos un rato. En eso me detuve para observar la situación, el culo de mi cuñada con mi pene entrando entre sus piernas, con el hilo del tanga sobresaliendo por arriba, me separé un poco para  apartar la parte inferior de la braguita con la mano y dejar al descubierto su coño mojado, lo conseguí, conseguí dejar indefenso y expuesto el coño de mi cuñada a meced de mi pene inflamado como una roca, entonces volvía a empujar el pene entre sus piernas, entró fácilmente y se alojó ahora contra la raja desnuda y mojada, entonces me quedé totalmente inmóvil.

Pero mi cuñada no pudo disimular mas y levantando un poco el culo empujó hacia atrás contra el eje de mi manubrio y lentamente  pero de un golpe, se lo insertó dentro de la vagina, yo no le pregunté si estaba despierta, pero la rodeé con mis brazos mientras mi pene estaba clavado en su interior apretando su cuerpo al mío, como hacía ella con su culo contra mí.

La sensación era maravillosa, su vagina caliente y sedosa, húmeda y aterciopelada, mi pene palpitante inmóvil estaba lleno de esperma hasta arriba, tanto que me costaba mantenerlo dentro, me detuve para no eyacular. Saque el pene y aproveche para quitarme el bañador de un tirón, miré a mi cuñada estirada en la cama, ella no dijo nada pero acurrucando las piernas se quitó la braguita y la dejó encima de la mesita.

La agarré de las caderas y la puse boca abajo, ella se dejó sin soltar palabra, le levanté un poquito el culo, pero ella ayudó poniéndolo totalmente en pompa, como una perrita, me arrodillé detrás de ella y puse el glande en la raja, lo movía arriba y abajo para mojarlo con los flujos vaginales y lo inserté en el interior, ella levantó mas el culo buscando el máximo contacto, empecé a bombear el pene en su vagina, adentro,..afuera, dentro,.. fuera,…..cada vez mas fuerte y rápido.

Mi pene no podía aguantar más la presión del esperma que luchaba por salir y meterse en la vagina de la hembra y preñarla, pero en eso entró el muchacho en la habitación.

-       ¡mamá, estoy burrido!

Miro el panorama en silenció y extrañado de la postura que adoptábamos y preguntó

-       ¿Qué estáis haciendo?

Nos quedamos inmóviles, pillados,  enganchados uno al otro como dos perritos follando en medio de la calle. Rápidamente intenté cubrí el culo desnudo de mi cuñada con mi cuerpo acurrucándome, le metí todo el pene en el interior de la vagina, profundamente para ocultarlo y que el niño no viese como aquel manubrio se clavaba en el coño de su mamá, que se quedó callada inmóvil, pero reaccionó rápido contestando a su hijito.

-       estamos jugando a los cowboys, mamá es la yegua y el tío es el vaquero que la monta.

El niño sin decir nada, puso cara de contento y de un salto se subió a la cama y luego se encaramó a mi espalda montando  sobre mí culo agarrado con las manos a su madre balanceando su cuerpo como hacen los jinetes.

Ese pequeño movimiento es el que me faltaba para destapar el tapón que frena la salida del esperma, que empezó a fluir dentro del coño de mi cuñada, chorros de leche que se inyectan a presión al ritmo de las contracciones del pene que con cada pulsación golpea las paredes de la vagina  en cada descarga, mientras Juan gritaba

-       ¡arre caballito,..arre caballito!

Mis testículos se vaciaban en cada corrida y no pude quedarme quieto, aprovechando los movimientos del niño, empujé y empujé contra el culo de su madre hasta terminar de vaciar mis testículos de semen, que ya rebosaba del coño goteando sobre las sábanas blancas. Cuando no pude más, paré de bombear y me quedé inmóvil sobre mi cuñada, entonces el niño protestó

-       no pares tío, quiero jugar mas

como ya no dábamos más de sí, se bajó y se fue otra vez al salón, entonces me desenganché acalorado, un chorro de esperma acompañó el pene a su salida del coño untado.

 Mi cuñada tiene un coño precioso rodeado de pelo negro corto pero rizado, que corona un agujero rosado sabroso, ahora untado de esperma, del que colgaba un reguero que goteaba sobre la cama.

Mi cuñada se dejó caer en la cama y yo también.

-       Qué vergüenza he pasado, (dijo ella),

Tapando su cuerpo con la sábana blanca,  pero noté que quería algo más, porque no salió de la habitación pitando, como hubiera hecho cualquier madre en una situación así. Entonces levanté la sábana y metí la cabeza buscando su sexo, pero ella juntando las rodillas dijo

-       no, cuñado, ya está bien con lo que hemos hecho, Juan nos ha visto desnudos y sobre todo a ti, con el culo al aire, menos mal que es demasiado pequeño para saber lo que hacíamos.

Insistí  abriendo sus piernas con las manos, ella cedió, no había tenido su parte de orgasmo, le puse la boca sobre su raja y la lamí lentamente, estaba llena de semen salado, pero eso no es obstáculo, seguí hasta encontrar su clítoris que se abultaba cada segundo, ella abría cada vez más sus piernas dejando más expuesto el clítoris, se veía perfectamente debajo de la sábana blanca que deja pasar la luz.  Pasé un dedo a lo largo de la rajita para abrirla mejor y lo bajé hasta el culo metiendo la puntita en el agujerito mientras le chupaba el botón del placer.

Ella estaba callada, solo gemía ahogadamente, cada vez mas acalorada, entonces me dio un empujón y me dijo

-       ponte al revés, ven

Le hice caso y me puse encima en posición de sesenta y nueve, me agarró el tronco del pene y se puso el glande dentro de la boca, mi erección ya era total, seguí chupando su clítoris y metiendo y sacando mi dedito en el agujero del ano, ella levantaba las caderas de gusto, y yo también. Sonó el móvil, era el de ella, llamaba su marido, alagó el brazo y se lo puso al lado de la cara, sosteniéndolo en una mano, mientras con la otra dirigía mi polla, se lo sacó de la boca y contestó.

-       hola cariño

Contestó él, me quedé en silencio, para que su esposo no oyese ningún sonido que pudiera adivinar lo que hacía su mujer que estaba con la almeja abierta de par en par en mi boca. Seguí chupando el clítoris con más fuerza, y moviendo mi dedo en su culo más aprisa, como follandolo.

-       Estoy ya en el chalet de mi hermana con Jose, haciendo una siesta mientras el juega en el salón

Dijo ella

-       Si mi amor, mi cuñado también está haciendo la siesta, …claro cariño cada uno en un cuarto, no seas tonto

Mientras hablaba él, mi cuñada se volvía a meter el pene en la boca unos instantes, y sorbía con fuerza, mientras escuchaba a su marido.

Tenía el coño totalmente empapado de flujo, y yo la cara también.

-       ¿Vendrás pronto mañana mi amor?

Termino la frase y  empezó a apretar sus esfínteres, con espasmos intermitentes en el ano que aprisionaban mi dedo, entonces apretó si vagina contra mi cara, untándola totalmente de jugo, gimió varias veces mientras descargaba toda le tensión en un gran orgasmo, eso me hizo correrme, ahora dentro de su boca, intenté apartarme para no soltar la leche dentro, pero ella apretó para evitarlo, desistí y solté varios chorros largos acompañado de los correspondientes espasmos del pene, sin que dejara ni un momento de succionar y pasar su lengua mojada alrededor de mi capullo,  bebió hasta la última gota de semen, hasta dejar mi glande reluciente. Durante esos segundos dejó de atender a su marido por el teléfono hasta que quedamos rendidos los dos, entonces contestó

-       Perdona cariño, es que no te oía nada de lo que has dicho, ¿puedes repetir?

Dijo Yolanda con voz cansada

-       No, que va mi amor, ese ruido es de tu hijito, que ahora no para de saltar sobre la cama. Vale amor nos vemos mañana.

-        

Con la mano agarrada al pene y desnudos nos dormimos un buen rato, hasta que mi sobrinito nos despertó pidiendo la leche a su mamá.