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Ayudando a mi cuñada

en Amor filial

De repente me di cuenta de lo que estaba haciendo, tenía a mi cuñada arrodillada ante mí de espaldas con los codos apoyados en la cama, mi pene entraba y salía en su vagina, mientras yo, agarrado con una mano a su glúteo izquierdo tenía el dedo pulgar de mi mano derecha metido totalmente en el sonrosado agujero de su ano, a la vez que ella colocando su mano derecha entre sus piernas alcanzó a tocar mis testículos acariciándolos y recorriendo con sus dedos todo el tronco de mi sexo llegando hasta la punta húmeda que entra y sale de su agujero, llegando ligeramente a su clítoris.

Todo comenzó cuando un mañana pasé con el coche por delante de la casa de mi cuñada y la vi descargando gran cantidad de víveres en el portal, me detuve a ayudarla a subir unos paquetes a su casa. Ella se sentó en el sofá mostrando su cansancio y tocándose el cuello en señal de dolor, me coloqué detrás de ella y le di un suave masaje al cuello con toda la con fianza que tenemos desde hace años.

Uff. que gusto, con el dolor que tengo....., por favor continua dame un masaje

Mi cuñada es una mujer hermosa, estilizada con una espalda bien formada y aunque delgada y alta tiene un culo muy bonito y senos bien formados, no obstante la conozco desde que era pequeña y hasta este momento siempre la había mirado como la hermana pequeña de mi mujer, ahora tiene marido e hijos.

¿Tienes crema?, Sácala y si quieres te doy un masaje en la espalda.

Ella se levanta, entra en su dormitorio a buscar la crema y al cabo de unos minutos me llama desde allí.

Ven, que aquí estaré mas cómoda y tu podrás trabajar mejor.

Entro en el dormitorio ella se ha puesto una bata de andar por casa y se acuesta en la cama bocabajo, se desabrocha la bata levantando un poco el culo y se descubre la espalda hasta los riñones. Le extiendo crema y le masajeo la espalda durante un largo rato, durante el cual no puedo dejar de mirar su espalda y la definición de sus caderas, en ese momento una sensación de placer me recorre el cuerpo y noto una pequeña erección que trato de reprimir pensando en otra cosa. Inconscientemente mis manos se acercan cada vez mas a sus glúteos y apartan con el movimiento la bata hasta dejar ver el un buen trozo de la raja del culo, a lo cual ella no hace ni movimiento.

¿Te doy también en las piernas?

Sí, por favor. - Contesta con voz somnolienta.

Me coloco en la parte posterior de la cama y empiezo a dar masaje en los pies subiendo lentamente por las piernas. Al cabo de un rato de masajes, la bata solo cubre ya lo que es la parte central del culo, cogí su pierna y la doblé por la rodilla para masajearle el pié, se abrieron sus piernas y pude ver la rajita de su vagina adornada por unos pelitos cuidadosamente arreglados, lo cual presagiaba y gran espectáculo visual. A partir de ese momento mis movimientos se centraron alrededor de la parte superior de las piernas y la inferior de la espalda.

Le hablé de cosas intrascendentes y ni me contestó, seguí el masaje en los glúteos y ella gimió despacito, entonces deslicé la mano por la raja de su culo bajando del dedo anular hasta la entrada de su vagina que acaricié sin decisión, a lo que ella respondió arqueando unos centímetros su espalda y levantando en culo lo suficiente para que mi dedo se aloje un poquito de su chochito que estaba mojado totalmente, no dijimos nada ninguno de los dos, yo seguí con el dedo haciendo camino entre los labios vaginales hasta llegar al clítoris sin dificultad y empecé a jugar con el. Ella cada vez tenía en culo mas levantado, ofreciéndome una visión maravillosa de la entrada de su culito que no pude dejar de masajear con los dedos de la otra mano, me agaché y empecé a chupar su precioso ano metiendo y sacando la punta de la lengua mientras exploraba con dos dedos el interior de su vagina aterciopelada y jugando con el clítoris con la otra mano. Mi cuñada en silencio aguantaba la respiración en silencio.

Mi pene estaba a punto de reventar el pantalón, no pude más, me aparté y me desabroché el pantalón, y me quité la ropa. Al sacarme el slip mi pene subió casi hasta posición vertical golpeando mi abdomen y balanceándose ligeramente hacia los lados, noté un gran alivio. Mi cuñada seguía en la misma posición que la había dejado, bocabajo con el culo levantado, la habitación tenia mucha luz y el espectáculo era maravilloso. Volví a subir a la cama, me coloqué detrás de ella, con mi pene vibrante, la cogí de las caderas y levanté mas su culo, se quedó arrodillada con los codos apoyados en la cama, apoyé el prepucio en la abertura de la vagina y empujé despacio hasta el fondo, ella con sus manos entre las piernas empezó a acariciar su clítoris y mis huevos, con mi dedo dentro de su ano sin parar de follaba su chochito despacio pero con desesperación.

Dió unos gemidos y noté unas largas contracciones a lo largo de mi pene y en el dedo que tenia metido en el culo, no pude más, noté como el semen subía desde mis huevos a lo largo del tubo de mi verga, me aparté un poco y apunte hacia el agujero de su culo y lancé un chorro caliente que lo cubrió totalmente........, con los dedos abrí su vagina y descargué un segundo chorro en su interior, cinco chorros mas embadurnaron los pelos de su chochito y parte de los glúteos, tras lo cual caí encima de su espalda untando mi cuerpo con el semen derramado.

Tras unos minutos de inmovilidad y silencio, mi cuñada gira la cabeza, me besa en la mejilla y me dice:

- Te devolveré el masaje otro día.